miércoles, 19 de marzo de 2014

Fanis Christodoulou y el Panionios de los 90 (I).

Fanis y Christos Christodoulou.
Theofanis Christodoulou nació y se crió en el barrio ateniense de Dafni. Para perder peso, empezó a bailar en la asociación folclórica local, y de allí al club, donde su hermano Christos jugaba al baloncesto. Dicen que gracias al baile Fanis aprendió a moverse con agilidad.

Aunque de torpe apariencia por su exceso de peso, Theofanis empezó a destacar en el Dafni al poco tiempo. Al ser un club puramente amateur y no disponer de muchos equipos de cantera, era fácil subir si tenías cualidades. Bebis era de los que más entrenaba. Reconoce que en el Dafni aprendió a jugar prácticamente solo porque los entrenadores del club no tenían los conocimientos suficientes para poder ayudarlo a progresar.

Aprendió a jugar en casi todas las posiciones, excepto de 5. Como era un tipo fuerte y estaba gordo, jugó por dentro hasta que pegó el estirón. Mejoró técnicamente y empezó a jugar con el primer equipo, con el que logró un par de ascensos. El club era consciente que a Fanis aquello le venía pequeño. Le ayudarían a progresar, facilitando su salida a un equipo más poderoso. ¿Cómo le afectaría pasar de un equipo de barrio a un club profesional? El baloncesto pasaría de ser un simple hobby a un trabajo remunerado.

Con 18 años y varias ofertas sobre la mesa como la del Ionikós Nicea, la del Panathinaikós, la del Olympiacós, que daba a cambio casi medio equipo, o la del Panellinios, se decantó sorprendentemente por la del Panionios.

La relaciones entre el Dafni y el equipo de Nea Smirni eran muy estrechas por entonces y los aficionados no dudaron en presionar al club para que fichase por el Panionios. Los dos dirigentes, Andreas Barikas y Pablos Korkidis, llegaron a un acuerdo con el padre de Fanis y con su club. Fue importante la labor de scouting que por entonces realizaba el entrenador Makis Dendrinós, que tenía controlados a todos los chicos de la zona.

Para el jugador significaba pasar de un equipo fuerte de A2 a uno consolidado de A1. El traspasó costó 3 millones de dracmas y a cambio el Dafni se llevó cedidos a ¡7 jugadores! Además, el coach del Panionios, Makis Dendrinós, entrenaría un año gratis al Dafni. La afición seguiría disfrutando de su ídolo porque, al fin y al cabo, Fanis se mudaba apenas a unas cuantas calles del pabellón. Tres kilos pueden parecer muchos, pero al lado de los que soltó ese mismo verano el PAOK por Nikos Stavropoulos -10 millones-, calderilla. El ala-pívot reconoce que económicamente eran mejores las ofertas del Panathinaikós y del Olympiacós, pero no le garantizaban tener muchos minutos de juego, lo contrario que en el Panellinios y en el Panionios.

Antes de cambiar de equipo, Christodoulou había sido requerido por una universidad americana, a la que no fue porque la federación griega puso impedimentos. No sé hasta qué punto la federación podía impedir entonces que un jugador se marchara a estudiar a Estados Unidos. En 1982 la NCAA y la NBA quedaban demasiado lejos.

El fichaje de Christodoulou en la prensa.
El fichaje se cerró el 10 de agosto de 1983 sin que el jugador estuviera presente, ya que se encontraba con la selección en Rumanía, y no pasó desapercibido en los periódicos porque Fanis era el mayor talento joven del momento. En caso de haber firmado por uno de los grandes, probablemente hubiera desnivelado la balanza. Escogió la comodidad de jugar cerca de casa en un equipo de la zona noble a pesar de las ofertas suculentas que iban llegando de otros equipos. El tiempo le daría la razón.

No tardó en ganarse a la afición y en convertirse en el líder del equipo, como Galis en el Aris, Giannakis en el Ionikós (hasta 1984), Koronaios en el Panathinaikós, Gekos en el AEK o Stavropoulos en el PAOK.


Quizás no estaba preparado para un equipo con aspiraciones máximas o para asumir la presión que suponía vestir la camiseta del Olympiacós o del PAO, pero el caso es que acabó situando al Panionios por encima de ambas entidades. Además, quién mejor que su hermano Christos, en el equipo desde 1979, para apoyarle en los momentos complicados.

