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sábado, 3 de octubre de 2015

Eurobasket 2015: Nueva decepción.


Grecia cayó en cuartos de final del Eurobasket 2015 contra España. Negar que fue una gran decepción sería mentir. El objetivo era la medalla.

Los griegos se fueron con la sensación de haber hecho muy bien los exámenes parciales, pero no haber estudiado lo suficiente para la prueba final. Grecia se llevó un capón, un baño de realidad, una sonora colleja. No se puede fallar el Día D.

Tras una primera parte de torneo prometedora y un cruce asequible en octavos, Grecia volvió a tropezar como en 2014. En el Mundobasket el verdugo fue Serbia y en el Eurobasket ha sido España. No consuela saber que Grecia acabase invicta tanto en Sevilla como en Zagreb, ni tampoco que se perdiese contra la Serbia subcampeona del mundo ni contra la España campeona de Europa.

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Lo curioso es que Grecia sólo perdió por un cesto contra España, pero se fue con la sensación de haber perdido por paliza. ¿Por qué esa sensación si incluso tuvo un útlimo tiro –de más de medio campo, eso sí- para ganar?

Se ha analizado muchísimo la derrota, que va más allá de un simple partido. Los españoles les bajamos a la tierra de un tortazo porque las expectativas eran máximas. Pensaban que tenían el mejor equipo de su historia.

Los griegos no esperaban perder como se perdió. España le echó más garra, más lucha. Como si lo quisiera más que Grecia, y eso escoció. Ese plus de agresividad sumado a la experiencia española, definió el choque. 

Tratemos de buscar los motivos del batacazo.

El periodista Vasilis Skountís dio tres claves:

1.  1. Grecia no salió al parquet psicológicamente preparada. Mentalmente, el partido le pasó por encima. España, en cambio, salió a morder. Dos triples de Llull sin oposición, dos tapones de Pau y un par de pérdidas estúpidas fueron el primer toque de atención. Grecia remó a contracorriente más de 30 minutos.

2.      2. Pau Gasol acabó el partido sin faltas personales. ¿Cómo es posible? Los interiores griegos no percutieron en la zona lo suficiente. En cambio, Bourousis cometió 5 faltas personales en 9 minutos.

3.     3. Grecia no aprovechó las segundas opciones. ¿De qué sirve coger rebotes ofensivos si luego se malgastan los ataques extra? Además, los blanquiazules se hartaron de agotar el tiempo de posesión y de tirar presionados por el reloj. La defensa española iba por delante del ataque griego.


Me toca añadir unas cuantas cosas más.

Vasilis Spanoulis no anduvo fino. No se le vio cómodo en ningún momento, ni en el tiro, ni en la dirección. No hay que dudar de Spanoulis, porque estos son los partidos que le van, pero contra España sigue gafado en los cruces. Fue bien defendido por Llull y no consiguió hacer un pick and roll en condiciones. Leyó mal la defensa española y se empeñó en jugar como siempre, cuando el partido pedía otra cosa.

Los periodistas, como he dicho, han escrito muchos párrafos tratando de explicar lo que pasó aquella noche, pero además han abierto un debate que tarde o temprano se tenía que plantear:

¿Somos los griegos tan buenos cómo creemos? ¿Debemos cambiar nuestra forma de jugar? ¿Es un “sacrilegio” romper con la manera griega clásica de jugar? ¿Deben los jugadores adaptarse al método o el método a los jugadores? ¿Puden jugar los clubes un tipo de baloncesto y la Selección otro? ¿Cómo aceptaría el cambio el aficionado?

El partido contra España abrió este interesantísimo debate que puede marcar el futuro. La “Grecia de las dos velocidades” de la que hablé aquí, en lugar de beneficiar, perjudicó al equipo. Katsikaris, que es un entrenador que me gusta, creo que aquí no supo manejar la situación.

La discusión sobre si Grecia debería jugar corriendo o controlando el juego se trasladó a la pista y acabó descolocando a los propios jugadores. Era como estar chocando contra un espejo. España pasó apuros en el tercer cuarto porque Grecia corrió el contraataque y se lanzó. Aceptó el reto de responder con las mismas armas. Con velocidad, agresividad y físico, los helenos se pusieron por delante y parecían haber encontrado la llave. Sin embargo, las vacas sagradas y el entrenador optaron por volver a la esencia, al ADN que siempre ha caracterizado a esta generación. Fotis, en una de las decisiones más peliagudas de su carrera, dejó que mandasen los veteranos. Respetando los galones, ordenó parar, jugar con ataques más largos y ralentizar el partido. Se equivocó. La Selección se puso a jugar en modo Olympiacós cuando no tocaba.

Spanoulis y Zisis esperaban la llegada de Bourousis para jugar lento, mientras Antetokounmpo llevaba ya varios segundos en la zona de ataque esperando un pase. Como digo, Katsikaris optó por respetar los roles y mantener a los veteranos. Claro que si los hubiera sentado y Grecia hubiera perdido, lo matan. No era una decisión fácil.

