jueves, 13 de diciembre de 2012

Panagiotis Giannakis, el escolta puro.



Siempre tendemos a vincular a la figura de Panagiotis Giannakis con la de Nikos Galis. Sin duda, la aparición del griego-americano marcó un antes y un después en la historia del baloncesto heleno, elevando el deporte de la canasta a la categoría del fútbol. Sin embargo, los éxitos colectivos del base no hubieran sido posibles sin el escolta, probablemente el personaje clave en la historia del baloncesto griego. ¿Se ha sido injusto colocándolo siempre por detrás del mito? Poca gente sabe que la época dorada del Aris de Salónica coincidió con la llegada de Giannakis al club y no con la de Galis. Se ganaban partidos pero no campeonatos. ¿Acaso Giannakis no es el vínculo de unión entre las dos mejores generaciones de la historia del baloncesto griego?

En su día, O Drakos fue la pieza del puzzle que faltaba; hoy es la figura clave para entenderlo todo. Sin olvidar a jugadores y entrenadores de la talla de Ioannidis, Ivkovic, Obradovic, Albertis, Papageorgiou, Diamantidis o Papaloukas, hay que reconocer que Giannakis lo engloba todo.


Giannakis con el Ionikós en el pabellón de Platona.

Formado en las categorías inferiores del Ionikós, no tardó en llegar al primer equipo a edad muy temprana. El Ionikós de Nicea es uno de los muchos clubes de barrio que hay en Atenas, como el Peristeri, el Sporting, el Panelinios, el Íkaros, el Maroussi o el Panionios. Siempre a la sombra de los dos grandes, estos clubes dan oportunidad a jugadores jóvenes que, en caso de destacar, suelen venderse. Al ser nacido en el mismo barrio de Nicea, no tardó en convertirse en un ídolo para los aficionados locales. Panagiotis Giannakis a los 13 años ya alternaba con el primer equipo. Evidentemente eran otros tiempos y se daban más oportunidades a los jugadores de la casa que ahora. En la temporada 73-74 el Ionikós participa por primera vez en la división de honor y en la 75-76 consigue ganar el campeonato de Grecia en categoría junior.


Un joven Giannakis con las selección griega cadete.

Giannakis se convirtió en líder absoluto del equipo y no tardó en recibir la llamada de la selección. En 1975 ganó la medalla de bronce en el Eurobasket sub16 y un año después debutó con la selección absoluta. En la competición nacional el Panathinaikós era el claro dominador con el gran Apóstolos Kontos a la cabeza. Sin más aspiraciones que intentar conseguir alguna plaza europea, el Ionikós no tenía un gran equipo. Sin embargo, la gente llenaba el pabellón de Platona todos los fines de semana para ver a Giannakis.


Giannakis con el Ionikós.

Los mayores logros del club fueron una quinta y una sexta plazas en las temporadas 77-78 y 78-79. En el último año de Giannakis el Ionikós se clasificó para la Copa Korac, cayendo a las primeras de cambio. Con la marcha del Dragón el equipo ateniense perdió fuerza hasta caer a la segunda división.

En el norte, como he dicho, el Aris ganaba partidos pero no campeonatos. En la primera temporada de Galis, la 79-80, el equipo logró alcanzar la tercera plaza, un relativo fracaso porque se venía de ganar la liga la temporada anterior. Giannakis fue el máximo anotador de aquella liga. Sin embargo, la llegada de jugadores como Filipou, Doxakis o Romanidis, importantes en la rotación, fue gestando la formación de un equipo que haría historia. El regreso de Ioannidis a casa supuso un nuevo triunfo en la liga la temporada 82-83. Antes, en latemporada 80-81 tuvo lugar el histórico partido entre el Ionikós yel Aris en el cual Giannakis anotó más de 70 puntos. Galis fue el máximo anotador aquel año y Giannakis el segundo.

Giannakis defendiendo a Galis.

