jueves, 20 de marzo de 2014

La última generación azul (II): Dimitris Diamantidis, Sofoklís Schortsanitis y Savvas Iliadis.

Savvas Iliadis, Dimitris Diamantidis y Lázaros Papadopoulos.
Dimitris Diamantidis jugó en su ciudad natal, Kastoriá, entre 1994 y 1999. Con 19 años se trasladó a Salónica para formar parte de la plantilla del Iraklís. Sin duda, un club ideal para completar su formación. Para alguien que nunca había salido de su ciudad, el club azul era perfecto: cálido ambiente, casi familiar, gente humilde, confianza en la cantera y sin presión por ganar títulos.

Diamantidis y Chatzivrettas "hundiendo" al Aris.
No es necesario comentar lo que ha significado Diamantidis para el baloncesto griego y europeo. Para muchos, hablar de Diamantidis es hacerlo del mejor Panathinaikós de la historia, pero conviene no olvidar el pasado. Antes de lucir con los verdes, el base ya había hechos de las suyas con los azules. El ídolo de la afición durante sus primeros años era Nikos Chatzivrettas, que disponía de muchísimos minutos de juego; Dimitris fue el encargado de tomar el relevo cuando éste se fue a Rusia.

Diamantidis emparejado con Bodiroga.
Ambos coincidieron las tres primeras temporadas de Diamantidis en el club. Nikos Chatzivrettas y Lázaros Papadopoulos, que se convirtió en uno de sus mejores amigos, ayudaron al chaval de Kastoriá en sus inicios como azul.

Contrariamente a los jugadores citados anteriormente, la mejor versión de Dimitris la han visto en el OAKA. Sin embargo, ver los escasos vídeos del jugador cuando estaba en el Iraklís es un lujo. Nos muestran a un Dimitris Diamantidis delgadito, veloz, ligero y versátil. 3D vacilándole a Bodiroga, corriendo el contraataque y haciendo mates por encima de tíos más altos era puro espectáculo.

Diamantidis y Lázaros tapando a Chatzivrettas.
Creció a la sombra de otros hasta que eclosionó. Empezó a ser conocido y a acudir a las convocatorias de la Selección, pero el éxito nunca se le subió a la cabeza, contrariamente a lo que sucedió con Sofo. Siempre fue consciente de hasta donde podía llegar y puso por delante los intereses del equipo a los suyos propios.


Diamantidis evolucionó ayudado por el capitán Alvertis, Jasikevicius y Obradovic. Siempre fue consciente de donde venía y mantuvo la humildad incluso cuando le daban premios individuales. Huidizo y tímido ante las cámaras, se dedicó a jugar sin gestos de cara a la galería.


Para explicar el éxito que ha tenido hay que remontarse a sus inicios en el Iraklís, un club sencillo que le ayudó a crecer.

Dimitris Diamantidis (1980).

Clubes: Kastoriá (1994-1999), Iraklís de Salónica (1999-2004), Panathinaikós (2004-actualidad).

Palmarés: 8 ligas de Grecia con el Panathinaikós, 8 Copas y 3 Euroligas (2 tripletes). 8 veces en el mejor quinteto de la liga, 5 veces MVP, 6 veces mejor defensor de la Euroliga, 4 veces en el mejor quinteto de la Euroliga, 2 veces MVP de la Final Four, 2 veces mejor asistente de la liga, elegido mejor jugador de Europa (2007), MVP de la Euroliga (2010). Es el máximo asistente y el máximo “ladrón” de la historia de la liga griega.

Con Grecia: oro en los Juegos del Mediterráneo 2001, oro en el Eurobasket 2005, plata en el Mundobasket 2006 y oro en la Copa Stankovic 2006. Miembro del mejor quinteto del Eurobasket 2005 y mejor asistente.

El Iraklís de la temporada 2001-2002
Sofoklís Schortsanitis llegó con 15 años al Iraklís de Salónica procedente del Iraklís Potamiás de Kavala, donde había comenzado a jugar con 12. Estuvo en el club tres temporadas, desde el año 2000 hasta el 2003.

Lázaros y Sofo en el poste bajo.
El mismo año de su llegada, debutó con la selección cadete. Con el senior del Iraklís jugó por primera vez el 17 de febrero de 2001 contra el Panionios, un día que Papadopoulos tenía fiebre. El joven Sofo jugó otro ratito contra el Olympiacós, tanto en la liga como en los play off, pero nada más, porque apenas tenía 16 años.

En su segundo año, el pívot juega una media de 6,7 minutos y mete casi 3 puntos por partido. No es hasta el tercer año que Sofoklís se destapa, gozando de más minutos (21 por partido), anotando más puntos ( 11,5) y cogiendo más rebotes (6,1).


