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domingo, 19 de febrero de 2017

SEGUIMOS EN LOS 80.


Ayer se disputó la final de la Copa de Grecia en la que el Panathinaikós se impuso al Aris por 68-59 en un partido con poca historia. Los verdes conquistaron su sexta Copa seguida y fue la primera de Xavi Pascual en el banquillo. El título conseguido es más meritorio que los anteriores porque el PAO tuvo que ganar al Olympiakós en el Palacio de la paz y de la amistad en la semifinal y a Aris en el Alexandrio en la final. No hay demasiado que comentar del partido, puesto que los visitantes tomaron ventaja desde el principio y, a pesar de los arreones amarillos, nunca vio peligrar la victoria.


Por supuesto, la final estuvo rodeada de polémica y acabó a palo limpio. El comportamiento ejemplar tanto de jugadores como de entrenadores no se trasladó ni a la grada ni al palco, donde la situación se salió de madre.


En teoría, la organización repartía 1.100 entradas a cada entidad, que tenía sus localidades reservadas dentro del pabellón. Como era de esperar, por cada aficionado del PAO había tres o cuatro del Aris, que ocuparon zonas del campo que no les correspondían.

Aunque los árbitros y los jugadores estaban dispuestos a jugar, Dimitris Giannakopoulos bajó al parqué y se negó en redondo hasta que no se garantizase la seguridad de sus hombres y que se vaciase la zona de detrás del banquillo. El presidente montó el numerito de costumbre, pero decidió jugar después de estar una hora discutiendo con los árbitros. Declaró que jugaría para evitar males mayores. Lo único que consiguió fue encrespar todavía más el ambiente.


El partido fue un truño y sólo Feldeine (MVP) y Calathes brillaron un poquito. Se entregó la Copa justo cuando los aficionados del PAO empezaban a encender sus bengalas. Un ultra lanzó una contra los radicales del Aris y se montó la gorda. Se organizó una batalla campal que podría haber acabado con algún muerto. Los equipos tuvieron que retirarse a los vestuarios, donde se entregaron las medallas a los subcampeones. La policía no pudo evitar la guerra, que se prolongó durante muchos minutos. Las imágenes hablan por sí solas.


En definitiva, lo de cada año hasta que decidieron jugar en campo neutral –Creta- y meter a niños en lugar de adultos. En Grecia es imposible que dos aficiones compartan graderío. Que se preparen en Europa si Olympiacós y PAO se cruzan en la Euroleague. Seguimos en los 80, con bengalas, sin controles, con lanzamiento de sillas, con policías desbordados y presidentes parlanchines. Lamentable.

domingo, 4 de diciembre de 2016

SIMPLEMENTE, GIANNIS.


Parece que fue ayer cuando Willy Villar nos lo descubría y les pasaba la mano por la cara a todos los ojeadores de la NBA o cuando algunos intentábamos teclear correctamente el apellido para buscar sus jugadas en Youtube. Tres años después de firmar por los Milwaukee Bucks, Giannis Antetokounmpo es una de las estrellas de la mejor liga del mundo. Los locutores ya no se lían al intentar pronunciar su apellido, porque no hace falta. Hemos pasado de Antetokounmpo a The Greek Freak para terminar en, simplemente, Giannis.

¿Hasta dónde puede llegar Giannis?

Teniendo en cuenta que dentro de dos días cumple 22 años, el griego apunta muy alto. Sigue evolucionando a base de trabajo duro. Está mejorando sus números de manera exagerada, pero sobretodo entiende mucho mejor el juego. De ser un jugador de highlights ha pasado a ser el hombre clave de la franquicia, el termómetro de los Bucks.

En la primera temporada, Giannis promedió 6,8 puntos, en la segunda 12,7 y en la tercera 16,9. En el presente curso está en 22,4. En cuanto a los rebotes, 4,4, 6,7, 7,7 y actualmente en 8,6 por partido. En asistencias, de 1,9 por partido el primer año ha pasado a 6,1 esta temporada. Además, suma 2,2 tapones y está en 52,6 en porcentaje de tiro. Mejora cada año en todo. Giannis ya no es aquel jugador exótico que nos sorprendía con la jugada de la semana o que era invitado al concurso de mates porque su físico prometía y su apellido llamaba la atención. Giannis Antetokounmpo es uno de los hombres más regulares de la NBA.

