sábado, 29 de marzo de 2014

Un centenario agridulce.


El pasado 25 de marzo el Aris de Salónica celebró su centenario.

Aunque la situación por la que atraviesa el club no es la mejor  y los aficionados están que trinan, el acto que tuvo lugar en el Nick Galis Hall sirvió para recordar los buenos momentos.

En lugar de celebrar los cien años del club con un partido de fútbol o de baloncesto, se hizo con una reunión de viejos amigos.

Fueron las secciones grandes del club, el baloncesto y el fútbol, las que protagonizaron el encuentro. Fueron homenajeados los campeones de Copa de 1970 (fútbol), algunos miembros del Imperio Amarillo (baloncesto) y los ganadores de la liga de voleibol de 1997.


A pesar de que se trataba de un acto puramente festivo y de reconocimiento a viejas glorias del club, no faltaron la polémica y los reproches.

Evidentemente, yo fui al cumpleaños a ver a Nikos Galis y a Panagiotis Giannakis, que habían confirmado su asistencia. Aunque "Dios" vive entre nosotros, no se deja ver.

Para hacernos una idea de lo que significa Galis en el Aris, el acto no empezó hasta que llegó él. Cámaras y fotógrafos precedieron su entrada al tiempo que la gente se ponía en pie. A la ovación de gala le siguieron abrazos con viejos compañeros y saludos protocolarios a las autoridades. Se sentó en el centro del palco junto a Giannakis, desplazando al presidente y al alcalde a uno de los lados.


Me hice la misma reflexión de otras veces: si la sola presencia de Galis es capaz de llenar el pabellón 20 años después de su retirada, todavía hay esperanza.

El maestro de ceremonías leía su discurso desde un atril al tiempo que iban pasando imágenes en una pantalla. No me gustó demasiado el tono del mismo, a veces excesivamente agresivo, cuando no era el caso.

Al poco de empezar, entró el señor Tsitsikostas, que es el periferiarca, y se puso a la cola de los oradores. También estaba allí el alcalde, seguidor del Aris de toda la vida que incluso había pertenecido a la directiva años atrás.


En el momento en el que iban a empezar los discursos políticos, asomaron por la puerta los dos directivos de la sección de fútbol enviados por el presidente Lambros Skordas.

El público la tomó con ellos y empezó a caer de todo. Lo cánticos festivos se volvieron insultos contra los enviados. Por los micros se pedía calma, pero los pitos y los gritos iban en aumento. Hasta tal punto peligraba la integridad física de los volutarios y de los VIP que estaban sentados en el parqué, que los directivos tuvieron que irse.

A continuación, el público la tomó con los políticos, que se disponían a soltar su particular parrafada. Tsitsikostas, el último en llegar, se dispuso a coger el micro y la gente la tomó con él. No pudo decir nada, como tampoco el alcalde, Giannis Boutaris, que estuvo más de un minuto quieto con los micrófonos delante esperando inútilmente a que acabaran los pitos.


Lo vivido en el Nick Galis Hall no era otra cosa que la prolongación de lo que se había visto por la mañana en Atenas y Salónica: los políticos en el desfile y el pueblo a 500 metros protestando detrás de una valla.

Recuerdo que el día 25 de marzo es Fiesta Nacional y se celebra con desfiles militares por todo el país. Desde hace ya un par de años el público que asiste a los mismos lo hace previa invitación.

El más listo de todos fue Giannis Ioannidis, que no apareció porque supongo que sospechaba algo.

- “El mensaje ha sido recibido”, comentó el maestro de ceremonías, y así nos evitamos los pesados discursos.


Reaccionó bien el orador, porque dio paso a la grada, donde se encontraba el periodista Giannis Daskalou con otro micro. Lo primero que hizo fue bajar al parqué y llamar a Galis y a Giannakis para que dijeran unas palabras. Se rompía el protocolo, pero se recuperaba lo bonito de la fiesta. Gracias a Daskalou la ceremonia remontó el vuelo.

Tras los momentos de caos, las palabras de la pareja sonaron a música conciliadora. Ambos hablaron de mantenerse unidos en los momentos difíciles y de mirar al futuro con optimismo. La gente desde la grada le suplicaba a Giannakis que volviera mientras bajaban algunos futbolistas de los años 70.


Se entregaron unas medallas conmemorativas a los equipos citados anteriormente, aunque los más conocidos eran los jugadores de baloncesto: Giannakis, Kokkolakis, Sigalas, Galis, Misunov, Iliadis, Angelidis, Alexandrís, Papageorgiou...

Fue una tarde entrañable en la que se habló mucho del pasado, poco del presente y casi nada del futuro. Sin duda, en el ambiente pesaba la mala situación económica y deportiva de la entidad: la sección de fútbol intervenida y la de baloncesto ahogada por las deudas y el artículo 99.

El día siguiente del centenario se confirmó el descenso matemático del equipo de fútbol a segunda división. Nadie sabe qué pasará mañana.