Schortsanitis es elegido el mejor jugador joven de la liga griega de la temporada 2002-2003. Sin duda, la marcha de Lázaros al Panathinaikós había beneficiado al pívot, que se había convertido en el nuevo socio de Diamantidis. “Con él era como empezar con 10 puntos anotados, gracias a las asistencias que me daba”.Parecía el comienzo de la carrera de un jugador grande, nunca mejor dicho, con un futuro espectacular. El dominador de la zona en los años siguientes. Era joven, sabía aprovechar muy bien el cuerpo y entendía el juego. Desgraciadamente, los cantos de sirena que hablaban de lo bueno que sería no le hicieron bien.

En junio de 2003, Sofoklís Schortsanitis es elegido por Los Angeles Clippers en el número 34 del Draft. La elección le pilló al griego cuando estaba concentrado con la selección junior, puesto que se jugaba el Mundial en la misma Salónica. “Me gustaría jugar en los Clippers, incluso este año”.

Tras la elección, el Gordo cambió. Dicen que se le subió a la cabeza y empezó a comportarse de manera extraña. Los rumores cuantan que apareció con una camiseta de los Clippers con su nombre en la espalda en las playas de Chalkidikí.


Grecia pretendía recuperar el trono mundial junior logrado en 1995 de la mano de una generación prometedora: Mavrokefalidis, Vasileiadis, Apostolidis, Schortsanitis... Sin embargo, en Salónica las cosas no salieron como se esperaba y la Selección acabó tercera. En la semifinal, Baby Shaq se lió a puñetazos con Silinskis y con Linas Kleiza. Lituania ganó el partido por 72-73 y Schortsanitis (17 puntos),  literalmente, se volvió loco. No contento con la pelea a guantazos, arremetió contra las vallas publicitarias, las bolsas que había por ahí e incluso coches al salir del pabellón. La noticia corrió como la pólvora y todo el mundo se puso a hablar del carácter conflictivo del jugador. El Panathinaikós, que tenía pensado ficharlo, se echó atrás.

Sofo deja clavado a Lázaros Agadakos.
Quedó libre del Iraklís y firmó por el Cantú, donde continuarían las aventuras. A pesar del prometedor inicio de temporada, Sofoklís dejó de cuidarse y empezaron los problemas de peso. Marcharse del equipo azul fue un error grave. Con 18 años cumplidos, le hubiera hecho bien seguir en Salónica, en un ambiente que conocía y en el que se sentía cómodo. Imagino que le convenció el contrato que le ofrecieron, pero el dinero no lo es todo.  

Los rumores dicen que la paciencia de los dirigentes italianos terminó después de que a Schortsanitis se le quemase la casa. Un día volvió de madrguada tras salir de fiesta con el equipo y se puso a cocinar patatas fritas. Se durmió y se le quemó la casa.

Sofo anotando ante Glyniadakis.
Recalcati sabía de la vida desordenada del joven y le pidió que controlara su alimentación. Sofo le aseguró que tenía mucho cuidado con ella, pero el entrenador le contestó: “no controlas tu alimentación y me consta. La pizzería donde comes cada noche en Cantú es de mi hija.”

Los pecados de juventud de Schortsanitis continuaron en el Aris. El entrenador Charles Barton se quejó de las ausencias a los entrenamientos y del exceso de peso. Además, Sofo salía de noche y bebía. Cada vez que los aficionados del Aris se lo encontraban de juerga, los chivatos enviaban mails –no había Twitter- al club explicándolo.


Desapareció un mes del equipo para intentar volver a coger el tono y perder los kilos que le sobraban. El Aris le propuso la renovación bajándole el sueldo un 40% y amenazó con multarle cada vez que se ausentase o se saltase el régimen interno del club, algo que Sofo no aceptó. Una pena su inconstancia y su poco espíritu de sacrificio, porque en los minutos que jugaba era imparable. Con los amarillos llegó a la final de la Copa. Tenía la edad ideal, había vuelto a su ciudad y la gente lo quería, pero no aceptó el reto. Me da la impresión de que nunca estuvo bien aconsejado.

En 2005, Sofoklís acude a la concentración de la selección junior que va a participar en el Mundial de Argentina. En Karpenisi, Baby Shaq le vacila a todo el mundo. Se niega a seguir el programa de los demás, se pasea en chanclas por el lugar como si estuviera de vacaciones y abandona algún entrenamiento. Ante tal actitud, Sofo queda fuera del Mundial “por no estar preparado ni psicológica ni deportivamente”. Se comportaba como un niño mimado. Es un inmaduro. Sorprendentemente, declara: “no quiero ir al Mundial porque no tiene nada que ofrecerme. No hay ningún equipo que tenga un jugador que pueda pararme”. Cuentan que durante un entrenamiento realizó un mate en la cara de Mavrokefalidis y abandonó directamente el entreno alegando que no había nadie que pudiera con él.

Tras el verano, continuaron las peripecias. Firmó por 5 años con el Olympiacós y prometió ser bueno. El primer año en El Pireo fue muy positivo, siendo el máximo reboteador y el segundo anotador del equipo.

Mundobasket 2006.
Cuando llega el Mundobasket de 2006, Sofoklís Schortsanitis está centrado y fuerte. Panagiotis Giannakis saca lo mejor de Baby Shaq en el campeonato. La mejor versión del Gordo llega en el partido contra Estados Unidos, dejando boquiabiertos a los pívots y a los periodistas americanos.