En la temporada siguiente el Aris perdió los dos títulos nacionales en menos de una semana. Especialmente dolorosa fue la pérdida de la liga porque se produjo en un partido de desempate en campo neutral contra el Panathinaikós. Durante el verano Ioannidis convenció a Giannakis para fichar por su equipo. Evidentemente, el entrenador le dejó bien claro que si no estaba dispuesto a compartir el liderazgo del equipo, lo olvidara. El escolta, consciente de que el club de Salónica estaba dispuesto a darle galones y a soltar mucho dinero, aceptó. 40 millones de dracmas de la época pagó el Aris por el jugador, un pastizal entonces.

  
John Korfas y Panagiotis Giannakis frente a frente.

Con Galis de base y Giannakis de escolta el Aris de Salónica dominó el baloncesto griego 7 temporadas consecutivas. 80 victorias seguidas, 5 dobletes, 7 ligas y 3 final four son grosso modo las cifras de aquel equipo histórico.

  
Aunque era ligeramente más alto que Galis, jugaba peor de espaldas que el base, que sabía aprovechar su anchura de hombros. Giannakis jugaba de cara al aro, destacando su lanzamiento lejano y su facilidad para asistir. Defendía mejor que el griego-americano y aunque a veces le tocaba emparejarse con hombres más corpulentos que él, sabía anticiparse y utilizaba con inteligencia sus largos brazos. Además de sus cualidades físicas, era un jugador inteligentísimo sobre el parqué, sabiendo lo que necesitaba el equipo en cada momento. Tanto él como Galis podían jugar de media más de 35 minutos y apurar entre los dos casi el 80% de las posesiones del equipo. No era muy rápido en la ejecución de sus movimientos pero sabía penetrar muy bien.

  
Los duelos entre el Barcelona y el Aris, un clásico de la época.

Giannakis era un jugador de raza como los que había antes, que lo protestaba todo y que se encaraba con quien hiciera falta. Gesticulaba exageradamente mientras las masas enfervorecían. No dudaba en incitar a animar los aficionados locales y en provocar a los visitantes. Era la prolongación de Ioannidis en el campo y no dejaba de dar indicaciones a sus compañeros e incluso los abroncaba si no hacían las cosas bien. Al contrario que Galis, serio y reservado, Giannakis era todo emotividad, llegando incluso casi hasta llorar de desesperación.

   
Elegido por Boston en el Daft de 1982.   

Sus grandes números en el Ionikós no pasaron desapercibidos en América y fue drafteado por los Boston Celtics en 1982. Recordemos que Galis lo había sido en 1979. Aunque acudió al campus veraniego de los Celtics, la idea de Giannakis siempre fue la de quedarse en Grecia. Hubiera sido curioso ver a unos Celtics con Galis, Giannakis y Larry Bird.


Mundobasket de España 1986.

El Aris dejó de tropezar en las finales en las que Galis era bien defendido porque el Dragón suplía con creces un día de sequía. Probablemente el más perjudicado con la llegada de Giannakis al Aris fue Haris Papageorgiou, que sin embargo seguía en el equipo tras la marcha de Vangelis Alexandris en el 82. Papageorgiou abandonó la disciplina del equipo con la llegada de Slobodan Subotic, jugador de parecidas características, en la temporada 87-88. Con Wiltjer y Misunov el Aris pretendía dar el salto a Europa aquel año.

   
El desdentado capitán en el Eurobasket de Atenas de 1987.

En el verano del 87 Galis y Giannakis pasaron a ser la pareja de moda del baloncesto europeo gracias a la sorprendente victoria de Grecia en elEurobasket. Un inicio de campeonato titubeante no hacía preveer lo que sucedió al final, un triunfo histórico que llenó de orgullo a la nación. En la final Giannakis se cargó de faltas demasiado pronto y no pudo ayudar como hubiera querido. En la retina de todos queda el codazo involuntario que se llevó de Tkachenko tras un rebote y que dejó al griego sin algún diente, y las protestas cuando los árbitros le pitaron la quinta.

  
Giannakis en el suelo tras el codazo de Tkachenko y celebrando la victoria con cara de sufrimiento.

El capitán vivió la prórroga desde el banquillo como un aficionado más. Grecia, que apenas lograba clasificarse para este tipo de campeonatos, pasó a ser un fijo a partir de entonces. Dos años más tarde la selección se colgaríala medalla de plata en Zagreb.