Una vez concluido el acto, los aficionados se dirigieron en procesión hasta la Torre Blanca. Allí se lanzaron bengalas y hubo algo de pirotecnia, llenando el paseo de antorchas hasta una punta.


De la tarde en el pabellón, saqué un par de conclusiones:

- El Aris es una gran familia que vive anclada en recuerdos del pasado. Si Galis se implicase un poquito, el baloncesto volvería a estar arriba, pero no quiere. Por algo será.

- El divorcio entre la afición y los dirigentes es absoluto. Costará salir del agujero, sobre todo en el fútbol. 



martes, 25 de marzo de 2014

La final de la Copa Korac de 1994.


Con motivo del vigésimo aniversario de la consecución de la Copa Korac, el PAOK ha homenajeado a los jugadores que la consiguieron este fin de semana. Sirva como recuerdo la siguiente entrada sobre la final de la competición.

Tras la decepción de 1993 (derrota en la semifinal de la Final Four de El Pireo y tercer puesto en la liga), el PAOK afrontaba la temporada 93-94 lleno de incógnitas.

Para empezar, se vio obligado a vender jugadores. El extraordinario esfuerzo económico de la temporada anterior afectó a las arcas del club. El PAOK ya no podía permitirse semejantes dispendios. Muchos patrocinadores dejaron de apoyar o disminuyeron notablemente sus aportaciones; no era lo mismo jugar la Copa de Europa que la Copa Korac.

Panagiotis Fasoulas se marchó al Olympiacós y los aficionados la tomaron con él. Fue acusado de espía y traidor a pesar de haberlo dado todo por el club. Cliff Levingston volvió a la NBA (Denver), previo paso muy leve por la Buckler de Bologna. Ken Barlow, tras tres años en el PAOK, se marchó al Reggio Calabria. Una baja sensible ya que hablamos del mejor americano que ha jugado en el equipo blanquinegro, con permiso de Walter Berry. Nikos Filipou no renovó y se fue un año al Papagou de Atenas, donde se retiró.

A pesar de todo, el PAOK seguía siendo uno de los mejores equipos de Europa. Llevaba de tacada una Recopa, una final perdida –también de la Recopa- y una Final Four.

El Olympiacós optó por Roy Tarpley para afrontar la temporada con garantías cerca de la canasta. Walter Berry, pese a que había sido un elemento clave en la consecución del campeonato, no fue renovado y quedó libre para marcharse al PAOK.

Zoran Savic fue el elegido por Ivkovic para sustituir a Fasoulas en la posición de 5. Había formado parte de la Jugoplástika campeona de Europa con Maljkovic y de ahí había pasado al Barcelona, donde había jugado dos temporadas a un nivel más que aceptable.

El tercer gran fichaje del PAOK para la temporada 93-94 fue Nasos Galakteros, que llegaba prodecente del AEK de Atenas. Un tres moderno con muy buena mano que formaba parte del equipo nacional.

Con 18 años, Efthimis Rentziás era el pívot griego del futuro. Poco a poco le iría quitando minutos al limitado Christos Tsekos.

La espina dorsal era la misma que había llevado al PAOK a triunfar en Europa, basada en un puñado de jugadores nacionales trabajadores y dos estrellas, el griego-americano John Korfas y el serbio-griego Bane Prelevic. Junto a Nikos Boudouris, Giorgos Balogiannis, Achileas Mamatziolas, Georgios Balbanidis y Christos Tsekos formaban un buen grupo que seguía aspirando a todo.

Dusan Ivkovic afrontaba su tercera temporada en el club, aunque no la terminaría. En el cargo lo sustituiría Soulis Markópoulos, curiosamente el mismo entrenador del PAOK en 2014, veinte años después.

El PAOK entró en competición el 27 de octubre, directamente en los 1/16 de final. Se impuso al BK Stroitel por 77-81 fuera de casa y lo aplastó en Salónica por 101-56.


En la fase de grupos de 1/8 de final quedó encuadrado con el Reocaro Olimpia Milano, el KK Zagreb y el Caja San Fernando.

Derrotó al Caja San Fernando (82-87 y 92-89) y al KK Zagreb (84-70 y 77-91) en los dos partidos, mientras que contra el Reocaro, perdió en Italia (76-74) y ganó en Salónica (71-67). El PAOK acabó primero de grupo con 5 victorias y 1 derrota.


En el cruce contra el Scavolini Victoria Libertas de Pesaro, el PAOK fue derrotado con claridad en la ida por 82-66. En el partido de vuelta, los localesdestrozaron a los italianos (96-58) y se clasificaron brillantemente para las semifinales.


La Korac del 94 vio dos duelos “fratricidas” en las semifinales de la competición. El Panionios de Henry Turner, Panagiotis Giannakis y Fanis Christodoulou no pudo frenar al PAOK de Korfas, Prelevic y Berry, que se impuso en los dos partidos (83-85 y 82-64).

Por el otro lado del cuadro, el Stefanel de Trieste de Dejan Bodiroga, Gregor Fucka y Ferdinando Gentile se impuso al Reocaro de Alexander Djordjevic, Antonello Riva, Hugo Sconochini y Dino Meneghin. En Trieste los locales vencieron por 17 (96-79), mientras que en Milán lo hicieron los de Mike D’Antoni (103-96).
   

