Cómo cambian las
cosas en dos o tres días. Lo que ayer era blanco, hoy es negro, y viceversa. La
euforia desmedida se torna en la peor de las catástrofes, como le ha pasado a
España. En Grecia, muchos estaban esperando la caída de la selección helena
para sacar el látigo. Después de la derrota contra Serbia, llovieron los palos,
sobretodo de los periodistas a los que el baloncesto ni les va ni les viene.
Para estos lumbreras, los de Djordjevic
eran poco menos que una banda, ya que sólo habían sido capaces de ganar a Irán
y Egipto. A los pocos días, se tuvieron que callar.
La derrota
contra Serbia pocos la podían esperar, sobretodo por la forma como se produjo.
Días después del “batacazo”, deberíamos contextualizarlo. Entonces veremos
bastantes claros en un horizonte en el que sólo había nubarrones negros.
Es curioso que a
Brasil y a España les haya pasado algo parecido que a Grecia. De las tres
selecciones hemos visto dos versiones completamente distintas: momentos de buen
baloncesto la mayoría de los días y una mala noche, la importante, que nos ha
mandado a casa. Además, las tres después de un sorprendente black out. La desconexión, si fuera
momentánea, se subsanaría porque la calidad de los jugadores está ahí. Sin
embargo, el apagón se prolongó en el tiempo y todo salió mal. Ninguna de las
tres selecciones tuvo capacidad de reacción. Vi ofuscación, frustración e
impotencia. Incapacidad táctica para resolver situaciones en estático.
Con los días,
viendo la que lió Serbia, a Grecia le queda el “consuelo” de haber caído contra
el subcampeón.
Hagamos balance.
Ahí van mis conclusiones de la blanquiazul en este Mundobasket.
-Puntos positivos.
- El equipo
realizó una gran primera fase, en la que por momentos se practicó buen
baloncesto. Se jugó con velocidad y sin especular. Vimos poco baloncesto
control y muchas transiciones rápidas, algo a lo que Grecia no nos tenía
acostumbrados. Sin duda, la mano de Katsikaris
se notó, que supo explotar con brillantez las virtudes de cada uno de sus
jugadores.
- Dominó los
partidos que ganó de principio a fin, sin que peligrase el resultado en casi
ningún momento. No se amilanó ante rivales de renombre.
- El grupo se
mostró sólido, con aportación notable de los hombres del banquillo a pesar de
las bajas. El más destacado fue Kaimakoglou.
- El debut de Giannis Antetokounmpo con la camiseta
nacional fue muy positivo. Tuvo minutos y los supo aprovechar, aunque tiene
mucho que mejorar. Es el jugador del futuro y seguirá dando que hablar. Quizás
la selección debería construir a su alrededor.
- Un futuro
grupo formado por una mezcla de jugadores del 90 y del 94, puede funcionar. Si
a éstos les añadimos los más jóvenes (Diamantakos,
Papagiannis, Charalampopoulos…), sin duda Grecia volverá a estar arriba.
-Puntos negativos.
- Lamentablemente,
Serbia nos dejó con el culo al aire. Djordjevic
planteó una defensa agobiante a los bajitos y no permitió el passing game heleno ni las carreras.
Grecia no pudo correr y eso la mató.
- La selección
no supo resolver en estático. Grecia fue incapaz, sorprendentemente, de
practicar su baloncesto control tan característico. Sólo Mantzaris, desacertado en la fase de grupos, se sintió cómodo en
aquel bosque de brazos. Desapareció el pick
and roll y la paciencia. No hubo manera de encontrar buenos tiros.
- Falta de
liderazgo. Se echó mucho en falta a Spanoulis,
experto en este tipo de partidos. No hubo un hombre que asumiese la
responsabilidad en los momentos complicados. Sólo Calathes y Zisis
estuvieron valientes y algo acertados. Ni Papanikolaou
ni Vasileiadis estuvieron a la
altura contra Serbia, y no es la primera vez que fallan. El equipo los
necesitaba y nuevamente no tuvieron el día.
- Problemas en
el juego interior. Es lo que más me temía cuando leí la lista de convocados.
Grecia andaba cojo en la posición de cinco y Serbia lo aprovechó. Bourousis no tiene recambio y cuando
está bien defendido o ahogado, el equipo lo nota mucho. No se le puede
reprochar nada a Ioannis, que hizo
un muy buen torneo, pero Raduljica y
Krstic estuvieron fantásticos. Con
decir que Fotis optó por jugar con
dos cuatros algunos minutos, está dicho todo. Grecia, al margen de Bourousis, no tiene un pívot dominante o
que dé ciertas garantías, que quiera venir a la selección. Sería importante
para la selección que Bogris este
año “creciera” en Andorra.
El futuro.
Con la Wild
Card del Mundobasket, Grecia se aseguró su presencia en
el próximo Eurobasket. Sólo espero que siga Fotis Katsikaris, como parece, porque hay que dar oportunidades a
los jóvenes y él es el coach perfecto
para hacerlo. No hay que exigirle a la selección resultados inmediatos, puesto
que clasificarse para los Juegos Olímpicos de Brasil va a ser casi imposible. Grecia
volverá a estar arriba, pero todavía es pronto. Paciencia y trabajo.
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