  
Giannakis contra la URSS en el Preolímpico de Seúl 88 y con Galis en el Europeo de 1989.

De las tres final four perdidas por el Aris todo el mundo coincide en que la segunda fue la que más cerca estuvo. Los amarillos encaraban bien la semifinal y dominaban de manera relativamente cómoda el partido contra el Maccabi hasta que se produjo la famosa tangana. Kevin Magee golpeó a Giannakis y éste se revolvió. Después del parón provocado por la pelea el Aris, que iba ganando 68-60 (min. 28) se desenchufó y el Maccabi lo aprovechó perfectamente. Todo el mundo se pregunta lo que hubiera pasado si no se hubiera producido aquella trifulca o si Giannakis no hubiera respondido.

 
La pelea entre Magee y Giannakis en la Final Four de Múnich. A hombros tras la consecución de la liga 90-91.

Ni Ioannidis ni Galis pudieron desquitarse nunca de aquellas derrotas, aunque lo intentaron en otros equipos, en cambio, de la mano de Panagiotis Giannakis el Aris conquistó la Copa de Europa -antigua Recopa- en la temporada 92-93. El capitán se quitaba un peso de encima y la amargura constante de tantas finales perdidas. Con su marcha al Panionios la temporada siguiente el equipo de Salónica perdía cualquier posibilidad de seguir peleando por algún título.

  
Recogiendo la Copa de Europa en Turín. En la final el Aris se impuso al Efes Pilsen por 50-48.

        
Giannakis defendiendo los colores del Panionios.


En el Mundobasket de Toronto 1994 con Steve Nash.

Los colosos de Atenas aprovecharon los problemas económicos de los equipos de Salónica para ir llevándose a todas sus figuras e intentar el asalto a Europa. El Panionios apostó fuerte por Giannakis con el objetivo de afrontar con posibilidades las tres competiciones, aunque quedó lejos. El equipo dio la cara en la Korac quedando eliminado en semifinales.

  
Presentación del PAO en la primera temporada de Giannakis y alineación de la segunda temporada.

Cuando solamente llevaba un año en Nea Smirni recibió la llamada de los hermanos Giannakopoulos, empeñados en formar un equipo campeón. Volvían a juntarse Galis y Giannakis, aunque ya con algunos añitos a sus espaldas. Por entonces el Olympiacós era el mejor equipo de Grecia y había llegado dos veces a la final de la Euroliga de la mano de Ioannidis.

  
Con el PAO en años de dominio rojo del Olympiacós.

En el verano de 1995 O Drakos capitaneó de nuevo a la selección que consiguió la cuarta plaza en el Eurobasket de Grecia.

La temporada 95-96, ya sin Galis pero con Giannakis y Dominique Wilkins, el Panathinaikós consiguió ganar la Euroliga en aquella polémica final de Paris frente al Barça. El tapón ilegal de Vrankovic, que los árbitros no quisieron ver, dejó en un segundo plano el inoportuno resbalón de Giannakis en el último ataque. Con 34 años y al borde del retiro, Giannakis conseguía por fin levantar la Copa de Europa que tanto había perseguido. Un brillante colofón a una carrera repleta de éxitos.

     
Con la preciada Euroliga.

Grecia se clasificó para los Juegos Olímpicos por segunda vez en su historia y Giannakis fue llamado por el seleccionador para jugar en Atlanta 1996. Allí se produjo su retirada definitiva.

 
En las Olimpiadas de Atlanta 1996.

Christodoulou, Giannakis, Fasoulas y Albertis en Atlanta.

La federación griega de baloncesto le ofrece el puesto de seleccionador el año 97, apenas uno después de su retirada. A pesar de no contar con la experiencia suficiente, consigue dos cuartas plazas, una en el Eurobasket 97 de España y otra en el Mundobasket de Grecia del 98. Posteriormente se toma un descanso y no reaparece en los banquillos hasta el año 2001, cuando ficha por el Panionios. La temporada siguiente se marcha al Maroussi, donde encuentra estabilidad, confianza y un buen grupo de jugadores jóvenes. Aunque en cuatro temporadas no gana ningún título, consigue una segunda, una tercera y una cuarta plaza en la liga además de un subcampeonato de Copa y uno de FIBA Europa League, la antigua Eurocup.