El PAOK empezó nervioso, sin ritmo, tenso. El Stefanel, por su parte, lo hacía concentrado, serio, metido. Gregor Fucka y Joe Calavitta dominaban el rebote ofensivo y daban las primeras ventajas (2-10).

Los locales llegaron al minuto 5 con sólo dos puntos anotados, ambos de Walter Berry gracias a dos tiros libre. Los italianos, sin embargo, no aprovecharon el bloqueo mental de los griegos para abrir brecha. Un pase largo de Prelevic que acababa en canasta fácil del americano rompía la monotonía (4-10).

Observo en el vídeo que con Korfas el PAOK juega demasiado estático hasta que Markópoulos lo cambia por Nikos Boudouris. A Galakteros se le ve poco y se va al banquillo por Balogiannis. Bodiroga, que se había sentido más cómodo con el griego-americano en pista, ya no lo está tanto. Ofensivamente hablando, el serbio se muestra inofensivo, tímido y errático.


Los ábritros cortan el juego constantemente y no dan continuidad a varias jugadas. Las canastas cuestan Dios y ayuda. Gentile empieza su festival de triples fallados, que llega a desesperar e incluso a contagiar al equipo.

El Stefanel debía ser uno de los equipos más altos de Europa. Por momentos coinciden en pista Bodiroga (2,05), Fucka (2,15), Lampley (2,10), Pilutti y Calavitta (1,98).

El PAOK aprovecha la sequía roja para ir recortando, gracias a la mejora en defensa y a bloquear el rebote. Se producen muchos errores en ambos equipos, a veces impropios de una final. Se pierden pases y se fallan bandejas y tiros cómodos. Del 2-10 se pasa al 11-10, que rompe Lemone Lampley.

El duelo Lampley-Berry es de lo más interesante del choque.

A partir del minuto 10, Zoran Savic y Walter Berry empiezan a jugar, aunque el americano es un coladero en defensa. En Lampley, Bogdan Tanjevic encuentra un filón. El pívot castiga una y otra vez la blanda defensa interior blanquinegra.

La tercera falta de Savic lo lleva al banquillo al tiempo que el Stefanel trata de rearmarse mediante defensas alternativas y aprovechando la ventaja de altura Bodiroga-Korfas.

Lampley y Fucka se sienten cómodos ante Tsekos, que no puede con ellos. Markópoulos se la juega y vuelve a llamar a Savic, que comete la cuarta falta a 2 minutos del descanso. Esta vez el elegido para sustituirlo es Rentziás, que saldrá de titular en la segunda parte.

Al descanso se llega con ventaja local por 35-28, una diferencia engañosa vista la igualdad. Ha sido un primer tiempo trabado, tenso, arrítmico... La regularidad anotadora y el dinamismo en el juego lo ponen Lampley y Berry.

Con un triple de Berry el PAOK se pone con 10 puntos de ventaja, una vez reanudado el encuentro. A Prelevic se le nota renqueante (acababa de salir de una lesión) y apenas tira a canasta. Gentile, por su parte, continúa fallando triples y lanzamientos cercanos.

Si al principio del partido el ritmo era italiano, ahora el panorama ha cambiado. Es el PAOK el que maneja la situación, con un Berry que absorbe el juego y sobre el que se cierran hasta 3 jugadores. La diferencia se amplía hasta los 14 (44-30).

Es muy curioso ver a Korfas emparejado con Bodiroga, Pilutti o incluso Fucka. Todos le sacan dos cabezas, pero no aprovechan la ventaja de altura. O no como deberían. El serbio se va diluyendo a medida que pasan los minutos. Soba demasiado la bola en zonas alejadas del aro. El único italiano que mantiene el tipo sigue siendo Lemone Lampley. Sin embargo, por el PAOK aparecen Galakteros y Korfas.

Cuando Walter Berry recibe en el poste bajo, se para el tiempo. Repite la jugada varias veces, yando hacia el centro desde la parte derecha y soltando una especie de gancho que acaba en la red tras rebotar una o dos veces en el aro. Ni Lampley ni Cantarello pueden con él. Tampoco las ayudas que reciben ni la zona de Tanjevic pueden evitar que el americano reciba una y otra vez.

Rentziás no aporta en ataque, pero sí en defensa poniendo algún tapón. El PAOK amplía la ventaja hasta los 17 puntos cuando Bodiroga toma la manija. El equipo italiano recorta a base de tiros libres y se coloca a 10 tras un triple anotado por Pilutti, el primero de 12 intentos por parte de los visitantes.

Gentile sigue obcecado. Con Pilutti el Stefanel juega mejor. Soulis Markópoulos arriesga y Zoran Savic vuelve a la pista a falta de 10 minutos.