Los tres veteranos del equipo fueron señalados por la prensa y por los aficionados, y como a Bourousis le cuesta poco calentarse, se despachó a gusto después del partido contra Letonia.

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Katsikaris falló en las rotaciones. Tanto hablar de que Grecia tenía la plantilla más amplia del torneo y se limitó a jugar con 9 o 10 hombres. Papanikolaou, Perpéroglou y Mántzaris dispusieron de muy pocos minutos a lo largo del campeonato, algo que todavía no se explica nadie. Kaimakoglou, que si tuvo oportunidades, anduvo muy perdido y no ayudó nada.


Giannis Antetokounmpo fue la sensación. Mostró su progresión y brilló a gran altura. Empezó dubitativo desde el tiro exterior, que nunca ha sido su fuerte, pero fue ganando confianza a medida que avanzaba el Europeo. Grecia nunca ha tenido un jugador así. Su presencia acentúa el debate, porque es el futuro y no está acostumbrado a jugar como juegan los griegos.

¿Tiene que cambiar Grecia su manera de jugar?

Contra España se vio que Grecia tenía un problema de identidad. Si no es capaz de encontrar el equilibrio necesario entre jugar desde la defensa y correr, volverá a tropezar.

Yo lo tengo claro: Grecia debe adaptarse a los jugadores que tiene. Si eso supone tener que cambiar, adelante.

Me baso en lo que veo y ahora mismo España es el espejo en el que Grecia debe mirarse. Y Serbia, y Francia. Porque el equipo nacional tiene ya 3 jugadores de la NBA y va camino de tener más. La Selección tiene que construir alrededor de Antetokouonmpo.

España es el ejemplo a seguir. Por fin –les ha costado- he leído opiniones de expertos poniendo por las nubes a nuestro equipo y hablando de una verdadera dinastía. Lo que olvidan, pero no deberían, es que antes de tantos años de éxitos, España tropezó en los cruces como Grecia. Creíamos que nunca llegaría nuestro momento. Para ganar partidos como el del otro día, hay que perder primero unos cuantos.

Dentro del gran debate, hay “subdebates” que se desprenden:

¿Ha sido casual que los mejores de la Selección hayan sido "los americanos" Calathes, Antetokounmpo y Koufós? ¿Qué diablos pasa contra España que no hay manera? ¿Se mete demasiada presión a los jugadores por lo que significa el Eurobasket en Grecia?

Los palos a Katsikaris.

Hace un par de años todos querían a Fotis Katsikaris. Lo hizo bien en Valencia y en Bilbao, estuvo a punto de firmar por la Selección de Rusia y llegó a sonar para el Real Madrid. Tanto en el Mundobasket 2014 como en el Eurobasket 2015 ha ganado todos los partidos en la fase de grupos y se la ha pegado en el cruce. ¿Suficientes motivos para que no siga? 

Yo seguiría con él, pero parece que la Federación y los aficionados no están por la labor. Ahora preferirían un entrenador griego que se dedicase a la Selección a tiempo completo. El banquillo se ha convertido en una silla eléctrica desde que se fue Panagiotis Giannakis, que ahora vuelve a sonar con fuerza para sustituir a Katsikaris. En mi opinión, Fotis ha insinuado cosas, pero no ha concluido su obra. ¿Traer un nuevo entrenador ahora sería “tirar el Preolímpico”?

Para mí, el entrenador ideal que debe dirigir esta hornada de nuevos jugadores es Katsikaris, Itoudis o Sfairopoulos. Incluso Bartzokas. Los cuatro están “ocupados” y eso parece que ahora no gusta, cosa que no entiendo.

Si lo que se pretende es una especie de vuelta al pasado, Pedoulakis y Giannakis podrían ser las opciones. Lo que parece claro es que la Federación no quiere un entrenador extranjero. Después de lo de Trincheri, salieron escarmentados.

¿Cómo influye la situación que se vive en Grecia en todo esto?

La decepción se acentúa cuando acaba el torneo y el griego se da cuenta que hay elecciones el fin de semana. El bajonazo y la vuelta a la cruda realidad, hieren. Encima, ha coincidido con el comienzo de curso. Aunque no estoy allí, me lo puedo imaginar.

El baloncesto, que debía ser una vía de escape, ha sido otro motivo de estrés. En lugar de alegrías, más frustraciones. A los periodistas griegos se les han multiplicado las canas con el Eurobasket.

Tal y como está la situación, quizás el discurso debería ser más patriótico y pasional que técnico. En este caso, un coach como Giannakis sí que funcionaría. Cuatro gritos bien dados para intentar levantar el ánimo y a repartir.

El triste adiós de Spanoulis.

Al acabar el partido contra Letonia, Spanoulis anunció que dejaba la Selección. Durante el himno, Bourousis abrazó a Vasilis y a Nikos Zisis, los más veteranos del equipo, en un gesto que adquirió significado completo al final del choque. Ni Bourousis ni Zisis anunciaron su marcha del equipo, pero todo el mundo lo entendió así. Personalmente, dudo mucho que vuelvan al equipo nacional. Tampoco que creo que Perpéroglou y Kaimakoglou tengan más oportunidades.

