Al igual que el
país, la selección griega lleva ya demasiados años de “recesión”. Desde el
bronce conseguido en el Eurobasket de
2009, nada. A las renuncias y lesiones inoportunas de algunas de sus
figuras, hay que sumar la inestabilidad en el banquillo y el inevitable paso
del tiempo.
RENUNCIAS.
La renuncia más
sonada de este verano ha sido la de Kostas
Koufos, quien después de confirmar su asistencia –vía representante-,
comunicó a Katsikaris que no
viajaría a España. No es la primera vez que el griego-americano prefiere
quedarse en casa, a pesar de haber participado en varios campeonatos. Con la
absoluta, nunca hasta ahora ha rendido a la altura que de él se espera, a
excepción del Eurobasket 2009 de
Polonia. Lo lamentable del caso es que en este campeonato Koufos iba a tener más protagonismo que nunca. El único 5 de
garantías es Bourousis.
En previsión de
posibles renuncias y para que a nadie les pillasen por sorpresa, Fotis Katsikaris realizó una rueda de llamadas para conocer en persona la
disponibilidad de los “dudosos”. Y claro, que de buenas a primeras te digan que
“no” Spanoulis, Perperoglou, Schortsanitis
o Mavrokefalidis, tela.
Si a las bajas
“voluntarias” sumamos las de Bramos
y Fotsis, por decisión técnica, queda
un equipo con pocas “vacas sagradas”. Bourousis
(30), Zisis (31), Printezis (29) y Kaimakoglou (31) serían los cuatro
jugadores que quedan de campeonatos anteriores. Otros como Vasileiadis (30), Glyniadakis
(32) y Vougioukas (29) han entrado y
salido de convocatorias, perdiéndose torneos importantes. Lo de Kostas Vasileiadis con la selección es
un “expediente X”, ya que nunca ha sido un fijo en las concentraciones a pesar
de sus grandes temporadas en España. También es verdad que, cuando ha acudido,
no ha estado fino. Grecia fallando muchísimo desde fuera en los últimos tiempos
y el bueno de Kostas de vacaciones
en alguna isla. Hiriente.
Aunque Mantzaris, Sloukas y Papanikolaou parecen
unos veteranos, sólo tienen 24 años. Son el presente, el pasado y el futuro de
la selección. Una pena que otros miembros de su generación no acompañen. Giorgos Bogris y Vlado Jankovic podrían estar en próximas convocatorias, ya que han
sido descartados en última instancia.
Grecia tiene
muchas esperanzas puestas en Nick
Calathes (25), que sólo ha podido jugar dos partidos de clasificación por
la sanción por dopaje. Debería ser el base del equipo durante varios años, pero
al jugar en la NBA no podemos saber
si estará siempre disponible. Athinaiou
(uno de los últimos descartes) y Pappas
(no convocado) están en la recámara, además del joven Bochoridis. No sé si Spanoulis
(32) “estirará” hasta el próximo Eurobasket o hasta los Juegos de Río.
Giannis Antetokounmpo (19) cierra la
docena. Ya he hablado mucho de él en el blog y seguiré haciéndolo. Es el rookie de la selección, pero entra de
sexto o séptimo hombre. Tendrá protagonismo pese a su juventud.
LESIONES
INOPORTUNAS.
Stratos Perperoglou y Vasilis Spanoulis han tenido problemas
físicos durante la temporada y son los únicos que “tienen excusa”. Tsairelis cayó durante la preparación,
aunque tenía difícil entrar entre los elegidos. Lo veremos en próximas
convocatorias.
INESTABILIDAD EN
EL BANQUILLO.
En los últimos
años, Grecia sale a entrenador por campeonato. Después de Jonas Kazlauskas, Ilias Zouros y Andrea Trincheri, será Fotis
Katsikaris el que trate de colocar a Grecia donde se merece. Personalmente,
creo que Fotis no tardará en fichar
por algún club europeo tras el torneo, porque tiene cartel, sobre todo si los
resultados no son buenos. Lo veo más como entrenador de club que de selección,
al menos por ahora. Si las cosas salen bien, imagino que le ofrecerán seguir hasta el próximo Euroasket o incluso hasta los Juegos Olímpicos de 2016. ¿Y si compaginara club y selección?
EL ANÁLISIS.
Fotis se lleva a
2 bases, 2 escoltas, 3 treses, 2 cuatros y 3 cincos.