El zurdo italiano sigue nefasto en el tiro, mientras que Fucka juega demasiado lejos del aro. El rosario de faltas y los constantes parones no benefician al juego. Un contraataque se celebra como si fuera oro, porque cuesta mucho encontrar situaciones de ventaja claras cerca del aro. Con 61-47, Gentile anota su primer triple (1 de 8).

El intercambio de canastas hace que se mantengan las diferencias (71-58). Bodiroga anota su primera canasta en juego cuando sólo faltan 3 minutos para acabar el partido.

El Stefanel recorta con Lampley, Calavitta y Fucka hasta ponerse a 7 puntos (71-64) y posesión. Korfas anota un triple que deja el marcador en el definitivo 75-66.

El primer choque termina con la sensación de que el PAOK podría haber ganado por más y de que el Stefanel tiene todavía opciones. Los italianos han pagado el lamentable porcentaje de triples (2 de 19) y el mal partido de Bodiroga en ataque (6 puntos, 4 de los cuales de tiro libre, en 32 minutos). Los griegos han dejado con vida a los visitantes, que confían en conseguir la remontada con la ayuda de su público. Al PAOK le han faltado los puntos de Bane Prelevic (10), recién salido de una lesión.

PARTIDO DE IDA: 9 de marzo de 1994.

Resultado: PAOK – Stefanel Pallacanestro Trieste 75-66.

PAOK: John Korfas (11), Branislav Prelevic (10), Nasos Galakteros (12), Walter Berry (23), Zoran Savic (15), Achileas Mamatziolas (-), Nikos Boudouris (2), Efthimios Rentziás (2), Georgios Balogiannis (-), Christos Tsekos (-). No jugaron ni Georgios Valavanidis ni Georgios Kouklakis.

Stefanel Pallacanestro Trieste: Dejan Bodiroga (6), Ferdinando Gentile (7), Claudio Pilutti (7), Gregor Fucka (12), Lemone Lampley (20), Alessandro de Pol (2), Davide Cantarello (2), Joe Calavita (10). Ni jugaron ni Jan Budin ni Filipo Cattabiani ni Andreas Brignoli.


En cuanto a las estadísticas, destaco lo siguiente:

-Pésimo porcentaje de triples: 2 de 10 el PAOK y 2 de 19 el Stefanel.

-17 rebotes ofensivos de cada equipo. El Stefanel cogió 16 defensivos y 17 ofensivos.

-Walter Berry juega los 40 minutos, anota 23 puntos con buenos porcentajes (9/15, 0/1 y 5/8) y coge 18 rebotes, 6 ofensivos.

-Zoran Savic, a pesar de jugar condicionado por las faltas, mete 15 puntos y coge 10 rebotes (4 ofensivos) en 27 minutos. La experiencia es un grado, sin duda.

-A Dejan Bodiroga le pasa el partido por encima: 1 de 10 en tiros de 2 y 0 de 4 en triples. Anota sólo 6 puntos y no da ninguna asistencia. Nando Gentile se queda en 7 puntos con 1 de 9 en triples.


El Pallazo dello Sport es pequeño, incómodo y está mal iluminado. El público está muy encima, como en Salónica.

El PAOK sale a la pista muy concentrado, consciente de que los primeros minutos son fundamentales. El Stefanel no empieza el partido arrasando y se ve sorprendido por los griegos (6-12).

El choque es mucho más vistoso que el primero, con ataques rápidos y mucha efectividad. Anota un triple Korfas, responde Bodiroga con otro y le sigue Gentile. Las estrellas del Stefanel tienen otra cara, pero el PAOK juega con mucha seriedad.

Con empate a 14 aparece Walter Berry como en la ida, destrozando a los locales en el poste bajo. En cuanto los griegos encuentran al americano, la iniciativa vuelve al equipo de Markópoulos, y Gentile se precipita. A pesar de que Korfas bota y requetebota, no cae en el error de no ir hacia el aro. La defensa se cierra y los tiradores blanquinegros aparecen en las esquinas.

Vuelve a ser Lampley el que trae el equilibrio dentro-fuera al Trieste. Se iguala la contienda (29-28), pero Prelevic parece recuperado, mala noticia para los locales. El serbio lleva anotados 13 de los 33 del equipo. Galakteros toma el relevo y anota dos triples seguidos.


Tanjevic empareja a Fucka con Berry, pero el americano sigue a lo suyo. Gregor desaparece en ataque y el equipo lo acusa.

Al descanso se llega con unos guarsimos muy altos (44-46) que favorecen a los visitantes. El PAOK lleva 5 de 6 en triples y 100% de efectividad en tiros libres. Markópoulos se va a los vestuarios satisfecho y con la sensación de tenerlo controlado, mientras que Tanjevic no encuentra soluciones.

La segunda parte empieza fuerte, con los dos equipos yendo a barraca constantemente. Se produce un interesante intercambio de canastas y continúa el duelo Berry-Fucka. John Korfas empieza a ralentizar el juego y a alargar los ataques exageradamente.

El pique Walter Berry-Gregor Fucka es lo mejor del partido y de la final. Probablemente, ahí esté la eliminatoria.

