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martes, 7 de junio de 2016

Un fin de temporada repleto.


El final de curso de la temporada 2015-2016 ha sido el más movido e interesante de los últimos años. Además de todas la noticias referentes a la serie final de la liga, hay que sumar las de los partidos por el tercer puesto y todas las relacionadas con la Selección. Han sido tantas y tan variadas, que casi mejor enumerarlas.

1. La serie de semifinales entre el Panathinaikós y el Aris dio mucho que hablar, sobre todo por la salida nocturna del trío Feldeine-Haynes-Gist y el castigo impuesto por Pedoulakis, que los dejó sin jugar el cuarto partido.

Los de Salónica forzaron el quinto en un choque polémico. Durante el calentamiento, tuvieron que parar a Eliott Williams, que se iba directamente contra el público. Algún gracioso le lanzó un vaso de agua y el americano montó en cólera. Supongo que no sabía cómo se las gastan en el Nick Galis Hall. Tuvo que mediar Diamantidis y algún otro para que la cosa no fuera a mayores.

Pero eso no fue todo. Con el partido empezado, el público se puso a insultar a la madre de Diamantidis y el árbitro paró el choque. Se negó a seguir si no paraban los insultos. Yo, que he visto unos cuantos partidos calientes en ese pabellón, doy fe que por los altavoces siempre tratan de calmar los ánimos e invitan a la gente a animar, no a insultar, pero la tarea es harto complicada. Lo más triste de todo es que era el último partido de 3D en el miítico Alexandrio y en lugar de ovacionarle, todos mentando a la madre. De muy mal gusto.

Casi de tan mal gusto como los insultos a la madre de Antonis Fotsis, ya fallecida, por su nacionalidad turca (Fotsis ha pedido la doble nacionalidad hace poco).

La nota oficial de prensa del club amarillo condenando los actos no borra la penosa imagen ofrecida.

Por si fuera poco, algunos aficionados boicotearon la rueda de prensa de Pedoulakis golpeando además el túnel de camino a los vestuarios. Los gritos y los golpes en la pared de la sala de prensa hicieron que el entrenador verde se levantase antes de terminar. Una estúpida manera de ensuciar dos importantes victorias.

2. También hubo noticia en la otra eliminatoria. Jure Zdovc soltó un gancho de derecha contra su jugador Taurean Green, que por suerte no llegó a impactar en el rostro del americano. El rifirrafe se produjo en el banquillo amarillo ante la atónita mirada del resto de jugadores. Green fue cortado de inmediato.

3. El Panathinaikós ganó el primer partido en el Palacio de la Paz y de la Amistad. Los atenienses dominaron el partido de cabo a rabo a pesar de que el Olympiacós tuvo sus opciones. Gist y Feldeine recuperaron en nivel, aunque el mejor de todos fue Calathes, que se salió. Pappás resucitó y por momentos nos recordó al de Belgrado hace dos temporadas.

Para el Olympiacós, el partido se jugó en circunstancias extrañas. Ese misma mañana había muerto el padre de Printezis y a la hora de comer el hijo mayor de Lojeski tuvo un accidente en un restaurante. El chaval se cayó sobre una mesa de cristal y por poco se mata. Mucha sangre y 20 puntos en la boca y en la barbilla. Un susto de muerte.

Fue emocionante ver como Giorgos Printezis anotaba de gancho una y otra vez. En cuanto el PAO consiguió cortar la racha, el Olympiacós desapareció. Spanoulis y Papapetrou tomaron el relevo en la seguda parte, pero siempre fueron por detrás. El último balón no le llegó al jefe y Papanikolaou no consiguió lanzar.

Un par de notas a destacar. El presidente del PAO, Dimitris Giannakopoulos, reapareció en un pabellón griego después de su sanción y de qué manera. Estuvo todo el partido sentado debajo de la canasta gesticulando e increpando, para no perder la costumbre.

El segundo hecho a destacar es algo que no pasó desaperceibido en la prensa griega y que es de aplaudir. Desde un sector del campo un grupo de aficionados empezó a insultar a Dimitris Diamantidis, algo inevitable en un derby de estos. Sin embargo, desde una de las puertas donde se sitúan los más radicales, mandaron callar. Menuda sorpresa. Un pequeño gesto que deja en muy buen lugar a la gente del Olympiacós. No cuesta tanto.   

4. La serie por la tercera plaza a priori no tenía el menor interés más allá de seguir viendo a Okaro White. En el primer partido, el Aris se durmió en los laureles y el AEK dio la vuelta en la segunda parte.

El segundo partido pasó a ser noticia desde bien pronto. Uno de los ábritros señalaba dos técnicas seguidas a Mcneil, que quedaba expulsado. El base se fue directo hacia el juez con intención de sacudirle. Varios jugadores amarillos y el coach Priftis se pusieron en medio y evitaron problemas mayores.

5. El partido continuó sin mayores problemas hasta el tramo final. Papantoniou y Waters se picaron y acabaron encarándose. Saltaron ambos banquillos a la pista y la bronca acabó con un montón de expulsados. Tantos que el choque acabaron jugándolo tres jugadores por cada equipo. Lo que en principio era un partido sin trascendencia acabó en las portadas.

Hubo protesta oficial del Aris que no sirvió de nada. Para el tercer encuentro, los aficionados fueron al Alexandrio pero se quedaron fuera viéndolo en una pantalla gigante en señal de protesta. Cuatro jugadores fueron multados por los incidentes del tercer embite y sancionados con un partido. ¡Qué cosas!

6. El segundo partido de las finales fue a tirones. Cogió ventaja el Olympiacós, pero el PAO logró igualar antes del final. Ni Spanoulis ni Diamantidis estuvieron bien, pero aparecieron en los dos últimos ataques. El de Kastoriá anotó su primer triple después de 7 u 8 lanzamientos a menos de un minuto para el final y estalló el OAKA. Sin embargo, el de Lárisa pidió la última bola y la enchufó desde muy lejos con la mano de Calathes en la cara. Era el segundo triple de diez intentos. Vasilis pegó un bote de alegría y levantó el puño ante la atónita mirada de Thanasis Giannakopoulos. La salida a la carrera del Olympiacós nos recordó otros tiempos. Máxima igualdad y sensación de que podía pasar cualquier cosa en el tercero.

