domingo, 13 de diciembre de 2015

Maneras de despedirse.


Para un deportista de élite, no es fácil decir adiós. Cuando se acerca el inevitable momento, cuesta elegir la manera de hacerlo. 

En mi opinión, es mejor una retirada a tiempo que años de patético declive. Ver a grandes jugadores deambulando por ahí y cambiando de equipo cada dos por tres es bastante triste. Es inútil resistirse al paso del tiempo. Sin embargo, aquel que sabe que se acerca su hora y se aparta a un lado, puede hacer que su retiro no sea tan traumático. En el fondo, es algo tan sencillo como conocer los propios límites de cada uno. Quizás me traicione mi mentalidad europea, cierto, porque veo a muchos jugadores veteranos que asumen con toda tranquilidad el paso del tiempo y aceptan su nuevo rol con total naturalidad. Entienden que no es malo jugar menos. Se puede aportar al grupo desde el banquillo y ayudar a hacer mejores a los compañeros.

Este año se van dos grandes: Dimitris Diamantidis y Kobe Bryant. La decisión que han tomado es la misma, pero ha sido comunicada de dos maneras totalmente distintas.

Nada tiene que ver el griego con el americano, me diréis, pero me interesa sacarle un poco de punta al asunto porque ha llamado mi atención.


Diamantidis y Kobe son dos estrellas que han dominado el panorama baloncestístico los últimos 15 años, uno en Europa y el otro en la NBA. Aun siendo dos cracks del deporte de la canasta, tienen poco que ver.

Antes de comenzar la temporada, Dimitris Diamantidis anunció en una entrevista que al final de la temporada dejaría el baloncesto. Consciente de su lento pero progresivo declive, Diamantidis aceptó de buen grado la situación. Tomó una decisión valiente y difícil, pero el de Kastoriá lo tenía claro. Como lo tuvo claro cuando dejó la Selección o cuando afirma sin titubeos que nunca fue su objetivo jugar en la NBA. Demostró madurez.

Los problemas surgidos durante la temporada anterior, hicieron que el capitán tuviera que jugar más de lo necesario. Empezó participando poquito en la liga para reservarse para la Euroliga, pero acabó jugando muchísimo. La temporada se le hizo larga y el cansancio se acumuló en sus piernas. Se tomó el verano para reflexionar y deció, en frío, que lo mejor era abandonar en 2016.

Pero ojo, el base verde anunció que se iba a final de la temporada porque “me siento fuerte para aguantar un año más al 100%. Quiero darlo todo este año y conseguir títulos con el Panthinaikós”. Físicamente se siente bien, de lo contrario igual se hubiera ido antes. Acepta su destino. No entra en su cabeza el hecho de arrastrarse por las pistas y alargar su carrera hasta los 38 o los 39 años. Además, Dimitris es un chico muy normal nacido en una ciudad pequeña. Ha formado su propia familia, a la que le quiere dedicar más tiempo.

Sorprende la sencillez y humildad de Diamantidis, cuando podría ir por ahí de mega estrella después de tantos años en la élite. Siempre alejado de los focos, nunca ha dado que hablar fuera de las canchas. Apenas ha concedido entrevistas en todos estos años y todas sus decisiones han sido meditadas. Incluso cuando abandonó la Selección por sorpresa en el Mundobasket de 2010, lo tenía muy pensado.


La manera de decir adiós de Kobe Bryant ha sido totalmente distinta. No sé si premeditadamente o no, pero al terminar un partido de liga, comunicó su decisión. A partir de ahí, reportajes, análisis y un “poema al baloncesto”. Muy americano todo, con muchos focos y cientos de periodistas haciéndole preguntas. Nada que ver con la marcha del capitán verde.

Kobe, al contrario que Dimitris, se va “haciendo ruido”. La bomba informativa, no sé si fue un impulso o no –se lo dice a Rivers en medio del partido-, tiene una repercusión enorme.

En mi opinión, Bryant debería haber anunciado su marcha al principio o al final de la temporada, pero no durante la misma. No ha sabido elegir el momento. ¿Tan poco le importa lo que le pase a la franquicia a partir de ahora?


Los Lakers llevan varias temporadas dando pena. No me atrevo a decir hasta qué punto es culpa de Kobe, pero está claro que no es el que era y que todo lo que hace influye. Verle renqueante tirarse hasta las zapatillas es poco edificante, la verdad.

El angelino anuncia su marcha de manera repentina cuando queda más de media temporada por delante. La realidad es que una vez que Kobe finaliza la rueda de prensa, la temporada lagunera ha terminado. De aquí al final, partidos de la basura.


Evidentemente, el anuncio marca un antes y un después, aunque no en el tema estrictamente deportivo puesto que los Lakers siguen dando pena. Eso sí, nunca un equipo tan flojo va a llenar tantos pabellones. Marcelinho Huertas podrá explicarles a sus nietos que “yo debuté en los Lakers la temporada que Bryant lo dejó”.