El Stefanel consigue imprimir un ritmo más alegre al juego y empata a 56. Necesita transiciones rápidas porque Korfas duerme el partido cada vez que coge la pelota. Con el público desbocado, Bodiroga marra dos triples en el mismo ataque. Gentile anota un 2+1 que adelanta a los italianos (59-56) y los locales se lo empiezan a creer.

Berry hace bailar a Cantarello, pero Ferdinando responde con un triple. Markópoulos se ve obligado a pedir tiempo muerto cuando el Trieste se pone 6 puntos por encima (66-60). Por primera vez peligra la eliminatoria para los de Salónica.

Son los momentos en los que el pistolero zurdo se siente más cómodo de toda la serie. Sin embargo, en el momento de apuntillar, falla el triple que pondría la eliminatoria a cero. Una canasta de 2 y un triple de Prelevic ponen las cosas en su sitio y enfrían a los aficionados. El alero comete la cuarta falta, pero se mantiene en pista a pesar de que todavía quedan casi 9 minutos.

El PAOK ha superado con éxito los pitonazos de los locales y Korfas ahora se dedica a templar. El base anota, asiste, manda y pone la pausa necesaria. Berry vuelve a poner al PAOK por delante. Sensación de equipo maduro, sólido, fuerte.

Mentalmente, Bodiroga (21) y Fucka (20) todavía están tiernos a pesar de que atesoran una calidad innegable. Al serbio le ponen algunos tapones y Fucka aprovecha poco sus largos brazos, además de estar hecho un fideo.

Pilutti anota de tres (79-75) en lo que parece que va a ser el sprint final de los locales. Se produce entonces un intercambio de triples espectacular: meten Boudouris (2), Korfas y Bodiroga (2). Se acerca el final y el PAOK aguanta la bola hasta que el Stefanel comete falta. La presión ordenada por Tanjevic no produce el efecto deseado. Pesa en exceso el resultado de la ida y ya no hay fe en la remontada

El correcalles, lejos de beneficiar, perjudica a los locales. Nadie defiende y la diferencia aumenta. Los últimos dos minutos sobran. El PAOK llega a los 100 puntos y la final termina. Es la primera Copa Korac de la entidad y el primer club griego que logra 2 títulos europeos distintos.


PARTIDO DE VUELTA: 16 de marzo de 1994.

Resultado: Stefanel Pallacanestro Triesta – PAOK 91-100.

Stefanel Pallacanestro Trieste: Dejan Bodiroga (24), Ferdinando Gentile (23), Claudio Pilutti (13), Gregor Fucka (9), Lemone Lampley (18), Alessandro de Pol (-), Davide Cantarello (4), Joe Calavita (-), Claudio Pol Bodetto (-). Ni jugaron ni Jan Budin ni Filipo Cattabiani.

PAOK: John Korfas (16), Branislav Prelevic (30), Nasos Galakteros (8), Walter Berry (26), Zoran Savic (8), Nikos Boudouris (12), Georgios Balogiannis (-). No jugaron ni Georgios Valavanidis ni Georgios Kouklakis ni Achileas Mamatziolas ni Efthimios Rentziás ni Christos Tsekos.


En cuanto a las estadísticas, destaco lo siguiente:

-El PAOK juega con 6 hombres (el séptimo es Balogiannis, que juega 2 minutos). Walter Berry y Zoran Savic, los pívots, juegan los 40 minutos. El serbio acaba únicamente con 2 faltas. No hicieron falta ni Tsekos ni Rentziás. El Stefanel no castigó el juego interior griego.

-El PAOK anota 9 triples de 11 intentos. Prelevic 3/3, Boudouris 2/2 y Galakteros 2/2. El Stefanel anota también 9, pero de 20 intentos.

-Walter Berry anota 26 puntos y coge 13 rebotes (todos defensivos), con buenos porcentajes (11 de 16 de dos).


-Bodiroga juega mejor que en la ida (5/14, 3/6 y 5/5) en 34 minutos. Fucka sólo tira 5 veces al aro. Prelevic, el termómetro del PAOK, mete 30 puntos con grandísimos porcentajes (5/8, 3/3 y 11/12). A los 40 minutos por los pívots, habría que añadir los 36 de Korfas y los 34 de Bane.

-Nando Gentile juega un buen partido (5/7, 2/8, 7/7) pero a veces se descontrola.

-Los problemas de la ida con el rebote, el PAOK los soluciona mejorando extraordinariamente los procentajes de tiro: 24/38, 9/11 y 25/26. A pesar de ello, el Stefanel captura 9 rebotes ofensivos por 3 el PAOK.


-Los porcentajes del Stefanel no son malos, pero al lado de los del PAOK...: 25/50, 9/20,14/16.


-La clave de la final tiene un nombre: Walter Berry. Los de Bogdan Tanjevic no son capaces de frenarlo en los 80 minutos que dura la serie. El americano no descansa ni en la ida ni en la vuelta, anotando 49 puntos y cogiendo 31 rebotes en total, con unos porcentajes de tiro francamente buenos (y sin tirar de tres). Un placer verlo jugar.


jueves, 20 de marzo de 2014

La última generación azul (II): Dimitris Diamantidis, Sofoklís Schortsanitis y Savvas Iliadis.

