jueves, 13 de diciembre de 2012

Panagiotis Giannakis, el escolta puro.



Siempre tendemos a vincular a la figura de Panagiotis Giannakis con la de Nikos Galis. Sin duda, la aparición del griego-americano marcó un antes y un después en la historia del baloncesto heleno, elevando el deporte de la canasta a la categoría del fútbol. Sin embargo, los éxitos colectivos del base no hubieran sido posibles sin el escolta, probablemente el personaje clave en la historia del baloncesto griego. ¿Se ha sido injusto colocándolo siempre por detrás del mito? Poca gente sabe que la época dorada del Aris de Salónica coincidió con la llegada de Giannakis al club y no con la de Galis. Se ganaban partidos pero no campeonatos. ¿Acaso Giannakis no es el vínculo de unión entre las dos mejores generaciones de la historia del baloncesto griego?

En su día, O Drakos fue la pieza del puzzle que faltaba; hoy es la figura clave para entenderlo todo. Sin olvidar a jugadores y entrenadores de la talla de Ioannidis, Ivkovic, Obradovic, Albertis, Papageorgiou, Diamantidis o Papaloukas, hay que reconocer que Giannakis lo engloba todo.


Giannakis con el Ionikós en el pabellón de Platona.

Formado en las categorías inferiores del Ionikós, no tardó en llegar al primer equipo a edad muy temprana. El Ionikós de Nicea es uno de los muchos clubes de barrio que hay en Atenas, como el Peristeri, el Sporting, el Panelinios, el Íkaros, el Maroussi o el Panionios. Siempre a la sombra de los dos grandes, estos clubes dan oportunidad a jugadores jóvenes que, en caso de destacar, suelen venderse. Al ser nacido en el mismo barrio de Nicea, no tardó en convertirse en un ídolo para los aficionados locales. Panagiotis Giannakis a los 13 años ya alternaba con el primer equipo. Evidentemente eran otros tiempos y se daban más oportunidades a los jugadores de la casa que ahora. En la temporada 73-74 el Ionikós participa por primera vez en la división de honor y en la 75-76 consigue ganar el campeonato de Grecia en categoría junior.


Un joven Giannakis con las selección griega cadete.

Giannakis se convirtió en líder absoluto del equipo y no tardó en recibir la llamada de la selección. En 1975 ganó la medalla de bronce en el Eurobasket sub16 y un año después debutó con la selección absoluta. En la competición nacional el Panathinaikós era el claro dominador con el gran Apóstolos Kontos a la cabeza. Sin más aspiraciones que intentar conseguir alguna plaza europea, el Ionikós no tenía un gran equipo. Sin embargo, la gente llenaba el pabellón de Platona todos los fines de semana para ver a Giannakis.


Giannakis con el Ionikós.

Los mayores logros del club fueron una quinta y una sexta plazas en las temporadas 77-78 y 78-79. En el último año de Giannakis el Ionikós se clasificó para la Copa Korac, cayendo a las primeras de cambio. Con la marcha del Dragón el equipo ateniense perdió fuerza hasta caer a la segunda división.

En el norte, como he dicho, el Aris ganaba partidos pero no campeonatos. En la primera temporada de Galis, la 79-80, el equipo logró alcanzar la tercera plaza, un relativo fracaso porque se venía de ganar la liga la temporada anterior. Giannakis fue el máximo anotador de aquella liga. Sin embargo, la llegada de jugadores como Filipou, Doxakis o Romanidis, importantes en la rotación, fue gestando la formación de un equipo que haría historia. El regreso de Ioannidis a casa supuso un nuevo triunfo en la liga la temporada 82-83. Antes, en latemporada 80-81 tuvo lugar el histórico partido entre el Ionikós yel Aris en el cual Giannakis anotó más de 70 puntos. Galis fue el máximo anotador aquel año y Giannakis el segundo.

Giannakis defendiendo a Galis.

En la temporada siguiente el Aris perdió los dos títulos nacionales en menos de una semana. Especialmente dolorosa fue la pérdida de la liga porque se produjo en un partido de desempate en campo neutral contra el Panathinaikós. Durante el verano Ioannidis convenció a Giannakis para fichar por su equipo. Evidentemente, el entrenador le dejó bien claro que si no estaba dispuesto a compartir el liderazgo del equipo, lo olvidara. El escolta, consciente de que el club de Salónica estaba dispuesto a darle galones y a soltar mucho dinero, aceptó. 40 millones de dracmas de la época pagó el Aris por el jugador, un pastizal entonces.

