Mostrando entradas con la etiqueta Retro. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Retro. Mostrar todas las entradas

lunes, 12 de septiembre de 2016

El partido perfecto.


Han pasado ya 10 años desde aquel 1 de septiembre de 2006, el día en el que Grecia derrotó a Estados Unidos por 101-95 en la semifinal del Mundobasket de Japón. Theodorís Papaloukás lo ha definido como “el partido perfecto”. Sin dudarlo, la victoria más importante de la historia del baloncesto griego, por encima de las finales de El Pireo del 87 y de Belgrado en 2005, donde Grecia se colgó el oro en el Eurobasket.

Iturriaga lo definió perfectamente durante la retransmisión: “ha ganado el baloncesto”. Aquel día ganó el baloncesto, ganamos todos.

Que un equipo juegue el partido perfecto el día D es lo máximo y supone que cada uno de los jugadores haya rozado la perfección. Así fue. Todo salío clavado.

Juntar a la mejor generación, que llegue en el momento de forma extacto, que el entrenador acierte en todo y que no haya movidas internas durante los días de concentración no es fácil. Cuando todas estas cosas se juntan y el grupo se convierte en una familia, en una piña, surge la magia. Nosotros llevamos 10 años de magia y sabemos perfectamente lo que es eso de estar una década (¡!) en una nube. Grecia tuvo dos años fantásticos y luego empezó el retroceso hasta llegar donde estamos ahora.

El partido perfecto se divide en tres partes claramente diferenciadas.

Desde el principio hasta el 23-33 para Estados Unidos.

La primera parte es la de tanteo, cuando se estudia al otro púgil. El equipo no sale intimidado, pero sí tímido. Forman Diamantidis, Chatzivrettas, Kakiouzis, Fotsis y Papadopoulos. Quinteto emimentemente defensivo contra Joe Johnson, Hinrich, Carmelo Anthony, Lebron James y Elton Brand.


Un inciso sobre el quinteto titular: Diamantidis, Chatzivrettas y Papadopoulos habían coincidido en el Iraklís pocos años atrás junto con Lefteris Kakiousis, ayudante de Giannakis, y Big Sofo, que saldría luego en plan abusón. Recuerdo que en los azules de Salónica, 3D “sustituyó” a Chatzivrettas como líder cuando éste se fue al PAO. Luego también se irían Dimitris y Papadopoulos seducidos por Obradovic. Lázaros y Fotsis son íntimos amigos y jugaban en el Dynamo de Moscú, donde habían coincidido después de compartir verstuario en el PAO y en las categorías inferiores de la Selección.

Con esto quiero decir que aquella Selección era un grupo que se conocía desde hacía años. Kakiouzis, que ejercía de padre de todos aquellos jugadores, había ganado el Mundobasket júnior de 1995 con Rentziás en Atenas y la liga griega en 2002 con Zisis y Dikoudis, piezas importantes del equipo. Bourousis, que había levantado el oro en el Eurobasket de Belgrado, era el cuarto miembro de aquel AEK campeón pero se quedó fuera de los 12 por la irrupción de Schortsanitis.

La Selección no era un bloque exclusivo Olympiacós-Panathinaikós, ni siquiera PAOK-Aris, que apenas tenían presencia (sólo Vasilopoulos, de la cantera del PAOK), sinó un poco de todo con preponderancia de jugadores formados en el Iraklís y en el AEK.

Estados Unidos domina los primeros minutos, más por tímidez griega que por juego. Lebron y Carmelo Anthony son imparables a la carrera, y si Brand, después Howard o Bosh, consigue recibir debajo, no hay nada que hacer. Papadopoulos estrena el marcador griego con su típica jugada de espaldas y su medio gancho.

Grecia se dedica a hacer lo que sabe hacer. Trata de leer la defensa y mover con tranquilidad la bola hasta que ésta le llegue al interior. Pese a la superioridad física y a las primeras ventajas en el marcador, los americanos no consiguen romper. En el correcalles, Lebron y Anthony se mueven como peces en el agua.


Os recomiendo que veáis el partido ahora y lo vayáis parando. Hasta las faltas de Grecia están bien hechas, salvo una o dos. Cuando Lebron o Carmelo van hacia al aro con cara de machacar, el defensa no arriesga y se abre. Los griegos sueltan el remo cuando toca, casi siempre antes de que el americano se levante. Diríamos que son faltas tácticas, pero no antideportivas.

El primer cambio de Grecia es el de Schortsanitis por Papadopoulos, que comete la segunda falta. Hasta en eso Grecia está de enhorabuena porque los cambios forzados salen bien.  

Desde el inicio se ve que el pick and roll frontal va a marcar el devenir de los acontecimientos. Papadopoulos prefiere recibir de espaldas, mientras que Sofo o Dikoudis lo harán con ventaja de cara al aro. No importa quién esté en la pista que siempre se empieza por ahí.

Lázaros no sólo amenaza en la pintura por su corpulencia sinó que además genera espacios desde el poste bajo. Recuerdo que aquel fue posiblemente el último gran partido de Papadopoulos. Desde entonces hasta su retirada, cuesta abajo.

La obsesión de Grecia es no dejar correr y evitar segundas opciones. Los cinco cierran el rebote y van acumulando faltas. El partido griego en ataque no es fluido, pero suma gracias a los tiros libres. Giannakis no permite que Estados Unidos corra.

Entra Sofo a falta de 5:36 y Chris Paul por Hinrich. Horroroso Hinrich todo el partido a pesar de algunos triples.

La primera canasta de Spanoulis es un triple a tabla. 

Entra Papaloukás a falta de 2:35. Recordemos que tanto en el CSKA como en la Selección Theo siempre entraba con el partido empezado. Salía a la pista sabiendo cómo estaba la cosa y hacia adónde tenía que ir el partido. Era titular saliendo desde el banquillo.


Por primera vez coinciden en pista Spanoulis, Papaloukás y Diamantidis, que se reunen en el centro y comentan la jugada.

Con los mejores minutos de Dwight Howard Estados Unidos se escapa ligeramente. El fibrado pívot anota prácticamente todas sus canastas del mismo modo, de mate tras rebote ofensivo. No le meten ningún balón y no es capaz de generar él la canasta, pero aporta dureza y puntos.

Los griegos van repartiéndose las faltas. A pesar de que los Estados Unidos van por delante, parece que Grecia controle la situación, o por lo menos consigue que el choque no se desmadre. Se juega a lo que quieren los helenos incluso cuando los americanos dominan el marcador.

El primer cuarto termina con 14-20 en el marcador para Estados Unidos y la sensación de que hay partido. Eso sí, los de Giannakis tendrán que mejorar en ataque.

El equipo de Giannakis se pone en zona 2-3 en el segundo cuarto. La nueva defensa funciona a pesar de que Grecia la haya utilizado muy poco durante el campeonato. Coach K no reacciona.

USA no trabaja la zona en ataque. Dos pases y a barraca. Reina la anarquía. Jugadas demasiado individuales y tiros sin tener la posición cogida. Parece mentira que los americanos no vean que la defensa griega debe atacarse de otra manera.

Lázaros Papadopoulos comete la tercera personal –en ataque muy dudosa- a falta de 6:45, pero Giannakis lo mantiene en pista y anota el siguiente ataque. Con 23-33 y 5:39 por jugar vuelve Sofo.