La puesta en escena, la remontada, las declaraciones, el rebote de Bourousis... Todo fue muy griego. También Diamantidis abandonó en circunstancias similares después de caer contra España en 2010, a los pocos días de que Grecia se hubiera dejado perder contra Rusia. Desde entonces, tampoco vimos más a Schortsanitis, que apenas pudo disfrutar del Mundobasket por arrastrar la sanción del día del sillazo de Krstic. Por cosas como estas, Grecia lleva varios años encallada.

Salvo este año, en el que fallaron casi todos, los españoles que están en la NBA acuden a la llamada del seleccionador porque se lo pasan bien. Es así de sencillo. Supone reunirse con amigos con los que disfrutan haciendo lo que más les gusta. En cambio, a veces parece que los griegos vayan obligados. Tanto emocionarse con el himno, para luego dejarlo pronto.


Ver que Nowitzki ha jugado hasta los 37, que Gasol y Felipe siguen a los 35, Parker... Es duro. La gente les agradece los servicios prestados, los periodistas les escriben cartas emocionadas, pero nadie se pregunta por el porqué de las deserciones.

¿Está afectando el mal rollo entre el Panathinaikós y el Olympiacós?

Recordemos que del bloque verde del PAO de Obradovic ya no queda nadie. Se pasó de una mayoría de jugadores verdes a una de rojiblancos, justo coincidiendo con la marcha de Spanoulis de un equipo a otro, y con la marcha de Diamantidis y Tsartsaris de la Selección.

Los aficionados del PAO cargan contra Spanoulis, claro. Para ellos, aunque vista la camiseta nacional, sigue siendo un traidor.

A Bourousis no lo tragan muchos aficionados del Olympiacós, su ex equipo, por encontronazos del pasado, y así podríamos seguir.

Desde luego, la relación entre los dos colosos griegos ha sido pésima los últimos años, pero eso parecía que no afectaba al equipo nacional, o por lo menos, si era así, se tapaba.

La Selección del futuro.

La generación del 90 puede cambiar las cosas y es la que debería formar el grueso de la Selección a partir de ya. Es un grupo parecido a nuestros júniors de oro (ganaron el Eurobasket y la plata del Mundobasket). Se llevan bien a pesar de jugar en clubes rivales y mantienen la amistad fuera de la cancha. Además, ya están siendo importantes en sus equipos. Son Mántzaris, Papanikolaou, Sloukas, Pappás, Giankovits, Sarikopoulos y Bogris.

Sumemos a Calathes y a Koufós, que tienen un año más, a Thanassis Antetokounmpo (23) y a los del 94: Papapetrou, Giannis Antetokounmpo y Dimitris Agravannis. Queda un equipo chulo para el futuro, aunque no sé si suficiente para superar el Preolímpico. Posiblemente Printezis vaya a la siguiente convocatoria como nuevo capitán, porque no creo que todos los NBA’ers puedan asistir. Será difícil, porque el nivel de los equipos es alto.

Demasiadas preguntas sin respuesta y demasiados torneos echados a perder. No veo nada claro el Preolímpico. Soy pesimista a corto plazo, pero moderadamente optimista de cara al próximo Eurobasket. Y me mojo: creo que seguirá Katsikaris.

viernes, 11 de septiembre de 2015

Eurobasket 2015: tocará escalar el Mortirolo.

Montaje: Gazzetta.gr.

Si no se producen sorpresas sonadas en los cruces, el camino a la final para la Selección de Grecia debería ser: Bélgica-España-Francia-Serbia. Una pared. El objetivo sigue siendo la medalla, pero ahora para evitar el Preolímpico hay que deshacerse de España y Francia, nada menos. Muy difícil, por no decir imposible. No tanto por España, que no anda muy fina, sino por Francia, equipo físicamente muy superior al griego.

Buena primera fase, aunque no excelente.

Grecia ha terminado primera de su grupo con 5 victorias y 0 derrotas. Lo más destacado han sido las victorias contra Croacia por 2 puntos y contra Eslovenia. A priori las cifras intimidan, pero no hay para tanto.

Contra los anfitriones, el equipo tuvo que remontar diferencias de 10 puntos al más puro estilo Olympiacós, demostrando, una vez más, que a los griegos hay que matarlos varias veces durante el mismo partido. Croacia no lo hizo y lo pagó.

Contra Eslovenia el partido estuvo controlado hasta el tercer cuarto, cuando Blazic y Zoran Dragic calentaron la muñeca. Apoyados por su público y por sus dos figuras, los eslovenos estuvieron a punto de dar la vuelta al marcador. Sin embargo, la salida a pista de Spanoulis en el último cuarto, puso las cosas en su sitio. Vasilis se salió en el primer tiempo, se sentó en el banquillo en el tercer cuarto y regresó a la cancha para ordenar la cosa y resolver. A lo Papaloukás. Tomó nota de cómo iba el partido y puso remedio.