Savvas Iliadis, Dimitris Diamantidis y Lázaros Papadopoulos.
Dimitris Diamantidis jugó en su ciudad natal, Kastoriá, entre 1994 y 1999. Con 19 años se trasladó a Salónica para formar parte de la plantilla del Iraklís. Sin duda, un club ideal para completar su formación. Para alguien que nunca había salido de su ciudad, el club azul era perfecto: cálido ambiente, casi familiar, gente humilde, confianza en la cantera y sin presión por ganar títulos.

Diamantidis y Chatzivrettas "hundiendo" al Aris.
No es necesario comentar lo que ha significado Diamantidis para el baloncesto griego y europeo. Para muchos, hablar de Diamantidis es hacerlo del mejor Panathinaikós de la historia, pero conviene no olvidar el pasado. Antes de lucir con los verdes, el base ya había hechos de las suyas con los azules. El ídolo de la afición durante sus primeros años era Nikos Chatzivrettas, que disponía de muchísimos minutos de juego; Dimitris fue el encargado de tomar el relevo cuando éste se fue a Rusia.

Diamantidis emparejado con Bodiroga.
Ambos coincidieron las tres primeras temporadas de Diamantidis en el club. Nikos Chatzivrettas y Lázaros Papadopoulos, que se convirtió en uno de sus mejores amigos, ayudaron al chaval de Kastoriá en sus inicios como azul.

Contrariamente a los jugadores citados anteriormente, la mejor versión de Dimitris la han visto en el OAKA. Sin embargo, ver los escasos vídeos del jugador cuando estaba en el Iraklís es un lujo. Nos muestran a un Dimitris Diamantidis delgadito, veloz, ligero y versátil. 3D vacilándole a Bodiroga, corriendo el contraataque y haciendo mates por encima de tíos más altos era puro espectáculo.

Diamantidis y Lázaros tapando a Chatzivrettas.
Creció a la sombra de otros hasta que eclosionó. Empezó a ser conocido y a acudir a las convocatorias de la Selección, pero el éxito nunca se le subió a la cabeza, contrariamente a lo que sucedió con Sofo. Siempre fue consciente de hasta donde podía llegar y puso por delante los intereses del equipo a los suyos propios.


Diamantidis evolucionó ayudado por el capitán Alvertis, Jasikevicius y Obradovic. Siempre fue consciente de donde venía y mantuvo la humildad incluso cuando le daban premios individuales. Huidizo y tímido ante las cámaras, se dedicó a jugar sin gestos de cara a la galería.


Para explicar el éxito que ha tenido hay que remontarse a sus inicios en el Iraklís, un club sencillo que le ayudó a crecer.

Dimitris Diamantidis (1980).

Clubes: Kastoriá (1994-1999), Iraklís de Salónica (1999-2004), Panathinaikós (2004-actualidad).

Palmarés: 8 ligas de Grecia con el Panathinaikós, 8 Copas y 3 Euroligas (2 tripletes). 8 veces en el mejor quinteto de la liga, 5 veces MVP, 6 veces mejor defensor de la Euroliga, 4 veces en el mejor quinteto de la Euroliga, 2 veces MVP de la Final Four, 2 veces mejor asistente de la liga, elegido mejor jugador de Europa (2007), MVP de la Euroliga (2010). Es el máximo asistente y el máximo “ladrón” de la historia de la liga griega.

Con Grecia: oro en los Juegos del Mediterráneo 2001, oro en el Eurobasket 2005, plata en el Mundobasket 2006 y oro en la Copa Stankovic 2006. Miembro del mejor quinteto del Eurobasket 2005 y mejor asistente.

El Iraklís de la temporada 2001-2002
Sofoklís Schortsanitis llegó con 15 años al Iraklís de Salónica procedente del Iraklís Potamiás de Kavala, donde había comenzado a jugar con 12. Estuvo en el club tres temporadas, desde el año 2000 hasta el 2003.

Lázaros y Sofo en el poste bajo.
El mismo año de su llegada, debutó con la selección cadete. Con el senior del Iraklís jugó por primera vez el 17 de febrero de 2001 contra el Panionios, un día que Papadopoulos tenía fiebre. El joven Sofo jugó otro ratito contra el Olympiacós, tanto en la liga como en los play off, pero nada más, porque apenas tenía 16 años.

En su segundo año, el pívot juega una media de 6,7 minutos y mete casi 3 puntos por partido. No es hasta el tercer año que Sofoklís se destapa, gozando de más minutos (21 por partido), anotando más puntos ( 11,5) y cogiendo más rebotes (6,1).