Con 23-33, Papaloukás nos enseña lo que va a ser el partido de ahí en adelante con una asistencia colosal a Sofo, que sin embargo falla el mate. A la contra, Chris Paul en lay up recibe un tapón descomunal de Diamantidis. Es justo en ese momento en el que Grecia se mete de lleno en el partido. Si Estados Unidos se hubiese ido de 15 puntos o más antes del descanso, probablemente el partido hubiera ido de otra manera. El tapón de Diamantidis, que muchos destacan todavía hoy como punto de inflexión, marca el inicio de la remontada. En el siguiente ataque, con 4:47 por jugar, Hinrich, un amigo, nos regala tres tiros libres. Empieza el segundo tramo del choque.

Desde el tapón de Diamantidis hasta que Grecia falla su primer ataque del tercer cuarto.

La segunda parte es la de la prefección, que empieza con un parcial de 9-0 que aprieta el marcador (30-33). Si USA falla desde fuera y Grecia consigue cerrar el rebote, el partido se decantará del lado heleno, aunque queda mucho por jugar.


La conexión Papaloukás-Schortsanitis es la belleza, el baloncesto. El base sabe exactamente donde están colocados los 10 jugadores en el parqué. Sofo pasa de ser un tráiler imparable a una bailarina en pocos segundos. Asistimos a los mejores minutos de Schortsanitis en toda su carrera profesional.

Las asistencias de Theodorís son las que enseñan en los colegios, fuertes, directas y verticales. Si las corta el defensor, que se rompa el dedo. Es el momento de Schortsanitis, que mete cuatro seguidas sin que los interiores americanos puedan hacer nada. El traje que le hace Sofo a Bosh es tremendo, pero lo de Papaloukás es brutal, dotando al juego griego de la verticalidad y profundidad que no había tenido hasta entonces, destrozando a la defensa americana. Acompañan Spanoulis y Diamantidis. Momento orquesta. Todos perfectamente afinados. Sinfonía. Grecia se pone por delante 43-38 y sigue haciendo bien las faltas. Estados Unidos no encuentra el ritmo que le conviene en ningún momento. Chris Paul no puede con Papaloukás, que nos regala una extensión maravillosa. 

El descanso llega cuando mejor están los griegos, que dominan 45-41 y van lanzados. ¿Les cortará el ritmo?
Pues no, los griegos salen concentradísimos y acertadísimos tras el descanso. No fallan ningún ataque en muchos minutos. Es asombroso porque anotan prácticamente todos, de dos, de tres, no importa. Es un festival ofensivo extraordinario. Los Estados Unidos están desbordados. Cuando no es Fotsis es Diamantidis o Spanoulis. Por momentos, los yankees parecen un equipillo. Tácticamente, no vemos ninguna variante, nada que contrarreste el brillante juego europeo.


Sofo mete incluso las que se le escapan. Los pívots americanos siguen en la luna. El pívot comete la tercera falta cuando quedan 7:18 y Giannakis opta por la dupla Fotsis-Tsartsarís.

Grecia se pone 9 arriba pero con la sensación de que son más. La diferencia crece: 62-50. Los USA saben que les va a costar mucho. El marcador pesa como una losa. Grecia se sabe superior. Entra Dikoudis a faltas de 6 minutos.

Tal es el grado de confianza que Diamantidis se juega un triple en la cara de un defensor y lo anota, al que le sigue otro de Tsartsarís. Entra todo y Grecia se va de 14. El dominio del tempo del partido es absoluto. Dikoudis, excelente, se une a la fiesta con varias canastas seguidas.

Desde finales del tercer cuarto hasta el final del partido.

La tercera parte del choque empezaría a falta de unos 3 o 4 minutos para finalizar el tercer cuarto, cuando Grecia falla su primer ataque de todo el cuarto. Los helenos atacan mirando el reloj. Baloncesto inteligente de unos contra chispazos de otros.

Todo ha cambiado. Dos cuartos después de un primer cuarto titubeante, Grecia sabe que va a ganar el partido y Estados Unidos que lo va a perder.

Dikoudis trabajando de barrendero no tiene precio. Parece que nadie contaba con él.

Grecia falla un ataque cuando quedan 3:30, pero todo está bajo control. Diamantidis y Papaloukás manejan el tiempo como nadie. Sólo el público parece creer en una posible remontada americana. Las caras de los americanos son todo un poema.

Después del momento de Dikoudis llega el momento de Kakiouzis, que remata la faena. Al capitán no le tiembla el pulso, pide la bola y se la juega. Es una garantía en los tiros libres.

Me gusta pensar que parte del tercer cuarto y todo el último son un homenaje al baloncesto griego de siempre, aquel defensivo que jugaba con el reloj y no permitía al rival sacar la cabeza. El tercer cuarto termina con 77-65 para Grecia.


USA sigue sin entender la zona de Giannakis. Kakiouzis y Spanoulis toman el relevo. Grecia sigue parando el juego con faltas.

Nunca veremos a Estados Unidos jugar con tanta impotencia. Querer y no poder. Hinrich hace una falta antideportiva a Schortsanitis que no es más que la clásica falta de la frustración y que define perfectamente lo que sienten los americanos.


Spanoulis toma la responsabilidad cuando el balón quema. Giannakis lo había tenido en el Marousi y se iba ese verano a Houston. El de Lárisa hace una demostración prodigiosa de como seccionar la yugular. Una de sus primeras exhibiciones.

El baño táctico descomunal. Se enfrentan un baloncesto acedémico que sabe lo que quiere y uno callejero que es incapaz de leer. Grecia mete canastas con sentido, mientras que Estados Unidos lo hace por fuerza.

El carrusel de faltas y de tiros libres no hace otra cosa que alargar la agonía de unos y saborear mejor la victoria a los otros. La hazaña griega todavía la recordamos hoy, no sólo por extraordinaria, sinó por la manera como se logró el triunfo, jugando maravillosamente bien al baloncesto.

Para Estados Unidos aquello supuso un antes y un después. Desde entonces, y ya han pasado 10 años, no han perdido en partido oficial. Grecia tocó el cielo con las manos. Mantener el nivel era imposible y llevamos 10 años en franca decadencia. Costará mucho volver a vivir algo similar.


Acabamos con el uno por uno de aquellos héroes.

Dimitris Diamantidis estuvo excelente, tanto en defensa como en ataque. Jugó 39 minutos en los que anotó 12 puntos con muy buenos porcentajes, cogió 3 rebotes, dio 5 asistencias, metió un tapón y robó 2 bolas. 3D fue el que más jugó, pero no el que más brilló. Sin embargo, su trabajo defensivo en la zona fue fundamental, con esa actividad de brazos y manos.

Nikos Chatzivrettas salió de titular pero acabó jugando sólo 12 minutos. Un robo y un mate fueron su escasa aportación aquel día, aunque su labor defensiva siempre fue encomiable.

Vasilis Spanoulis anotó 22 puntos en 30 minutos, con 6/10 en tiros de campo. Su importancia en ataque fue creciendo a medida que avanzaba el partido. Nunca rehusó de la responsabilidad y supo escoger el momento preciso para lanzar. Un valiente que demostró a los americanos que podía jugar en la NBA. Una pena que los Rockets no lo supieran ver.