Recordemos que empezó jugando de alero con Larry Drew hasta la llegada de Kidd, cuando pasó a jugar de base. Tengo entendido que la idea de Willy Villar y de José Luis Abós era la misma. Un tipo de 2,11 cms subiendo la bola y dando cada vez más asistencias dudo que se haya visto nunca. ¿Quién mejor que Jason Kidd para enseñarle a Giannis a jugar de Shooting Guard, Small Forward, Point Guard o lo que haga falta? Antetokounmpo es un All position player. En una entrevista reciente el propio Giannis comenta que tres de sus referentes son Scottie Pippen, Magic Johnson y Allen Iverson.


Puntos fuertes.

A campo abierto, Giannis es prácticamente imparable. Se muestra insultantemente ágil a la carrera y su reverso hacia el aro suele ser letal. Aunque físicamente ha cambiado mucho desde su llegada a la NBA, por suerte no ha engordado, con lo que sigue siendo rápido y versátil. La mayoría de sus canastas son hacia abajo;  de esas que no se salen.

Es cada vez más líder. Cuando se siente dominador, participa en todas las acciones del juego, ya sea defendiendo con un tapón, robando o machacando. Es un jugador todo terreno, vaya. Cuando hablamos de los Bucks, hablamos de Giannis. Está totalmente identificado con la franquicia y la franquicia con él.


A mejorar.

La mecánica de tiro de Giannis no era buena cuando llegó, pero a base de trabajo está consiguiendo porcentajes aceptables. Ya no se tira aquellas pechinas inclasificables de la primera temporada.

Al pesar poco, tiene dificultad en el juego en el poste bajo cuando se cruza con cuatros pesados. Con todo, ha aprendido a levantar la cabeza y a soltar el pase en el momento exacto. Cuando consigue recibir con ventaja de altura, sus compañeros le buscan cerca del cristal y hace mucho daño.

Lo mejor que tiene Giannis es que trabaja los puntos débiles y se nota una clara mejoría en poco tiempo. Es una prueba de humildad, exigencia e inteligencia. No se le ha subido el éxito a la cabeza ni el supercontrato que firmó el año pasado.   

Evidentemente, será All Star este año.


¿Qué hubiera sido de Giannis en Europa?

Pues por muchas vueltas que le demos a la cabeza, no hay respuesta a tal pregunta. ¿Sería una víctima de los sistemas? ¿Se hubiera pasado un año o dos chupando banquillo por ser, simplemente, demasiado joven? Con 21 años, la temporada pasada promedió más de 35 minutos jugados por partido. ¿Jugaría los 10 minutos del rookie en Europa? Las expectativas de Grecia con Giannis deberían ser máximas, pero ¿alguien piensa darle los trastos de matar y formar un grupo a su alrededor que juegue para él? En Milwaukee sabe que aunque falle dos tiros no será cambiado en el siguiente ataque como pasa en Europa.

¿Pueden los Bucks aspirar a algo serio?

De momento los Bucks sólo aspiran a llegar a la primera ronda de los play off, al igual que los últimos años. La suspensión por dopaje de O.J. Mayo hizo mucho daño en la franquicia, que sigue sin tener un juego interior consistente. La calidad incuestionable de los hombres exteriores (Jabari Parker, Giannis, Teletovic, Dellavelova…) no tapa los evidentes problemas defensivos del equipo, al que por momentos le falta dureza y concentración.


No veo a Giannis fuera de los Bucks ni a la franquicia aspirando a mucho más que la primera ronda de los cruces. El problema es si la situación se prolonga en el tiempo. Desde luego, Giannis es el jugador que ha generado más ilusión en Milwaukee desde hace muchos años. ¿Sabrán aprovecharlo?



PD: Obama pasó por Grecia en su viaje de despedida por Europa y nombró a Giannis Antetokounmpo en su discurso, como no podía ser de otra manera. 

martes, 26 de julio de 2016

Siete veranos, siete.


2010: Mundobasket de Turquía.


Grecia se deja perder contra Rusia para evitar a España, pero una carambola extraña en el otro grupo hace que los de Kazlauskas se crucen contra los nuestros. Los de Scariolo se imponen por 80-72 el día que Diamantidis anuncia que deja la Selección. La manera de perder contra Rusia, que acaba cruzándose contra Nueva Zelanda, no gusta. Es el fin de la era Kazlauskas –bronce en el Eurobasket de 2009-, que sólo ha durado dos campeonatos.

2011: Eurobasket de Lituania.