 
Con Spanoulis en el banquillo del Maroussi.

Tras la marcha de Giannakis en el 98 la selección griega sumaba un fracaso tras otro, sin lograr clasificarse ni para las Olimpiadas de Sydney ni para el Mundobasket 2002. Una quinta plaza en el Eurobasket de 2003 en Suecia fue lo más destacado de la particular travesía en el desierto del equipo. Para las Olimpiadas de Atenas 2004, Giannakis era el candidato idóneo y querido por todos. Sin embargo, las cosas se torcieron y Grecia cayó en cuartos de final contra Argentina. Los de Giannakis acabaron quintos.

  
Campeonato de Europa 2005, Belgrado.

Giannakis siguió trabajando con el mismo bloque de jugadores hasta el Mundobasket 2006. En 2005, la selección volvió a ganar el Eurobasket después de 18 años y en 2006, tras vencer a Estados Unidos en la semifinal, se colgó la medalla de plata en el Mundobasket de Japón. Una cuarta plaza en el Eurobasket de España en 2007 y un quinto puesto en las Olimpiadas de Bejing cerraban el círculo. El entrenador griego más laureado de la historia dejó la selección y con él un gran número de jugadores.

  
Levantando el trofeo del Eurobasket 2005 y con el capitán Michalis Kakiouzis.

  
Como entrenador del Olympiacós consiguió ganar dos copas y llegar dos años a la Final Four.

Los Angelopoulos se llevaron a Giannakis al Olympiacós, equipo con el que ganó dos copas y que clasificó para la final four las dos temporadas que estuvo. Un error de Bourousis en el último segundo frente al Panathinaikós privó a los del Dragón llegar a la primera final, cosa que sí se produjo la temporada siguiente. Sin embargo, en la final no hubo color y el Barça se llevó la Euroliga. La enésima derrota contra el Panathinaikós en la liga hizo que los Angelopoulos llamasen a Ivkovic y no renovasen a Giannakis, que dos años después fichó por el Limoges francés.

  
Medalla de plata en el Mundobasket de Japón 2006.

A pesar de que con Kazlauskas la selección gruega se colgó la medalla de bronce en el Eurobasket 2009, posteriormente las cosas no fueron bien. Algunas derrotas “sospechosas” y la negativa de algunos jugadores a acucir a las citas restaron potencial a un grupo que tocó fondo en el Preolímpico de Venezuela. Grecia no se clasificó para las Olimpiadas de Londres al perder contra Nigeria. Tarde o temprano Panagiotis Giannakis volverá a dirigir a la selección.


Entrenando al Limoges francés.

Panagiotis Giannakis empezó jugando prácticamente solo en un equipo humide. Luego entendió que para mejorar debía estar en un equipo ganador que tuviera posibilidades. Aprendió mucho de Giannis Ioannidis, sin duda, así como de todos los entrenadores con los que estuvo: Politis, Maljkovic, etc... Compartió vestuario con jugadores de la talla de Galis, Wilkins, Vrankovic, Alvertis o Paspalj, todos personalidades distintas que le ayudaron a mejorar. Se acostumbró a jugar partidos importantes y de ese modo se fue gestando su mentalidad ganadora. Bien pronto empezó a transmitir a sus compañeros lo que después transmitiría a sus jugadores. Tuvo a sus órdenes a jugadores con y contra los que había jugado. No sólo supo transmitir sus conocimientos sinó también su raza y su sentido del juego. Quizás sea Vasilis Spanoulis el jugador más influenciado por el de Nicea porque lo tuvo bajo sus órdenes en el Maroussi. Superó los duros golpes que le deparó la vida -fallecimiento de sus 4 hermanos (!!!)- con trabajo, dedicación y amor por el baloncesto.


Con Vladimir Tkachenko en el Europeo de Madrid 2007.