Theodorís Papaloukás nos regaló un clínic. En 33 minutos anotó 8 puntos, cogió 5 rebotes y dio 12 asistencias. Repartió juego de forma magistral sin perder nunca de vista el aro. Supo qué hacer en cada momento, corriendo cuando había que correr y frenando cuando había que frenar. Dio una lección a los bases americanos. Su visión del juego y la manera de manejar los tiempos hacen de aquel uno de sus mejores partidos de siempre.

Nikos Zisis no jugó por lesión, pero Nikos también juega. “Sentí como si hubiera jugado”, dice. Estuvo en el banquillo con su ojo morado y su rodilla chunga secando el sudor de sus compañeros. Un fenómeno.


Michalis Kakiouzis hizo un partidazo. Brilló más hacia el final del choque, cuando Sofo y Papadopoulos ya no estaban, sin embargo tuvo su papel desde el principio. Salió de titular y su trabajo fue importantísimo para cerrar el rebote. Su experiencia se notó en los minutos finales, cuando no le tembló el pulso en los tiros libres (6/7). Metió 15 puntos y cogió 6 rebotes en 27 minutos. 

Panagiotis Vasilopoulos jugó sólo unos segundos. No tuvo más oportunidades porque el partido fue rodado. Una pena porque el Vasilopoulos de entonces, el de antes de las lesiones graves, era una pasada.

Antonis Fotsis tuvo que trabajar en defensa como un perro para evitar que le cogieran los rebotes. Salió a tirar desde fuera cuando hizo falta e hizo daño. Metió 9 puntos en 13 minutos.

Kostas Tsartsarís sólo jugó 8 minutos en los que anotó un triple y cometió 4 faltas personales. El buen partido de los interiores y las faltas rápidas condicionaron su juego.

Dimos Dikoudis tuvo un papel estelar. Anotó 8 puntos y cogió 4 rebotes en 12 minutos intensísimos de juego. Su aparición en la semifinal del Eurobasket 2005 había cambiado por completo el curso de los acontecimientos y algo parecido buscaba Giannakis con su aparición. En 12 minutos desmontó a los interiores americanos, que debían estar pensando “de dónde diablos ha salido éste”. Brutal Dimosthenis.
 

Sofoklís Schortsanitis jugó el mejor partido de su carrera. Llegó al campeonato en el mejor estado de forma posible y lo demostró. Nunca más veríamos a un Sofoklís tan hábil, ni siquiera cuando ganó la Euroliga. Hizo un partido colosal, sobretodo en ataque, donde por momentos estuvo imparable. Anotó 14 puntos en 17 minutos de éxtasis, pero además sacó faltas y se mostró rápido. ¿Qué hubiera sido de Schortsanitis de no haberse parado allí?

Lázaros Papadopoulos anotó 8 puntos en 9 minutos. Hizo bien su trabajo el poco tiempo que estuvo en pista, poniendo en aprietos a los interiroes americanos cerca del cristal y generando espacios en el lado débil. Cuando Grecia se puso a correr, tuvo que dejar paso a Sofo porque no era capaz de jugar a ese ritmo. Un buen partido del de Krasnodar al que Giannakis siempre supo sacarle rendimiento.


Panagiotis Giannakis estuvo soberbio. Desde que plantó la zonita 2-3 el equipo fue claramente hacia arriba. Acertó plenamente en los cambios. Jugador que salía, aportaba de manera rompedora. Alternó el juego de dos e incluso tres bases, y llegó a jugar sin center puro. Siempre fue por delante de Krzyzewsky en todas sus decisiones. El baño táctico del griego fue épico.


sábado, 3 de septiembre de 2016

Grecia en los Juegos Olímpicos.


Aunque parezca mentira, la historia de Grecia en los Juegos Olímpicos se reduce a sólo cuatro participaciones: Helsinki 1952, Atlanta 1996, Atenas 2004 y Pekín 2008.

Que la Selección helena no se meta en los Juegos no es ninguna anomalía y resumir las cuatro citas puede hacerse en un post de lo más escueto.

La primera participación en los Juegos Olímpicos data de 1952. Grecia, que había sido tercera en aquel extraño Eurobasket de El Cairo de 1949 y octava en el de París de 1951, se inscribió y viajó a Helsinki con aquella inolvidable generación formada por Faidon Mathiaou, los hermanos Spanoudakis, Lambrou, Mylas, Arvanitis, etcétera, que acabó en el puesto 17.

En el debut olímpico, Grecia fue derrotada con claridad por Hungría (75-38). Al día siguiente llegó la primera victoria, conseguida frente a Israel (54-52). Una nueva derrota contra los húngaros, esta vez más ajustada (47-44), eliminaba a los griegos de la competición. Sólo tres partidos, pero en boca de Mathiaou y todos los que acudieron, una experiencia única e inolvidable. ¡Pocos podían imaginar entonces que Grecia tardaría más de 40 años en regresar a unos Juegos!

El Patriarca Mathiaou recordaba que fueron a los Juegos sin casi preparación y que viajaron apenas un día antes del primer partido. Todo se hizo de manera demasiado improvisada. Ni fueron a ver primero el campo, ni se preocuparon por el clima, ni nada de nada. Tampoco entonces había recursos para mucho más.

Una vez eliminados, no quisieron volver a Atenas a pesar de que las autoridades griegas intentaron prácticamente echarlos de la villa. Los finlandeses se negaron en redondo. Así fue como la expedición se quedó hasta que prácticamente no quedó ningún atleta en Helsinki. Al regreso quisieron sancionarles, pero medió el presidente del Panathinaikós y todo se arregló.

La plantilla de aquel equipo la formaban Faidonas Mathiaou (PAO), Giannis Spanoudakis (Olympiacós), Panagiotis Maniás (Panellinios), Kostas Papadimas (Panellinios), Themis Cholevas (Panellinios), Stelios Arvanitis (PAO), Takis Taliadoros (XANTH), Giannis Lambrou (PAO), Alekos Spanoudakis (Olympiacós), Mimis Stefanidis (Panellinios), Aristidis Roumpanis (Panellinios) y Nikos Mylas (PAO).

Después de aquellos primeros Juegos de 1952 tuvieron que pasar 44 años hasta volver a ver a Grecia clasificada. Hasta 1996 hubieron renuncias, Preolímpicos fallidos e incluso boicots desaprovechados. Ni siquiera la irrupción de Galis ni los logros conseguidos por la Selección en el Eurobasket tuvieron continuidad en los torneos clasificatorios olímpicos.

Con el fin de los Preolímpicos en 1992 se terminó el maleficio. En el Eurobasket de Grecia de 1995, los locales no fallaron y, aunque se quedaron sin medalla, lograron clasificarse para los Juegos Olímpicos de Atlanta. En el partido decisivo, el cruce contra España, Grecia ganó por 66-64. Fasoulas (20) y Christodoulou (17) lideraron a una Selección que acabaría cuarta en el torneo por detrás de Yugoslavia, Lituania y Croacia.


Tanto a Giannakis (37) como a Fasoulas (33) los Juegos de Atlanta les pillaron ya veteranos. El primero llegaba tras haber levantado la Copa de Europa con el PAO y dejaba la Selección al terminar el torneo. El pívot, que ganaría la Copa de Europa el año siguiente, estiraría todavía su carrera con la blanquiazul hasta el Mundobasket de Grecia de 1998. Para Fanis Christodoulou supondría su penúltimo torneo, puesto que todavía disputaría el Eurobasket de 1997. Sus castigadas rodillas no daban para más y tras el partido por el cuarto puesto jugado en Barcelona abandonó la Selección.