Kobe Bryant ha pasado de ser un jugador de baloncesto a una estrella de cine. Al margen de algún que otro escándalo fuera de las pistas, que también los ha habido, siempre ha sido el protagonista de la cancha. Me pregunto qué pensarán los otros jugadores del equipo. ¿Podríamos decir que el alero es un “ex jugador en activo”? Él mismo reconoce que físicamente “no puede”. El espectáculo de salir a tirar triples o intentar batir algún récord antes de terminar, no es más que un patético cortometraje que se repite noche tras noche. Claro que, como todos sabemos, en la NBA se respeta enormemente la carrera de uno y los éxitos, aunque lejanos, no se olvidan. Y menos de Kobe, que fue el número uno de esto. En Europa echo en falta ese respeto por los grandes.

Me gusta que cada noche sea recibido con aplausos en todas las pistas, algo que en Grecia sería imposible. Lo que no entiendo es por qué Doc Rivers se empeña en renidrle un homenaje cada día. Discrepo de tanto “culto al líder”.

Kobe tira tres, cinco, diez, quince veces, con porcentajes indignos y alguna que otra piedra. Además, juega 30 minutos por partido. Los Lakers van sumando derrotas y a nadie parece importarle. La gente quiere ver a Kobe, claro, pero no al Kobe que se ríe cuando pierde la bola o que se sienta en el banquillo porque “no puede”. O por lo menos, eso es lo que yo no quisiera ver.

Si el alero hubiera aceptado la realidad y se hubiera apartado ligeramente para dejar el protagonismo a los más jóvenes, quizás los Lakers no estarían tan mal y el futuro no sería tan negro. Además, Bryant no acabaría destrozado en cada partido.


Que conste que para mí Kobe ha sido el heredero de Michael Jordan, pero no me ha gustado su manera de decir adiós. 

Quizás la marcha de Diamantidis haya tenido menos repercusión de la esperada, pero en Europa no dominamos algunos temas como en Estados Unidos. No veremos homenajes al de Kastoriá en ninguna pista de Europa –en Grecial tampoco, por supuesto-, pero podría estar bien. Tampoco sé si a Dimitris le haría mucha gracia.

Diamantidis se va lanzando un mensaje claro a su equipo: aguanto este año por vosotros y porque quiero acabar por la puerta grande. Es una manera extraordinaria de motivar a sus compañeros y a su afición. En cambio, Kobe parece decir: yo me voy y ahí os quedáis con el marrón. Eso sí, antes de terminar le daré al público lo que quiere ver: pan y circo.


Dimitris Diamantidis y Kobe Bryant, tan iguales, tan distintos. 

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Griegos en la ACB: suspenso general (y II).

Unicaja Málaga:


Kostas Vasileiadis firmó por cuatro años en 2005, pero siguió jugando cedido en el PAOK hasta el final de la temporada. Se incorporó al Unicaja para reforzar al equipo de cara a los play off 2005-2006 y jugó tres partidos. Aportó su granito de arena a la consecución del título de liga.

La temporada 2006-2007 la jugó completa. No acabó de adaptarse a la ACB y al terminar la temporada volvió a Grecia para jugar en el Olympiacós. Tras un primer regreso a Salónica y varios años en Bilbao, en 2014 Kostas vuelve a Unicaja.

Su rendimiento el año pasado no fue bueno, como él mismo reconoció. Demasiados problemas físicos. Ya no era el Kostas agresivo de antaño. Regresó al PAOK cuando terminó el curso. Vasileiadis no triunfó en Málaga pese a que lo intentó varias veces.


Giorgos Printezis (2009-2011) rindió a buen nivel hasta que casi se rompió la crisma. Una mala caída tras un mate le provocó una grave lesión en el hombro. Cuando volvió, no era el mismo. El Unicaja tuvo problemas aquel año, con Aíto en el banquillo, que no se resolvieron. Printezis fue claramente de más a menos y en 2011 regresó al Olympiacós por menos dinero. Jugó 52 partidos en la ACB con un promedio de 8,5 puntos y 2,8 rebotes en 18 minutos.

Giannis Gianoulis (2004) firmó para jugar los play off de la ACB. Estuvo un mes bajo la disciplina de Sergio Scariolo y su rendimiento no fue malo pese a caer contra el Barcelona en semifinales. Demasiado poco tiempo como para juzgar. Volvería a la ACB para jugar en Sevilla. Su primer paso por España por lo menos le sirvió para volver a sentirse jugador, tras un año suspendido por dopaje –jugó en una liga menor de Estados Unidos- y otro recuperando sensaciones en el Panionios.

Bilbao Basket:

Fotis Katsikaris (entrenador 2010-2013) consiguió llevar al Bilbao Basket a la final de la ACB. Practicó un baloncesto atractivo que sedujo. El efecto Miribilla dejó colapsado al Real Madrid. Aunque en la final el equipo cayó a las primeras de cambio, Fotis metió al equipo en Euroliga.


Kostas Vasileiadis (2010-2013) vivió sus mejores años como profesional en Bilbao. Baloncesto de altura. Sus grandes actuaciones le valieron para ser considerado uno de los mejores tiradores de la liga. Kostas se ganó a la afición y cumplió con creces. Desde entonces, su carrera ha ido claramente hacia abajo.