Spanoulis, Papaloukas y Diamantidis heredaron el espíritu del 87 con Galis, Giannakis y Christodoulou. No en vano, con Giannakis en el banquillo Grecia ha seguido realizando gestas increibles como la del Eurobasket 87. No dar nunca el partido por perdido y pelear hasta la extenuación ha sido una de las consignas más repetidas por el coach. Ése es el secreto.

Giannakis representa la esencia del baloncesto griego. Sin él posiblemente el baloncesto de este país no sería igual o no hubiera evolucionado como lo ha hecho. Ha sabido inculcar la pasión por el juego que tenían sus contemporáneos a los jugadores de ahora, técnicamente mejores pero mucho más “fríos”.


jueves, 22 de noviembre de 2012

La liga de Giannakis.



Los largos brazos de Fasoulas y la suspensión de Galis.

A dos días del derby por excelencia de la ciudad, rememoro en el blog el play off final de la temporada 1990-1991, posiblemente el mejor y el más recordado de toda la historia de la liga griega.

La temporada 1990-1991 era la primera del Aris sin Ioannidis. Aunque se mantenía prácticamente la misma plantilla, el equipo había dado muestras de flaqueza a lo largo de la temporada. El Aris no había llegado a la Final Four después de tres años consiguiéndolo, en la liga había tropezado dos veces y en la copa había caído a la primeras de cambio. Una entidad acostumbrada a llegar lejos en todas las competiciones, no se podía permitir aquello y por eso se decidió cambiar de entrenador. El Aris consiguió pasar de 100 en 17 partidos ligueros, pero cayó en la pista del Panionios (89-84) y en la del AEK (92-90), en poco más de un mes.

Kyritsis llegó en medio de un ambiente enrarecido. El fracaso en Europa había hecho saltar todas las alarmas y la prensa empezó a hablar de problemas internos en la plantilla. En Europa hubo dos puntos de inflexión: la derrota en Inglaterra por un punto frente al Kingston cuando el equipo iba camino de la clasificación y el partido contra el Barça en el Alexandrio. Fue el más accidentado que se recuerda, con parón de 30 minutos en medio, lanzamientos de sillas, monedas, etcétera. El Barça apuntilló al Aris en Salónica (93-110) y los locales debieron hacer frente a multas considerables. El final europeo más triste de una generación que, a pesar de no haber ganado el título, quedó en la memoria de todos.

Aquel caos reflejaba bastante bien la situación que vivía el club. De todos es sabido que las relaciones entre Galis y Giannakis no eran del todo buenas fuera de la pista. El "sargento de hierro" había conseguido que ambas estrellas fueran compatibles, pero el nuevo entrenador no gozaba ni de la personalidad ni del prestigio del primero. Durante el verano, los choques entre el entrenador y la directiva habían acabado con la marcha de Ioannidis al Olympiacós.

El Aris empezaba a tener serios problemas económicos y los clubes de Atenas no dudaron en tantear a sus estrellas. Tras 6 años de absoluto dominio amarillo, varios equipos amenazaban su hegemonía. Con todo, a aquel play off de 1991 volvían a llegar los dos mejores equipos de Grecia, que seguían siendo el PAOK y el Aris.


Prelevic vs Galis

Los derbies de Salónica en los 80 eran la repera. El país entero se paralizaba las tardes de los jueves para ver al Aris jugar en Europa y para ver los play off entre los amarillos y los negros. El ambiente que se vivía en el Alexandrio era irrepetible aunque en algunas ocasiones los partidos terminaban a palo limpio. Sin embargo, Galis comenta que no tenía nada que ver aquello con lo de ahora. La de entonces era una violencia más “verbal” que física. Con el tiempo todo se desmadró hasta llegar al punto donde nos encontramos, en el que prohíben viajar a los aficionados contrarios.