Giannakis (PAO), Fasoulas (Olympiacós) y Christodoulou (Panionios) formaban parte del quinteto que ganó el Eurobasket de 1987 y que consiguió la plata en 1989. Casi una década después tenían la opción de disputar unos Juegos. Junto a los citados, las nuevas estrellas del baloncesto griego, Nikos Ekonomou (PAO), Frangiskos Alvertis (PAO) y Giorgos Sigalas (Olympiacós), a las que habría que sumar otro veterano como Kostas Patavoukas (PAO) y talentosos jovencitos como Dimitris Papanikolaou (Olympiacós) y el pívot Efthimis Rentziás (PAOK). Bakatsiás, base del Olympiacós, Angelidis, cuatro fuerte del Aris, y Lefteris Kakiousis, base del Iraklís, completaban la plantilla.

En el torneo, Grecia ganó a los rivales que tenía que ganar y perdió contra las selecciones que tenía que perder. Asi, en el debut cayó contra Yugoslavia (63-71), pero luego recuperó sensaciones ganando a Brasil por un cesto (89-87). Aquel día Ekonomou 36, Óscar 32. Grecia también batió a la selección de Puerto Rico (80-69), que quedó eliminada a las primeras de cambio. Los helenos derrotaron a Corea del Sur sin demsaidos apuros (108-86) y se jugaron la segunda plaza frente a Australia. En un día aciago, los de Dentrinós recibieron una paliza histórica (103-62) que los dejaba en la tercera plaza del grupo. La todopoderosa Lituania eliminó sin mayores problemas a Grecia (99-66), que a la postre acabaría quinta tras derrotar a China y Brasil.

Mirándolo con perspectiva, no fue malo aquel quinto puesto. Por delante sólo Estados Unidos, Yugoslavia, Lituania y Australia, selecciones demasiado potentes para aquella Grecia.

Los griegos fallaron estrepitosamente en el Eurobasket de 1999 y se quedaron fuera de los Juegos de Sydney 2000.

En 2004 Grecia se clasificaba como país organizador. Con Giannakis en el banquillo ayudado por Kakiousis y compañía, Grecia partía con opciones de medalla. Un equipo reconocible plagado de jugadores de nivel trataría de subir un peldaño en el escalafón. El mismo bloque ganaría el oro en el Eurobasket de 2005 y la plata en el Mundobasket de 2006 lo formaban Diamantidis (aquel verano fichó por el PAO procedente del Iraklís), Chatzivretas (PAO), Papaloukas (CSKA), Spanoulis (Maroussi), Zisis (AEK), Tsartsaris (PAO), Kakiouzis (Montepascchi Sienna), Dikoudis (en verano dejó el Pamesa para firmar con el CSKA),  Papadopoulos (en verano firmó por el Dynamo de Moscú), Fotsis (Real Madrid), Dimitris Papanikolaou (PAO) y Alvertis (PAO), que se retiraba de la Selección en su casa.


Grecia debutó ganando con claridad a Australia (76-54) con 21 puntos de Lázaros. Contra Estados Unidos se plantó cara, pero se perdió por 71-77 con 22 puntos de Fotsis y 14 de Papadopoulos. La Lituania de Jasikevicius, Sisauskas y Strombergas destrozó a los griegos en el tercer partido (al descanso 25-54 y al final 76-98). Una victoria cómoda contra Angola (88-56) hizo que el partido contra Puerto Rico decidiera las posiciones definitivas dentro del grupo. Grecia ganó por 78-58 y terminó segunda de grupo por delante de los puertorriqueños y de Estados Unidos.

En el cruce esperaban Nocioni, Ginobili, Pepe Sánchez, Oberto, Scola y compañía. A pesar de llegar al descanso conventaja (35-29), el equipo se bloqueó en el segundo tiempo y Argentina dio la campanada. Los de Rubén Magnano derrotaron de tacada a Grecia (64-69), Estados Unidos e Italia para colgarse el oro. Grecia terminó en quinta posición tras derrotar a Puerto Rico nuevamente (85-75). Por delante quedaron argentinos, italianos, estadounidenses y lituanos. La sensación es que a aquel equipo le llegaron los Juegos un año o dos antes de estar completamente preparado. En 2005 o 2006 las cosas hubieran ido distintas. Se repetía la quinta plaza de 1996, pero supo a poco porque se jugaba en casa.

La cuarta plaza lograda en el Eurobasket de 2007 hizo que Grecia tuviera que disputar el Preolímpico para tratar de ir a Pekín. Una generación como la que había no podía quedarse fuera y la Federación se encargó de organizar el Preolìmpico en casa, hecho decisivo para que los helenos se clasificasen. Cuatro victorias muy sencillas contra El Líbano, Brasil, Australia y Puerto Rico sellaron la clasificación.

En la primera fase de Pekín, Grecia perdió contra España (81-66) y Estados Unidos (92-69), que entonces jugaban en otra liga. Las victorias contra China (91-77), Alemania (87-64) y Angola (102-61) metieron a Grecia en los cruces como tercera. De nuevo Argentina se cruzaba en el camino y de nuevo apeaba a los helenos de la competición (80-78). Spanoulis falló un triple que hubiera dado el pase a semis a los griegos. Nunca Grecia estuvo tan cerca de las medallas. Sin duda, Grecia desaprovechaba una oportunidad única, con jugadores curtidos y en su mejor edad. La quinta plaza fue la más amarga que se recuerda.       


La Selección de 2008 la formaron Papaloukás (en verano dejó el CSKA para firmar por el Olympiacós), Spanoulis (PAO), Diamantidis (PAO), Zisis (CSKA), Michalis Pelekanos (ese verano ficha por el Olympiacós, propcedente del Real Madrid), Panagiotis Vasilopoulos (Olympiacós), Fotsis (del Dynamo de Moscú pasa el PAO ese verano), Printezis (Olympiacós), Andreas Glyniadakis (Maroussi), Bourousis (Olympiacós), Schortsanitis (Olympiacós) y Kostas Tsartsarís (PAO).

Tras aquellos Juegos Giannakis dejó la Selección y fue reemplazado por Jonas Kazlauskas. En 2012 Grecia se la pegaría en el Preolímpico de Caracas contra Nigeria y en 2016 en el de Turín contra Croacia.


Como se ve, el palmarés olímpico de Grecia en baloncesto es pobrísimo.

martes, 10 de mayo de 2016

El Peristeri de Alphonso Ford.


Alphonso Ford se graduó en la Universidad Estatal de Missisipi Valley, donde jugó con los Delta Devils cuatro fantásticas temporadas. En sus dos primeros años fue el máximo anotador del campeonato con una media de 29,9 y de 32,7 puntos respectivamente. El tercer año se fue hasta los 27,5 y el cuarto hasta los 26. Una auténtica barbaridad. En su periplo universitario, Ford había superado los 25 puntos por partido todos los años.

Sin embargo, sus actuaciones no le valieron para ser elegido en la primera ronda de un Draft que acabó siendo bastante flojo. Los Philadelphia 76ers lo escogieron en el número 32. Apenas disputaría 11 partidos en la NBA, defendiendo la camiseta de los 76ers y de los Seatle Supersonics, que alternó con encuentros en la CBA.

