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lunes, 12 de septiembre de 2016

El partido perfecto.


Han pasado ya 10 años desde aquel 1 de septiembre de 2006, el día en el que Grecia derrotó a Estados Unidos por 101-95 en la semifinal del Mundobasket de Japón. Theodorís Papaloukás lo ha definido como “el partido perfecto”. Sin dudarlo, la victoria más importante de la historia del baloncesto griego, por encima de las finales de El Pireo del 87 y de Belgrado en 2005, donde Grecia se colgó el oro en el Eurobasket.

Iturriaga lo definió perfectamente durante la retransmisión: “ha ganado el baloncesto”. Aquel día ganó el baloncesto, ganamos todos.

Que un equipo juegue el partido perfecto el día D es lo máximo y supone que cada uno de los jugadores haya rozado la perfección. Así fue. Todo salío clavado.

Juntar a la mejor generación, que llegue en el momento de forma extacto, que el entrenador acierte en todo y que no haya movidas internas durante los días de concentración no es fácil. Cuando todas estas cosas se juntan y el grupo se convierte en una familia, en una piña, surge la magia. Nosotros llevamos 10 años de magia y sabemos perfectamente lo que es eso de estar una década (¡!) en una nube. Grecia tuvo dos años fantásticos y luego empezó el retroceso hasta llegar donde estamos ahora.

El partido perfecto se divide en tres partes claramente diferenciadas.

Desde el principio hasta el 23-33 para Estados Unidos.

La primera parte es la de tanteo, cuando se estudia al otro púgil. El equipo no sale intimidado, pero sí tímido. Forman Diamantidis, Chatzivrettas, Kakiouzis, Fotsis y Papadopoulos. Quinteto emimentemente defensivo contra Joe Johnson, Hinrich, Carmelo Anthony, Lebron James y Elton Brand.


Un inciso sobre el quinteto titular: Diamantidis, Chatzivrettas y Papadopoulos habían coincidido en el Iraklís pocos años atrás junto con Lefteris Kakiousis, ayudante de Giannakis, y Big Sofo, que saldría luego en plan abusón. Recuerdo que en los azules de Salónica, 3D “sustituyó” a Chatzivrettas como líder cuando éste se fue al PAO. Luego también se irían Dimitris y Papadopoulos seducidos por Obradovic. Lázaros y Fotsis son íntimos amigos y jugaban en el Dynamo de Moscú, donde habían coincidido después de compartir verstuario en el PAO y en las categorías inferiores de la Selección.

Con esto quiero decir que aquella Selección era un grupo que se conocía desde hacía años. Kakiouzis, que ejercía de padre de todos aquellos jugadores, había ganado el Mundobasket júnior de 1995 con Rentziás en Atenas y la liga griega en 2002 con Zisis y Dikoudis, piezas importantes del equipo. Bourousis, que había levantado el oro en el Eurobasket de Belgrado, era el cuarto miembro de aquel AEK campeón pero se quedó fuera de los 12 por la irrupción de Schortsanitis.

La Selección no era un bloque exclusivo Olympiacós-Panathinaikós, ni siquiera PAOK-Aris, que apenas tenían presencia (sólo Vasilopoulos, de la cantera del PAOK), sinó un poco de todo con preponderancia de jugadores formados en el Iraklís y en el AEK.

Estados Unidos domina los primeros minutos, más por tímidez griega que por juego. Lebron y Carmelo Anthony son imparables a la carrera, y si Brand, después Howard o Bosh, consigue recibir debajo, no hay nada que hacer. Papadopoulos estrena el marcador griego con su típica jugada de espaldas y su medio gancho.

Grecia se dedica a hacer lo que sabe hacer. Trata de leer la defensa y mover con tranquilidad la bola hasta que ésta le llegue al interior. Pese a la superioridad física y a las primeras ventajas en el marcador, los americanos no consiguen romper. En el correcalles, Lebron y Anthony se mueven como peces en el agua.


Os recomiendo que veáis el partido ahora y lo vayáis parando. Hasta las faltas de Grecia están bien hechas, salvo una o dos. Cuando Lebron o Carmelo van hacia al aro con cara de machacar, el defensa no arriesga y se abre. Los griegos sueltan el remo cuando toca, casi siempre antes de que el americano se levante. Diríamos que son faltas tácticas, pero no antideportivas.