El Aris dominó el baloncesto griego de la mano de la pareja Galis-Giannakis, que llevó a la selección griega a laconsecución del Eurobasket del 87. Apabullaba a sus rivales logrando campeonatos sin derrota alguna y superando los 100 puntos de media. Galis ganó 11 veces el premio de máximo anotador de la liga. Eran tiempos en los que los equipos de Salónica se podían permitir del lujo de fichar americanos y extranjeros de calidad. Los equipos de Atenas no podían competir con aquel Aris, culpable de que el baloncesto “superase” al fútbol. El Panathinaikós había sido el claro dominador de la liga antes de la llegada de Galis,que marcó un antes y un después en la historia del baloncestogriego.


Fasoulas defendiendo-placando con las manos.

El PAOK de los 80 creció a la sombra del Aris. Los vecinos no querían ser menos y acabaron construyendo un gran equipo. La competitividad que había entonces hacía mejores a los dos equipos. Tampoco el Iraklís era moco de pavo entonces e incluso hubo campeonatos en los que 4 equipos representaban a la ciudad en la primera categoría.

El PAOK venía avisando. Tanto en la temporada 87-88 como en la 88-89 se había plantado en la final, cayendo derrotado por 3-0 y por 3-1 respectivamente. En la temporada anterior -la 89-90- no había habido play off y la liga se había resuelto con una liguilla final entre los 4 primeros. El PAOK había liderado la fase regular pero volvió a caer frente al Aris. La experiencia de los amarillos se impuso, pero el PAOK seguía creciendo.

Parecía que el PAOK no fuese a ganar nunca a pesar de contar con hombres de la calidad de Bane Prelevic, John Korfas o Panagiotis Fasoulas en sus filas. Estos jugadores tuvieron la mala suerte de coincidir en el tiempo con el mejor equipo de la historia hasta entonces.

Como entrenador del Aris empezó la temporada Lazaros Lesic, que fue sustituido por Michalis Kyritsis debido a los tropiezos europeos y coperos. El roster del Aris en la temporada 90-91 era el siguiente: Nikos Galis, Panagiotis Giannakis, Vasilis Lipiridis, Slobodan Subotic, Michail Misunov, Michalis Romanidis, Vangelis Vourtzoumis, Nikos Filipou, Manthos Katsoulis, Giorgos Doxakis, Dinos Angelidis, Brad Sellers, Kostas Baltatzkis, Goran Sobin.

Las principales novedades de la temporada eran Goran Sobin, ex pívot de la Jugoplástica de Split -luego Pop84- que no acabó de explotar nunca y Brad Sellers, jugador estrella con trayectoria importante en los Chicago Bulls del 86 al 89. El americano llegaba en lugar de Stojan Vrankovic, que se fue a los Boston Celtics. El equipo perdía en intimidación y rebote, pero ganaba en capacidad ofensiva.


John Korfas a una mano. Como siempre.

Kostas Politis había empezado la temporada como entrenador del PAOK. Fue sustituido por Sakis Laios y éste, a su vez, por Dragan Sakota. Es decir, en la mejor temporada de toda su historia, el PAOK cambió dos veces de entrenador. En Grecia ya por entonces se tenía poca paciencia con los entrenadores. El roster del PAOK era: John Korfas, Branislav Prelevic, Kenneth Barlow, Nikos Stavropoulos, Nikos Boudouris, Giorgos Makarás, Panagiotis Fasoulas, Memos Ioannou, Pit Papachronis, Achileas Mamatziolas, Giorgos Valavanidis, Lazaros Tsakiris, Nikos Katsikis, Tom Katsikis, Irving Thomas.

Barlow había sido el fichaje estrella de la temporada. Campeón de Europa con el Maccabi y subcampeón en dos ocasiones, llegaba en sustitución de Anthony Cook, que se fue a Denver. Eran jugadores de similares características aunque Barlow tenía muchísima más experiencia que el primero. Serviría de complemento a Fasoulas, que era como el "Vrankovic del PAOK".


Prelevic vs Giannakis.

Al respecto, los equipos “se contrarrestaban”. Korfas era a Prelevic lo que Giannakis a Galis y viceversa. El Aris había fichado a Vrankovic para “contrarrestar” a Fasoulas, aunque sólo pudo retenerlo una temporada. El impacto del fichaje de Sellers se contrarrestó con el de Barlow, etcétera, etcétera. Un equipo necesitaba del otro para sobrevivir y para crecer.