En vista del éxito, Ford decidió hacer las maletas y marcharse a jugar a Europa. El AGB Huesca de la ACB se hizo con sus servicios en la campaña 1995-1996. Algunas de sus grandes actuaciones se recuerdan todavía en Huesca. Ford le endosó 41 puntos al Joventut, 38 al Orense, 36 al TAU de Vitoria y 32 al Estudiantes. Aunque en líneas generales el equipo hizo una campaña discreta, logró salvar la categoría tras derrotar al Festina Andorra por 3-1.

Los problemas económicos que atravesaba la entidad aragonesa le obligaron a vender la plaza y Ford se marchó a un equipo muy humilde de Atenas, el Papagou.

Cuando Kostas Missas trajó a Alphonso al Papagou no las tenía todas consigo. Aunque desde el principio cuajó grandes partidos, muchos decían que no era jugador de equipo grande.

Dicen que verlo entrenar era un auténtico espectáculo. En pretemporada, cuando Ford se ponía a levantar los 150 kilos en la barra, el entrenamiento se detenía y los compañeros empezaban a contar las veces que podía levantar aquello.


En su primer año en Grecia formó una pareja letal con Georgios Diamantópoulos, el jugador franquicia de la entidad, alcanzando una muy meritoria séptima plaza en la liga, que condujo al equipo a la Copa KoracFord se coronó como máximo encestador del campeonato con una media de 24,6 puntos por partido.  Era bajito, chaparro, como deforme, pero pegaba unos saltos espectaculares. Destacaban sus anchos hombros y su velocidad. Sólo estuvo un año en el Papagou, pero dejó una profundísima huella allí. A su fallecimiento le retiraron la camiseta y le hicieron un homenaje póstumo.

En unas pruebas rutinarias realizadas durante el verano de 1997 le fue detectada leucemia. El Papagou decidió rescindirle el contrato porque debía estar una año parado. Ford intentó jugar en Turquía, pero el tratamiento contra la enfermedad le obligó a parar. El jugón se perdía la temporada 97-98 completa. Cómo volvería, en caso de poder volver, era toda una incógnita. Entonces no se filtró el motivo por el cual Alphonso rescindía el contrato con el Papagou.


El Sporting, otro equipo humilde del centro de Atenas, se hizo con sus servicios la temporada 1998-1999. Ford parecía recuperado y, aunque el equipo no pasó de la undécima plaza, de nuevo se coronó máximo anotador de la liga con una media de 22,7 puntos.

Por lo tanto, Alfonso Ford ya había hecho dos grandes años en Grecia antes de firmar por el Peristeri. ¿Podía el americano jugar en un equipo con aspiraciones?

El equipo de Argyris Pedoulakis, una institución en la casa, había acabado la temporada 98-99 en una discreta octava posición. Se requería trabajar bien en los despachos durante el verano.


Llegaron Erick Meek, máximo reboteador de la liga la temporada anterior con el Marousi y que ficharía un año después por el Real MadridKostas Tsartsarís, joven pívot procedente del Near East, el base español José Lasa, ex del Madrid y del AEK de Atenas, el alero zurdo Michalis Pelekanos, el joven Manolis Papamakarios y nuestro Santi Abad, ala pívot muy recordado en Barcelona y Vitoria. Pedoulakis optaba por jóvenes valores nacionales y dos americanos contrastados, además del dúo español Lasa-Abad.  

El Peristeri realizó una excelente campaña, terminando en quinta posición con 20 victorias y 14 derrotas. El PAOK de Bazarevich y Mulaumerovic se cruzó en el camino amarillo y lo eliminó en los play off (2-1). Alphonso repitió como máximo anotador del torneo con 22,7 puntos de media. En la Copa Korac, el Adecco Estudiantes eliminó a los atenienses en la segunda ronda. Con todo, económicamente hablando fue un año difícil, con impagos a jugadores y demás.

Gracias a la aportación económica de Andreas Korasidis, el Peristeri se inscribió en la Euroliga 2000-2001 aquel año raro del cisma. En ella también estaban el PAOK, el AEK y el Olympiacós. El Panathinaikós y el Iraklís optaron por jugar la Suproliga.


Por segundo año consecutivo, el club acertó con los refuerzos. El base Byron Dinkins llevaba desde 1995 en Grecia, donde había vestido las camisetas del Panionios, del Panathinaikós y del Iraklís. Una garantía que había justificado el sueldo año tras año. Para sustituir a la pareja Meek-Abad, llegaron el danés Michael Andersen, pívot de 2,13 que había jugado en el AEK, y Aleksey Savrasenko, eterno pívot ruso de 2,18 que llegó jovencísimo al Olympiacós y jugaba como cedido. Otros jugadores menos conocidos completaban el roster, como el portugués Fabio RibeiroAlexis Papadakos, medalla de oro en el Mundial Júnior de Atenas de 1995, se unía a la causa en el puesto de base.

La temporada 2000-01 fue la mejor de Alphonso Ford y del Peristeri de Pedoulakis.


En la Euroliga el equipo debutó en Madrid ganando por todo lo alto al Estudiantes de Pepu HernándezCarlos Jiménez y Alfonso Reyes (86-91). Ford metió 35 puntos con 7 de 11 en tiros de dos y 5 de 7 en triples. Tsartsarís anotó 16 puntos y Dinkins 13.

En la segunda jornada derrotó con grandes problemas al Lugano suizo, días después de haber ganado al PAOK en la liga. Quizás el mérito más grande de aquella temporada fue la de aguantar con opciones hasta el final en las dos competiciones.

El Zalgiris derrotó al Peristeri en la tercera jornada en Atenas (74-92), pero los de Pedoulakis se rehicieron la semana siguiente ganando al Zadar fuera de casa (79-92).

De nuevo con Ford -23 puntos- y Dinkins -19 puntos- dominantes, el Peristeri sorprendió a la Fortitudo de Fucka y Meneghin –aquel día no jugaron ni Myers ni Vrankovic-.

En la segunda vuelta, el Peristeri logró una nueva victoria contra el Estu y contra el Lugano, y otra nueva derrota contra el Zalgiris (92-73).

La primera plaza del grupo se la jugaron el Peristeri y la Fortitudo en Bologna. Los italianos ganaron 71-69 con 14 puntos de Basile y otros 14 de Fucka –Ford metió 24 y Dinkins 21-. Las dos derrotas contra el Zalgiris pesaron como una losa en la clasificación.


El Peristeri acabó segundo de grupo por detrás del PAF de Bologna con 7 victorias y 3 derrotas. Quedó por delante del Zalgiris y del Estudiantes. Pero el cruce contra el TAU, tercero del grupo B, resultó fatídico. Los de Dusko Ivanovic se impusieron en Atenas por 79-81 con una gran actuación de Strombergas y de Fabricio ObertoFord anotó 41 puntos y cogió 9 rebotes en el primer partido, pero un triple del llituano a falta de 4 segundos decidió el choque. El TAU definió la eliminatoria en Vitoria y no dio opción (81-68). Un sobresaliente para los de Pedoulakis a pesar de la derrota. Aquel año el equipo vitoriano echó a tres de los cuatro equipos griegos, siempre con desventaja de campo (PeristeriOlympiacós y AEK).

El excelente rendimiento del equipo no era casual. En la liga, el torneo de la regularidad, el Peristeri alcanzó la segunda plaza. Igualó a victorias al PAO (22-4), pero los verdes lograron el primer puesto por la diferencia de puntos (83-74 en el OAKA y 66-61 en la pista del Peristeri).