7. El Kymi BC se coló en medio de las noticias sobre las finales. ¡El equipo de Evia jugará el año que viene en la Basket League Skrats después de 6 ascensos consecutivos!

8. En su gira Antetokounmpros, los hermanos Antetokounmpo metieron a 6000 aficionados en el Nick Galis Hall. Antes ya habían dejado huella en Creta y posteriormente la liaron en Atenas al aire libre. Como invitados acudieron Porzingis, Papaloukás y otros. Un éxito sin parangón.

9. El OAKA pasará a llamarse Nikos Galis. Con semejante noticia amaneció un día el país. Algunos dicen que “ya era hora” y otros no lo ven bien porque el Alexandrio de Salónica se llama Nick Galis Hall desde hace unos años. Siempre hay polémica con estas cosas, pero parece que al final así se llamará.

10. Mientras,  en España, dos griegos daban que hablar. Bourousis recibía el premio MVP de la fase regular y Fotis Katsikaris metía al Murcia en los play off.

11. Nikos Zisis anunciaba que se retiraba de la Selección. A pocos nos pilló por sorpresa después de lo que pasó en el último Eurobasket, pero él todavía no lo había hecho oficial. Su baja se suma a la de Spanoulis y deja a Grecia sin otro de sus puntales.   

12. Los aficionados del PAO y el Prasini calentaron el tercer partido cargando contra los árbitros. Que si pasos de Spanoulis por aquí, que si faltas inexistentes pitadas por allá, etcétera. Incluso se llegó a decir que los verdes se planteaban no jugar el tercer partido.

Siguiendo la tónica de los anteriores, el partido transcurrió igualado, tenso, rácano. El Panathinaikós dominaba el ritmo del partido hasta el último cuarto, cuando apareció Spanoulis. Se lesionó Printezis, el otro héroe de las finales, y Vasilis tomó la responsabilidad. Anotó 11 de los últimos 13 puntos del Olympiacós. El PAO se atascó cuando el marcador reflejaba un 59-66 preocupante para los locales. Entonces Kill Bill sacó la katana y en nada los rojiblancos se pusieron por delante 71-66. Otro triple en el último ataque pireota dejaba el resultado en el definitivo 74-68.

13. El genio de Lárisa no se conformó con eso y en el cuarto partido de las finales repitió lo que había hecho hacía unos días. Un triple desde ocho metros en la cara de Diamantidis daba el título al Olympiacós y dejaba al OAKA con un palmo de narices.

Nadie podía imaginar un adiós tan amargo como el de Diamantidis. La sensación de que en los verdes se acababa una época se acrecentaba después de ver la exhibición de Spanoulis. El cetro de poder cambiaba de localidad. El trono cambiaba de manos.

En cuanto tenga tiempo escribiré más detalladamente sobre las finales, Spanoulis y Diamantidis.

Veamos los nombres propios de estos últimos días.


  • Para muchos chavales, Giannis y Thanasis Antetokounmpo son ya más conocidos que Spanoulis y Diamantidis. La gira que han organizado ha tenido un éxito extraordinario. Nunca nadie en Grecia montó nada semejante. Thanasis ha sido preseleccionado por Katsikaris y por tanto se alejan los fantasmas de verlo con la camiseta verde de Nigeria.


  • Tyler Dorsey, como Thanasis, ha sido preseleccionado por Fotis Katsikaris. El base de los Oregon Ducks causó impresión en su convocatoria con la Selección sub19 el verano pasado y ha sido llamado por Fotis.


  • Fotis Katsikaris ha hecho una gran temporada en Murcia. Es posible que tenga ofertas de clubs más poderosos.


  • Jerel Mcneal casi le pega a un árbitro. Lo pararon entre cuatro o cinco, de lo contrario quién sabe lo que hubiera pasado. Gran temporada la del americano pero estas idas de olla no se pueden tolerar.


  • A Taurean Green casi le pega Zdovc, su entrenador, disconforme con su rendimiento. Nada más acabar el partido, fue cortado irremediablemente.  


  • Okaro White ha sido el MVP de la liga. Se lo rifan. Es casi imposible que el Aris pueda retenerlo porque equipos como el Olympiacós le van detrás. Ya hablé de él no hace mucho.


  • Jure Zdovc ha conseguido reconducir la nave del AEK, que parecía que iba a chocar contra un iceberg. Tras lo de Anosike, Dj. Cooper, Green y demás, ha conseguido una meritoria tercera plaza. No me extrañaría que saliera del club. Que le quiten lo bailado.


  • El PAO recuperó a Argyris Peodulakis como solución de urgencia. El bueno de Argy hizo lo que pudo, pero no consiguió conquistar la liga. Todo hacía indicar que no seguiría en el club ateniense, sin embargo anunciaron su renovación hace unos días por tres temporadas más. En los pocos partidos que ha dirigido, ha dado oportunidades a los jóvenes, algo que Djordjevic no había hecho. A pesar de la renovación, el arranque de la temporada que viene marcará el futuro de Pedoulakis en la “silla eléctrica”.


  • Pini Gershon sonó unos días como sustituto de Pedoulakis. ¿Otro sargento como Ivanovic o Djordejvic? Al ex entrenador del Olympiacós se le vio departiendo amistosamente con Dimitris Giannakopoulos en el OAKA, pero no pasó de ahí. El anuncio de la renovación de Argy acalló de sopetón todos los rumores.


  • Nikos Zisis dejó la Selección. Con Spanoulis, Diamantidis, Zisis, Pappás, Giankobits (lesionado), Vasileiadis, Bramos, Fotsis, Printezis, Schortsanitis, Kaimakoglou y Mavrokefalidis (lesionado) quedaría una Selección guapa. Una pena.


  • Giorgos Printezis es noticia por partida doble. Ha hecho unas series finales fantásticas, aguantando al equipo cuando Spanoulis no andaba fino. Lo de Printezis fue emocionante, casi heroico. Jugó el dia en que murió su padre y, aunque el Olympiacós perdió, fue el mejor de los suyos. El resto de la serie se comportó como un titán. Jugó con tanta intensidad que al final lo pagó con una lesión. Hace unos días anunció que no iría al Preolímpico. Otra baja más que sumar.