El play off del 91.

El formato antiguo hacía que los partidos entre posibles rivales de play off durante la liga cobrasen una importancia notable, ya que contaban a posteriori. Era una manera de hacer mucho más atractiva la fase regular, aunque supusiera un golpe duro para el equipo derrotado, que podía plantarse en la final con 2-0 en contra. Posteriormente se adaptaría el formato clásico que hoy conocemos, donde no se tienen en cuenta los resultados ante rivales directos durante la fase regular.

El factor cancha en los enfrentamientos PAOK-Aris de los 80 nunca fue decisivo porque ambos jugaban en la misma pista, el mítico Alexandrio Melathro, donde se metían 7000 personas a pesar de que el aforo máximo era de 5000. A las dos aficiones las separaba una cuerda y unos cuantos policías. Dentro del pabellón se respiraba un ambiente único en el que se gritaba, se fumaba -todavía hoy se fuma- y se lanzaban frappés de un lado a otro de la cuerda. Sudaban más los aficionados que los jugadores porque se pasaban el partido cantando y saltando. Desde una hora antes del partido los aficionados ya estaban en sus puestos animando a más no poder. Se quitaban las camisetas y las agitaban salpicando de sudor a los amigos.

El play off del 91 era el primero que se disputaba al mejor de 7. Sin duda, si algo hacía que aquellos partidos fueran extraordinarios era el hecho de que ambas entidades jugasen de local en el mismo pabellón. Estamos hablando de 7 finales en campo “neutral”.


A pesar de que el Aris seguía siendo el campeón, no eran pocos los que daban como favorito al PAOK porque llegaba en el mejor momento de la temporada y de toda su historia. Tras la consecución del título de la Recopa de Europa en Ginebra el 26 de marzo, el PAOK recibió un inesperado correctivo en la final de la Copa frente al Panionios de los hermanos Christodoulou el 10 de abril. Era la tercera final de Copa perdida de forma consecutiva; las dos primeras contra el Aris. Sin embargo, el PAOK reaccionó en la liga y llegó otra vez a la final.

Es más, a pesar de “empezar” el play off con 2-0 en contra porque el Aris había ganado los dos enfrentamientos de la fase regular (85-89 y 73-72), el equipo empató la serie. El PAOK parecía haberse quitado de encima la maldición de las prórrogas perdidas en el cuarto partido de la serie, que ganó por 74-65. Por primera vez en mucho tiempo el PAOK se mostraba superior al Aris y conseguía igualar el choque en unos play off finales.

El primer derby llegó pronto, en la segunda jornada, y acabó con victoria del Aris por 85-89 tras una prórroga. En Youtube está el partido casi entero. El primer vídeo empieza con el marcador 11-9.



Prórroga.





El segundo partido empieza a partir del minuto 3 y 40 segundos de este vídeo. Está casi entero.


Una rápida mirada a los números de la final es suficiente para comprender lo que fue aquello.

6 de octubre de 1990
PAOK-Aris
85-89 (prórroga)
1-0 (fase regular)
12 de enero de 1991
Aris-PAOK
73-72
2-0 (fase regular)
27 de abril de 1991
PAOK-Aris
84-79
2-1 (play off)
2 de mayo de 1991
PAOK-Aris
74-65 (prórroga)
2-2 (play off)
4 de mayo de 1991
Aris-PAOK
86-85
3-2 (play off)
8 de mayo de 1991
Aris-PAOK
81-80
4-2 (play off)

Tres victorias del Aris por un punto, dos partidos decididos en la prórroga y una diferencia máxima de 9 puntos. 