Ilías Zouros dirige a un equipo que ya no cuenta con Diamantidis. También causan baja Papaloukás, Mavrokefalidis, Spanoulis, Perpéroglou, Schortsanitis y Tsartsarís. La derrota contra FYROM escuece muchísimo (72-58), pero el equipo avanza hasta los cruces. Francia elimina a los helenos (64-56), que terminan sextos con un balance de 7 victorias y 4 derrotas.

2012: Preolímpico de Caracas.


Tras ganar a Puerto Rico y a Jordania sin demasiados apuros, los de Zouros caen derrotados en el cruce frente a Nigeria (79-80). Gran castañazo. Durísimo golpe. Zouros es cesado ipso facto. Los nigerianos acaban clasificándose para Londres.

2013: Eurobasket de Eslovenia.


A ver si con un italiano... Andrea Trincheri es el elegido. No acuden ni Calathes, ni Koufós, ni Schortsanitis, definitivamente fuera de la Selección. El equipo gana de manera convincente a Rusia y Turquía, que acaban fuera del torneo a las primera de cambio porque son los peores equipos de Europa. Italia y Finlandia devuelven a Grecia la realidad, que arrastra las dos derrotas a la segunda fase. Spanoulis, lesionado, no pudo jugar contra los finladeses. La victoria contra España no sirve para nada porque Eslovenia y Croacia –tras dos prórrogas- mandan para casa a los helenos antes de los cruces. Al italiano le cortan la cabeza.

2014: Mundobasket de España.


Tras una inmaculada primera fase en Sevilla, los de Katsikaris caen humillados contra Serbia (72-90), a la postre subcampeona. Sensación de accidente. Equipo sólido contra equipo en formación. Antetokounmpo es el futuro. Cierta esperanza a pesar de la derrota.

2015: Eurobasket de Francia-Alemania-Croacia.


Otra vez primera fase inmaculada ganando a Croacia en Zagreb y a Eslovenia, cruce asequible contra Bélgica (75-54), pero derrota contra España, futura campeona (71-73), y para casa. Más luces que sombras en el torneo, con Antetokounmpo creciendo, pero no es suficiente. Los de Katsikaris se clasifican para el Preolímpico, pero Spanoulis anuncia que deja la Selección. El equipo está verde.

2016: Preolímpico de Turín.


México e Irán no son rivales para los griegos, que sin embargo caen eliminados contra Croacia en el cruce (61-66). Perder contra Italia en el partido final entraba dentro de lo posible, ¿pero contra Croacia? Claro que los de Aleksandar Petrovic acaban clasificándose para los Juegos al derrotar a Italia. Grecia acaba el torneo muy tocada. Katsikaris en el disparadero. Demasiadas dudas. No hay un plan para la Selección y es una pena.

Pasan entrenadores, renuncian jugadores, se retiran por edad... pero Vasilakópoulos sigue en su trono. El Pepe Sáez griego, vaya. Hace y deshace. Mucha influencia en la FIBA, torneos de categorías inferiores cada verano, etc... pero demasiados años sin un plan de ruta definido. Siempre que hay trompazo suena Giannakis.

No mantuvieron a Kazlauskas y ahí lo tenemos con Lituania haciendo faena, echaron a Trincheri en un santiamén y lo está petando en el Brose, ahora dudan si acabar con Katsikaris, que ya lo ha fichado el Lokomotiv. El problema no es el entrenador. Ahora quieren que sea un seleccionador full time. Katsikaris firmó por dos años y ya lleva tres.

Con las “jubilaciones” de la Selección de Spanoulis y Zisis más las probables de Bourousis, Perpéroglou o Kaimakoglou, el cambio de generación está claro. Pappás, Sloúkas, Mántzaris, Papanikolaou, Giankovits, Calathes, Koufós, Giannis Antetokounmpo, Thanasis Antetokounmpo, Charalampópoulos, Papapetrou, Agravanis, Papagiannis, Dorsey, Mitoglou... Jugadores hay y muy buenos. ¿Qué diablos pasa que no hay manera de conseguir una Selección estable y de fiar?

Me paro, reflexiono y me pregunto ¿qué jugadores tienen la personalidad de Diamantidis y Spanoulis en la pista? Y me respondo a mí mismo: NINGUNO. Acabáramos, Zorba, acabáramos. Desde que abandonó Diamantidis, fracaso tras fracaso. ¿Casualidad?


¿Os imagináis estar siete veranos sin ver a España peleando por un podio?

lunes, 4 de julio de 2016

Regeneración.