Nick Calathes,
base (1,97), Memphis Grizzlies. Llega
descansado y con muchas ganas después la sanción. Uno de los hombres clave, en
mi opinión. Si coincide en cancha con Antetokounmpo
y Vasileiadis, será divertido. Con
él en pista, Grecia jugará más rápido.
Kostas Sloukas, base (1,98), Olympiacos. Tiene el mismo papel en la
selección que en el Olympiacos. Su
rol se lo sabe de memoria. Puede correr, ralentizar el juego, anotar desde
fuera y penetrar. Es el hombre de la falta táctica. Ya no es un novato y debe
demostrarlo, evitando pérdidas absurdas y penetraciones imposibles.
Nikos Zisis, escolta (1,96), Unics Kazán. Siempre de la cara y es un
seguro de vida desde el perímetro. Titular indiscutible. Cuando no está en
cancha, el equipo lo nota. Aporta la experiencia y la tranquilidad necesarias
en los momentos complicados. Fotis
deberá regular sus minutos para que llegue fresco al cruce.
Vangelis Mantzaris, escolta (1,96), Olympiacos. Pese a su juventud, Mantzaris juega como un veterano. Al
igual que Sloukas, su papel será el
mismo que en su club. Mucha cabeza, tirito de media distancia más que aceptable
y sorprendente capacidad reboteadora. Todas las bolas que salen despedidas
lejos del aro acaban en sus manos. Prefiere el juego en estático y lee muy bien
las defensas. Veremos si su rodilla aguanta un torneo tan exigente.
Kostas Papanikolaou, alero (2,03), Houston Rockets. Ha sido uno de los
mejores en los partidos de preparación, como si su fichaje por los Rockets le haya dado alas. Yo esperaba
que hubiera aportado más cosas en el Barça.
Particularmente, me gustaría verlo jugar más cerca del aro, pero “está
enamorado” de la línea de tres. Sus ayudas defensivas, fundamentales. Pese a su juventud, gran curriculum y muchos galones. Le falta una gran actuación con la absoluta en un gran torneo.
Giannis Antetokounmpo, alero (2,09), Milwaukee Bucks. Juega de alero como en
Milwaukee. Tira poco de fuera y debe
mejorar su mecánica. Se ha adaptado al baloncesto americano perfectamente y se
siente incómodo en defensas zonales. Para que nos entendamos, "le interesa el
correcalles". Su timidez ofensiva debe suplantarla con su actividad defensiva
ayudando a los compañeros. Su primer gran torneo. Toca disfrutar. Tendrá
minutos. No me extrañaría que intentarán intimidarlo dándole algún garrotazo o emparejándolo con tipos duros.
Kostas Vasileiadis, alero (2,00). Está
como loco por volver a España, tras un año en el Efes turco. Creo que por fin podremos ver a un Kostas “liberado”. Sus años con Katsikaris en Bilbao se notan. Con otros entrenadores, dos fallos seguidos
desde la línea solían condenarlo al banquillo. Con Fotis eso no pasa. Tirar y tirar, ese es su rol.
Edito añadiendo que Vasileiadis ha fichado por el Unicaja.
Giorgos Printezis, ala-pívot (2,05), Olympiacos. Suele ser el 4 titular y todos sabemos de sobra como juega. Sus movimientos ofensivos y su juego de pies, lo más destacado, además de esos semi ganchos incalificables.
Kostas Kaimakoglou, ala-pívot (2,05), Unics Kazán. El Multiusos de la selección volverá para hacer el trabajo oscuro.
Será fundamental su ayuda en el rebote y que no sea tan tímido en ataque,
puesto que en la zona el equipo cojea. Una garantía, Kostas, que se siente cómodo
como secundario de lujo.
Ioannis Bourousis, center (2,13), Real Madrid.
A Ioannis le va a tocar
multiplicarse en ambos lados de la pista. Acumulará minutos y más minutos.
Deberá evitar las faltas estúpidas. Es la única baza interior de garantías
ahora mismo, y eso es un problema gordo. Le tocará vérselas con Scola, Tomic.. y después quién sabe si con Gasoles, Splitter, Diaw o Krstic. Casi na.
Ian Vougioukas, center (2,11). Tras dos
años en el Unics Kazán, su
renovación no está clara. Ha vuelto a la selección y hubiera sido el tercer
pívot de no ser por Koufos. La baja del griego-americano debe aprovecharla Ian. Tendrá minutos. Un jugador de segunda unidad aprovechable,
pero al que le falta ambición. Correcto técnicamente y con buenos movimientos,
pero lento. Siempre da la impresión de que puede aportar más. ¿Espabilará? En
los partidos de preparación ha ido de menos a más.