Schortsanitis es elegido el mejor jugador joven de la liga griega de la temporada 2002-2003. Sin duda, la marcha de Lázaros al Panathinaikós había beneficiado al pívot, que se había convertido en el nuevo socio de Diamantidis. “Con él era como empezar con 10 puntos anotados, gracias a las asistencias que me daba”.Parecía el comienzo de la carrera de un jugador grande, nunca mejor dicho, con un futuro espectacular. El dominador de la zona en los años siguientes. Era joven, sabía aprovechar muy bien el cuerpo y entendía el juego. Desgraciadamente, los cantos de sirena que hablaban de lo bueno que sería no le hicieron bien.

En junio de 2003, Sofoklís Schortsanitis es elegido por Los Angeles Clippers en el número 34 del Draft. La elección le pilló al griego cuando estaba concentrado con la selección junior, puesto que se jugaba el Mundial en la misma Salónica. “Me gustaría jugar en los Clippers, incluso este año”.

Tras la elección, el Gordo cambió. Dicen que se le subió a la cabeza y empezó a comportarse de manera extraña. Los rumores cuantan que apareció con una camiseta de los Clippers con su nombre en la espalda en las playas de Chalkidikí.


Grecia pretendía recuperar el trono mundial junior logrado en 1995 de la mano de una generación prometedora: Mavrokefalidis, Vasileiadis, Apostolidis, Schortsanitis... Sin embargo, en Salónica las cosas no salieron como se esperaba y la Selección acabó tercera. En la semifinal, Baby Shaq se lió a puñetazos con Silinskis y con Linas Kleiza. Lituania ganó el partido por 72-73 y Schortsanitis (17 puntos),  literalmente, se volvió loco. No contento con la pelea a guantazos, arremetió contra las vallas publicitarias, las bolsas que había por ahí e incluso coches al salir del pabellón. La noticia corrió como la pólvora y todo el mundo se puso a hablar del carácter conflictivo del jugador. El Panathinaikós, que tenía pensado ficharlo, se echó atrás.

Sofo deja clavado a Lázaros Agadakos.
Quedó libre del Iraklís y firmó por el Cantú, donde continuarían las aventuras. A pesar del prometedor inicio de temporada, Sofoklís dejó de cuidarse y empezaron los problemas de peso. Marcharse del equipo azul fue un error grave. Con 18 años cumplidos, le hubiera hecho bien seguir en Salónica, en un ambiente que conocía y en el que se sentía cómodo. Imagino que le convenció el contrato que le ofrecieron, pero el dinero no lo es todo.  

Los rumores dicen que la paciencia de los dirigentes italianos terminó después de que a Schortsanitis se le quemase la casa. Un día volvió de madrguada tras salir de fiesta con el equipo y se puso a cocinar patatas fritas. Se durmió y se le quemó la casa.

Sofo anotando ante Glyniadakis.
Recalcati sabía de la vida desordenada del joven y le pidió que controlara su alimentación. Sofo le aseguró que tenía mucho cuidado con ella, pero el entrenador le contestó: “no controlas tu alimentación y me consta. La pizzería donde comes cada noche en Cantú es de mi hija.”

Los pecados de juventud de Schortsanitis continuaron en el Aris. El entrenador Charles Barton se quejó de las ausencias a los entrenamientos y del exceso de peso. Además, Sofo salía de noche y bebía. Cada vez que los aficionados del Aris se lo encontraban de juerga, los chivatos enviaban mails –no había Twitter- al club explicándolo.


Desapareció un mes del equipo para intentar volver a coger el tono y perder los kilos que le sobraban. El Aris le propuso la renovación bajándole el sueldo un 40% y amenazó con multarle cada vez que se ausentase o se saltase el régimen interno del club, algo que Sofo no aceptó. Una pena su inconstancia y su poco espíritu de sacrificio, porque en los minutos que jugaba era imparable. Con los amarillos llegó a la final de la Copa. Tenía la edad ideal, había vuelto a su ciudad y la gente lo quería, pero no aceptó el reto. Me da la impresión de que nunca estuvo bien aconsejado.

En 2005, Sofoklís acude a la concentración de la selección junior que va a participar en el Mundial de Argentina. En Karpenisi, Baby Shaq le vacila a todo el mundo. Se niega a seguir el programa de los demás, se pasea en chanclas por el lugar como si estuviera de vacaciones y abandona algún entrenamiento. Ante tal actitud, Sofo queda fuera del Mundial “por no estar preparado ni psicológica ni deportivamente”. Se comportaba como un niño mimado. Es un inmaduro. Sorprendentemente, declara: “no quiero ir al Mundial porque no tiene nada que ofrecerme. No hay ningún equipo que tenga un jugador que pueda pararme”. Cuentan que durante un entrenamiento realizó un mate en la cara de Mavrokefalidis y abandonó directamente el entreno alegando que no había nadie que pudiera con él.

Tras el verano, continuaron las peripecias. Firmó por 5 años con el Olympiacós y prometió ser bueno. El primer año en El Pireo fue muy positivo, siendo el máximo reboteador y el segundo anotador del equipo.