  • Lo que ha hecho Vasilis Spanoulis en los tres partidos ganados por su equipo ha sido sencillamente espectacular. Una demostración de liderazgo como la de Gasol contra Francia. Me pregunto qué hubiera pasado si la última bola del primera partido le hubiera llegado a él y no a Papanikolaou.   



  • Dimitris Diamantidis jugó su último partido sin poder brindar un triunfo a su afición. El capitán lo dio todo, tanto en Europa contra el Baskonia como contra el Olympiacós, pero no pudo ser.



domingo, 26 de julio de 2015

El AEK de la temporada 2001-2002.


No ha habido en la historia del AEK ninguna generación parecida a la de los años 60, las cosas como son. Aquel equipo plagado de internacionales marcó una época. Si no ganó más títulos fue porque entonces no existía la Copa de Grecia. Lamentablemente, nadie dio el relevo a aquella inolvidable generación.

La Reina dejó incluso de ser princesa. La Copa de 1981, un oasis en medio del desierto. Años terribles de sequía. El cuarto equipo de Atenas, el sexto, séptimo u octavo del país… Un desastre. Cuando los más viejos del lugar contaban a sus nietos que habían visto al AEK ganar ligas y una Recopa de Europa, aquello les sonaba a cuento de hadas.

¡El AEK no logró juntar una generación decente de jugadores hasta finales de los 90! Los pocos canteranos que conseguían llegar al primer equipo acababan fichando por otros clubs al poco tiempo. Salieron buenos jugadores sueltos, pero no se construyó un equipo, unos años porque no había química entre los miembros de la plantilla, otros porque al presidente se le acababa la paciencia o porque los extranjeros no cuajaban.

Por nombres, sorprende que los bicéfalos del sur pasasen tantos años viviendo de la Copa de 1981, aquella mítica contra el Iraklís en la que Kurt Rambis ganó el MVP.

Vlado Djurovic dio oportunidades a jóvenes de la cantera, pero sólo aguantó una temporada en el banquillo (1994-1995). Fue el último año antes de la Ley Bosman, con Rolando Blackman y Tim Borroughs de extranjeros. La octava plaza fue considerada un fracaso, pero por lo menos el serbio subió al primer equipo a los juniors Michalis Kakiouzis y Nikos Chatzis.

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Diez días después de terminar el Eurobasket de Atenas (1995) se disputó en la misma ciudad el Mundial Junior. La selección de Grecia se deshizo de todos sus rivales y se proclamó campeona, con un Efthimis Rentziás estelar. Junto con Rentziás y Dimitris Papanikolaou, las otras dos figuras de aquel equipo eran Kakiouzis y Chatzis.


La Ley Bosman llegó en el peor momento. De un día para otro, los chavales vieron como jugadores extranjeros les quitaban el sitio. El empresario Giannis Filipou, presidente de FAGE, vio que había negocio en el baloncesto y se metió de lleno en ello.

Filipou no dudó en fichar a Giannis Ioannidis en cuanto tuvo la ocasión. Con el Rubio, el AEK pasó de la décima posición a la segunda. El Olympiacós de Ivkovic fue demasiado rival en la final (3-1) el año del triplete rojiblanco, pero el AEK había dado un salto enorme de calidad hacia arriba.

En su segunda temporada, Ioannidis condujo al AEK hasta la final de la Euroliga, algo impensable un par de temporadas atrás. En dos años, los amarillos se habían dejado la pasta en jugadores de la talla de Prelevic, Coldebela, Lasa, Victor Alexander, Wilie Anderson, Michael Larsen, Jake Tsakalidis, etc…

Tras la triste final de Barcelona (Kinder Bologna-AEK 58-44), el equipo se derrumbó. La cuarta plaza en la liga dejó al AEK fuera de la Euroleague y le costó el cargo a Ioannidis, que acabó bastante mal con algún jugador. El malcarado entrenador garantizaba llegar a finales, pero casi nunca las ganaba. Ejercía tal presión sobre sus jugadores, que muchos acababan peleándose con él. Cuando el Sargento se marchaba, dejaba el club hecho un solar.


Lo mejor de la temporada 98/99 fue el fichaje de Dimos Diokudis, procedente del Larissa, y el regreso al club de Fotis Katsikaris, como asistente de Kalafatakis y luego de Politis. El AEK, como el año anterior, volvió a clasificarse para la final de Copa, pero la volvió a perder.

Filipou optó por una apuesta segura para la temporada 99/00: Dusan Ivkovic. El serbio, que había ganado la liga con el PAOK y el triplete con el Olympiacós, conocía perfectamente el campeonato.

Después de 19 años de sequía, llegaba el primer título, la Copa de Grecia. Ivkovic convirtió a aquel equipo en un grupo ganador. Con un tronco formado por Kakiouzis, Dikoudis, Chatzis, el veterano Koroniós, Tsakalidis y Anthony Bowie, el AEK se impuso al todopoderoso Panathinaikós de Bodiroga, Rebraca, Gentile, Rogers y demás, evitando de pasada el triplete verde.

En la primera fase de la Copa Saporta, el AEK se paseó, concediendo solo una derrota en la pista del Spirou BC. En dieciseisavos se deshizo del Kovinotehna Savinsjka Polzela sin ningún problema, ganando los dos partidos, mientras en los octavos hacía lo propio con el potente TAU Cerámica Baskonia (67-71 y 85-65).

En cuartos, el AEK ganó al Iraklís de Salónica en Atenas por 84-73 y dejó encaminada la eliminatoria. Los azules ganaron el partido de vuelta, pero se quedaron lejos de la hazaña (73-70). El KK Zadar derrotó a los amarillos en el partido de ida de la semifinal (75-70), pero el AEK remontó en la vuelta (82-67), clasificándose para la final de la competición 32 años después ( la Copa Saporta era la Recopa de finales de siglo).


La Kinder de Bologna de Messina volvía a ser el rival del AEK, como dos años atrás en Barcelona. Esta vez, sin embargo, los griegos supieron llevar el partido a su terreno y acabaron imponiéndose por 83-76. Nikos Chatzis y Anthony Bowie se erigieron en héroes de aquella final jugada en Laussane, además de Ivkovic, por supuesto, que seguía engrandeciendo el mito. Nikos Chatzis, jugador poco conocido fuera del país, pero uno de los hombres-récord de la liga griega, recogió la copa de manos del inolvidable Juan Antonio Smaranch.