Nikos Zisis (2012-2013) llegó la última temporada de Katsikaris y Vasileiadis. Cumplió sin más. Aportó solidez y experiencia en la dirección. Una pena que no hubiera llegado antes. Nikos eligió Bilbao el año en el que afloraron una serie de problemas extradeportivos que perjudicaron a la plantilla. Llegaba de Siena, donde el club acababa de quebrar, y firmaba por Bilbao, que tenía problemas para pagar las nóminas y no encontraba patrocinador.

Dimitris Mavroeidis (2010-2012) llegó de la mano de Katsikaris, procedente del milagroso Marousi que ganó al Panathinaikós en la Euroliga. Un 2,12 con muy buenos fundamentos que daba descanso a los pívots titulares. No lo hizo mal, pero nunca fue un primer espada. Se revalorizó. Fichó por el Olympiacós, donde apenas gozó de oportunidades. Además, se lesionó de gravedad. Acabó en Kifisiá, donde se convirtió en uno de los mejores pívots de la liga griega. Una buena noticia que haya recuperado el nivel. Al poco de empezar la temporada, fue fichado por el AEK.

Michalis Kakiouzis disputó en 2011 partidos de pretemporada, pero no llegó a debutar, lo mismo que Dimitris Verginis.


Nikos Pappas perteneció al club entre desde 2008 hasta 2011, pero no llegó a debutar con la primera plantilla. Fue cedido al Real Madrid B un año y al Kolossos Rodas un par. Un feo asunto contractual que se tuvo que resolver en los tribunales terminó con una relación que ni siquiera había comenzado.

Giorgos Bogris llegó al Bilbao en 2015 procedente del Andorra. Lleva varios años estancado. Ganó dos ligas griegas con el Panathinaikós y una Euroliga, pero su papel fue testimonial. Pívot fuerte de la segunda unidad. En el PAOK le daban más bola sus compañeros y por eso brillaba. Me gustaría que dejase de ser resultón. Su última temporada en el PAOK fue francamente buena y le valió para ser considerado el jugador de mayor progresión.

Andorra:


Giorgos Bogris (2014-2015) fue el primer griego en jugar en el Andorra. Cumplió sin más. El equipo salvó la categoría y Bogris alternó días buenos con días malos. Nada destacable. El club quería contar con él otra temporada, pero prefirió marcharse alegando problemas de adaptación al país.

Baskonia:


Ioannis Bourousis (2015-   ) ha resucitado en Vitoria. Sus actuaciones están causando impacto, sobretodo por venir de un mal año en Madrid. Ahora mismo, es uno de los tres mejores pívots de la liga. Además de los números, destacaría su dominio de la situación. Ha dado muestras de poderío en todos los partidos. Estaba sin equipo en verano. Estamos asistiendo a la mejor versión de Bou de toda su carrera profesional. ni en la Selección, ni en el Olympiacós, ni en Milán, ni en el AEK, nunca había visto a Bourousis tan dominante. Entiende mejor el juego y regala pases absolutamente maravillosos. Esperemos que dure.

Fuenlabrada:

Manolis Papamakarios (2014) fue cortado en diciembre de 2014. No cuajó. Llegó con la temporada empezada y no pudo ayudar. La dinámica negativa del equipo y la edad del jugador no casaron bien.

Obradoiro:


Kostas Vasileiadis (2009-2010) llegó en 2009 al Obradoiro procedente del Montegranaro italiano. Se convirtió en el líder de la plantilla y subió el caché. Hizo una gran temporada en un equipo que debiutaba en la ACB. Firmó por el Bilbao al año siguiente.  

Haris Giannopoulos (2014-2015) es un tres de la generación de Pappás, Bogris, Papanikolaou y compañía. No pasó de complemento en un equipo humilde, pero muy bien llevado. Nada remarcable, por desgracia. Regresó a Grecia para jugar en el Rethimno.

Vasilis Xanthopoulos (2013-2014) es un base del montón. No se hizo con la titularidad en un equipo ya hecho. Poco o nada que destacar.

Valladolid:

Dimitris Haritopoulos (2014-2015) es un cinco suplente. Otro de los jugadores que ha llegado estos últimos años huyendo de la crisis griega. Fuerte y técnico hizo lo que pudo en un club plagado de problemas.


Panagiotis Vasilopoulos (2013) duró tres meses en Valladolid. Trataba de relanzar su carrera después de varios años desaparecido por culpa de una gravísima lesión. Lamentablemente, la rodilla le volvió a fallar y ambas partes optaron por rescindir el contrato. Estuvo un año parado y volvió en 2015 para jugar unos partidos con el Kifisiá. Esta temporada se gana la vida en el Koroivos de Amaliada. Es una alegría verle recuperado para el baloncesto cuando parecía que su carrera no daba para más.   

Efthimis Rentziás jugó 10 partidos con el Fórum Filatélico en 2005. A pesar de que parecía recuperado de su lesión de rodilla, el menisco volvió a crujir y Efthimis decidió abandonar. Eran demasiados años ya con el mismo problema. En 2006, con solo 30 años, optó por retirarse. Una pena.

Manresa:


Dimitris Haritopoulos (2014-2015) aportó juego interior en Manresa, pero fue cortado antes de terminar la temporada. Se marchó al PAOK. Alguna actuación destacada, pero demasiados partidos lineales.