El primer cambio de Grecia es el de Schortsanitis por Papadopoulos, que comete la segunda falta. Hasta en eso Grecia está de enhorabuena porque los cambios forzados salen bien.  

Desde el inicio se ve que el pick and roll frontal va a marcar el devenir de los acontecimientos. Papadopoulos prefiere recibir de espaldas, mientras que Sofo o Dikoudis lo harán con ventaja de cara al aro. No importa quién esté en la pista que siempre se empieza por ahí.

Lázaros no sólo amenaza en la pintura por su corpulencia sinó que además genera espacios desde el poste bajo. Recuerdo que aquel fue posiblemente el último gran partido de Papadopoulos. Desde entonces hasta su retirada, cuesta abajo.

La obsesión de Grecia es no dejar correr y evitar segundas opciones. Los cinco cierran el rebote y van acumulando faltas. El partido griego en ataque no es fluido, pero suma gracias a los tiros libres. Giannakis no permite que Estados Unidos corra.

Entra Sofo a falta de 5:36 y Chris Paul por Hinrich. Horroroso Hinrich todo el partido a pesar de algunos triples.

La primera canasta de Spanoulis es un triple a tabla. 

Entra Papaloukás a falta de 2:35. Recordemos que tanto en el CSKA como en la Selección Theo siempre entraba con el partido empezado. Salía a la pista sabiendo cómo estaba la cosa y hacia adónde tenía que ir el partido. Era titular saliendo desde el banquillo.


Por primera vez coinciden en pista Spanoulis, Papaloukás y Diamantidis, que se reunen en el centro y comentan la jugada.

Con los mejores minutos de Dwight Howard Estados Unidos se escapa ligeramente. El fibrado pívot anota prácticamente todas sus canastas del mismo modo, de mate tras rebote ofensivo. No le meten ningún balón y no es capaz de generar él la canasta, pero aporta dureza y puntos.

Los griegos van repartiéndose las faltas. A pesar de que los Estados Unidos van por delante, parece que Grecia controle la situación, o por lo menos consigue que el choque no se desmadre. Se juega a lo que quieren los helenos incluso cuando los americanos dominan el marcador.

El primer cuarto termina con 14-20 en el marcador para Estados Unidos y la sensación de que hay partido. Eso sí, los de Giannakis tendrán que mejorar en ataque.

El equipo de Giannakis se pone en zona 2-3 en el segundo cuarto. La nueva defensa funciona a pesar de que Grecia la haya utilizado muy poco durante el campeonato. Coach K no reacciona.

USA no trabaja la zona en ataque. Dos pases y a barraca. Reina la anarquía. Jugadas demasiado individuales y tiros sin tener la posición cogida. Parece mentira que los americanos no vean que la defensa griega debe atacarse de otra manera.

Lázaros Papadopoulos comete la tercera personal –en ataque muy dudosa- a falta de 6:45, pero Giannakis lo mantiene en pista y anota el siguiente ataque. Con 23-33 y 5:39 por jugar vuelve Sofo.

Con 23-33, Papaloukás nos enseña lo que va a ser el partido de ahí en adelante con una asistencia colosal a Sofo, que sin embargo falla el mate. A la contra, Chris Paul en lay up recibe un tapón descomunal de Diamantidis. Es justo en ese momento en el que Grecia se mete de lleno en el partido. Si Estados Unidos se hubiese ido de 15 puntos o más antes del descanso, probablemente el partido hubiera ido de otra manera. El tapón de Diamantidis, que muchos destacan todavía hoy como punto de inflexión, marca el inicio de la remontada. En el siguiente ataque, con 4:47 por jugar, Hinrich, un amigo, nos regala tres tiros libres. Empieza el segundo tramo del choque.

Desde el tapón de Diamantidis hasta que Grecia falla su primer ataque del tercer cuarto.

La segunda parte es la de la prefección, que empieza con un parcial de 9-0 que aprieta el marcador (30-33). Si USA falla desde fuera y Grecia consigue cerrar el rebote, el partido se decantará del lado heleno, aunque queda mucho por jugar.


La conexión Papaloukás-Schortsanitis es la belleza, el baloncesto. El base sabe exactamente donde están colocados los 10 jugadores en el parqué. Sofo pasa de ser un tráiler imparable a una bailarina en pocos segundos. Asistimos a los mejores minutos de Schortsanitis en toda su carrera profesional.