  
John Korfas y Panagiotis Giannakis frente a frente.

Con Galis de base y Giannakis de escolta el Aris de Salónica dominó el baloncesto griego 7 temporadas consecutivas. 80 victorias seguidas, 5 dobletes, 7 ligas y 3 final four son grosso modo las cifras de aquel equipo histórico.

  
Aunque era ligeramente más alto que Galis, jugaba peor de espaldas que el base, que sabía aprovechar su anchura de hombros. Giannakis jugaba de cara al aro, destacando su lanzamiento lejano y su facilidad para asistir. Defendía mejor que el griego-americano y aunque a veces le tocaba emparejarse con hombres más corpulentos que él, sabía anticiparse y utilizaba con inteligencia sus largos brazos. Además de sus cualidades físicas, era un jugador inteligentísimo sobre el parqué, sabiendo lo que necesitaba el equipo en cada momento. Tanto él como Galis podían jugar de media más de 35 minutos y apurar entre los dos casi el 80% de las posesiones del equipo. No era muy rápido en la ejecución de sus movimientos pero sabía penetrar muy bien.

  
Los duelos entre el Barcelona y el Aris, un clásico de la época.

Giannakis era un jugador de raza como los que había antes, que lo protestaba todo y que se encaraba con quien hiciera falta. Gesticulaba exageradamente mientras las masas enfervorecían. No dudaba en incitar a animar los aficionados locales y en provocar a los visitantes. Era la prolongación de Ioannidis en el campo y no dejaba de dar indicaciones a sus compañeros e incluso los abroncaba si no hacían las cosas bien. Al contrario que Galis, serio y reservado, Giannakis era todo emotividad, llegando incluso casi hasta llorar de desesperación.

   
Elegido por Boston en el Daft de 1982.   

Sus grandes números en el Ionikós no pasaron desapercibidos en América y fue drafteado por los Boston Celtics en 1982. Recordemos que Galis lo había sido en 1979. Aunque acudió al campus veraniego de los Celtics, la idea de Giannakis siempre fue la de quedarse en Grecia. Hubiera sido curioso ver a unos Celtics con Galis, Giannakis y Larry Bird.


Mundobasket de España 1986.

El Aris dejó de tropezar en las finales en las que Galis era bien defendido porque el Dragón suplía con creces un día de sequía. Probablemente el más perjudicado con la llegada de Giannakis al Aris fue Haris Papageorgiou, que sin embargo seguía en el equipo tras la marcha de Vangelis Alexandris en el 82. Papageorgiou abandonó la disciplina del equipo con la llegada de Slobodan Subotic, jugador de parecidas características, en la temporada 87-88. Con Wiltjer y Misunov el Aris pretendía dar el salto a Europa aquel año.

   
El desdentado capitán en el Eurobasket de Atenas de 1987.

En el verano del 87 Galis y Giannakis pasaron a ser la pareja de moda del baloncesto europeo gracias a la sorprendente victoria de Grecia en elEurobasket. Un inicio de campeonato titubeante no hacía preveer lo que sucedió al final, un triunfo histórico que llenó de orgullo a la nación. En la final Giannakis se cargó de faltas demasiado pronto y no pudo ayudar como hubiera querido. En la retina de todos queda el codazo involuntario que se llevó de Tkachenko tras un rebote y que dejó al griego sin algún diente, y las protestas cuando los árbitros le pitaron la quinta.

  
Giannakis en el suelo tras el codazo de Tkachenko y celebrando la victoria con cara de sufrimiento.

El capitán vivió la prórroga desde el banquillo como un aficionado más. Grecia, que apenas lograba clasificarse para este tipo de campeonatos, pasó a ser un fijo a partir de entonces. Dos años más tarde la selección se colgaríala medalla de plata en Zagreb.

  
Giannakis contra la URSS en el Preolímpico de Seúl 88 y con Galis en el Europeo de 1989.