La temporada del AEK dejó un sabor agridulce, porque acabó cuarto en la liga tras perder la final de consolación contra el Olympiacós (3-1). Sin embargo, podría jugar en la Euroliga debido al cisma que se produjo el año siguiente. El mejor torneo del continente quedó partido en dos.

Hubo bajas sensibles en el roster del equipo la temporada siguiente, puesto que Bowie se fue al Aris y Tsakalidis a Phoenix Suns, pero la plantilla se reforzó muy bien. Con Andrew Betts, Vrbica Stefanov, Ibrahim Kutulay y Nikos Zisis el AEK tenía opciones en las tres competiciones.

En Europa, los de Ivkovic terminaron segundos de grupo, por detrás de la Kinder de Bologna y por delante del TAU. Curiosamente, a la postre serían los finalistas de la competición. En el cruce, el AEK se deshizo del Zalgiris (2-0) y en cuartos de la Benetton de Treviso (2-1).

El TAU Cerámica Baskonia, que se había cargado al Peristeri y al Olympiacós, hizo lo propio con el AEK, al que ganó tres partidos seguidos (3-0). Aquella serie será recordada por el primer partido, que se tuvo que repetir después de que el TAU reclamase una última canasta amarilla –claramente- fuera de tiempo. En la repetición, los vascos aplastaron a los griegos (65-90), a los que apuntillaron pocos días después (67-70). En Vitoria los locales certificaron su paso a la final (76-62). Los vascos aquel año fueron la auténtica bestia negra de los equipos griegos.


Que en el AEK se estaban haciendo las cosas bien lo demuestra el hecho de que se volviera a meter, por cuarto año consecutivo, en la final de la Copa de Grecia. De nuevo Ivkovic se imponía a Obradovic por dos puntitos (66-64), con un gran Kutulay. Era el tercer título en dos años, además de una semifinal de Euroliga.

Sorprendentemente, Giannis Filipou decidió no renovar a Duda la temporada 2001-2002, ocupando el cargo Dragan Sakota, que llevaba más de 10 años trabajando en Grecia. Desde luego, hacer olvidar a Ivkovic no sería tarea fácil. Sin embargo, en aquel grupo había una química muy especial.

El AEK redujo sensiblemente el presupuesto y empezaron los problemas económicos. Menos cartera, más cantera. En el primer equipo se mantenían Zisis, Dikoudis, Chatzis y Kakiouzis, y por debajo empujaban fuerte Giorgos Tsiaras, Ioannis Bourousis, Christos Tapoutos y Pero Antic. J.R. Holden y el veterano Jim Bilba fueron los refuerzos de aquel verano, además de Arijan Komazec. El croata fue la nota discordante de aquel año. Duró poco y fue sustituido por Chris Carr.

En la liga griega, el AEK dominó la fase regular del torneo, quedando por delante del Olympiacós y del Panathinaikós. Curiosamente, tras superar la primera fase de la Euroleague con facilidad, quedó encuadrado con los dos colosos helenos y el Union Olimpija.

Los de Sakota cayeron contra rojiblancos y verdes –a la postre campeones- y quedaron eliminados. Sentó fatal caer contra los dos equipos griegos en Europa, pero se daba por buena la eliminación si se conseguía la liga –partía con ventaja de campo en los play off-. 

Centrado en la competición liguera, porque había caído prematuramente en la Copa contra el Panionios, acabó primero de la fase regular con 23 victorias y 3 derrotas, dos puntos por delante del PAO y 4 del Olympiacós.

Aquella temporada se jugaron unos play off “reducidos”, y el AEK se plantó en la final tras ganar al Iraklís por 2-0. Los atenienses esperaban sacar provecho de la guerra entre el Olympiacós y el PAO. Para los amarillos era “o entonces o nunca”.

Desde luego, nadie podía esperar que aquella temporada terminase como lo hizo: el PAO, que fue eliminado por el Olympiacós en la liga, se proclamó campeón de la Euroliga, los del Pireo, con sus vaivenes, se llevaron la Copa frente a un sorprendente Marousi, y el AEK, después de muchos años sin conseguirlo, triunfó en la liga. Reparto.

El desenlace liguero fue de película.

El Olympiacós derrotó al Panathinaikós por 2-0, pero quedó tocado para la final, porque debido a la múltiple tangana que se produjo hacia el final del segundo partido, varios jugadores fueron sancionados. Eso sí, fue una sanción light porque después de la que se lió bien podrían haberse perdido el resto de la temporada. A los implicados en el quilombo les cayó un partido y una sanción económica, además del cierre del pabellón (un solo partido).


Los de Subotic dieron la campanada en el OAKA y se impusieron al AEK de buenas a primeras (74-82), pese a no poder contar ni con Femerling, ni con Risacher, ni con Ford, ni con Tomic. Ver para creer. El AEK tiraba por la borda toda la ventaja labrada tras una larga temporada de sufrimiento.

En el segundo encuentro, ya con toda la plantilla, pero sin Ford –lesionado-, el Olympiacós volvió a ganar, esta vez en el SEF por 75-70. Los de Sakota naufragaban de nuevo, esta vez en un Pabellón de la Paz y de la Amistad vacío. Con 2-0 a favor para los rojiblancos, pocos esperaban lo que vendría después.

En los días previos al tercer partido, hubo de todo. Por un lado, Sakota se cargó a Chris Carr, con el que tuvo un encontronazo gordo.

Por si fuera poco, cierta prensa publicó que algunos jugadores del AEK habían sido comprados, acusando principalmente a Kakiouzis, involuntario cabeza de turco. A los jugadores les afectó el suceso, pero supieron abstraerse y sacar la fuerza mental de no se sabe dónde para reponerse. Como he dicho tantas veces, en Grecia a las buenas muy bien, pero en cuanto las cosas se tuercen los aficionados se vuelven locos. Todo son contubernios e inventan lo que sea. En lugar de apoyar, meten más presión. Ganar el tercero significaba mantener encendida la llama de la esperanza, perderlo una catástrofe de incalculables consecuencias.