Las retiradas, las renuncias y las bajas han hecho que a Fotis Katsikaris no le quede otra que renovar casi por completo el equipo. La nueva Grecia de 2016 es una selección joven y de futuro. Se presenta al Preolímpico sin nada que perder pero con mucho que ganar.

Giannis Athinaiou, base, Olympiacós. Ha entrado entre los doce en lugar del lesionado Sloúkas. Los seguidores del Panathinaikós están cabreados por la elección, puesto que preferían a Nikos Pappás.

Nick Calathes, base, Panathinaikós. Tiene que tomar las riendas.

Vangelis Mantzaris, escolta, Olympiacós. Fiabilidad.

Giannis Antetokounmpo, todocampista, all around player, Milwaukee Bucks. El hombre para todo. ¿Está preparado para cargarse el equipo a sus espaldas?

Vasilis Charalampópoulos, alero, Panathinaikós. Ha entrado entre los doce en lugar del lesionado Papanikolaou. No creo que tenga mucho protagonismo todavía, pero su concurso será fundamental en el futuro.

Thanasis Antetokounmpo, alero, Weschester, NBDL, Knicks. Creía que Fotis no se lo llevaría, pero me alegro un montón. Agresividad defensiva, músculo y fuerza. Encaja en el nuevo tipo de baloncesto que Grecia quiere hacer.

Stratos Perperoglou, alero, FC Barcelona. Seriedad y fiabilidad en el puesto de tres. Llega con confianza después de su buen año en Barcelona. Será uno de sus últimos torneos con la blanquiazul.

Ioannis Papapetrou, ala-pívot, Olympiacós. Una realidad. Si midiera 5 centímetros más...

Dimitris Agravanis, pívot, Olympiacós. Ha entrado en la lista un poco de refilón. Es el nuevo Antonis Fotsis. Gran manita aunque tiene que cambiar esa cara de niño. Recuerdo que fue elegido por los Hawks. Fruta verde que tiene que madurar.

Giorgos Bogris, pívot, Bilbao Basket. Ha entrado entre los doce en lugar del lesionado Príntezis y por delante de Kavvadás. Va de tercer pívot y no jugará mucho. Sin embargo, ha demostrado sobradamente su calidad para estar ahí y pelear. Un cinco que juega de cinco.

Kostas Koufós, pívot, Sacramento Kings. Debe aportar mucho más.

Ioannis Bourousis, pívot, Laboral Kutxa Baskonia. Si juega como en el Baskonia, Grecia se mete en los Juegos. Su aportación en ataque se me antoja fundamental. Lectura, dominio y ejecución. Poco más que decir. Ya defenderán otros por él.


Papapetrou, Agravanis y Giannis son del 94. Charalampópoulos es del 97.

Con el más que posible retiro de la selección de Perperoglou  y Bourousis tras el Preolímpico o los Juegos de Brasil, y la suma del NCAA Dorsey y Papagiannis, elegido número 13 del Draft, quedará una selección con claro aroma americano. En la recámara está Kostas Mítoglou y jugadores del 90 como Pappás o Giankovits (además de Papanikolaou y Sloúkas).

En el último Eurobasket Grecia se paró cuando tenía que correr y corrió cuando tenía que parar. Dos tipos de baloncesto en uno. Estaba claro que Giannis Antetokounmpo era el hombre sobre el que tenía que girar todo. Tanto la elección de jugadores como la forma de jugar parecen ir en esa dirección. Fotis lo ha visto claro esta vez. Junto a Bourousis, que ha hecho un año extraordinario,  al renacido Perperoglou y a la pareja Calathes-Koufós forman un buen grupo. ¿Suficiente grupo como para ganar a Croacia y a Italia?

Grecia tiene que ganar a México –sin Ayón- y a Irán, factible –hecho-, pero luego se cruzará probablemente con Croacia -sin Tomic-. Supongo que Croacia ganará a Túnez –sin Mejri- y perderá contra Italia.

El equipo croata cuenta con Petrovic en el banquillo, que tiene a Hezonja y Saric como máximos exponentes de las nuevas generaciones además de Bojan Bogdanovic, Simon, Planinic y el inestable Ukic. Los croatas son siempre imprevisibles, capaces de lo mejor y de lo peor. Los griegos tendrán que dar lo máximo.

En el juego interior pongo gran parte de las esperanzas de Grecia, con Bourousis peleándose con su amigo Planinic, más Bogris y Koufós. Los croatas no tienen suficiente artillería pesada para contrarrestar eso. Sin Tomic no hay paraíso.