De las tres final four perdidas por el Aris todo el mundo coincide en que la segunda fue la que más cerca estuvo. Los amarillos encaraban bien la semifinal y dominaban de manera relativamente cómoda el partido contra el Maccabi hasta que se produjo la famosa tangana. Kevin Magee golpeó a Giannakis y éste se revolvió. Después del parón provocado por la pelea el Aris, que iba ganando 68-60 (min. 28) se desenchufó y el Maccabi lo aprovechó perfectamente. Todo el mundo se pregunta lo que hubiera pasado si no se hubiera producido aquella trifulca o si Giannakis no hubiera respondido.

 
La pelea entre Magee y Giannakis en la Final Four de Múnich. A hombros tras la consecución de la liga 90-91.

Ni Ioannidis ni Galis pudieron desquitarse nunca de aquellas derrotas, aunque lo intentaron en otros equipos, en cambio, de la mano de Panagiotis Giannakis el Aris conquistó la Copa de Europa -antigua Recopa- en la temporada 92-93. El capitán se quitaba un peso de encima y la amargura constante de tantas finales perdidas. Con su marcha al Panionios la temporada siguiente el equipo de Salónica perdía cualquier posibilidad de seguir peleando por algún título.

  
Recogiendo la Copa de Europa en Turín. En la final el Aris se impuso al Efes Pilsen por 50-48.

        
Giannakis defendiendo los colores del Panionios.


En el Mundobasket de Toronto 1994 con Steve Nash.

Los colosos de Atenas aprovecharon los problemas económicos de los equipos de Salónica para ir llevándose a todas sus figuras e intentar el asalto a Europa. El Panionios apostó fuerte por Giannakis con el objetivo de afrontar con posibilidades las tres competiciones, aunque quedó lejos. El equipo dio la cara en la Korac quedando eliminado en semifinales.

  
Presentación del PAO en la primera temporada de Giannakis y alineación de la segunda temporada.

Cuando solamente llevaba un año en Nea Smirni recibió la llamada de los hermanos Giannakopoulos, empeñados en formar un equipo campeón. Volvían a juntarse Galis y Giannakis, aunque ya con algunos añitos a sus espaldas. Por entonces el Olympiacós era el mejor equipo de Grecia y había llegado dos veces a la final de la Euroliga de la mano de Ioannidis.

  
Con el PAO en años de dominio rojo del Olympiacós.

En el verano de 1995 O Drakos capitaneó de nuevo a la selección que consiguió la cuarta plaza en el Eurobasket de Grecia.

La temporada 95-96, ya sin Galis pero con Giannakis y Dominique Wilkins, el Panathinaikós consiguió ganar la Euroliga en aquella polémica final de Paris frente al Barça. El tapón ilegal de Vrankovic, que los árbitros no quisieron ver, dejó en un segundo plano el inoportuno resbalón de Giannakis en el último ataque. Con 34 años y al borde del retiro, Giannakis conseguía por fin levantar la Copa de Europa que tanto había perseguido. Un brillante colofón a una carrera repleta de éxitos.

     
Con la preciada Euroliga.

Grecia se clasificó para los Juegos Olímpicos por segunda vez en su historia y Giannakis fue llamado por el seleccionador para jugar en Atlanta 1996. Allí se produjo su retirada definitiva.

 
En las Olimpiadas de Atlanta 1996.

Christodoulou, Giannakis, Fasoulas y Albertis en Atlanta.

La federación griega de baloncesto le ofrece el puesto de seleccionador el año 97, apenas uno después de su retirada. A pesar de no contar con la experiencia suficiente, consigue dos cuartas plazas, una en el Eurobasket 97 de España y otra en el Mundobasket de Grecia del 98. Posteriormente se toma un descanso y no reaparece en los banquillos hasta el año 2001, cuando ficha por el Panionios. La temporada siguiente se marcha al Maroussi, donde encuentra estabilidad, confianza y un buen grupo de jugadores jóvenes. Aunque en cuatro temporadas no gana ningún título, consigue una segunda, una tercera y una cuarta plaza en la liga además de un subcampeonato de Copa y uno de FIBA Europa League, la antigua Eurocup.

 
Con Spanoulis en el banquillo del Maroussi.