Los jugadores intentaron aislarse del contaminado ambiente, no hacer caso de las infamias difundidas por periodistas malintencionados y consiguieron su primera victoria en el tercer partido (85-78). Fue como quitarse un gran peso de encima. Aunque los amarillos seguían entre la espada y la pared, la presión cambiaba de acera. Los de Subotic estaban obligados a ganar en el SEF para no tener que jugársela en el OAKA.

En un partido tenso a más no poder, rojiblancos y amarillos llegaban igualadísmos al último tramo del cuarto partido. El AEK se sobrepuso a un mal primer cuarto (27-19) y a un arbitraje “sospechoso”. Un parcial de 0-11 en 6 minutos aciagos de los locales puso a los amarillos por delante (29-32). Kakiuouzis, Betts, Holden y Dikoudis tomaron el mando de las opeaciones. Zisis, con tres faltas en el primer cuarto, no pudo ayudar mucho. Al descanso el marcador reflejaba un inquietante 32-36. El público no esperaba tanta resistencia. Los visitantes aguantron el arreón local en el tercer cuarto hasta casi el final. Una discutida cuarta falta de Dikoudis descentró al equipo y el Olympiacós consiguió empatar. A falta de un asalto, empate a 48. Tienen que jugar minutos Panteliadis y Bilba a causa de las faltas.


En el cuarto período el Olympiacós tomó ligeras ventajas pero no conseguía despegarse. Volvió Dikoudis, el héroe de la final, a falta de más de 6 minutos. De nuevo el partido se igualó y la diferencia no superaba nunca los 2 o 3 puntos. A triple de Holden respondía Forrest, a canasta de Kakiouzis anotaba un tiro libre De Miguel, etc...

Forrest empata a 59 cuando faltan 2´30´´. Chatzis mete la última canasta amarilla a falta de 2 minutos. A partir de ahí, errores a partes iguales. Tomic yerra un triple, pero los árbitros señalan la quinta falta de Dikoudis en la lucha por el rebote. Savrasenko falla los dos tiros libres y Betts captura el rebote. La bola a la banda porque el AEK no está en bonus. Holden falla un triple y le da la última opción del partido a Tomic, que es objeto de falta personal. El capitán marra el primer tiro y anota el segundo. Holden falla el primer tiro libre y apedrea el aro en el segundo. Kakiouzis coge el rebote y el partido termina. El AEK ha forzado el cuarto partido cuando parecía imposible, y encima lo jugará en cada.

Antes del quinto encuentro se confirma que James Forrest, el pívot rocoso del Olympiacós, ha dado positivo en el control antidoping del segundo encuentro y no volverá a jugar. Se contrarrestan así las fuerzas, el AEK sin Carr y el Olympiacós sin Forrest.


Ante 11.000 fieles que llenaron el OAKA, el AEK no podía fallar. El 79-70 final no refleja lo que fue el partido, ya que el Olympiacós tuvo sus opciones. Los amarillos salieron fuertes (12-14), pero Risacher estuvo inspirado desde el triple y equilibró las cosas (16-14 al final del primer cuarto). Los locales siempre mantuvieron la inciativa, tanto en el juego como en el marcador, y con la pareja Dikoudis-Kakiouzis on fire el AEK se escaparon en el marcador (34-20). Parecía todo controlado por los de Sakota, que sienta a los titulares para darles descanso. Al final de los primeros 20 minutos, los aficionados creen tocar el título con las manos (43-31).

Nadie duda que el título se quedará en casa después de que el AEK amplíe cada vez más la diferencia (48-31). Sin embargo, asistimos a unos últimos 6 o 7 minutos de cuarto espectaculares de Milan Tomic. El serbio las enchufa de tres que es un primor, apoyado también por el alero francés. Por los locales, sólo Dimos Dikoudis parece tenerlo claro. El Olympiacós juega prosiblemente sus mejores minutos de toda la serie y recorta las distancias (56-61 al final del tercer cuarto). Sigue vivo.

La dinámica ha cambiado y el miedo pasa de la pista a la grada y de la grada a la pista. Los de Subotic están crecidos y con triples de Risacher y tiros libres de De Miguel se ponen por delante. El Olympiacós ha remontado 17 puntos en menos de 10 minutos. Entonces, incomprensiblemente, el técnico esloveno de los marineros protesta desmesuradamente una jugada y los árbitros lo sancionan con una técnica que mete de nuevo de lleno al AEK en el partido (de 59-61 se pasa a 62-61). Sakota “responde” a Subotic protestando exageradamente una posible falta en ataque de De Miguel y también es sancionado con una técnica. Hay nervios, tensión, malos modos y polémica. El partido lo tiene absolutamente todo.


A 5 minutos del final, los de El Pireo se ponen tres puntos por delante (62-65) en lo que sería el último arreón rojiblanco. El parcial final de 17-5 decide el quinto partido y la final, con un gran Chatzis y un excelente Dikoudis. El Olympiacós agota los ataques y sólo anota de tiros libres. La defensa y el rebote amarillo se imponen. Un irregular Holden aparece robando un balón decisivo y el veterano Jim Bilba aporta su granito de arena en la zona. Se desata la euforia en el OAKA y traslada la crisis al puerto. Concluye así una de las series finales más increibles de la historia del baloncesto griego. El Olympiacós se dejó la piel en la remonatda y acabó sin gasolina. Dragan Sakota movió mejor el banquillo y se notó al final. ¿Qué hubiera pasado si Alphonso Ford no hubiera estado lesionado? ¿Y si Forrest no hubiera dado positivo? 


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La plantilla del AEK que ganó la liga en la temporada 2001-02 la formaban J.R. Holden, Nikos Zisis (19 años), Christos Tapoutos (20 años), Nikos Chatzis, Dimos Dikoudis, Jim Bilba, Andrew Betts, Michalis Kakiouzis, Giannis Bourousis (19 años, solo jugó 3 partidos), Pero Antic (20 años, no llegó a debutar), Chris Carr (llegó por Komazec y fue cortado; solo jugó 13 partidos), Giorgos Tsiaras, Vasilis Koikilias, Kostas Paschalis, Arjan Komazec (fue cortado; solo jugó 11 partidos) y Spiros Panteliadis. Entrenador: Dragan Sakota.