Si todo va como es debido, Grecia se la jugará contra Italia. Muy difícil. Con jugadores multimedia como Belinelli, Aradori, Gentile, Bargnani, Gallinari o Datome, que son altos pero juegan por fuera, Grecia sufrirá. ¿Contrarrestarán los versátiles Papapetrou, Perperoglou, Antetokounmpo y Agravanis el juego exterior italiano?

He leído que los de Katsikaris no tienen nada que perder... Mentira. Aunque sí es verdad que Italia juega en casa y va con todo, con lo que los azzurri tienen mucho más que perder que los helenos. El Preolímpico se juega en Turín, así que cualquier otra cosa que no fuera una victoria de los de Messina sería una sorpresa.


Veremos de lo que son capaces Ioannis y Giannis el día de Italia. Buena parte del éxito de la misión dependerá de ellos. Πάμε!


jueves, 16 de junio de 2016

Y Kill Bill cogió la Katana.


Tardaron poco los periodistas griegos en definir las series finales de la liga como las mejores de toda la historia. La odiosa coletilla se utiliza demasiado alegremente. Cada época es diferente. Algunas series finales entre el PAOK y el Aris, que llegaron al último partido, o entre el PAO y el Olympiacós de no hace muchos años, fueron extraordinarias. Sin embargo, sí es verdad que las finales de este año han tenido un montón de momentos que se recordarán χρόνια και χρόνια.

Los cuatro partidos han sido a cara de perro, reñidos, luchados, duros.. y defensivos, cómo no tratándose de Grecia. Sin duda, todos han merecido mucho la pena.

Por una parte, el Panathinaikós se presentaba en la final con muchísimas dudas y con desventaja de campo. Ya sin Kuzmic ni Pavlovic, Pedoulakis, recién llegado al banquillo, tiró de jugadores nacionales. Por la otra, el Olympiacós, que en la Euroliga se había quedado fuera de los cruces, se jugaba la temporada.

El día del primer partido se producia la triste noticia de la muerte de Iosif Printezis, padre de Giorgos. A pesar del palo, Printezis decidía jugar. Además, el hijo mayor de Lojeski se caía de cabeza contra una mesa de cristal en un restaurante y tenía que ser ingresado en el hospital.

Un día aciago para los de Sfairópoulos, que empezaron el choque demasiado fríos. Curiosamente, el único que respondía era Printezis, que cada vez que anotaba era ovacionado por un pabellón entregado. Hubo momentos verdaderamente emocionantes. Los verdes, de la mano del mejor Calathes de la temporada, llevaban el ritmo y la iniciativa del juego.


A pesar de que los locales siempre fueron a remolque, se mantuvieron casi todo el tiempo a menos de diez puntos. Daba la sensación de que en cualquier momento una buena racha de juego los podía meter en el partido, como así fue. Sin embargo, los tréboles supieron mantener la calma y al Olympiacós le entraron las prisas. Con 81-83 los del Pireo tuvieron la última posesión para empatar o ganar, pero el balón no le llegó a Spanoulis, que había hecho un gran final de encuentro junto con Lojeski y Papapetrou. Dos o tres tíos cerraron a Papanikolaou en la banda y éste no pudo ni levantarse para tirar. El baquillo verde y Dimitris Giannakópoulos saltaron de alegría. Era el primer break de la serie de los tres que habría. Los rojiblancos se iban a casa con la sensación de que el favoritismo les había afectado. El PAO salió reforzado. Lojeski terminó con 21 puntos, Printezis con 17 y Spanoulis con 15. Por los visitantes, Calathes rozó el triple doble (16+8+8) y estuvo bien secundado por Feldeine (15) y Fotsis (13).

El segundo partido fue rácano, difícil, espeso. En el OAKA, los verdes llevaban la iniciativa en un choque que carecía de nervio. En medio de la mediocridad, emergía de nuevo la figura de Giorgos Printezis , el titán de Siros. Al descanso se llegó con un apretado 31-32 y con la sensación de que se mantendría la igualdad hasta el final. Diamantidis y Spanoulis estaban nefastos en el tiro, mientras que Lojeski se resentía de una de sus lesiones. Al belga este año lo ha mirado un tuerto.