Tras la marcha de Giannakis en el 98 la selección griega sumaba un fracaso tras otro, sin lograr clasificarse ni para las Olimpiadas de Sydney ni para el Mundobasket 2002. Una quinta plaza en el Eurobasket de 2003 en Suecia fue lo más destacado de la particular travesía en el desierto del equipo. Para las Olimpiadas de Atenas 2004, Giannakis era el candidato idóneo y querido por todos. Sin embargo, las cosas se torcieron y Grecia cayó en cuartos de final contra Argentina. Los de Giannakis acabaron quintos.

  
Campeonato de Europa 2005, Belgrado.

Giannakis siguió trabajando con el mismo bloque de jugadores hasta el Mundobasket 2006. En 2005, la selección volvió a ganar el Eurobasket después de 18 años y en 2006, tras vencer a Estados Unidos en la semifinal, se colgó la medalla de plata en el Mundobasket de Japón. Una cuarta plaza en el Eurobasket de España en 2007 y un quinto puesto en las Olimpiadas de Bejing cerraban el círculo. El entrenador griego más laureado de la historia dejó la selección y con él un gran número de jugadores.

  
Levantando el trofeo del Eurobasket 2005 y con el capitán Michalis Kakiouzis.

  
Como entrenador del Olympiacós consiguió ganar dos copas y llegar dos años a la Final Four.

Los Angelopoulos se llevaron a Giannakis al Olympiacós, equipo con el que ganó dos copas y que clasificó para la final four las dos temporadas que estuvo. Un error de Bourousis en el último segundo frente al Panathinaikós privó a los del Dragón llegar a la primera final, cosa que sí se produjo la temporada siguiente. Sin embargo, en la final no hubo color y el Barça se llevó la Euroliga. La enésima derrota contra el Panathinaikós en la liga hizo que los Angelopoulos llamasen a Ivkovic y no renovasen a Giannakis, que dos años después fichó por el Limoges francés.

  
Medalla de plata en el Mundobasket de Japón 2006.

A pesar de que con Kazlauskas la selección gruega se colgó la medalla de bronce en el Eurobasket 2009, posteriormente las cosas no fueron bien. Algunas derrotas “sospechosas” y la negativa de algunos jugadores a acucir a las citas restaron potencial a un grupo que tocó fondo en el Preolímpico de Venezuela. Grecia no se clasificó para las Olimpiadas de Londres al perder contra Nigeria. Tarde o temprano Panagiotis Giannakis volverá a dirigir a la selección.


Entrenando al Limoges francés.

Panagiotis Giannakis empezó jugando prácticamente solo en un equipo humide. Luego entendió que para mejorar debía estar en un equipo ganador que tuviera posibilidades. Aprendió mucho de Giannis Ioannidis, sin duda, así como de todos los entrenadores con los que estuvo: Politis, Maljkovic, etc... Compartió vestuario con jugadores de la talla de Galis, Wilkins, Vrankovic, Alvertis o Paspalj, todos personalidades distintas que le ayudaron a mejorar. Se acostumbró a jugar partidos importantes y de ese modo se fue gestando su mentalidad ganadora. Bien pronto empezó a transmitir a sus compañeros lo que después transmitiría a sus jugadores. Tuvo a sus órdenes a jugadores con y contra los que había jugado. No sólo supo transmitir sus conocimientos sinó también su raza y su sentido del juego. Quizás sea Vasilis Spanoulis el jugador más influenciado por el de Nicea porque lo tuvo bajo sus órdenes en el Maroussi. Superó los duros golpes que le deparó la vida -fallecimiento de sus 4 hermanos (!!!)- con trabajo, dedicación y amor por el baloncesto.


Con Vladimir Tkachenko en el Europeo de Madrid 2007.

Spanoulis, Papaloukas y Diamantidis heredaron el espíritu del 87 con Galis, Giannakis y Christodoulou. No en vano, con Giannakis en el banquillo Grecia ha seguido realizando gestas increibles como la del Eurobasket 87. No dar nunca el partido por perdido y pelear hasta la extenuación ha sido una de las consignas más repetidas por el coach. Ése es el secreto.

Giannakis representa la esencia del baloncesto griego. Sin él posiblemente el baloncesto de este país no sería igual o no hubiera evolucionado como lo ha hecho. Ha sabido inculcar la pasión por el juego que tenían sus contemporáneos a los jugadores de ahora, técnicamente mejores pero mucho más “fríos”.