En semis el Peristeri se enfrentó al Olympiacós de Ilías Zouros. En el primer partido, Ford anotó 43 puntos y superó a Rivers (29), pero se lió parda cuando un empleado del club saltó a la cancha y fue directamente a por Milan Tomic. Los rojiblancos acabaron imponiéndose por 83-85 en medio de un gran follón. Pedoulakis cargó contra los árbitros de mala manera pero no hubo nada que hacer. Los de Zouros se imponían también en el SEF por 73-65 y dejaban al Peristeri fuera de la final.

Lamentablemente, los de Argyris Pedoulakis fallaron también en la liga el día clave, como contra el TAU. A la gran temporada amarilla le faltó algún triunfo de campanillas al final. Quedan los dos triunfos contra el Estudiantes y la victoria en casa contra el PAF de Bologna (83-70).

Alphonso Ford se proclamó máximo anotador de la liga con 23,7 puntos de media y de la Euroliga con 26. Además, ganó el premio MVP de la competición doméstica.

La tercera plaza supo a poco, pero con los años podemos hablar de temporada histórica.

Pedoulakis ganó el premio a entrenador del año que luego repetiría en 2003. Ford fichó por el Olympiacós, con el que volvería a proclamarse máximo anotador de la liga y de la Euroliga. El Peristeri volvería a la Euroliga, pero sin Alphonso no haría un buen torneo a pesar de ganar en el Palau Blaugrana por 73-77.


El americano fue el máximo anotador de la liga griega las cuatro veces que la jugó, una con el Papagou, una con el Sporting, dos con el Peristeri y una con el Olympiacós. Ganó el MVP en la temporada 2000-2001 y fue el máximo encestador de la Euroliga en los cursos 2000-2001 y 2001-2002. Con el equipo marinero ganó la Copa de Grecia, pero no la liga. En el cuarto partido de la serie contra el AEKSubotic dejó a Ford fuera del equipo en una decisión que todavía hoy nadie se explica. Los de Sakota remontaron la eliminatoria en uno de los finales ligueros más increibles de la historia. Vídeo de Ford el día que metió 34 puntos en Málaga.

Ford todavía jugaría dos grandes años en Italia antes de dejar el baloncesto definitivamente. La enfermedad avanzaba inexorablemente. Bonito video de homenaje. 

La Euroliga decidió homenajearle tras su muerte, a los 33 años –en 2004-, concediendo el premio Alfonso Ford al máximo anotador de la misma.


Para saber cómo jugaba Ford, lo mejor es ver alguno de sus vídeos. Las imágenes hablan por sí mismas y los comentarios de los periodistas ilustran perfectamente las sensaciones que transmitía al espectador. Era rapídisimo, tenía una suspensión privilegiada y una mano que era “pura seda” (Ramón Trecet dixit). Incluso nos quedaríamos corto si sólo dijéramos que Alphonso era una máquina anotadora, porque además daba asistencias y entendía el juego como pocos. Intuía donde iban a ir esos balones sin dueño y se anticipaba en defensa porque sabía perfectamente que la bola acabaría ahí. Un portento físico capaz de jugar también cerca del aro de espaldas. Un atleta. Pensar por lo que tuvo que pasar, tratarse, parar, reengancharse, etcétera, emociona. ¿Dónde hubiera llegado Alphonso Ford de no haber sido por la enfermedad? 

jueves, 3 de marzo de 2016

Personalidades de la 2ª y de la 3ª dinastía verde.

Quinteto de 1967: Panagiotarakos, Peppas, Kolokithás, Chaikalis y Politis.

Creo oportuno dar una pincelada sobre algunas de las personalidades más importantes de la Segunda y de la Tercera Dinastía antes de seguir adelante. Son gente de club que, como sucedió con muchos miembros de la Primera Dinastía, acabarían vinculados a la entidad, bien en puestos directivos, bien trabajando desde la base. 

Panos Koukópoulos.

Panos (Panagiotis) Koukópoulos (1946-1963) jugó 17 temporadas en el Panathinaikós. Jugaba de alero bajo y es considerado un “jugador de entre épocas”, puesto que unió la Primera Dinastía con la Segunda. En las dos últimas temporadas ejerció de capitán y de entrenador-jugador. Ganó 5 ligas griegas, la primera y la última de las cuales con 12 años de diferencia (1950, 1951, 1954, 1961 y 1962). Fue 8 veces internacional en la temporada 1959-1960. Para darse cuenta de la calidad de nuestro protagonista cabe destacar que Panagiotis, conocido como El Soldado, estuvo a punto de fichar por la Virtus de Bologna en 1956, aunque al final el PAO no accedió al traspaso. Recordemos que hubo griegos que jugaron en clubes italianos importantes en aquella época, como Faidon Mathaiou o Kostas Mourouzis. Compaginó jugar con la primera plantilla con entrenar al Aminta y al Tifón de Atenas a finales de los 50.

Vasilakopoulos y su pelazo cuando era entrenador del equipo juvenil.

Giorgos Vasilakópoulos (1958-1967) empezó su carrera en el Peiraikós de El Pireo. Jugaba de alero y su principal cualidad era la inteligencia en la pista. En paralelo a su carrera como jugador, estudió economía sacando unas notas excelentes. Con el PAO ganó 3 ligas (1961, 1962 y 1967) y al dejar la práctica activa entrenó al PAO juvenil, al Ethnikós, al Ionikós de Nikea, al Ionikós de Nea Filadelfia y al Panionios. También ejerció de árbitro durante un tiempo. Fue escalando en puestos directivos e inicio su carrera europea en los despachos, que culminó con la presidencia de la FIBA Europa, aunque eso no nos interesa en estos momentos. Estuvo metido en política con el PASOK y llegó a Presidente de la Federación Griega de Baloncesto. Sin Vasilakópoulos el baloncesto griego no hubiera llegado hasta donde lo ha hecho. Su incansable trabajo en los despachos, a veces no demasiado reconocido, dio sus frutos. Quizás otro día me anime a escribir sobre su figura, discutida por muchos, pero fundamental.

Dos grandes: Michalis Kiritsis y Apóstolos Kontos.

Michalis Kiritsis (o Kyritsis) (1958-1973) jugó en todas las categorías del club hasta llegar al primer equipo. Ganó 4 ligas (1967, 1969, 1971, 1972). Entre 1969 y 1973 compaginó la práctica del baloncesto con sus estudios en la Universidad de Montclair de Estados Unidos. Entrenó al PAO la temporada 1977-1978 y luego al Panellinios, al Olympiacós y al Panionios, antes de regresar a los verdes para ejercer como entrenador 3 temporadas (1983-1986). Ganó la liga de 1984 y la Copa de 1986. Después de entrenar al Panionios, Aris y al AEK, todavía entrenaría por tercera vez al PAO en la temporada 1996-1997, cuando llegó en sustitución de Maljkovic. Siguió entrenando a otros clubes y siempre se ha mantenido vinculado al baloncesto. Su hijo llegó a formar parte de la primera plantilla verde en 2011. Llegó a entrenar en Livingston desde 1974 a 1978 y fue el que convenció a Stergakos para que fichara por el Panathinaikós. Una vez retirado, fue profesor universidario de Educación Física, secretario general del PAOK, de la ESAKE y Presidente de la asociación de entrenadores. Kiritsis es, sin duda, otra de las eminencias del baloncesto verde.