El Olympiacós no remató al PAO cuando lo tuvo a tiro y los verdes, empujados por un OAKA a reventar, le dieron el balón a Diamantidis. En la penúltima jugada del encuentro, 3D anotó de tres y puso a su equipo por delante. ¡Qué fantástico final! Rugía el Olímpico. El de Kastoriá, que hasta entonces llevaba 0 de 8 en tiros de campo, parecía sentenciar la contienda. 


Sin embargo, quedaba el último ataque pireota. El PAO decidió defender con 66-65. La pidió Spanoulis, encaró a Calathes desde más allá de 6,75 y con su ya clásico step back, anotó un triple que dejaba congelado el OAKA. ¡Cuántas veces habrá hecho la jugadita de marras el de Lárisa! Spanoulis levantaba el puño delante de la cara de Thanasis Giannakópoulos y todo el banquillo rojiblanco ganaba el túnel de vestuarios a la carrera. Empate a uno y las espadas en todo lo alto.


Pappás fue el mejor local con 12 puntos y Printezis, de nuevo disfrazado de Superman, la pieza clave visitante. El pívot se paró en 20 puntos y 9 rebotes. Spanoulis metió 11 puntos con 2 de 7 en triples. Cabría destacar de nuevo el pésimo partido de Raduljica, un jugador importante con Djordjevic, pero nulo con Pedoulakis. El serbio anotó 3 puntos y cogió 3 rebotes en 11 minutos. Para más inri, Hunter se quedó en 2 míseros puntos y Williams en 5. Haynes ni jugó.


La serie volvía al SEF con un Olympiacós subido. Dimitris Giannakópoulos, cómo no, habló de persecución e incluso amenazó con no ir a jugar el tercer partido si no se le aceptaba una reclamación. Consideraba que Spanoulis había hecho pasos en la última jugada.

Al final, el PAO desisitió en su intento y el tercer partido se disputó con normalidad. El equipo de Pedoulakis volvió a salir muy serio, como en el primer envite de la serie, dominando en todas la facetas del juego, pero sobretodo llevando el ritmo de las acciones. Otra vez Calathes (15 puntos y 6 rebotes) y Diamantidis (10 puntos y 6 faltas recibidas) dirigieron con acierto  y llevaron a su equipo por delante al descanso (41-44). Printezis pagaba los excesos de los primeros partidos y eran Lojeski (16 + 5) y Hackett (9 + 4 y 7 faltas recibidas) los que llevaban el peso anotador local, junto con Spanoulis. El partido estaba en manos de los exteriores. El único pívot que estuvo a la altura fue el sorprendente Papagiannis, que acabó jugando 15 minutos, anotando 9 puntos y cogiendo 5 rebotes. El chaval le quitó el sitio a Raduljica, que sólo jugó 1 minuto y 23 segundos.

Se llegó al último cuarto con ventaja verde por 5 puntos. De nuevo el final se presentaba apretado, tenso, complicado. A cinco minutos para la conclusión el marcador reflejaba un 59-66 inquietante para la afición local. Fue entonces cuando al PAO se le apagó la luz y Spanoulis desenfundó. 7 puntos de Vasilis y 5 de Papapetrou daban la vuelta por completo al tema. Pedoulakis no supo contrarrestar los golpes de katana del de Lárisa, que anotaba otro triple y ponía a los suyos con 6 puntos de ventaja (74-68).

Kill Bill cogió la responsabilidad, anotando 11 de los últimos 13 puntos de su equipo. En total sumó 22 tantos en 27 minutos y medio de juego. Se desató la locura en el Palacio. Spanoulis había vuelto a ser decisivo. El Olympiacós ganaba por 77-72 y se adelantaba 2-1 en la eliminatoria.

Entre el tercer y el cuarto partido, los verdes sacaron un vídeo en las redes señalando una serie de errores arbitrales que ellos consideraban decisivos. En especial cargaban contra el árbitro Tasos Piloidis. La entradas se agotaron en un pis pas en lo que iba a ser el último partido de Diamantidis en su casa.

Un día antes del encuentro se confirmó la baja de Giorgos Printezis por lesión. El bueno de Giorgos lo dio absolutamente todo y su salud lo pagó. Tampoco estará con la Selección este verano.

El Olympiacós empezó fuerte (0-8 y 2-13) con un Papanikolaou resucitado. El PAO salió completamente dormido y con Charalampópoulos y Papagiannis en el quinteto titular. El rubio alero zurdo fue el primero en anotar para su equipo cuando ya se llevaban jugados más de 4 minutos.