Viendo los apuros para pasar y los rivales que ha tenido España, uno se pregunta si es preferible superar la primera fase sufriendo o “siesteando”, que es lo que hizo Grecia en algunos de sus choques. España llega metida de lleno en la competición y Grecia un poco fría, como sin tensión.

Grecia ha jugado bien por momentos, pero sin brillantez. Le ha faltado continuidad. Si bien en cuanto Calathes, Spanoulis y Printezis han apretado las tuercas a los rivales, no ha habido color, han faltado enemigos de entidad. La Selección sólo fue exigida contra Croacia y un rato contra Eslovenia, que en el fondo era lo esperado. FYROM no es lo que era, a  Georgia le falta un hervor y los Países Bajos están un nivel por debajo del resto aunque han peleado.

Nombres propios.

Cada vez que Spanoulis salía a cancha, el equipo lo notaba. Ha compartido muchos minutos en pista con Nick Calathes, que es quien ejercía de base. El no subir la bola  jugando de escolta le ha dado a Spanoulis más frescor en ataque. Ha tenido las ideas claras y ha estado fino de cara al aro. Además, ha repartido muchas asistencias. Llega a tope a la segunda fase. Como predije, Katsikaris ha repartido los minutos y Vasilis ni siquiera jugó contra los Países Bajos. Mentalizado y en forma, Spanoulis es el mejor. Poniéndolo de dos, Fotis ha conseguido también que Vasilis pierda pocos balones, su gran lacra el año pasado. No agota tanto el bote y todo lo hace con más sentido.

Cada acción de Giorgos Printezis deja poso. Ha brillado en el poste bajo con movimientos que ya sólo hace él en Europa. Se ha hartado de meterla con la zurda, añadiendo algún que otro mate espectacular a la causa. Giorgos está en plena madurez y con confianza. Incluso se ha atrevido con esos tiros de tres que tanto daño nos duelen todavía a los culés. En partidos clave tiene que jugar más porque es de los pocos que percute en la zona. Kaimakoglou no le ha cogido el ritmo al Eurobasket.

La pareja Koufos/Bourousis ha jugado bastante bien en ataque, pero ha tenido lagunas en defensa. El problema, aunque solucionable, de los pívots griegos, es que la mayoría de las canastas no las han trabajado debajo del aro. Casi siempre han venido de alguna asistencia, de algún rebote ofensivo o tras una larga jugada. Por momentos, la circulación de balón nos ha recordado otras épocas. Pocas veces se les ha visto ganar la posición, recibir de espaldas y jugar un uno contra uno. Es destacable la labor de Bourousis, que parece muy recuperado tras su extraña temporada. De todos modos, se le ha visto pedir el cambio en alguna ocasión por agotamiento. Hasta cierto punto, lógico. En defensa los dos tuvieron problemas contra Tomic y contra Slokar. Cuando toque Gasol, que se preparen. Ofrecen demasiadas dudas atrás. En ataque ambos han jugado bien las continuaciones del pick and roll con Spanoulis, Sloukas y Calathes, siguiendo hacia el aro y quedándose solitos.

Por lo demás, Zisis ha ido de menos a más, quizás porque eso de empezar en el banquillo lo desubicó un poco. Grecia lo necesita porque adolece de tiro exterior. Con él, Antetokounmpo nos ha dejado destellos, aunque yo esperaba mucho más. A Giannis le cuesta atacar una defensa cerrada o una zona. Se nota que está acostumbrado a correr y sufre cuando el partido se para. Sin embargo, su altura y sus brazos siempre están dispuestos a echar un cable en defensa. La timidez que demuestra espero que se le vaya con los años. Cuando Spanoulis ha conectado con él, el chaval ha acabado colgado del aro tras remontar la línea de fondo. También Calathes ha ido encontrándose mejor a medida que avanzaba la competición. Todavía le queda. Me ha dado la impresión de que iba con una marcha menos. ¿Se estará reservando para lo que viene? El último jugador destacable ha sido Kostas Sloukas, que a pesar de haber mostrado su chispa de vez en cuando, no ha sido regular. Sin embargo, sigue siendo un recambio de garantías con el que hay que contar.

Perperoglou y Kaimakoglou de momento están pasando por el torneo sin pena ni gloria. Katsikaris debe exigirles más. Juegan en posiciones clave y no han estado a la altura. Papanikolaou ha sido relegado a undécimo hombre de la rotación y Mantzaris a duodécimo. Desconzco si Fotis los está reservando para los cruces o simplemente lo ha decidido así por motivos tácticos. Los periodistas griegos en Twitter no entienden muy bien lo de Mantzaris, jugador muy útil para defender a anotadores rivales que juegan por fuera. Yo creo que no cuenta con ellos y se me hace difícil pensar que, sin ritmo de competición, puedan entrar ahora que se cuecen las habas.