Haris Giannopoulos (2013-2014) pasó por el Bages con más pena que gloria, la verdad. La raro es que fichase por Obradoiro al año siguiente.

CB Canarias (Tenerife):


Lazaros Papadopoulos sólo jugó un partido en la temporada 2014-2015. Sin comentarios o ver lo escrito arriba.


Michalis Tsairelis (2014-2015) no acabó la temporada. Sorprendentemente, fue repescado por el Olympiacós. Su rendimiento en Tenerife fue francamente mejorable. Flojito a pesar de venir de hacerlo muy bien en el PAOK. La ACB le vino grande. Creo que todavía tiene mucho baloncesto por dar. Juega bien cerca del aro y tiene cierta clase. Le falta sangre.

Fotis Lampropoulos (2011-2015) cumplió con creces en el Iberostar Tenerife/CB Canarias. Un pívot sin mucho nombre, pero muy trabajador. Un currante de la pintura que ha dado mil vueltas por la geografía española. Varias temporadas en la LEB forjaron a Fotis como jugador. Sin duda, ha salido rentable.

Lampropoulos fichó en la temporada 2004-2005 por el Gran Canaria para jugar en el equipo de la LEB. Disputó 7 partidos con el primer equipo en la ACB. En 2005 lo tuvimos en Tarragona, desde donde se marchó a l’Hospitalet (2005-2007). La temporada 2007-2008 la jugó en LEB oro con el Tenerife. Entre 2008 y 2011 juega en Grecia. Un trotamundos. Hay que recordar que antes de jugar en el Gran Canaria, jugó un tiempo en el Mataró.

Cajasol Sevilla:

Michalis Kakiouzis (2007-2008) hizo una buena campaña en Sevilla. Firmó 14,2 puntos y 5,62 rebotes de media en 34 partidos. Fue un año complicado para el equipo andaluz, con cambio de entrenador incluido. Manel Comas pudo reconducir la situación, con Kakiouzis de estilete. Muy sobrio todo el año, pasó de los 100 partidos en la ACB. Fichó por el Efes al terminar el contrato.


Giannis Gianoulis (2005-2006) no hizo nada destacable en una mala temporada del equipo. Rozó el descenso en un año complicado para la entidad.

Nestoras Kommatos jugó 9 partidos en la temporada 2005-2006. Procedía del Bologna y llegaba con muy buen cartel, ya que había ganado la Euroliga con el Maccabi y había sido MVP de la liga griega. 5 puntos por partido en 15 minutos fueron su aportación. Adujo motivos personales y la enfermedad de su padre para rescindir el contrato.

Lagun Aro GBC:


Manolis Papamakarios (2011-2013) llegó a San Sebastián con 31 años. El escolta no hizo números, pero aportó su experiencia y saber estar en momentos difíciles. Se adaptó bien a su rol, aunque sus dos años no pasarán a la historia.

Valencia:

Panagiotis Liadelis llegó en abril de 2003 como sustituto de Alexandro Abbio para reforzar al equipo de cara al final de la temporada. Pasó sin pena ni gloria, como tantos otros, en los 2 meses que estuvo en Valencia.


Evangelos Sklavos (2005-2006) llegó a prueba y firmó con los naranjas por una temporada. Alero alto que sumó 6,2 puntos y 3,2 rebotes por partido. Aunque podía haber hecho más cosas, abusó del triple de mala manera, eso sí, con grandes porcentajes.

Loukas Mavrokefalidis llegó con la temporada empezada a Valencia rebotado de la Virtus, donde no logró hacerse con un puesto. En la capital del Turia tampoco lo consiguió. Volvió a Grecia para jugar en el Olympiacós.

Fotis Katsikaris (2006-2008) vivió su primera experiencia española en Valencia, donde todavía mantiene un piso. En su primer año, metió al Valencia en el play off. Fue cesado en noviembre de 2008 cuando el equipo iba séptimo con 3 victorias y 3 derrotas. Dejó bastante buen recuerdo en los aficionados. No tardaría en volver a España, primero a Bilbao y luego a Murcia, donde trabaja actualmente.


Dimos Dikoudis (2003-2004) - (2005-2006) - (2008) fue como el Floren Pietrus blanco. El pívot de Lárissa jugó en el club en 3 etapas distintas. Trabajador y peleón, dejó gran recuerdo en Valencia. Prueba de su profesionalidad es que la directiva contó con él siempre que hubo ocasión. En total fueron 76 partidos ACB en los que anotó 11,2 puntos de media y cogió 4,5 rebotes en 23 minutos. Su última etapa no terminó bien, puesto que con la destitución de Katsikaris las cosas cambiaron. Se marchó al Panionos por ciertas desavenencias con Neven Spahija.

Melilla:


Giorgos Tsiaras (2014-2015) jugó allí la temporada pasada. El pívot regresó a Grecia. No sé si quería poner un pie en España para intentar subir un escalón más para entrar en la ACB. No da el nivel. Siempre que le he visto en Grecia, ha salido del banquillo. Resultón. Muy bueno en su etapa juvenil, donde llegó a compartir internacionalidad con su amigo Spanoulis, pero no evolucionó como su paisano.