El PAO empezó a jugar cuando salieron a la pista Diamantidis y Gist. Un parcial de 11-2 igualaba la contienda. Al descanso los locales dominaban por 35-31 guiados por los dos citados y Nikos Pappás.

A la reanudación, el choque transcurrió a tirones. Un parcial de 4-15 colocaba un 39-50 en el luminoso perocupante para los locales en el minuto 25. Pero de nuevo los tréboles apretaban los dientes en defensa y con un 11-0 del tirón empataba el partido (50-50). A partir de ahí, se mantuvo la igualdad hasta el final, aunque el Panathinaikós llegó a tener ventajas de tres y cuatro puntos.

Con empate a 63, Spanoulis agarró el último balón para no soltarlo. Diamantidis cambió de hombre en un bloqueo y quedó emparejado con Othelo Hunter en la pintura. El de Kastoría defiende haciendo pressing catch al pívot, pero los árbitros no pitan nada. A pesar del buen partido de Hunter, Kill Bill decide sentenciar él. Sin embargo, su tiro desequilibrado desde ocho metros acaba en pedrada indecente. Prórroga.

En el tiempo extra, los verdes mantienen la iniciativa gracias a un Gist sobrenatural que acaba pidiendo el cambio por agotamiento y un Pappás que continúa acertado. Al Olympiacós le cuesta anotar, pero siempre acaba encontrando algo, bien sea con una canasta imposible de Agravanis o con algún triple de Spanoulis. Refuse to loose elevado a la máxima potencia. Los rojiblancos se agarran al partido. 

Ya nadie se sienta. El Panathinaikós tiene el partido en la mano. Parece imposible que no vaya a forzar el quinto. Con tres puntos arriba (71-68), la última posesión es para el Olympiacós, que necesita un triple. Hackett recibe falta personal a falta de 4,3 segundos. El italiano falla el primer tiro libre y no le queda otra que tirar a fallar el segundo. Sorprendentemente, nadie bloquea al lanzador y Hackett consigue palmear la bola hacia atrás cuando esta rebota contra el aro. Mántzaris está completamente solo y la enchufa de tres. 

Me queda la duda de si hay invasión de Hackett cuando tira a fallar o si comete falta sobre Diamantidis al saltar. 3D se queja a los árbitros en balde. Desde luego, la defensa trébol en la jugada es lamentable. 

Con 1,1 segundos el PAO no consigue lanzar al aro a pesar de sacar desde campo ofensivo. Segunda prórroga y el OAKA que no se lo cree. Los tréboles ya estaban pensando en el quinto antes de terminar el cuarto.

A estas alturas ya todo el mundo se ha orinado encima. En la segunda prórroga se siguen los mismos parámetros, con mínimas ventajas verdes, pero con el Olympiacós a tiro de piedra. Pappás comete la quinta. Aparece Papagiannis, anota Papanikolaou y palmea Agravanis. Spanoulis sigue a lo suyo, con triple tras finta y demás. Vasilis lleva 5 de 9 en triples.


El PAO se atasca en su último ataque y la jugada acaba en un tiro lejano de Feldeine que no entra. Los de Pedoulakis han especulado tanto que se han olvidado de ir hacia el aro. Con 19 segundos y ventaja de dos puntos, los verdes deciden defender. Craso error. Kill Bill marea la perdiz, marea a Diamantidis y anota de tres gracias a otro step back maravilloso. El OAKA es un enorme congelador. No hay tiempo para más. Dimitris Giannakópoulos define aquello como una enorme “patada en los cojones”. En menos de una semana Spanoulis ha decidido dos partidos en el OAKA de manera idéntica. Hay que tenerlos muy bien puestos.

El osado de Vasilis Spanoulis decidió dar una de sus mayores exhibiciones el día del adiós de Diamantidis en el OAKA. Encima anotó la canasta decisiva en su misma cara. 25 puntos, 6 rebotes y 7 faltas recibidas con 6 de 10 en triples para el de Lárisa. No hace falta decir nada más.

Con Kill Bill, el Olympiacós ha ganado 3 ligas en 6 años, 2 Euroligas (más una final perdida) y ha conquistado una Copa Intercontinental. Antes de su llegada, los rojiblancos llevaban dos Copas de Grecia en 15 años. 

Hablemos de los nombres propios de las finales, para lo bueno y para lo malo.