Andreas Glyniadakis, center (2,16). La
temporada pasada empezó jugando en el Lietuvos y acabó ganado la liga en Chipre. Actualmente
creo que está sin equipo. Será el último gran campeonato de este trotamundos
que ganó el bronce del Eurobasket 2009 y que ha jugado en la NBA.
Llega “de rebote” e imagino que jugará poquito, sobre todo en los partidos
importantes, a no ser que haya lesiones. Yo me hubiera llevado a Bogris. Aportará su experiencia desde
el banco y dará descanso a los hombres altos. Es el duodécimo hombre, pero como
el campeonato es largo y hay algún equipo flojo, igual lo vemos algunos
minutillos.
PRONÓSTICO.
Salvo sorpresa
mayúscula, Grecia ganará a Senegal y a Filipinas. Aunque Puerto Rico cuenta
con Barea y Arroyo, y en un buen día pueden ganar a cualquiera, creo que los boricuas son
inferiores a los de Fotis. Así que nos
quedan Grecia, Croacia y Argentina para repartirse las tres primeras
posiciones. Por supuesto, hay que evitar como sea la cuarta plaza, porque me
veo durmiendo en el sofá otra vez. Como el objetivo debe ser cruzarse con
España cuanto más lejos mejor, los helenos deben terminar primeros o segundos.
En caso de evitar la cuarta plaza, el cruce, bien
sea contra Brasil, Francia o Serbia, lo veo crudo. Entre los tres, quizás el
que mejor le vendría sería Serbia, pero el campeonato irá poniendo a cada uno
en su sitio. Salvo España y Estados Unidos, veo a muchas selecciones al mismo
nivel.
Siendo muy
optimistas, Grecia caerá contra España en semis, pero a mí me da que el primer cruce será contra Brasil y "hasta luego, Lucas".
EDITO 05 septiembre 2014.
Resumen de una primera fase excelente.
Grecia, con
pleno de victorias, ha quedado primera de su grupo y se enfrentará a Serbia en
octavos de final. Debo sincerarme y reconocer que no me lo esperaba.
Cierto es que
con Croacia nunca se sabe y que Argentina llegaba con bajas importantes, pero
hacer el pleno ha superado mis expectativas.
El uno por uno.
Nick Calathes, como se esperaba, ha ido
de menos a más. Llega al cruce lanzado. Contra Argentina hizo su mejor partido,
asumiendo la responsabilidad anotadora en el tramo complicado del choque.
Calathes es el base perfecto para el
tipo de baloncesto que quiere Katsikaris.
Imprime una velocidad y un ritmo en ataque que no podríamos ver si estuvieran Spanoulis o Diamantidis. Incisivo cuando el grupo lo requiere, rápido de manos
y con gran visión de juego, es el principal culpable de que la bola circule a
toda velocidad por el perímetro.
En los momentos
en los que él ha estado en el banquillo, al equipo le ha faltado fluidez. Ha
llegado con la cabeza muy clara y sorprendentemente tranquilo a los minutos
finales de todos los encuentros.
Si os digo que Nikos Zisis es el único que canta el
himno, ya os lo digo todo. Oh, mi
capitán, mi capitán.
Aunque empezó
dubitativo por sus molestias en la espalda, superado el dolor, ha sido uno de
los mejores. Siempre ha estado ahí cuando el equipo lo ha necesitado, metiendo
los triples que hay que meter y asistiendo a los pívots continuamente. En los
choques en los que menos ha metido, se ha dedicado a repartir asistencias.
Zisis es la fiabilidad absoluta, no
exenta de descaro. Por primera vez lo vi sobreexcitado tras anotar un triple en
la cara de Campazzo; pidió perdón a
los dos segundos aunque la tangana estaba servida.
El papel de Kostas Sloukas, como ya escribí arriba,
lo cumple a las mil maravillas. En ningún momento se ha salido del guión.
Contagiado del espíritu positivo del grupo, se ha atrevido –y ha metido- con
tiros lejanos en momentos importantes. Un gran recambio en el puesto de base.
Sin duda, uno de los grandes beneficiados de esta nueva forma rápida de jugar.
Vangelis Mantzaris está siendo la
sorpresa negativa hasta ahora. Está desaparecido. Se le ve lento y físicamente
débil. No le ha cogido el ritmo al torneo y dudo que lo haga de aquí al final.