Breogán Lugo, Cb Rosalía de Castro y CB Cáceres:


Georgios Dedas, alero tirador de 2,00 metros, jugó en varios equipos LEB antes de volver a Grecia. Lugo (2006-2007), Rosalía (2007-2009) y Cáceres (2009-2010) fueron sus destinos. Algo parecido a lo que hizo Lampropoulos, pero con menos repercusión y sin llegar a la ACB. Triplista de reconocido prestigio en Grecia, ha ganado alguno de los concursos del All Star. Desde 2012 viste la camiseta del PAOK, con el que ha cuajado buenas actuaciones y ha encontrado la estabilidad.

CAI Zaragoza:


Giannis Antetonounmpo fue unos días del CAI, pero sólo en los papeles. Una alta posición en el Draft y su decisión firme de ir a la NBA, nos dejaron sin ver al griego en la ACB.  

Griegos en la ACB: suspenso general (I).

Escribí sobre los españoles que han jugado en la liga griega y ahora toca hacer lo contrario, aprovechando que últimamente vienen muchos griegos a jugar en la ACB. El número es mucho mayor que el de los españoles y no se centra sólo en una etapa concreta.


El rendimiento de los helenos, en líneas generales, no ha sido bueno. Es más, algunos fichajes anunciados a bombo y platillo han resultado un estrepitoso fracaso. Como curiosidad, ha habido unos cuantos griegos que, a pesar de haber firmado con algún equipo, se han marchado sin debutar. Quizás deberíamos preguntarnos el porqué de su bajo rendimiento, aunque no es fácil encontrar la respuesta. Intentaré hacerlo caso por caso. ¿Por qué la mayoría de jugadores griegos no triunfan en el extranjero?

Comencemos la lista y analicemos grosso modo los fichajes más llamativos. Pido disculpas por si me dejo alguno. No incluyo a los yugoslavos que fueron nacionalizados tiempo atrás como Tarlac, Vuckcevic, Gurovic, Jaric…, que, por cierto, tampoco cumplieron las expectativas.

FC Barcelona:


Nikos Ekonomou llegó al Barça en la temporada 2001-2002. Ala-pívot de 2,08 con buenos fundamentos y bastante buena mano, Nikos fue uno de tantos talentos precoces, en la primera plantilla del Panathinaikós desde los 18 años en tiempos de dominio del Olympiacós. Tras salir del PAO, no cuajó ni en la Virtus de Bologna ni en el Olympiacós –su fichaje por los rojillos supuso una traición-. Triste, pero a los 28 años Ekonomou estaba acabado. Tras alegar problemas personales y sufrir un sinfín de lesiones que no le permitían rendir como desearía, fue cortado en febrero. Promedió 6,5 puntos en los 17 partidos que jugó en liga.


Efthimis Rentziás jugó en el Barcelona entre 1997 y 2002. Considerado uno de los mejores pívots europeos de su generación, fichó con 21 años procedente del PAOK de Salónica. Se hizo un hueco en el corazón de los aficionados del Palau por su entrega y cuajó buenas actuaciones, pero no alcanzó el nivel de juego que todos apuntaban. A Rentziás le dediqué un post, porque su historia es bastante curiosa. Probablemente, Efthimis haya sido el pívot de mayor talento que haya dado Grecia en toda su historia. Sin embargo, en cuanto a rendimiento, no le hace sombra a Fasoulas.

El Barcelona fue el último equipo en el que Rentziás rindió mínimamente bien. Su año en la NBA mejor olvidarlo, así como su paso por el Valladolid años después. Castigado por las lesiones y una juventud de excesos, se retiró a los 30 años. En la ACB sumó un total de 179 partidos con el Barça y 10 con el Fórum, anotando una media de 8,4 puntos por partido. Con los azulgranas ganó 2 ligas y una Copa del Rey.


Michalis Kakiouzis, al contrario que Rentziás, llegó al Barça sin hacer demasiado ruido. Trabajador, serio, regular, firmó por dos años después de ganar el Eurobasket de Belgrado con la Selección. Ala-pívot que podía ayudar en muchas facetas del juego, destacaba por su regularidad y sus buenos porcentajes de lanzamiento. Un hombre consciente de sus limitaciones y muy útil saliendo de la segunda unidad. Estuvo en el Barça desde 2005 hasta 2007 y ganó una Copa del Rey. Luego firmó por el Baloncesto Sevilla, donde estuvo un añito. En mi opinión, ha sido el griego que mejor ha jugado en el Barcelona. Sigue en activo.

Giannis Bourousis llegó al Barça en 2006 para jugar el play off por el título, tras abandonar el AEK de Atenas. Ya por entonces era una de las mayores promesas interiores del continente, pero los culés no lo supieron ver. Jugó 11 minutos en 3 partidos y anotó sólo una canasta. A Bourousis el Barça le sirvió de puente para dar el salto al Olympiacós, donde se haría mayor.