El cuarto que quiero resaltar es Petros Panagiotarakos (1961-1973), alero que destacaba por su tiro en suspensión. Procedía de las categorías inferiores del club y toda su carrera deportiva la pasó en el Panathinaikós. Lucía el número 12 en la camiseta y ejerció de capitán durante varios años. Ganó 6 ligas: 1962, 1967, 1969, 1971, 1972 y 1973. Fue internacional con Grecia en 54 ocasiones, destacando su participación en el Eurobasket de 1965, en los Juegos de los Balcanes de 1962, 1963, 1964 y 1966, y en los torneos preolímpicos de 1964 y 1968. Un detalle curioso sobre Panagiotarakos es que nunca fue expulsado. Falleció de un ataque al corazón en 1999 a los 56 años.
El alero tirador Andreas Chaikalis (1961-1974) llegó al PAO procedente del Aris de Atenas. También era pretendido por el Olympiacós, pero al final el Panathinaikós se llevó el gato al agua pagando 18.000 dracmas y 2 partidos amistosos. Ganó 6 ligas. Logró traer a Dimitris Kokkolakis al club verde, entre otras muchas cosas.Fue 49 veces internacional, disputó los Eurobaskets de 1965, 1967 y 1969 y los Juegos de los Balcanes de 1966 y los Juegos del Mediterráneo de 1967, además de un torneo preolímpico (1968). Jugó también en el Panellinios, en el Ethnikós y en el Milonas, además del equipo de las Fuerzas Armadas. Era policía de profesión.

El Panionios rompió relaciones con el PAO por el fichaje de Peppas por los verdes.

El pívot Thanasis Peppas (1964-1972) debutó en el Atikós y siguió su carrera en el Panionios. Fue “reclutado” por el PAO para jugar un amistoso en Egipto y acabó fichando por los verdes. Evidentemente, hubo problemas entre los clubes por este hecho. Ganó 4 ligas (1967, 1969, 1971 y 1972). Como internacional, jugó 5 Juegos de los Balcanes, un torneo preolímpico en 1964 y el Eurobasket de 1969.

Kokolakis, Koronaios, Politis, Stergakos, Vidas y Kontos.

Kostas Politis (jugador: 1962-1971 y entrenador: 1978-1982 y 1993-1994) merece un post a parte. Sin embargo, se merece que resaltemos aquí parte de su extenso currículum. Como jugador trébol ganó 3 ligas (1967, 1969 y 1971) y llegó a la semifinal de la Recopa en la temporada 1968-1969. Como entrenador verde, ganó 3 ligas (1980, 1981 y 1982) y 2 Copas (1979 y 1982). Fue internacional en los Eurobaskets de 1961, 1965 y 1967, y en los Juegos del Mediterráneo de 1967. En 1964 disputó el preolímpico y los Juegos de los Balcanes. Politis fue un gran alero. Tenía mucha clase y era un destacado anotador. A veces se olvida la carrera de Politis como jugador injustamente. Que los logros conseguidos desde el banquillo no nos cieguen la vista. La faceta más conocida del personaje, por supuesto, es la de entrenador. Tras dirigir al combinado nacional entre 1983 y 1988, regresó al PAO, al que dirigió en la temporada 1993-1994 y al que consiguió llevar al equipo a la Final Four de Tel Aviv. Dirigió a Grecia en el Eurobasket de 1983, en el Mundobasket de España y en el glorioso Eurobasket de Atenas de 1987. Dirigió también al PAOK, al AEK y al Near East, con los que no logró títulos.

Kolokithás y Sfairópoulos.

Giorgos Kolokythas (1965-1971) es otro de los protagonistas que merece una entrada a parte. Empezó su carrera en el Sporting, donde se convirtió en el máximo anotador de la liga (1964). Ganó 4 ligas con los verdes en los 6 años que estuvo y fue dos veces más máximo anotador del torneo (1966 y 1967). Jugó 90 partidos con la Selección, 25 de los cuales en Campeonatos de Europa, con un promedio de 19,7 puntos. En el Eurobasket de 1967 se proclamó máximo anotador del torneo con un promedio de 22,9 y en el de 1969 también con uno de 22,7. Se retiró prematuramente por lesión, pero siguió vinculado al baloncesto como miembro del staff técnico de la Federación. Falleció en 2013. 

Kostas Mourouzis dando instruccciones.

Como Vasilakopoulos, Politis y Kolokythas, Kostas Mourouzis será otro de los que tendrá su post particular. A diferencia del resto, Mourouzis nunca fue jugador del equipo del trébol. Tampoco lo fue del Olympiacós como a veces se piensa. El Zorro sólo jugó en el Tritón y en el Tzira de Bologna, donde fue el máximo anotador de la liga italiana en 1956. Después de su retirada, empezó su carrera como entrenador. Ficha por el club verde en la temporada 1966-1967 y gana la liga. Le seguirán 5 triunfos ligueros más (1969, 1971, 1972, 1973 y 1974). Dirigió al equipo nacional en el Eurobasket de Barcelona de 1973. En total se sentó en el banquillo de la blanquiazul 40 partidos. Después entrenó al AEK entre 1974 y 1977, y al eterno rival entre 1976 y 1979. En la temporada 1986-1987 regresó al banquillo verde, que pasaba por una crisis muy fuerte de juego y resultados, aunque no consiguió cambiar el rumbo.

Quinteto de la temporada 1971-1972: Iordanidis, Peppas, Kolokithás, Kerkland y Kefalos.

El escolta Christos Iordanidis (1968-1979) ganó 6 ligas con los verdes con unos promedios de anotación más que notables. Fue internacional junior, absoluto y miembro del equipo de las Fuerzas Armadas. Con Grecia disputó tres Juegos de los Balcanes entre 1971 y 1974, además del Eurobasket de Barcelona y preolímpico de Turquía de 1972. Entre 1979 y 1982 jugó en el Olympiacós. Si fichaje fue muy polémico porque se marchó al eterno rival sin el consentimiento del PAO. Empezó su carrera como entrenador en 1974, llevando al Ionikós de Nikea. Esa temporada, además de ganar el título liguero como jugador verde, consiguió el ascenso a la máxima categoría con el Ionikós, donde empezaba a despuntar Panagiotis Giannakis. También entrenó al Marousi en 1977, al que también ascendió a primera, y al Panellinios. Desde 1982 hasta 1988 trabajó para la Federación como entrenador de categorías inferiores y ayudante del seleccionador absoluto. Entre 1989 y 1991 dirigió al Panathinaikós. Fue el descubridor y el que hizo debutar a Frangiskos Alvertis con el primer equipo.

Apóstolos Kontos.

Apóstolos Kontos (1969-1983) jugó un año en el Ionikós de Nea Filadelfia antes de recalar en el PAO, equipo en el que jugó hasta 1983. Kontos ganó 9 ligas y 3 Copas de Grecia antes de marcharse al AEK, donde jugó hasta 1987. Al parecer, disconforme por el número de minutos disputados en la final de copa, decidió abandonar el club. Se retiró a los 39 años. Fue entrenador del AEK en la temporada 1993-1994. Con Grecia anotó un total de 1.114 puntos. Disputó los Eurobaskets de 1973 y 1975. Sin lugar a dudas, Kontos fue un alero adelantado a su época. Era fuerte, tenía un gran tiro exterior y una muy buena visión de juego. Se convirtió en uno de los pilares de la tercera dinastía.