El jugador del Olympiacós se siente
incómodo en un equipo veloz que practica un baloncesto dinámico de transiciones
rápidas. Mantzaris es un escolta
pausado, inteligente en el cinco contra cinco y con buena mano, pero Grecia
huye de los ataques estáticos y eso a él le perjudica. Es el máximo exponente
del baloncesto griego clásico, pero en este equipo es una pieza que no encaja.
Veremos si Katsikaris requiere de su
baloncesto cerebral de ahora en adelante.
Los altos y
bajos de Kostas Vasileiadis con la
selección son demasiado habituales. Todavía no ha hecho ningún partido redondo.
Eso sí, cuenta con la confianza del entrenador y siempre es una amenaza desde
el perímetro. Aunque no meta, provoca que las defensas se abran porque nadie se
fía de él.
Toda Grecia
espera a que Kostas coja una de sus
rachas. Veremos si contra Serbia acaba destapándose. Hasta el momento ha
mezclado buenos tiros lejanos con pedradas desafortunadas.
Kostas Papanikolaou se ha mostrado muy
sólido en su juego. Ha sido duro atrás y efectivo delante, corriendo bien y
metiendo desde fuera. Tal vez nos encontremos ante su mejor versión, aportando
intangibles en todas las facetas del juego. Estarán contentos en Houston. Se le
ve muy motivado y contagia su pasión y emotividad a los compañeros.
Giannis Antetokounmpo ha ido de más a
menos. A campo abierto se ha sentido muy cómodo, corriendo a la contra como
nadie y cruzando la pista en pocas zancadas. Tras tres buenos primeros
partidos, en los que aportó puntos, rebotes e intimidación, se ha ido apagando.
Sus minutos en la cancha se han visto disminuidos.
Excesivamente
tímido en ataque, se ha mostrado algo contrariado porque ha fallado todos los
triples que ha intentado.
Sigue sufriendo
en ataques estáticos y le cuesta activarse contra defensas cerradas. Es la
última opción en ataque, y a veces recibe y pasa en lugar de forzar hacia el
aro. Casi nunca juega de espaldas para aprovechar su altura ante treses bajos,
y es una pena. Será una mina cuando gane más peso y se atreva a jugar en el
poste bajo. Como Grecia no está acostumbrada a tener un jugador así, no se
atreve a lanzarle alley oops a la
espalda de su defensor. Si jugara con España, se pondría las botas.
Giorgos Printezis es una garantía
debajo de los aros. Ha estado bien en las dos zonas, defendiendo duro a los
pívots y bailando en la pintura. Muchos entrenadores deberían mostrar a los
jóvenes vídeos de Printezis para
enseñar la ventaja que tiene usar ambas manos. Hemos visto ganchitos de
izquierda y de derecha casi por igual.
Un portento
físico que corre muy bien la pista, barriendo a un lado y otro, además de
culminar más de un contraataque. Se ha entendido con Bourousis a la perfección. Muy atento siempre en el lado débil para
recibir una posible asistencia.
Posiblemente
estemos ante la mejor versión de siempre de Kostas Kaimakoglou. Su peor partido fue contra Argentina. Apenas
tuvo protagonismo debido a dos faltas rápidas que cometió. El día que no ha
estado tan fino, Printezis se ha
salido, y viceversa.
En los
encuentros anteriores, Kaimakoglou
ha hecho prácticamente de todo. Ha sumado rebotes, asistencias y puntos, con un
sorprendente porcentaje desde el 6,75. Es de los jugadores griegos que mejor
entiende el juego. Ha sido el hombre para todo y el más inteligente de los
interiores. No venderá camisetas y su barba pelirroja no tendrá el glamour de
la de Harden o el Chacho, pero qué tío más útil. Si
midiera cinco centímetros más…
Giannis Bourousis ha estado imperial. Grandísima
primera fase del pívot del Real Madrid. Se comió a Tomic y acabó superando al titán de Scola en la segunda parte. Llega a topa al cruce, aunque con muchos
minutos en sus piernas.
A Giannis lo han atiborrado de balones en
la pintura, le han dejado espacio para jugar unos contra uno y ha mejorado la
selección de tiro. Está jugando con una confianza brutal, sumando puntos y
rebotes, pero sobretodo intimidando en la zona.
Si nos fijamos,
los cuatro jinetes del Apocalipsis: Zisis,
Printezis, Kaimakoglou y Bourousis
llegan en plena forma al cruce. Eso sí: no te lesiones, Giannis, o tocará sufrir.