A pesar del título, los problemas económicos continuaron. Filipou se enfrentó a sus propios aficionados, harto de pagar multas por el mal comportamiento de los mismos y aquello fue el principio del fin. Algún día hablaremos de los grupos organizados de aficionados y su influencia dentro de los clubes. Acostumbrados como estaban los aficionados a pelear por títulos, no estaban dispuestos a soportar dos temporadas malas. Así fue como poco a poco aquella prometedora generación se fue desintegrando.

Con la marcha del principal accionista, Giannis Filipou en 2006, tras 11 años en la entidad, empezaron las dificultades gordas. Fueron marchándose primero los extranjeros y después los valores nacionales, que acabarían haciendo una carrera más que notable en Grecia y fuera de ella (Giannis Bouroussis, Giorgos Tsiaras, Nikos Zisis…).

Aunque colocó a su hijo en la presidencia, éste no tenía ningún interés en el baloncesto y lo dejó al poco tiempo. La familia se cansó y dejó de apoyar. Los jugadores dejaron de cobrar de la noche a la mañana y el equipo cada año iba a peor, hasta que se consumó la catástrofe. Granitsas, vicepresidente con Filipou padre, se hizo cargo del club, pero los problemas se multiplicaron. A un mes del inicio de la campaña 2006-07 el AEK no tenía entrenador (al final “picó” Vangelis Alexandrís). Llegaron jugadores sin haber hecho pretemporada y con el curso empezado dejaron de cobrar las nóminas. El AEK era el Titánic, con cambio de entrenador incluido y jugadores que se pusieron en huelga. Salvaron el año, pero de ahí hasta el descenso, 5 años para olvidar.


El error de Filipou, propietario junto a su hermano de la mayor empresa de productos lácteos del país, FEGA, fue creer que realmente podía ganar dinero con el club, no como los Angelopoulos o los Giannakopoulos, que primero son “seguidores” y luego presidentes.


Si la generación del AEK campeona de liga en 2002 se hubiera mantenido en el club, estoy convencido de que hubiera disputado la hegemonía verde de Obradovic.

domingo, 17 de mayo de 2015

Temporada 2014-2015: ¿el regreso de los clásicos?




Terminó la liga regular de la temporada 2014-2015 hace menos de una semana y ya se han jugado los dos primeros partidos de tres eliminatorias de play off. Así ha quedado la clasificación final y estos han sido los resultados:

1. Olympiacós de El Pireo: 51
2. Panathinaikós de Atenas: 49
3. PAOK de Salónica: 45
4. Aris de Salónica: 42
5. AEK de Atenas: 41
6. AEGEAN Rethimno de Creta: 40
7. Kolossós H Hotels de Rodas: 39
8. Koroivos de Amaliada: 37
9. KAOD AM Genetics de Drama: 36
10. Apollon Carna de Patras: 36
11. AENK Dimoulas de Atenas: 35
12. Trikala BC Aries de Tríkala: 34
13. Paneleusiniakós de Eleusina, Atenas: 32
14. Panionios de Atenas: 29

Play offs al mejor de tres partidos.

Olympiacós-Koroivos (no ha empezado la serie).
Panathinaikós-Kolossós: 98-71 / Kolossós-Panathinaikós: 75-73 (1-1)
PAOK-Rethimno: 66-59 / Rethimno-PAOK: 65-61 (1-1)
Aris-AEK: 71-69 / AEK-Aris: 92-54 (1-1)

Mis notas.

Sobresaliente.


Olympiacós.
A pesar de un inicio dubitativo, con cambio de entrenador incluido, el Olympiacós ha liderado la clasificación de principio a fin. Sólo ha cosechado una derrota en todo el torneo, contra el AENK en las primeras jornadas. Desde entonces, todo victorias, incluida la última en el OAKA que certificó el primer puesto.

Sfairopoulos ha hecho de este Olympiacós un equipo compacto y difícil de batir. Salvo la marcha de Simons y la llegada de Tsairelis, no ha habido más cambios en el roster. A pesar de tener un ojo puesto en la Euroleague, no se ha dejado sorprender, y eso que Sfairopoulos no ha rotado demasiado a sus hombres. Esperaba más minutos de Kavvadás, Katsivelis y Christodoulou. Será que no se los han ganado. Llegará a la final con ventaja de campo y es el máximo favorito para ganar el trofeo.

PAOK.

Los de Soulis Markopoulos han vuelto a conquistar la tercera plaza. Gran temporada de nuevo pese a los inevitables tropezones y al incordio que supone jugar la Eurocup. Destaco del PAOK que es un equipo sin estridencias. Ha demostrado solidez. De no ser por el triple de Giankovits, se hubiera llevado la Copa de Grecia. Se sobrepuso a la baja de Charalampidis, que se rompió a media temporada (6 meses de baja por rotura de ligamentos), y se afianzó de la mano de los americanos Odum, Carter y Langford. Buen bloque sin grandes estrellas que debería ganar algún partido al PAO en semifinales para seguir avanzando.

Rethimno.

El Rethimno ha mantenido la regularidad del año pasado y también merece el calificativo de sobresaliente. Tiene mérito seguir ahí arriba porque cada verano suele cambiar a sus jugadores extranjeros. Jugadores interesantes: Vincent Counsil y Mohamed Fayé. Tercera temporada del senegalés en Grecia (Íkaros, Paneleusiniakós, Rethimno), que debería permitirle el salto a un equipo más grande.

Koroivos.

Excelente campaña del equipo de Amaliada, que no se ha conformado sólo con salvar la categoría, sino que además se ha metido en los play off. El equipo de Haris Markopoulos, hijo del coach del PAOK, empezó el año muy fuerte y lo pagó a media temporada, con derrotas que hicieron peligrar la salvación, pero el sprint final (4 victorias seguidas) le han permitido adelantar al KAOD en la clasificación sobre la bocina.

Viendo la plantilla y el presupuesto del Koroivos, el octavo puesto lo califico de milagroso. Trabajo, trabajo y trabajo. Tipos duros como Guille Rubio o Rawle Marshall, finos estilistas como Josh Magette y veteranos ilustres como el bosnio Sasha Vasilievic han llevado al equipo del Peloponeso al play off. Equipo pequeño, equipo unido. Jugar contra el Olympiacós, un merecido premio, un homenaje.