Kokolakis a una mano contra el Aris en 1974.

El center Dimitris Kokolakis (1969-1983) medía 2,15 y fue el pívot titular de los verdes un montón de años. Empezó a jugar tarde, pero trabajó duro y llegó lejos. Ganó 9 ligas y 3 Copas con los verdes antes de fichar por el Aris de Salónica, club con el que ganó 3 ligas más y otras 2 Copas. Kokolakis fue 178 veces internacional, anotando en total 1.280 puntos. Defendió la blanquiazul desde 1974 hasta 1986. Jugó en los Eurobaskets de 1975, 1979, 1981 y 1983. Se colgó el oro en los Juegos de los Balcanes de 1979, la plata en 1983 y 5 bronces. Además, ganó muchas medallas con el equipo de las Fuerzas Armadas. Kokolakis es uno de los mejors pívots de la historia del baloncesto griego.

Koronaios y Galis en portada.

El base Takis (Panagiotis) Koronaios (1968-1986 y 1989-1990) ganó 11 ligas y 3 Copas, en las que jugó siempre un papel protagonista. Regresó al club de su vida en 1989 tras un año en el PAOK y dos en el Panionios. Dirigió a varios equipos de Atenas desde el banquillo (Marousi, Dafni, Near East...), incluído el Panionios y el Panathinaikós femenino. Debutó en 1970 con la Selección juvenil y en 1975 con la absoluta. Disputó 150 partidos en los que anotó un total de 1.832 puntos. En 1999 jugó un amistoso a los 46 años contra los Países Bajos. También fue internacional con el equipo de las Fuerzas Armadas, con el que ganó 3 platas en campeonatos mundiales. Ganó el oro en los Juegos del Mediterráneo y en los Juegos de los Balcanes 1979, la plata en los Balcánicos de 1972 y el bronce en 1974, 1976, 1980 y 1981. La irrupción de Nikos Galis y Panagiotis Giannakis dejó a Koronaios fuera del combinado nacional. El jugador verde, líder absoluto del conjunto verde, no encajaba en un equipo en el que Nikos y Panagiotis se repartían todos los minutos. Junto con Kefalos, Kokolakis y Kokolakis formaban el famoso póker de las 4 kas.  

Christos Kefalos.

Christos Kefalos (1969-1978), en palabras del periodista Filipos Syrigos, era “el mejor jugador del equipo”. Nacido en Philadelphia, su padre era de Icaria y su madre italiana. Probablemente Kefalos era el mejor base de la época junto con Steve Giatzoglou. Fue compañero de Earl Monroe en Philadelphia, donde compaginaba baloncesto y béisbol. Debía hacerlo bien porque llegó a la final del campeonato de la ciudad en ambos deportes. Pasó de jugar de alero a hacerlo de base en la Universidad de Temple. Desgraciadamente, sufrió una lesión muy grave con fractura del disco, que le obligó a jugar con un cinturó ortopédico el resto de su carrera. Los Seatle Supersonics le ofrecieron un contrato, pero el prefirió dedicarse a hacer de maestro para de paso evitar ir a la Guerra del Vietnam. Cuando terminó la Guerra, volvió al baloncesto para jugar en una de las ligas menores. En un torneo en Boston, directivos del PAO lo presionaron para fichar por el equipo. Mourouzis convenció a Mathaiou para que lo seleccionase con Grecia y así convencerlo definitivamente. Con los verdes, Kefalos conquistó 6 ligas, 5 de ellas seguidas. Entrenó al PAO y ganó la Copa en la temporada 1982-1983. También entrenó al Ilysiakós.

Memos Ioannou.

Memos (Agamemnon) Ioannou (1974-1990) es uno de los bases que más temporadas ha jugado en el club verde. Ganó 6 ligas (1975, 1977, 1980, 1981, 1982 y 1984) y 4 Copas (1979, 1982, 1983, 1986) antes de irse al PAOK, con el que ganó una Recopa (1991), algo que repitió con el Aris (1993). Formó parte de la Selección campeona de 1987 y también de la que participó en el Mundobasket de Argentina de 1990. Su carrera como entrenador la empezó en el Aris (1993-1994) y luego continuó en Chipre, donde conquistó 4 ligas seguidas (2 con el APOEL y 2 con el Keravnós). Después entrenó al Ilysiakós y al Panionios, al que llevó a la tercera plaza en la liga. 

David Stergakos.

David (Nelson) Stergakos (1978-1991) jugaba de 4 y lo hacía de maravilla con la zurda. Llegó el mismo año que había sido seleccionado en el Draft de la NBA. Conquistó 4 ligas (1980, 1981, 1982  y 1984) y 3 Copas (1982, 1983 y 1986). Fue 65 veces internacional. Disputó el Eurobasket de Zagreb de 1989 y el Mundobasket de Argentina de 1990. Fue entrenador del Zografos, del Milonas y del Papagou y ejerció de mánager del AEK y del Panathinaikós el año que el club ganó la Euroliga de 1996.

Kyriakos Vidas.

Kyriakos (Kirk) Vidas (1980-1986) era un escolta griego-americano con bigotillo de una clase extraordinaria. En 6 temporadas ganó 4 ligas y 3 Copas. Fue internacional con Grecia en 46 ocasiones y participó en el Eurobasket de 1981 y en los Juegos de los Balcanes del mismo año. Antes de retirsrse y volver a Estados Unidos, jugó en el Ilysiakós.

Liveris Andritsos.

El pívot Liveris Andritsos (1982-1992) medía 2,02 y jugaba en la posición de 4. Llegó procedente del Esperos de Kalithea. Con los verdes ganó una liga y 2 Copas. A su retirada, era el máximo anotador del PAO de toda su historia. Disputó los Eurobaskets de 1981, 1983, 1987 (oro) y 1989 (plata), y los Mundobaskets de 1986 y 1990. Andritsos vivió en primera persona el final de la Tercera Dinastía y le tocó sufrir la peor época, cuando surgieron los dos colosos del norte del país. Eso sí, formó parte del equipo nacional en una época fantástica, aportando tangibles e intangibles desde el banquillo. 

Giorgos Skropolithas.

Un clásico de la época fue el base Giorgos Skropolithas (1983-1992), un jugador de equipo que siempre se mantuvo en segundo plano. Llegó procedente del Olympiacós, donde había jugado desde 1980 hasta 1983. En la 9 temporadas que estuvo en el club, ganó una liga y una Copa. Se retiró en 1992 y empezó su carrera como entrenador. Entre otros, ha entrenado al PAO femenino y a la Selección de las Fuerzas Armadas. No llegó a jugar con la Selección absoluta.


Otros tres jugadores que jugaron varios años en el club, pero que apenas consiguieron títulos, fueron Argyris Pedoulakis (1986-1992 y entrenador entre 2012-2014), Argyris Papapetrou (1985-1994) y Dimitris Diamakópoulos (1986-1992). Ni Pedoulakis ni Diamakópoulos ganaron ningún título y Papapetrou sólo la Copa de 1986. Pedoulakis ganó una liga y una Copa como entrenador verde y jugó el Mundobasket de España de 1986. El hijo de Argyris Papapetrou juega actualmente en el Olympiacós. Son jugadores de “entre guerras” que no pertenecen a ninguna generación triunfal.