Ese mismo verano, Christodoulou debutó con la selección nacional absoluta en torneo oficial, concretamente en los Juegos de los Balcanes. Apenas un mes antes había formado parte de la selección junior, también en los Juegos de los Balcanes.

Bebis era un tres que podía jugar tanto cerca como lejos de la pintura. En el Panionios lo hacía prácticamente todo, aunque debemos destacar su faceta anotadora. Era un notable tirador al que también le gustaba jugar en el poste bajo. Christodoulou era un tres pesado al que no le temblaba la mano en los momentos importantes de los partidos.

Quinteto de la temporada 1988-1989.
Fanis fue creciendo y, junto a él, el Panionios. Los Christodoulou, Giorgos Gasparis y los americanos de turno hicieron del club de Nea Smirni un conjunto temible. Temporada tras temporada tanto el Olympiacós como el Panathinaikós veían como el Panionios les pasaba por delante en la clasificación. Aunque un escalón por debajo del Aris y del PAOK, se convirtió en el primer club de Atenas y un fijo de la Copa Korac.

Christodoulou y el entrenador Kostas Missas.
Las dos primeras temporadas con Fanis Christodoulou en el equipo, el Panionios quedó cuarto, subiendo una posición la temporada 1985-1986. Un gran año que se completó con la participación de los dos hermanos en el Mundobasket de España. Bebis jugó un buen torneo aunque se mantuvo en un discreto segundo plano.

Aunque en Europa el Panionios no pasaba de las primeras rondas de la Copa Korac, en la liga estuvo más cerca que nunca de lograr el campeonato. A pesar de no contar con la ventaja de campo, noqueó al PAOK en semifinales y se plantó en la final frente al Aris. Las dos derrotas que arrastraba el Panionios de la fase regular eran demasiado lastre y ni siquiera pudo forzar un cuarto partido. Sin embargo, se confirmaba el dominio del barrio de Nea Smirni en Atenas.


Fanis llegaba al Eurobasket de Atenas todavía muy joven, pero en un grandísimo momento de forma, como todos sus compañeros. Ese mismo año fue drafteado por los Atlanta Hawks (4a ronda, número 90), aunque no mostró interés alguno en marcharse a Estados Unidos. ¿Hubiera hecho algo Christodoulou en la NBA?


Sin duda, los mayores éxitos llegaron con la Selección, donde tuvo un papel protagonista. Aquel quinteto titular de 1987 era uno de los más peculiares de todos lo tiempos, con un jugón peludo con cuerpo de boxeador (Nikos Galis), un escolta rechoncho de brazos largos y perfil entre egipcio y heleno (Panagiotis Giannakis), un alero gordo con el muslo vendado y cara de niño (Fanis Christodoulou), un tirillas con lentillas (Nikos Filipou) y una jirafa con melenilla y poca pinta de jugador (Panagiotis Fasoulas).

Muy fiable en el tiro exterior durante las dos semanas, ayudó también en defensa a los hombres altos del equipo. El baloncesto control que practicó Grecia le fue de maravilla, porque su rodilla maltrecha le impedía correr. En un torneo tan exigente y con tantos partidos seguidos, no sé si hubiera aguantado un ritmo fuerte todos los días. Filipou se lesionó y tuvo que sacrificarse atrás repartiendo estopa en ambas zonas.

Eurobasket 1987.
Generalmente le tocaba defender a jugadores más altos y atléticos que buscaban jugar contra él en el poste bajo. Aunque la defensa no era su punto fuerte, se adaptaba perfectamente a las necesidades del equipo. Al grupo le costó un poco aclimatarse a la competición, pero una vez superado el escollo de Francia, fueron cayendo uno a uno todos los obstáculos. Fanis tuvo problemas la primera semana, sufriendo contra jugadores como Andrés Jiménez, pero tratando de tú a tú a la todopoderosa Yugoslavia.
 

Aunque estaba acostumbrado a asumir la responsabilidad del equipo, con la Selección se vio obligado a ceder el protagonismo ofensivo a Giannakis y Galis. Sin duda, Kostas Politis supo manejar la situación tanto dentro como fuera de la cancha, otorgando a Fanis un rol muy determinado. En el fondo, la doble G llevaba años junta en el Aris y se conocía perfectamente, así que era más bien Christodoulou el que se tenía que amoldar y no al revés. A Bebis le tocaría llevar el peso del equipo en torneos posteriores. Le tocó hacer tareas de intendencia, siendo su mejor partido la semifinal contra Yugoslavia (18 puntos) y la final contra la URSS (10 puntos).

Eurobasket 1987.


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