Notable.

Aris.


Con la llegada de Dimitris Priftis al banquillo el club se ha estabilizado. Gran campaña de la perla Vezenkob y muy buen rendimiento de los fichajes. Pasalic, en su retorno, ha cumplido como director de juego y ha sido llamado por Ivanovic para la selección, Adebogie se ha ganado la titularidad y ha hecho olvidar a Bochoridis, Naymick ha sido el máximo taponador de la liga y Lamarcus Reed ha dado consistencia al ataque amarillo.

El año pasado el equipo acabó en un decepcionante séptimo puesto, con lo que la cuarta plaza sabe a gloria y abre el camino a las semifinales.

Nikos Laskaris es el nuevo máximo accionista del club y parece estar dispuesto a poner dinero para colocar al Aris donde por historia le toca. La gente está muy esperanzada.

AEK.


Quinto puesto amargo para el AEK, que por momentos parecía aspirar incluso a la tercera plaza. Muchos cambios en el roster con la temporada empezada y el regreso de Sakota al banquillo han acabado por confeccionar una de las mejores plantillas de la liga, las cosas como son. Por eso estaba convencido de que el AEK podía acabar tercero. Karl English como artillero, Mensah-Bonsú como depredador interior, Delinikaitis, Hairston… Nombres conocidos que han rendido a gran altura. Sin embargo, han sido pocas las veces que Sakota ha podido contar con todos sus hombres. Problemas de lesiones.

Tras varias temporadas en segunda, regresar a la división de honor y acabar quinto puede calificarse de notable.

Kolossós.

Quedan lejos los tiempos en los que el objetivo del Kolossós era sólo la salvación. La séptima plaza puede calificarse de notable y volverá a jugar el play off. El trabajo en la zona de Ernest Scot ha sido fundamental, sin menospreciar al resto. Otro equipo sin grandes estrellas que ha basado sus éxitos en cerrar los partidos de casa y mantenerse unido. Si Mike James, MVP de las jornadas 1 y 3, no se hubiera ido al Laboral Kutxa, quién sabe si hubiera peleado por la cuarta plaza.
  
Bien.

Panathinaikós.

El PAO ha acabado segundo de la fase regular, con tres derrotas. Puede subir o bajar nota de aquí al final, pero ayer perdió contra el Kolossós.

El PAO ganó la Copa con muchas dificultades y fue eliminado por el CSKA en la Euroleague. Dusko Ivanovic fue despedido y ahora es Sotiris Manolopoulos el entrenador, que en principio dirigirá al equipo hasta el final de la temporada.

A los verdes parece que les hayan echado una maldición. Desde la victoria en la Copa, positivo de Gist por fumar marihuana (8 meses de sanción), eliminados por el CSKA en Europa, Dusko cesado, derrota en Rodas y lesión grave de Pappás (menisco, 6 meses), por no hablar de las sanciones por comportamiento de los aficionados y de Dimitris Giannakopoulos.

Hasta ahora, un año para olvidar a pesar de la victoria en la Copa. Queda la liga. Nadie duda que los verdes la van a pelear. Ya comenté que no entendía el cese de Ivanovic, que ha dado muchos minutos a los jugadores jóvenes de la plantilla. ¡Lo que le está pasando al PAO este año daría para un culebrón!

Tríkala.

Un bien porque se ha cumplido el objetivo. Con un entrenador joven, Kostas Papazoglou, y Efthimis Rentziás en la dirección técnica, ha hecho lo que ha podido dadas las circunstancias. El presupuesto es el que es. El problema es que el nivel de los jugadores nacionales no es como el de otros equipos. Su éxito se basa en el rendimiento de los extranjeros, destacando el serbio Slaven Cupkovic y los americanos Brian Tracy y Justin Ancrum.

Suficiente.

KAOD.

Perdió la posición de play off en la última jornada. Sabor amargo, puesto que prácticamente la tenía asegurada desde hacía meses. Ha ido de más a menos. Se le ha hecho larga la temporada, aunque los de Drama llevan ya varios años afianzados en la división de honor. Otro equipo cuyo rendimiento depende excesivamente de lo que hagan los americanos. Me preocupa que haya pocos jóvenes nacionales. Papamakarios y Tsaldaris han aportado lo suyo, pero están en 35 tacos.

AENK.


El equipo ha ido claramente de más a menos. En octubre ganó al Olympiacós en Neas Kifisiás y parecía que podía repetir la exitosa campaña anterior, en la que acabó quinto, pero se deshinchó. Coincidiendo con la venta de Michalis Kakiouzis a Chipre y la marcha de Tsaldaris al KAOD a media temporada, el equipo pegó un bajonazo.

Aunque no ha pasado problemas para mantener la categoría, todos esperábamos más. Sin duda, lo más destacable ha sido el año de Dimitris Mavroeidis, que se ha salido. Recuperado para el basket, debería ir a un equipo con mayores aspiraciones. Regresó Panagiotis Vasilopoulos, pero sólo jugó 11 partidos. Su rodilla no da para más.

El AENK ha pagado el mal rendimiento de sus americanos, algunos de los cuales fueron despedidos a mitad de temporada. Se hundió tras perder la semifinal de Copa en casa contra el Patras.

Apollon Patras.

Con el objetivo cumplido de la salvación y sin posibilidades de acceder al play off, se dejó llevar. Centró sus esfuerzos en la Copa y logró llegar a la final. El Apollonas debería siempre aspirar a play off, por historia, plantilla y presupuesto, pero este año se durmió en los laureles. No ha cambiado americanos y han jugado bastante bien, pero a su bola. Bien El Amin, Pen, Galoway y Fitzpatrick, pero juego anárquico. Sin embargo, con el Patras soy optimista porque tiene canteranos que empujan, al contrario de lo que sucede en Neas Kifisiás. Veremos el año que viene.

Insuficiente.

Panaleusiniakós.

No ha podido ser. A pesar de que la plantilla contaba con hombres de experiencia, siempre ha estado al filo de la navaja. Descenso merecido y veremos qué pasa el año que viene. Nicola Markovic se ha multiplicado en ataque, pero ha estado demasiado solo. Tsakaleris, Ioannou, Athanasoulas, etc… son jugadores de segunda unidad que van de un equipo a otro sin quedarse en ninguno. Así es difícil. Americanos de quita y pon que tampoco han ayudado lo que se esperaba.