Loukas Mavrokefalidis firmó como temporero por el Barça al final de la temporada 2012-2013. La verdad es que no lo hizo nada mal el tiempo que estuvo, aunque el título se lo llevó el Madrid. Entró por la lesión de Jaway para reforzar el juego interior y aportó bastante en los dos tableros.

Kostas Papanikolaou jugó en el Barça la temporada 2013-2014. Fichó por un pastón y no cumplió con las expectativas a pesar de sumar una liga ACB a su palmarés. Se esperaba más de un MVP de Final Four de Euroliga. Al final de la temporada, aceptó la oferta de Houston y adiós muy buenas.

Stratos Perperoglou ha sido uno de los muchos fichajes de la temporada 2015-2016. Un tres con larga experiencia y Euroligas a sus espaldas que enriquece el poste bajo. Hasta el momento, su rendimiento está siendo bastante mejor del que me esperaba. Veremos si tiene continuidad.

Desde hace poco Alexandr Vezenkov tiene la doble nacionalidad. Hasta el momento no está aportando demasiado. Le está costando entrar y tener minutos. Demasiado blando en tareas defensivas. Pido paciencia. 

Real Madrid:


Antonis Fotsis jugó en el Madrid entre 2003 y 2005. Títulos con el Panathinaikós de Obradovic y un año en Memphis avalaban el fichaje de Fotsis, cuyo rendimiento en el Madrid fue de más a menos. Muy útil para abrir defensas por su tiro exterior, alternó buenas actuaciones con épocas de desconexión. Con todo, tuvo tiempo de ganar una liga ACB el segundo año (8,1 puntos de media). Tenía contrato hasta 2006 pero lo rescindió de mutuo acuerdo con el club. Le faltó constancia y regularidad, defecto común en la mayoría de los griegos que han jugado en España.


Michalis Pelekanos pasó de jugar en el Panellinios a hacerlo en el Real Madrid la temporada 2007-2008. El club blanco le vino grande al alero, que sólo era utilizado cuando había que defender duro a alguien. Jugó poco e hizo lo que pudo. Considerado un paquete de categoría para los españoles que sólo lo vieron ese año, hay que decir que en Grecia Pelekanos siempre ha tenido cartel. Ha hecho muy buenas temporadas en el Peristeri, en el Panellinios, en el Marousi y en el Aris. El problema que ha tenido es que en los grandes nunca ha tenido minutos –tampoco lució en el Olympiacós-. Sigue en activo.  


Lazaros Papadopoulos (2007-2009) ha pasado a la historia como uno de los peores fichajes de la historia del Real Madrid. Fichó por un pastón (cobraba 3 millones al año) y procedía del Dynamo de Moscú, donde había ganado una Superliga rusa y una ULEB Cup. Su rendimiento, tanto en Moscú como en la Selección había sido bastante bueno, aunque no era un hombre de meter 20 puntos por partido.

No logró adaptarse al juego del equipo y antes de terminar la segunda temporada fue cedido al Bologna. En total vistió la camiseta blanca 35 partidos, jugando una media de 19 minutos y anotando 5 puntos. Con los años había perdido velocidad y empezó a tener problemas en las rodillas. Tras su paso por España, siguió jugando en Grecia (PAOK y Olympiacós), con una breve estancia en el Khimki ruso.

A Papadopoulos le pasó un poco como a Rentziás. Era buenísimo cuando era junior e hizo buenas temporadas en el Iraklís, en el PAO y en el Dynamo, pero desde 2006 su carrera fue claramente cuesta abajo. Al igual que Pelekanos, en Grecia Lazos no es considerado un paquete, ni mucho menos. Regresó a España para jugar en el CB Canarias, pero sus rodillas dijeron basta. Lo único que hizo en Tenerife fue jugar un partido de liga y sacarse el carné de buceo.


Giannis Bourousis (2013-2015) firmó en 2013 y su rendimiento fue bueno al inicio. Llegó al Madrid en plena madurez y de inmediato se hizo con los galones. Cuando estaba en pista, el equipo lo notaba. Sin embargo, la temporada en la que el Madrid lo ganó todo, acabó siendo el descartado en las convocatorias. Dos Supercopas, dos Copas del Rey, una Euroliga y una liga fueron el balance de Bourousis en Madrid. Me pregunto si los títulos que logró el segundo año los saboreó, puesto que en demasiadas ocasiones se le vio desconectado. Se quedó sin gasolina. Cuanto más corrían los bajitos, más incómodo se le veía. En cuanto a títulos conquistados, dos temporadas casi insuperables, pero en cuanto a rendimiento, demasiado irregular. De más a menos. Dejó un sabor agridulce. Seguía sin equipo después del Eurobasket hasta que apareció el Baskonia, que optó por él tras descartar a Anosike.

Real Madrid B:

Nikos Pappas jugó en el Real Madrid B cedido del Bilbao Basket en la temporada 2008-2009. No sé exactamente qué pasó, pero la cosa acabó bastante mal. Creo que llegó demasiado joven y con los humos subidos. Quizás por ello, fracasó.

CB Granada:


El CB Granada fichó al mítico Giorgos Sigalas la temporada 2002-2003. A sus 32 años y después de haberlo ganado todo en Grecia, su fichaje fue una sorpresa, por ser el CB Granada uno de los equipos menos poderosos de la competición. Los malos resultados del equipo, matemáticamente descendido, llevaron al club a rescindirle el contrato dos meses antes de terminar la temporada. Se fue al Reggio Calabria para reforzar al equipo en los play off.