Lagunas.

Sin duda, la defensa de los interiores tiene que mejorar si Grecia quiere aspirar a cosas grandes. De lo contrario, a la calle contra España. Con todo, lo peor no ha sido eso, sino el tiro exterior. Se han visto auténticas pedradas indignas de jugadores profesionales. En particular, lo de Calathes y Antetokounmpo ha sido horripilante. No eran ya tanto los fallos o las mandarinas, sino la mecánica de tiro, como si algo ahí en el codo se encogiese. Se han visto auténticos “yerrazos”. Los equipos rivales han permitido tirar a Grecia desde fuera, porque saben que sigue siendo el Talón de Aquiles de esta Selección. El problema viene de campeonatos atrás y no hay manera de resolverlo. No es que a España le esté yendo mucho mejor el tiro exterior, la verdad. Suerte de Pau Ribas, que no se está escondiendo y está acertando, porque lo de Rudy es preocupante.

Lo mollar.

Vamos a lo mollar, al tuétano de la cosa, al cogollo del asunto. Grecia ganará a Bélgica a pesar de haber perdido en Bruselas hace unos días. Los belgas se han ganado mi respeto y tienen jugadores de nivel que juegan en las grandes ligas europeas, sin embargo creo que no tienen nada que hacer contra Spanoulis, Zisis y compañía. El único problema que veo es que los de Fotis se vean clasificados antes de jugar y se duerman en los laureles como contra los neerlandeses. No pasará.

Grecia nos la tiene jurada desde 2007. Aunque hemos jugado contra ellos otras veces desde entonces, lo del Eurobasket de Madrid no lo olvidan.

Rudy Fernández es el jugador más odiado para la mayoría de los griegos y no caen nada bien ni Navarro ni Felipe, por considerar que hacen demasiados aspavientos. Curioso que los balcánicos precisamente se quejen de eso, ¿no? Parece que nosotros nos hayamos balcanizado y ellos se hayan aburguesado, vaya.

La cuestión es que en 2007 Grecia se veía peleando por lo más alto y tenía una de las plantillas mejores de su historia. Además, venía de aquella remontada increíble contra Eslovenia, con lo que el equipo llegaba crecido. Sin embargo, no pudieron contra el anfitrión, algo que debería haber entrado en sus planes. Pues no, han pasado los años y los griegos siguen diciendo que aquella semifinal fue un robo. Qué cosas, los griegos hablando de robos y de árbitros.

Tras aquel partido vinieron otros, como el del Mundobasket 2010 o el del Eurobasket 2013 con el “Kavvadazo”, que ganaron ellos, pero lo de Madrid 2007 lo tienen clavado todavía. Quizás porque esperaban vengar la paliza de Pekín.

España no llega bien y en cambio Grecia sí, no obstante, nos temen. Nos temen porque saben de baloncesto, respetan a Pau Gasol y son conscientes de que España es capaz de ganar a cualquiera en un día bueno. Por eso cuando leo comentarios de los aficionados que desprenden odio contra nuestra Selección, me relamo, porque no es odio sino temor. Los enfrentamientos entre los dos colosos griegos y Barça y Madrid, siempre polémicos, han calentado más la cosa.

España vs Grecia.

Dije que Grecia optaba a medalla, pero no contaba con que se encontraría contra España tan pronto. Aunque el momento de forma de los griegos es mejor, tenemos posibilidades porque son un equipo que nos va.

Grecia no tiene ese cuatro abierto tirador que tanto daño nos está haciendo, a no ser que Kaimakoglou se destape o Printezis salga de su zona. Pueden hacerlo, pero no son fiables. Quizás Antetokounmpo podría hacer esa labor, pero Fotis lo está haciendo jugar de tres y no está metiendo nada desde fuera. Es decir, Grecia no tiene las piezas con las qué hacernos daño ahí, en nuestro punto débil. Al contrario, Nicola Mirotic es el jugador ideal para castigar a los cuatros blanquiazules, a los que debe sacar de la zona y romperles la cintura. Confío en que Nicola salga extramotivado y haga un gran encuentro.

Donde quizás ellos podrían ser superiores sería en la posición de tres, siempre y cuando exploten el poste bajo. Volverá a ser clave la defensa de Rudy ante la “no convocatoria” de Claver. Serán importantes las ayudas si Perperoglou o Antetokounmpo consiguen recibir cerca del aro. Stratos sabe jugar cerca, pero está en el declive de su carrera y juega poco. Antetokounmpo pesa poco para jugar espalda contra espalda y le falta el conocimiento del juego que dan los años. Claro que si se empareja con Rudy en el poste bajo y aprovecha su altura, puede crearnos problemas. Quizás no anote, pero puede doblar.