Argyris Pedoulakis. No era fácil coger al equipo en el momento en que lo hizo. Sin embargo, consiguió recuperar la esencia en muy pocos días. Metió a Pappás en el equipo e hizo jugar a Papagiannis y a Charalampópoulos. Logró que el PAO recuperase el espíritu de lucha. Le faltó un poco de suerte en los finales de los partidos y echó en falta la aportación de los interiores americanos. Creo que a pesar de la derrota, salió reforzado. Renovó por tres temporadas más.

Miroslav Raduljica, Vince Hunter, Eliott Williams, Marquez Haynes y Hakeem Warrick han sido los protagonistas negativos de las finales.

El serbio sumó 4 puntos en el primer partido, 3 en el segundo, sólo jugó 1:23 en el tercero y no disputó ni un solo segundo en el cuarto. ¿Qué diablos ha pasado con Raduljica?

Claro que eso no es todo. Haynes no jugó el segundo choque, sólo estuvo 48 segundos en cancha en otro, 2:15 en otro... Un desastre. El fichaje ha sido un rotundo fracaso. Casi tanto como el de Eliott Williams, que apenas ha jugado una media de 5 minutos y el de Vince Hunter, que no llegó a jugar el último partido. Por el Olympiacós, la presencia de Hakeem Warrick ha sido testimonial. En definitiva, muy poco protagonismo de los temporeros.

Nikos Pappás (16+9+4 y 8 faltas recibidas en el último partido) y Kostas Papanikolaou (13+6 en el cuarto) han resucitado. Para ambos ha sido una temporada complicada llena de altos y bajos. El base, que no entraba en los planes de Sasha Djordjevic, ha sido fundamental en los esquemas de Pedoulakis y ha cumplido con creces. Papanikolaou ha ido de menos a más en la serie, aunque no ha sido su año. Demasiado gris tanto en la NBA, en la Euroliga como en la liga. Ninguno de los dos estará en la Selección, el primero por decisión técnica y el segundo por lesión de última hora. Los dos necesitan centrarse para empezar a tope el curso que viene.

Giorgos Papagiannis, Vasilis Charalampópoulos, Ioannis Papapetrou  y Dimitris Agravanis han tenido minutos en momentos clave de la serie. Representan la nueva generación que está llamada a dar la cara con la Selección junto a Giannis Antetokounmpo. Un placer ver a chavales tan jóvenes y del país dando el callo. Papagiannis se ha apuntado al Draft. Es gloria divina ver a gente de la cantera en los dos colosos. Cada vez cuesta más verlo en España, por ejemplo.

Nick Calathes ha hecho muy buenas actuaciones (16+8+8 en el primero y 18+8+4 en el último) y parece llamado a ser el base verde los próximos cinco o seis años. Aunque no tiene la presonalidad de Diamantidis, que es insustituible, tiene que ser el director de orquesta. ¿Lo conseguirá?

La actuaciones de Matt Lojeski y Giorgos Príntezis han sido emocionantes. A pesar de que ambos se han visto afectados por cuestiones personales, lo han dado todo en la pista. Han acabado físicamente destrozados. Se han dejado hasta la última gota de sudor. Giorgos acabó sin poder jugar el partido decisivo y Lojeski tuvo que retirarse antes de teminar.

Dimitris Diamantidis (16+6+6 en el decisivo) lo dio todo en lo que fueron sus últimos partidos. Ha hecho una temporada excelente. La pena es que algunnos miembros del grupo no han acompañado. Ha tenido que jugar más de 30 minutos en algún encuentro porque sin él en el equipo se resentía. También Fotsis ha tenido que jugar más de lo esperado en vista del rendimiento de los americanos. Con todo lo que ha dado y lo que ha hecho Diamantidis en esta serie, sería injusto quedarnos con la última jugada.

Vasilis Spanoulis anotó 15, 11, 22 y 25 puntos, pero sobretodo ejerció de líder. Mandó, drigió y pidió el balón cuando éste quemaba. Su demostración de poderío fue brutal. Él ha cambiado la tendencia en Grecia y ha convertido a un equipo looser en un grupo ganador. El Olympiacós, a pesar del varapalo europeo de este año, sigue siendo un equipo duro de pelar. Con los retoques necesarios, volverá a llegar a la Final Four. Evidentemente, ha vuelto a renovar.

El día del cuarto partido Kill Bill sacó su katana y empezó a cortar cabezas. Creo que la matanza superó a la de Madrid, cuando después de fallarlo todo en el primer tiempo, se dedicó a degollar rusos en el segundo, conduciendo al Olympiacós a la final de la Euroliga el año pasado.