Después de haber empatado la serie con dos victorias consecutivas, el PAOK tiene también el quinto en el bolsillo. A falta de 14 segundos el PAOK gana 85-81 tras tiro libre anotado por Korfas. No quedan tiempos muertos y el Aris saca de fondo. Panagiotis Giannakis agarra el balón y arranca a correr como alma que lleva el diablo. Supera con enorme facilidad el marcaje de Korfas y penetra aprovechando el pasillo que le deja Fasoulas. No entiendo como ni siquiera se pone delante con sus 2,13 a estorbar un poco -sin hacer falta-. Quedan 9 segundos, suficientes para que el PAOK cometa la torpeza de su vida. Barlow, que tampoco intentó taponar a Giannakis, saca de fondo lanzando el balón hacia Fassoulas, que está casi en el medio del campo y de espaldas. Angelidis roba, la pasa a Galis, que bien marcado por Korfas, abre desde el aire a Giannakis que anota desde 7 metros en suspensión. Cinco puntos en menos de diez segundos que dan la vuelta al choque (86-85) y vuelven a colocar al Aris como máximo favorito. El PAOK jugó como nunca pero perdió como siempre. La maldición de los finales apretados reapareció de nuevo.


Quinto partido casi completo.


Giannakis parecía haber apuntillado al aspirante, sin embargo, el PAOK se rehízo y volvía a tener a tiro el sexto partido. Iba ganando por 78-71 y Papachronis disponía de un 1+1 a menos de 2 minutos para el final. Falló el pívot y en el siguiente ataque un triple in extremis de Giannakis (30 puntos) recorta a 78-74. Korfas anota dos tiros libres y vuelve a dejar la diferencia en +6 para el PAOK (80-74). A partir de ahí, dos tiros libres de Giannakis (32) dentro, un error de Fassoulas en el 1+1 -menuda piedra, macho-, un rebote ofensivo con canasta de Lipiridis deja la diferencia en +2 para el PAOK. Fasoulas la lía en el saque de fondo y pierde la bola con 11 segundos por jugar. Giannakis -que hace pasos por cierto- penetra y asiste a Sellers, que logra un 2+1. La falta, para mí dudosa, da la oportunidad al americano de cerrar la remontada. Papachronis consigue lanzar forzado en el otro aro pero no anota. El Aris vuelve a llevarse el título por séptima temporada consecutiva. Giannakis ha sido el hombre clave de la serie porque Galis no ha tocado la bola en los últimos ataques. Los errores infantiles del PAOK han vuelto a condenar al equipo de Sakota, que posiblemente jugó mejor que el Aris.

Si queréis saborearlo mejor, aquí está el sexto partido entero.







Lo que vino a continuación tampoco tiene desperdicio. Galis y Prelevic se enzarzaron a puñetazo limpio en medio de una caótica invasión de campo al tiempo que caían sillas y la policía intentaba intervenir. Prelevic acaba con la camiseta rota abrazado por Giannakis, que trata de poner paz mientras Fasoulas recibe golpes de un aficionado. La frustración y la rabia de la derrota contra la prepotencia y la chulería de la victoria. A Prelevic no le gustaron ciertos gestos de Galis y reaccionó de mala manera.


Sería la última liga de un equipo entrañable que se desharía la temporada siguiente, tras ganar la Copa del 92. El PAOK aprovecharía el bajón amarillo para conquistar la liga 91-92 frente al Olympiacós de la mano de Dusan Ivkovic. Se hizo justicia con un equipo que merecía una liga, aunque por el camino volvería a repetir errores infantiles como el de Fasoulas en la Recopa del 92. La marcha de sus estrellas a los grandes equipos de Atenas haría que la fuerza de los equipos de Salónica se diluyera como un azucarillo.

Los dos finales de partido juntos.



¿Lucha grecorromana o boxeo?

Baloncesto de otra época en la que el músculo no lo era todo -sólo hay que ver a Fasoulas o a Sellers-, donde el jugador no estaba obligado a afeitarse por contrato -véanse los sobacos de Galis o Giannakis- y donde no había ni tatuajes ni cintas en la cabeza. Una época en la que se veían jugadores "distintos" los unos de los otros. Había pocos hombres versátiles -salvo en Yugoslavia- y en cambio muchos especialistas. Tiradores poco ortodoxos -Subotic, Korfas- se mezclaban con finos estilistas -Barlow- y los pívots raras veces salían de la zona. ¡Y pobre del que se atreviese a tirar de tres! ¡Qué tiempos aquellos!