Por dentro España es mejor, con Pau y Felipe imperiales, pero ojo con Bourousis y Koufos, que seguro que dan guerra. Creo que Koufos puede aguantar el cuerpo a cuerpo a Gasol hasta que lleguen los bomberos. Sin duda, Fotis habrá planteado una defensa con muchas ayudas al defensor de Pau. Y es justo ahí donde el joven alero de los Bucks potencia sus cualidades, poniendo tapones en la ayuda, sorprendiendo al atacante por detrás y robando pases de lado a lado. Antetokounmpo es un pulpo.

Por fuera las fuerzas se igualan siempre y cuando los Sergios jueguen como contra Alemania. A Pau Ribas le pondría vídeos de Spanoulis desde hoy mismo porque se encargará de él en el inicio. El Chacho, si sale de la segunda unidad, tendrá que vérselas posiblemente con Sloukas, a no ser que Fotis juegue la carta Mantzaris, que también podría ser. Reviviremos, por momentos, la última final de la Euroliga. Será un Olympiacós-Real Madrid a pequeña escala. Nos conocen y les conocemos.

Los dos equipos podemos jugar a dos velocidades porque ambos tenemos jugadores para hacerlo. Que si el Chacho, que si Llull, que si Sloukas, que si Spanoulis... El roster de Grecia es más amplio, puesto que en la rotación entran diez, once o los doce hombres. A un partido todo puede pasar, pero los minutos acumulados en las piernas de los españoles se pueden notar. España “se cansó” contra Italia, Alemania y Serbia. Grecia contra Croacia y Eslovenia.

El chip competitivo.

España, salvo excepciones, cuenta con jugadores expertos que vienen jugando este tipo de partidos, con sus clubes o con la Selección, desde hace años. Rudy infiltrado se parte la cara, Pau se faja y Llull suda la camiseta, por no hablar de Pau Ribas, que pese a haber llegado el último, es todo carácter. Y Felipe, qué decir de Espartaco, un competidor nato. Nacido para pelear.

De Grecia tampoco podemos dudar. Algunos, a sus 25 años, ya han jugado tres Final Four y han ganado títulos con las categorías inferiores de la Selección. Otros ya saben lo que es ganar un Eurobasket. Parecen irse del partido, pero se agarran al parquet y vuelven. Siempre vuelven. Y te afecta la moral. Son unos pesados. En este sentido, quizás Perperoglou, que es más frío que el hielo, y Antetokounmpo, son los que menos nos tienen que preocupar en los momentos calientes del partido. Es Spanoulis el que le echa los huevos que le faltan al resto, claro, y encima las mete. A pesar de quedarse atrás, no pierden la tensión e insisten. Nosotros no debemos deseperar.

Si no fuera porque he visto a España pasándolo muy mal, diría que somos favoritos. A Grecia, por su parte, le han faltado rivales duros. No puedo hacer un pronóstico. El corazón me dice España, pero la cabeza Grecia.

(Nota: Me encantaría que ganásemos, aunque sea sufriendo otra vez, porque, ¡qué diablos!, lo que se sufre se disfruta más).

(Nota 2: Post colgado antes de los octavos de final. Si gana Bélgica o Polonia, me tendré que comer el post con patatas. Ñam ñam).

viernes, 4 de septiembre de 2015

El objetivo es la medalla.


Este y no otro debe ser el objetivo de la Selección de Fotis Katsikaris en el Eurobasket. Por plantilla, exepriencia y calidad, debe ser así. Quizás ahora mismo Grecia esté un peldaño por debajo de España, Francia y Serbia, que a priori son los grandes favoritas, pero creo que la blanquiazul esta vez opta claramente a medalla. No digo al título, eso son palabras mayores, pero sí a estar entre los mejores.

No lo va a tener fácil el conjunto nacional, que va a pelear en Croacia contra los anfitriones y contra Eslovenia, país fronterizo que va a arrastrar a muchos aficionados. El debut tampoco va a ser fácil contra FYROM. La rivalidad con el país vecino va más allá de lo deportivo y, aunque no estén ni Antic ni Bo MccAlebb, FYROM siempre juega extramotivado contra los blanquiazules. Las bajas de los citados sumadas a la de Dragic por Eslovenia deberían dejar la primera plaza de grupo para Grecia o Croacia. Cualquier otra cosa sería una sorpresa.

La plantilla.

Finalmente Fotis optó por sólo dos cincos puros, Ioannis Bourousis y Kostas Koufos, en lugar de tres como otras veces. El último en quedarse fuera de los 12 elegidos fue otro pívot, el joven Dimitris Agravanis, que seguro que tendrá su oportunidad en el futuro. Esta vez, en lugar de acudir al Eurobasket con un pívot claramente titular y dos suplentes, Grecia va con dos titulares. Sin embargo, habría que preguntarse quién jugará en esa posición si alguno se lesiona o cae enfermo. Por eso, en mi post anterior sobre la Selección, aposté por el chaval en lugar de Perperoglou y me equivoqué.