Su balance en España fue de 2 victorias de 24 partidos, con unos promedios de 9,4 puntos, 4 rebotes y 2,3 asistencias.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

El Aris de los récords (II).

Plantilla que repitió el doblete y se metió en la primera Final Four (1987-1988).

La temporada 1987-1988 siguió el guión de la anterior. El Aris terminó la fase regular con pleno de victorias, 18. Nikos Galis fue de nuevo el máximo anotador con 650 puntos y un promedio de 36,1. Tres victorias más en los play off nos dan un total de 21.

No he podido encontrar todos los resultados. Algunos son los siguientes: Aris-AEK 87-103 y 124-90; Aris-PAOK 66-78 y 86-80.

Play offs:
Aris-Apollonas Patras 114-73 (2-0)
Aris-AEK 104-73 (3-0)
Aris-PAOK 100-85 (3-0)

Los de Ioannidis repitieron doblete. En total sumaron 25 victorias y 0 derrotas en Grecia.

Victoria contra el Pau Orthez (92-86).

En Europa, el Aris se metió en la primera Final Four de la historia. Fue el Barcelona el que rompió la imbatibilidad en casa del equipo griego. Aunque los de Salónica vencieron en el Palau (88-89), los de Aíto García Reneses ganaron con autoridad en el Alexandrio (93-107). Era la primera derrota amarilla en casa en tres años. Aquel año mordieron el polvo rivales de la entidad del Partizán (96-87), del Tracer (120-95) y del Maccabbi (93-77), que fueron los equipos clasificados junto al Aris para la Final Four de Gante.

De nuevo el Tracer de Milán dejó fuera de la máxima competición europea al equipo de Salónica (82-87), que también perdió el partido por el tercer puesto. 

Quinteto final de Copa contra el AEK en el SEF: Subotic, Misounov, Galis, Giannakis, Filipou.

En la temporada 1988-1989 el Aris volvió a ganar el doblete, pero se cortó la racha en la liga. En la cuarta jornada, el 5 de noviembre de 1988, el PAOK se impuso por 81-78 en un derby liguero que no jugó Giannakis por mantener una disputa con la directiva. Más de tres años y medio sin perder en liga quedaban rotos. Sin embargo, el Imperio Amarillo estaba lejos de deshacerse.

En la fase regular de la liga, el Aris acabó con 17 victorias y una sola derrota. Nikos Galis de nuevo se proclamó máximo anotador del campeonato (37,1 puntos de media).

Algunos de los reusltados fueron: Aris-Olympiacós 73-92 y 114-79; Aris-Panionios 74-82 y 98-83; Aris-PAOK 78-81 y 87-88.

Play offs:
Aris-Olympiacós 94-74 (3-0)
Aris-Panionios 86-69 (3-0)
Aris-PAOK 89-84 y 75-87 (3-1)

Total: 21 victorias y 1 derrota. En la Copa, el Aris perdió en Atenas contra el Panathinaikós por 92-89 el primer año en el que había eliminatorias de ida y vuelta. Los del trébol se negaron a jugar en Salónica y el Aris se metió en la final sin jugar, puesto que le dieron por ganado el partido por 20-0. Por lo tanto, si contamos el 20-0 como victoria, el balance en Grecia de los amarillos fue de 26 victorias y 2 derrotas.


En Europa, el Aris no hizo una buena campaña, aunque logró meterse nuevamente en la Final Four. Ganó 8 partidos y perdió 6. En Salónica sólo logró ganar el Maccabi. Cayeron tanto el Barça como la Jugoplástika. Fuera de casa el equipo bajaba muchos enteros. Los únicos triunfos se consiguieron en Moscú contra el CSKA y en los Países Bajos contra el Nashua Den Bosch.

El Maccabi ganó a los griegos en Múnich en la primera semifinal de la Copa de Europa y estos derrotaron al Barcelona en el partido por el tercer puesto.

El total de toda la temporada fue de 35 victorias y 9 derrotas, 7 fuera de casa y 2 en el Alexandrio.

En 5 temporadas el Aris logró en la liga 114 victorias y 2 derrotas, una auténtica barbaridad. Pero no nos detengamos aquí. Sigamos y sumemos.

El Aris siguió con su dinastía particular la temporada 1989-1990, aunque ya no machacó a sus rivales como en los años anteriores. Es más, el PAOK terminó la fase regular en primer lugar con 20 victorias y 2 derrotas. El Aris acabó segundo con 19 y 3.

Celebración del triunfo de Copa contra el PAOK (75-62). Cuarto doblete consecutivo.

El nuevo formato de play off benefició ligeramente a los amarillos de Salónica, que acabaron por llevarse el título de manera ajustada (balance de 10-2 en la liguilla final). Galis fue el máximo anotador por décima vez consecutiva, anotando 893 puntos en los 22 partidos de la fase regular. En la liga el Aris acabó con 24 victorias y 4 derrotas, mientras que el PAOK se quedó en segunda posición con 22 y 6.