Panionios.


El descenso de un ilustre. 44 temporadas en primera, el sexto equipo de Grecia, un plantilla no tan mala (Xanthopoulos, Verginis…), afición fiel… Insuficiente. Lo de este año, por lo que significa, merece un post entero.

Básicamente, el mecenas abandonó. A partir de ahí, problemas económicos mil, partidos jugados con juveniles, fichajes que se largan y todo lo que queráis. Imposible cambiar la dinámica de juego y resultados, a pesar de probar con distintos entrenadores y traer nuevos jugadores. Se veía venir desde el principio de la temporada. Desgraciadamente, nadie está dispuesto a arriesgar su dinero. Es posible que el Panionios baje a la tercera o a la cuarta categoría por deudas y deje el profesionalismo. Sigue los pasos de otros clubes que tuvieron su momento y ahora están hundidos: Panellinios, Maroussi, Iraklís… Un pena. ¿Sabéis quién era el entrenador del Panionios hasta 2014? Giannis Sfairopoulos. Y hace dos años tenía a Pappás, Giankovits, Kavvadás, McCollum, etc... Hablaremos sobre el tema en otra entrada.

Jugadores destacados.

Alexandr Vezenkob.

A sus 20 años, el búlgaro ha sido el MVP de la temporada regular, además del mejor joven por tercera temporada consecutiva. Ha sido 4 veces MVP de la jornada. 18,04 puntos y 7,73 rebotes por partido. Segundo máximo reboteador de la liga (201 capturas), cuarto en triples anotados y quinto en faltas recibidas. ¿Dónde irá este verano? ¿Serán capaces de convencerle para que se quede en Salónica? Veremos qué tal le va en el Draft.

Vasilis Spanoulis.

El jefe ha ido de menos a más y llega al momento cumbre de la temporada en plena forma. MVP en dos jornadas consecutivas, ha sido el máximo asistente de la liga (140, 6,09 de media). Además, ha promediado 12,65 puntos. Un secreto: Vasilis es el que más bolas pierde de la liga.

Mohamed Fayé.

Gran temporada del pívot senegalés del AEGEAN Rethimno. Máximo reboteador (221), 12,50 puntos de media por partido y tercer taponador de Grecia (32 chapas). En el apartado estadístico, también es el quinto en tiros libres. Tercero en valoración total. Debería fichar por un equipo o una liga más potente. Lo merece.
 
Pops Mensah-Bonsú.


Aunque llegó con la temporada empezada, ha sido quinto en valoración total. Es el mejor pívot de la liga. 16,33 puntos de media, 7,20 rebotes y 6,40 faltas recibidas. Valoración media: 24,20. Ha sido el MVP tres jornadas. El único interior capaz de pegarse de tú a tú con Dunston o Batista.

Dimistris Mavroeidis.

Tercer máximo anotador de la liga, tercero en rebotes (196), segundo en tiros libres y canastas de dos, además de ser el jugador que más faltas ha arrancado al contrario. Segundo en valoración total por detrás de Vezenkob. Un lacra, segundo en balones perdidos. Casi 14 puntos y más de 7 rebotes por partido. El AENK ha jugado para él, cierto, pero Dimitris podría perfectamente jugar en un grande. Sólo necesita un entrenador que confíe en él.

Karl English.

El mejor triplista del campeonato a pesar de haber llegado tarde. 61 anotados de 142 (42,96%). Más de 15 puntos por partido. Cuarto en pérdidas de balón. Raza blanca, tirador. El nuevo ídolo de los seguidores del AEK. No quieren que se vaya al terminar la temporada.

Mohamed El Amin.

El jugador del Apollonas ha sido el segundo máximo anotador (373 puntos, 14,35 de media), cuarto en tiros libres, quinto en triples y tercero en faltas recibidas. Una pena que el rendimiento del resto del equipo no haya acompañado. A pesar de que se ha mostrado irregular, no creo que dure mucho en Patras.

El nuestro.


Guille Rubio.

Excelente temporada de Guille Rubio, culminada con el MVP de la última jornada, la que dio el paso del Koroivos al play off.

Guille ha jugado 22 partidos, anotando 11,86 puntos de media y cogiendo 6,36 rebotes (14,91 de valoración media). Ha sido el 3º en tiros libres totales (101 anotados de 124, 81,45%) y 4º en faltas recibidas. Un guerrero. Enfrentarse al Olympiacós en unos días, un premio merecidísimo.

Apuntes de última hora sobre el play off.

El AEK pasó por encima del Aris en el segundo partido del play off y colocó el empate a uno en la eliminatoria: 92-54. Era la serie más igualada y todos sabíamos que habría tercer partido, pero 36 puntos de diferencia son demasiados. Suerte tiene el Aris de que en Grecia el factor cancha sí que importa, no como en España. El martes más de 6000 fieles en el Nick Galis Hall empujarán como antaño. La grave lesión de Adebogie, un problema.


El Kolossós derrotó al Panathinaikós (75-73) en Rodas a pesar del partidazo de Mavrokefalidis (32 puntos y 8 rebotes para un total de 40 de valoración) y el trabajo de Batista (28+10 y 36 de valoración). El Prasini habla, simplemente, de “vergüenza”. Gran partido de joven Gianoulis Larentzakis, de 22 años, que anotó 28 puntos, cogió 11 rebotes y sacó 12 faltas. 


Para el PAO, que para llegar a la final primero tendrá que derrotar al PAOK, la peor noticia fue la lesión de Nikos Pappás, que se hizo polvo el menisco. Hoy pasa por el quirófano y estará no menos de 6 meses de baja. Sigue la maldición: Pappás fue renovado en loor de multitud hace menos de un mes y estaba llamado a ser el sucesor de Diamantidis. Además, era uno de los hombres más en forma del equipo.

En el tercer envite, en AEGEAN Rethimno se impuso al PAOK en Creta y fuerza también el tercer partido (65-61). Nadie se podía imaginar que tres de las cuatro series llegarían al tercero y definitivo.