Para compensar la falta de un pívot alto, Katsilkaris utiliza a Kaimakoglou, Printezis y Antetokounmpo, hombres versátiles acostumbrados a pelear dentro de la zona. Giannis Antetokounmpo ha jugado en la posición de cuatro durante la preparación, cuando en los Bucks lo suele hacer de tres. Dicha posición está cubierta por Stratos Perperoglou, reciente fichaje del Barcelona, y por Kostas Papanikolaou, ex del Barça. Con Giannis, Katsikaris ha encontrado a otro multiusos. Ha sido el mejor jugador de la fase de preparación con diferencia, y eso que no parecía esforzarse demasiado, como Pau Gasol con España.

Quizás viendo la que se avecina con franceses, españoles y serbios, lo mejor sea hombres-pegamento físicamente más fuertes. Por eso se ha quedado fuera Vasileiadis, el único lanzador nato, y ha entrado Perperoglou u otros. En próximas convocatorias será Thanassis Antetokounmpo el elegido, otro con un talento físico privilegiado.

Spanoulis, Sloukas, Calathes, Mantzaris y Zisis completan la batería exterior junto a Papanikolaou. Para Spanoulis y Zisis quizás la última oportunidad de ganar otra medalla con la Selección. Ya expliqué que Grecia podía jugar a dos velocidades, una más europea con ataques controlados y otra más “salvaje” con Antetokounmpo de punta de lanza.

Fotis Katsikaris tiene muy claros los galones y es perfectamente consciente que las selecciones fuertes son las que combinan músculo y calidad. A los tres jugadores de la NBAKounmpo, Koufos y Papanikolaou- habría que sumar a Calathes, que ha fichado por el PAO, y en un futuro a Thanassis Antetokounmpo. Habrá que seguir la evolución de los jóvenes que están en Estados Unidos –Dorsey, Mitoglou...- y de los centers que dispondrán de más minutos este año –Papagiannis, Diamantakos...-.


Hay que confiar en esta Selección a pesar de haber fallado en el Mundobasket tras una gran primera fase. La clave, como siempre, está en el cruce. Un mal día te devuelve a casa. Esperemos que el estacazo recibido por Serbia en 2014 les sirva de lección.  

sábado, 8 de agosto de 2015

Una Grecia de dos velocidades.


Vasilis Spanoulis, Vangelis Mantzaris, Kostas Sloukas, Nick Calathes, Giannis Athinaeu, Nikos Zisis, Kostas Papanikolaou, Giannis Antetokounmpo, Vladimiros Giankovits, Stratos Perperoglou, Giorgos Printezis, Kostas Kaimakoglou, Zisis Sarikopoulos, Kostas Koufos, Ioannis Bourousis, Dimitris Agravannis.

De los 16, Athinaeu, Giankovits y Sarikopoulos tienen todos los números para ser descartados. El último descarte debería salir entre Perperoglou y Kaimakoglou, porque todo apunta a que el joven Agravannis irá de tercer pívot.

Aunque nunca hay que lamentarse por los que no están y hay que apoyar a muerte a los elegidos, veamos algunas de las bajas y los motivos: Nikos Pappás, lesionado de gravedad desdes finales de la temporada pasada. Giannis Papapetrou, temporada irregular por culpa de las dos lesiones casi seguidas que tuvo durante el verano del año pasado. Kostas Vasileiadis, no ha tenido buenas actuaciones con la selección y su temporada en el Unicaja no ha sido buena. Lento de piernas. Sofoklís Schortsanitis, parece definitivo su adiós a la selección; ni está ni se le espera. Loukas Mavrokefalidis, otro que ni está ni se le espera en la selección después de varias espantás. Por rendimiento merecía ir puesto que acabó la temporada en plena forma. Ian Vougioukas, ya no da la talla. Giorgos Bogris, temporada aceptable en Andorra, pero no sobresaliente. Quizás podría haber ido de cuarto pívot en lugar de Sarikopoulos, pero entre los 12 imposible. Debe ponerse las pilas. Thanasis Antetokounmpo, no ha entrado porque su posición está cubierta por vacas sagradas, pero en la próxima convocatoria debería estar. ¿Tendrá minutos en los Knicks? Mike Bramos, desaparecido en combate. Se marchó de Europa y no hemos vuelto a verle. Antonis Fotsis, prejubilado de la zamarra nacional por edad.

Mis 12: Spanoulis, Sloukas, Mantzaris, Calathes, Zisis, Antetokounmpo, Papanikolaou, Printezis, Kaimakoglou, Koufos, Bourousis, Agravannis. Tengo debilidad por multiusos Kaimakoglou como ya sabéis.

Es decir, dos generaciones y una tercera que viene de camino. La vieja guardia: Spanoulis, Zisis, Bourousis, Kaimakoglou y Printezis. La generación del 90: Sloukas, Mantzaris, Papanikolaou, Sarikopoulos, Giankovits. Los veinteañeros que pisan fuerte: Antetokounmpo y Agravannis. Una pena que la generación de Perperoglou, Sofo, Vasileiadis y Mavrokefalidis haya dado menos de lo que se esperaba.