Sin embargo, de regreso a casa, Sofo vuelve a las andadas. Parece que al jugador le cueste digerir el éxito, porque los problemas con Pini Gerson no tardan en llegar. No se cuida. Renuncia al Eurobasket 2007 para ponerse a punto para la temporada siguiente, pero no hay manera, el exceso de peso es evidente.

Hartos de tantos problemas, los directivos rojiblancos deciden enviarlo a una clínica de Suiza durante el mes de enero de 2008 para que siga un programa específico que le haga perder peso. Al principio, Big Sofo se niega a ir y el Olympiacós anuncia que el Gordo deja el club. Schortsanitis entra en razón y acaba viajando al país helvético, con lo que mantiene su vinculación con los del Pireo.

Los hermanos Angelopoulos eligen a Panagiotis Giannakis, entre otras cosas, porque parece ser el único capaz de hacer entrar en vereda al pívot, como sucedió en 2006. El jugador, que había llegado a pesar 200 kilos, empieza la temporada con 167.

Acude a los Juegos Olímpicos de 2008 y al Eurobasket de 2009, y afronta la última temporada en el club pireota, curiosamente la mejor de las cinco. Sin embargo, parece que nadie se fía de él en Grecia y acepta la oferta del Maccabi.

Schortsanitis reconoce que “no sé que hubiera sido de mí si no hubiera conocido a mi mujer”. Por fin Baby Shaq asienta la cabeza y rinde como nunca en Israel. David Blatt se empeña en ficharlo y no para hasta que lo consigue. Tras dos años en Tel Aviv y un paréntesis en el Panathinaikós, que le sirve para ganar la liga y la Copa, regresa al Maccabi.

Schortsanitis en 2002.
Me pregunto dónde hubiera llegado Schortsanitis si en lugar de haber dejado el Iraklís en 2003 lo hubiera hecho, por ejemplo, en 2005.

Sofoklis Schortsanitis (1985).

Clubes: Iraklís Potamiás de Kavala (hasta 2000), Iraklís (2000-2003), Pallacanestro Cantú (2003-2004), Aris (2004-2005), Olympiacós (2005-2010), Maccabi de Tel Aviv (2010-2012), Panathinaikós (2012-2013), Maccabi de Tel Aviv (2013-actualidad).

A Sofo lo disfrutaron demasiado poco los aficionados del Iraklís.
Palmarés: 1 Copa de Grecia con el Olympiacós (2010), 1 liga y una Copa con el Panathinaikós (2012-2013), 2 ligas de Israel con el Maccabi (2011 y 2012) y 3 Copas (2011, 2012 y 2014). 5 subcampeonatos ligueros con el Olympiacós, 2 de Copa y 1 de la Euroliga, a parte de llegar a otra Final Four.

Con Grecia: bronce en el Eurobasket U18 2002 y en el Mundobasket U18 2003 de Salónica. Plata en el Mundobasket 2006 y bronce en el Eurobasket 2009.

Savvas Iliadis en el Ivanofio.
El jugador menos conocido del quinteto de principios de la década es Savvas Iliadis. Empezó a jugar en el Aias Evosmou de Salónica (2000-2002), como Chatzivrettas, y de ahí pasó al Iraklís, donde estuvo 3 temporadas (2002-2005). A diferencia de los anteriores, que completaron su formación en el equipo azul, Iliadis llegó al club con 23 años. Ya era un jugador hecho, aunque no había tenido la oportunidad de jugar en primera.

Ganó la plata en los Juegos del Mediterráneo de Almería el mismo verano en el que sus compañeros ganaban el oro en el Eurobasket de Belgrado (2005). Esta situación define bastante bien el hecho de que Savvas no acabó de dar el salto que sí dieron Diamantidis o Chatzivrettas. Se quedó un escalón por debajo. En total sólo jugó 10 partidos con Grecia, los 5 de preparación para Almería y los 5 del campeonato, anotando una media de 16,4.

Con la marcha de Nikos Chatzivrettas, Savvas estaba llamado a ser uno de los líderes del equipo. Aunque físicamente más débil, era mejor tirador que Nikos y jugaba de alero. Era un jugador de perímetro con muy buena mano desde fuera.

Su progresión se estancó a pesar de que hizo carrera en la liga. Los aficionados habían puesto sus esperanzas en él porque sus actuaciones en edad juvenil habían sido muy destacadas.
 
Iliadis, Diamantidis, Lázaros, Georgios Dedas... en los vestuarios el Ivanofio.
Savas Iliadis (1979).

Clubes: Aias Evosmou (2000-2002), Iraklís (2002-2005), Panionios (2005-2006), Panellinios (2006-2007), Aris de Salónica (2007-2009), Kavala (2009-2010), Iraklís (2011), Ermis Langadá (2011-actualidad).

Palmarés: plata en los Juegos del Mediterráneo Almería 2005

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