Mundobasket 2006.
Cuando llega el Mundobasket de 2006, Sofoklís Schortsanitis está centrado y fuerte. Panagiotis Giannakis saca lo mejor de Baby Shaq en el campeonato. La mejor versión del Gordo llega en el partido contra Estados Unidos, dejando boquiabiertos a los pívots y a los periodistas americanos.

Sin embargo, de regreso a casa, Sofo vuelve a las andadas. Parece que al jugador le cueste digerir el éxito, porque los problemas con Pini Gerson no tardan en llegar. No se cuida. Renuncia al Eurobasket 2007 para ponerse a punto para la temporada siguiente, pero no hay manera, el exceso de peso es evidente.

Hartos de tantos problemas, los directivos rojiblancos deciden enviarlo a una clínica de Suiza durante el mes de enero de 2008 para que siga un programa específico que le haga perder peso. Al principio, Big Sofo se niega a ir y el Olympiacós anuncia que el Gordo deja el club. Schortsanitis entra en razón y acaba viajando al país helvético, con lo que mantiene su vinculación con los del Pireo.

Los hermanos Angelopoulos eligen a Panagiotis Giannakis, entre otras cosas, porque parece ser el único capaz de hacer entrar en vereda al pívot, como sucedió en 2006. El jugador, que había llegado a pesar 200 kilos, empieza la temporada con 167.

Acude a los Juegos Olímpicos de 2008 y al Eurobasket de 2009, y afronta la última temporada en el club pireota, curiosamente la mejor de las cinco. Sin embargo, parece que nadie se fía de él en Grecia y acepta la oferta del Maccabi.

Schortsanitis reconoce que “no sé que hubiera sido de mí si no hubiera conocido a mi mujer”. Por fin Baby Shaq asienta la cabeza y rinde como nunca en Israel. David Blatt se empeña en ficharlo y no para hasta que lo consigue. Tras dos años en Tel Aviv y un paréntesis en el Panathinaikós, que le sirve para ganar la liga y la Copa, regresa al Maccabi.

Schortsanitis en 2002.
Me pregunto dónde hubiera llegado Schortsanitis si en lugar de haber dejado el Iraklís en 2003 lo hubiera hecho, por ejemplo, en 2005.

Sofoklis Schortsanitis (1985).

Clubes: Iraklís Potamiás de Kavala (hasta 2000), Iraklís (2000-2003), Pallacanestro Cantú (2003-2004), Aris (2004-2005), Olympiacós (2005-2010), Maccabi de Tel Aviv (2010-2012), Panathinaikós (2012-2013), Maccabi de Tel Aviv (2013-actualidad).

A Sofo lo disfrutaron demasiado poco los aficionados del Iraklís.
Palmarés: 1 Copa de Grecia con el Olympiacós (2010), 1 liga y una Copa con el Panathinaikós (2012-2013), 2 ligas de Israel con el Maccabi (2011 y 2012) y 3 Copas (2011, 2012 y 2014). 5 subcampeonatos ligueros con el Olympiacós, 2 de Copa y 1 de la Euroliga, a parte de llegar a otra Final Four.

Con Grecia: bronce en el Eurobasket U18 2002 y en el Mundobasket U18 2003 de Salónica. Plata en el Mundobasket 2006 y bronce en el Eurobasket 2009.

Savvas Iliadis en el Ivanofio.
El jugador menos conocido del quinteto de principios de la década es Savvas Iliadis. Empezó a jugar en el Aias Evosmou de Salónica (2000-2002), como Chatzivrettas, y de ahí pasó al Iraklís, donde estuvo 3 temporadas (2002-2005). A diferencia de los anteriores, que completaron su formación en el equipo azul, Iliadis llegó al club con 23 años. Ya era un jugador hecho, aunque no había tenido la oportunidad de jugar en primera.

Ganó la plata en los Juegos del Mediterráneo de Almería el mismo verano en el que sus compañeros ganaban el oro en el Eurobasket de Belgrado (2005). Esta situación define bastante bien el hecho de que Savvas no acabó de dar el salto que sí dieron Diamantidis o Chatzivrettas. Se quedó un escalón por debajo. En total sólo jugó 10 partidos con Grecia, los 5 de preparación para Almería y los 5 del campeonato, anotando una media de 16,4.

Con la marcha de Nikos Chatzivrettas, Savvas estaba llamado a ser uno de los líderes del equipo. Aunque físicamente más débil, era mejor tirador que Nikos y jugaba de alero. Era un jugador de perímetro con muy buena mano desde fuera.

Su progresión se estancó a pesar de que hizo carrera en la liga. Los aficionados habían puesto sus esperanzas en él porque sus actuaciones en edad juvenil habían sido muy destacadas.
 
Iliadis, Diamantidis, Lázaros, Georgios Dedas... en los vestuarios el Ivanofio.
Savas Iliadis (1979).

Clubes: Aias Evosmou (2000-2002), Iraklís (2002-2005), Panionios (2005-2006), Panellinios (2006-2007), Aris de Salónica (2007-2009), Kavala (2009-2010), Iraklís (2011), Ermis Langadá (2011-actualidad).

Palmarés: plata en los Juegos del Mediterráneo Almería 2005