De los 12, Spanoulis, Mantzaris, Printezis y Agravannis pertenecen al Olympiacós. Bourousis ahora mismo está sin equipo y Papanikolaou no sé sabe muy bien qué va a hacer, aunque han jugado varios años en el equipo marinero. Sloukas ha fichado por el Fener, pero es como si fuera rojiblanco. Queda Calathes como único representante del Panathinaikós, recién llegado de Memphis –en el Mundobasket 2014 no había ningún jugador verde en la selección-. Koufos pasa de jugar en los Grizzlies a hacerlo en los Sacramento Kings, Zisis del Fener turco al Bamberg, mientras que Antetokounmpo sigue en los Bucks y Kaimakoglou en el Unics Kazan. De 4 jugadores posibles de la NBA nos vamos a quedar en 2 o 3.

La Grecia de las 2 velocidades.

Con Calathes, Antetokounmpo, Papanikolaou, Koufos e incluso Agravannis, Grecia tiene un equipo para correr y jugar con transiciones rápidas. Sin duda, dos hombres se me antojan fundamentales: Calathes y Koufos. Si ambos quieren demostrar su valía, es el momento tras un año difícil para ellos en Memphis. Algo parecido pasa con Papanikolaou, que empezó bien en Houston, fue traspasado a Denver y ahora no está clara su continuidad allí. Todos llegan habiendo descansado lo suficiente y con ganas de tapar bocas. Los veinteañeros no tienen que demostrar nada. ¡Que disfruten! Confío muchísimo en Nick Calathes, que es de los que juega y hace jugar. El regreso a casa del boina verde hará que los seguidores del PAO estén muy pendientes. ¿Grecia corriendo y jugando por encima del aro?

Al resto del equipo lo conocemos de sobra y sabemos a lo que juega. Selección que por momentos jugará en “modo Olympiacós” con pinceladas brillantes de Katsikaris. Printezis y Kaimakoglou de hombres-pegamento intentando engrasar la máquina, más el inconstante Bourousis, que llega con 4 títulos bajo el brazos pero sin contrato y con más interrogantes que nunca. ¿Necesita Bou demostrar algo a estas alturas de la película para conseguir un contrato decente? Desde luego, su temporada en Madrid ha sido mala, pero ¿enterramos ya al bueno de Ioannis?

De un baloncesto rápido a uno de pizarra, más lento y de esquemas poco flexibles. Mucho bloqueo directo arriba y Printezis acaparando balones en el poste bajo para soltar su ganchito. Kaimakoglou aportando en las dos zonas y Zisis tratando de salir libre de los bloqueos. Sloukas como contrapunto perfecto del Jefe y Mantzaris dando sentido al juego poniendo la pausa. Spanoulis, que acaba de ser padre por cuarta vez, llega al Eurobasket a tope y con compañeros con los que puede repartir la responsabilidad ofensiva. Por primera vez en mucho tiempo, creo que Vasilis llegará lo suficientemente fresco a la segunda fase, porque Katsikaris repartirá más los minutos.

El tiro exterior y el 5.

La lacra de la selección en los útlimos campeonatos ha sido el tiro exterior. Curiosamente, el único tirador nato –Vasileiadis- se queda fuera, aunque en mi modesta opinión, con justicia. Serán Zisis, Sloukas y Papanikolaou los que tengan que afinar la puntería, además de Spanoulis y Mantzaris. El recurso de los tiros abiertos de Kaimakoglou y Printezis también está ahí, aunque menos fiable. Incluso Bourousis y Agravannis tienen buena mano de tres, aunque preferiría verles repartiendo estopa en la zona. Un pívot que no choca no es pívot ni es nada.

Grecia ha tenido problemas con la posición de 5. El center era Bourousis y no tenía recambio. Que si Vougioukas por aquí, que si Glynniadakis por allá, que si Mavrokefalidis y Koufos pasan, que si el guardaespaldas Kavvadás... Con la reentré de Koufos la cosa cambia, además de la eclosión de Agravannis. Al chaval no hay que pedirle que se las juegue, pero sí a Koufos, con varios años ya de experiencia en la NBA y que debe reivindicarse con Grecia. Y no sólo reivindicarse, diría, sinó también ganarse a los aficionados, la mayoría hartos de sus renuncias incomprensibles. Además, teniendo en cuenta que el rendimiento de Bourousis este año es absolutamente impredecible, a Koufos hay que exigirle más que a nadie. Si se me permite, tiene que darle un codazo a Ioannis y echarlo del quinteto titular.

Motivaciones futuras.

El próximo europeo me motiva, pero lo que se avecina en el futuro me motiva todavía más. Ya le dediqué un post a los nuevos talentos del baloncesto griego, pero ahora veo que la lista se me quedó corta. Hay varios que ya están en Estados Unidos haciendo de las suyas y otros han fichado por algún grande –el último Vasilis Toliopoulos por el Olympiacós-. Si a todos estos chavales le sumamos la saga de los Antetokounmpo, queda un panorama extraordinario.