Giannakis y Epi en Zaragoza.

En la Copa de Europa, el equipo se volvió a clasificar para la Final Four. Como en la temporada anterior, el Aris ganó los dos partidos de la previa y luego 8 en la fase regular. Sumó 6 derrotas, 2 en casa y 4 fuera. A pesar de seguir siendo una de las pistas más calientes de Europa, el Alexandrio vio los triunfos del Barça (94-100) y de la Jugoplástika (79-80). Los amarillos compensaron estos tropiezos con un triunfo vital en Split (85-89). El Barcelona se deshizo de los griegos en la semifinal de Zaragoza (104-83) y luego el Limoges ganó el partido por el tercer puesto (103-91). El balance total de victorias derrotas en la Copa de Europa fue de 10-8.

Plantilla que consiguió la última liga del Imperio (1990-1991).

El Aris ganó la última liga del Imperio en la temporada 1990-1991. Dominó la fase regular junto al PAOK y ambos terminaron con un balance de 20 victorias y 2 derrotas. No obstante, los de Ioannidis fueron primeros porque ganaron los dos partidos “fratricidas”.

Las dos derrotas fueron contra el Panionios (89-84) y contra el AEK (92-90). Galis fue el máximo encestador por undécima temporada consecutiva. Metió 813 puntos, con un promedio de 36,95.

Play off:

Aris-Iraklís 112-92 (2-0)
Aris-PAOK 79-84, 65-74, 86-85, 81-80.

El PAOK le infligió al Aris dos nuevas derrotas antes de que los amarillos ganasen los dos últimos choques. En total, el Aris terminó la liga con 23 victorias y 4 derrotas (137 victorias y 9 derrotas entre 1984 y 1991).

En Europa, el Aris siguió con la preocupante dinámica descendente de la temporada anterior. Aunque en Salónica sólo perdió contra el Barcelona en el famoso partido del apagón (93-110), fuera de Grecia sumó una única victoria en la pista del Limoges. Además de caer en Inglaterra contra el Kingston y en Alemania contra el Bayer 04, fue apalizado en Barcelona (90-56) y en Split (93-63). También perdió en Tel Aviv contra el Maccabi y en Pésaro contra el Scavolini. Acabó a una victoria del Maccabi, que marcaba el pase a la Final Four.

El Imperio prácticamente concluía el 8 de mayo de 1991 con las dos remontadas finales contra el PAOK. Todavía llegaría la Copa de 1992, pero ya no habría más ligas. Fueron 7 ligas, 3 de las cuales sin conocer la derrota y 2 con una sola.

La liga de la temporada 1991-1992 la ganó el PAOK de Ivkovic. El Aris acabó en tercera posición con un balance de 18 victorias y 4 derrotas. Perdió en El Pireo 65-59, contra el PAOK 96-99, contra el AEK 71-68 y contra el Iraklís 99-89. En el play off perdió otro partido en El Pireo y dos enfrentamientos contra el PAOK.

En la Copa de Europa quedó muy lejos de la clasificación, terminando con un triste balance de 3 victorias y 11 derrotas. Su grupo fue dominado por el Joventut y por el Estudiantes, que ganaron en Grecia como también lo hicieron otros.

Por último, veamos las Copas del Imperio Amarillo.

Copa 1984-1985 (Campeón).


Apollon Kalamaria–Aris 44-86
Aris-Olympiacós 86-67
Aris-Panionios 97-83
Aris-Sporting 124-81
Final: Aris-Panathinaikós 86-70

Copa 1985-1986 (eliminado en la semifinal).

Larisa-Aris 67-95
Aris-Komotiní 135-45
Aris-Ionikós 119-74
Semifinal: Panathinaikós-Aris 87-84

Copa 1986-1987 (Campeón).


Iraklís-Aris 95-109
Aris-MENT 123-84
Peristeri-Aris 83-100
Olympiacós-Aris 71-95
Final: Aris-Panellinios 110-70

Copa 1987-1988 (Campeón).


Aris-Iraklís 98-74
Aris-PAOK 102-93
Aris-Panionios 90-75
Final: Aris-AEK 84-71

Copa 1988-1989 (Campeón).


Apolonas Patras-Aris 85-92
Ionikos Nicea-Aris 80-121 y 120-66
Panathinaikos-Aris 92-89 y 20-0
Final: Aris-PAOK 91-86

Copa 1989-1990 (Campeón).


Aris-Olympiacós 110-80
Aris-Peristeri 99-84
Aris-Papagou 103-76
Aris-PAOK 75-62

Copa 1990-1991 (eliminado en cuartos de final).

Aris-Pakgrati 20-0
Cuartos de final: AEK-Aris 89-79

El AEK de Atenas derrotó al Aris en los cuartos de final de la Copa de aquella temporada, evitando así un posible quinto triunfo consecutivo.

Copa 1991-1992 (Campeón).




Étnicos Pireaus – Aris 94-124
Aris-Olympiacós 121-95
Panathinaikós-Aris 76-86
Final: Aris-AEK 74-62 


El Aris acabó ganando 7 ligas y 6 Copas entre 1984 y 1992.