Ian Vougioukas sigue dando esa
sensación que comenté arriba: siempre parece que haga menos de lo que puede.
Sin embargo, ha brillado en momentos puntuales. Lento pero seguro.
Se ha contagiado
y ha hecho cosas interesantes, aunque está por ver si es capaz de aportar el
día en que Bourousis falle. No hay
que exigirle que meta más sino que pelee cada balón, luche cada rebote y
defienda duro al center. Por cierto, ha fichado por el Galatasaray.
Andreas Glyniadakis ha dispuesto de
algunos minutos, incluso saliendo de titular, pero está claro que es el último
hombre de la rotación. Lo ha utilizado Katsikaris
como estilete en el principio de algún partido para intentar “gastar” al pívot
contrario, aunque sin mucho éxito. Creo que lo veremos poco a partir de ahora.
Durante los primeros tres minutos contra Croacia, Tomic le hizo un traje, y no volvió a salir.
Brillante en la
toma de decisiones, Fotis Katsikaris
le ha cambiado la cara a la selección. Fotis
no sólo ha apostado por un baloncesto dinámico y atractivo, sinó también
vistoso y bonito de ver. Ha rotado a casi todos sus hombres, con lo que ninguno
se siente excluido.
Salvo el
experimento –fallido- inicial contra Croacia (Tomic > Glyniadakis),
ha acertado en todo.
El que más
incómodo se ha sentido con la manera de jugar propuesta ha sido Mantzaris, más acostumbrado al juego
táctico.
Otro baloncesto
es posible sin Spanoulis, aunque
seguro que se hubiera adaptado a los sistemas de Fotis. Los helenos no abusan del bloqueo frontal con el que
empezaban casi todos los ataques y los jugadores no son víctimas de la pizarra.
Los exteriores juegan más abiertos y hay más espacios en la zona para el juego
de pies de Printezis, Bourousis y Kaimakoglou. Se ha conseguido un equilibrio dentro-fuera que ha
roto zonas y defensas de muchos brazos. La rápida circulación del balón ha
permitido a los hombres bajos encontrar posiciones de tiro bastante cómodas. En
esta faceta, una lástima que tanto Vasileiadis
como Antetokounmpo hayan fallado
algunos lanzamientos claros.
El equipo ha jugado
con el aro contrario entre ceja y ceja. Ese instinto ofensivo heleno que no
veíamos desde hacía tiempo ha quedado patente en los muchos contraataques que
han realizado. A cada balón dividido salían uno a dos hombres como balas a la
cancha contraria. Ha habido muchas canastas fáciles de contraataque.
La selección ha
dado muestras de tener una fuerza mental envidiable. Ha sabido reponerse con
solvencia de todos los arreones rivales. Los hombres clave no se han puesto
nerviosos en ningún momento y han resuelto la situación con tres o cuatro
acciones de mérito seguidas. Se ganó con mucha claridad a Senegal, a la postre
clasificada, y hubo que superar aceleraciones del resto –Filipinas, Puerto
Rico, Croacia y Argentina-, pero siempre se acabó ganando por 8 o más puntos.
Sólo cuando
Grecia se ha puesto 20 puntos por delante, se ha relajado. Cuando ha intentado
especular, se ha visto fuera de lugar. Curioso para una selección que siempre
se ha caracterizado por defender, poner una pausa y controlar el ritmo –generalmente
lento- del juego.
No sé si la
selección llegará o no a la semifinal, pero Fotis ha mostrado a los griegos que otro tipo de baloncesto es
posible.
PRONÓSTICO.
Ya dije que
Serbia me parecía el rival que mejor le iba a Grecia. El físico de los
franceses y la potencia interior de los brasileños no me hacían ninguna gracia.
Serbia es un
grupo de jugadores de enorme talento, pero Grecia es un equipo. Si juega como
sabe, ganará fácil. Creo que a Djordjevic
le costará frenar el juego colectivo heleno, a pesar de que si Teodosic tiene el día, puede pasar de
todo. Veo a los interiores serbios absolutamente descentrados y, por momentos,
erráticos, por no hablar de la sorprendente baja forma de Nenad Krstic, que no aporta nada.
Grecia correrá.
El balance defensivo serbio se me antoja fundamental para que no se rompa el
partido en los primeros minutos. Veremos la reacción rival si Grecia se escapa
en el marcador. Habrá que estar pendientes de posibles jugarretas.
Siempre hay que
respetar a Serbia, pero veo a Grecia en cuartos contra Brasil.
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