Las asistencias de Theodorís son las que enseñan en los colegios, fuertes, directas y verticales. Si las corta el defensor, que se rompa el dedo. Es el momento de Schortsanitis, que mete cuatro seguidas sin que los interiores americanos puedan hacer nada. El traje que le hace Sofo a Bosh es tremendo, pero lo de Papaloukás es brutal, dotando al juego griego de la verticalidad y profundidad que no había tenido hasta entonces, destrozando a la defensa americana. Acompañan Spanoulis y Diamantidis. Momento orquesta. Todos perfectamente afinados. Sinfonía. Grecia se pone por delante 43-38 y sigue haciendo bien las faltas. Estados Unidos no encuentra el ritmo que le conviene en ningún momento. Chris Paul no puede con Papaloukás, que nos regala una extensión maravillosa. 

El descanso llega cuando mejor están los griegos, que dominan 45-41 y van lanzados. ¿Les cortará el ritmo?
Pues no, los griegos salen concentradísimos y acertadísimos tras el descanso. No fallan ningún ataque en muchos minutos. Es asombroso porque anotan prácticamente todos, de dos, de tres, no importa. Es un festival ofensivo extraordinario. Los Estados Unidos están desbordados. Cuando no es Fotsis es Diamantidis o Spanoulis. Por momentos, los yankees parecen un equipillo. Tácticamente, no vemos ninguna variante, nada que contrarreste el brillante juego europeo.


Sofo mete incluso las que se le escapan. Los pívots americanos siguen en la luna. El pívot comete la tercera falta cuando quedan 7:18 y Giannakis opta por la dupla Fotsis-Tsartsarís.

Grecia se pone 9 arriba pero con la sensación de que son más. La diferencia crece: 62-50. Los USA saben que les va a costar mucho. El marcador pesa como una losa. Grecia se sabe superior. Entra Dikoudis a faltas de 6 minutos.

Tal es el grado de confianza que Diamantidis se juega un triple en la cara de un defensor y lo anota, al que le sigue otro de Tsartsarís. Entra todo y Grecia se va de 14. El dominio del tempo del partido es absoluto. Dikoudis, excelente, se une a la fiesta con varias canastas seguidas.

Desde finales del tercer cuarto hasta el final del partido.

La tercera parte del choque empezaría a falta de unos 3 o 4 minutos para finalizar el tercer cuarto, cuando Grecia falla su primer ataque de todo el cuarto. Los helenos atacan mirando el reloj. Baloncesto inteligente de unos contra chispazos de otros.

Todo ha cambiado. Dos cuartos después de un primer cuarto titubeante, Grecia sabe que va a ganar el partido y Estados Unidos que lo va a perder.

Dikoudis trabajando de barrendero no tiene precio. Parece que nadie contaba con él.

Grecia falla un ataque cuando quedan 3:30, pero todo está bajo control. Diamantidis y Papaloukás manejan el tiempo como nadie. Sólo el público parece creer en una posible remontada americana. Las caras de los americanos son todo un poema.

Después del momento de Dikoudis llega el momento de Kakiouzis, que remata la faena. Al capitán no le tiembla el pulso, pide la bola y se la juega. Es una garantía en los tiros libres.

Me gusta pensar que parte del tercer cuarto y todo el último son un homenaje al baloncesto griego de siempre, aquel defensivo que jugaba con el reloj y no permitía al rival sacar la cabeza. El tercer cuarto termina con 77-65 para Grecia.


USA sigue sin entender la zona de Giannakis. Kakiouzis y Spanoulis toman el relevo. Grecia sigue parando el juego con faltas.

Nunca veremos a Estados Unidos jugar con tanta impotencia. Querer y no poder. Hinrich hace una falta antideportiva a Schortsanitis que no es más que la clásica falta de la frustración y que define perfectamente lo que sienten los americanos.


Spanoulis toma la responsabilidad cuando el balón quema. Giannakis lo había tenido en el Marousi y se iba ese verano a Houston. El de Lárisa hace una demostración prodigiosa de como seccionar la yugular. Una de sus primeras exhibiciones.

El baño táctico descomunal. Se enfrentan un baloncesto acedémico que sabe lo que quiere y uno callejero que es incapaz de leer. Grecia mete canastas con sentido, mientras que Estados Unidos lo hace por fuerza.

El carrusel de faltas y de tiros libres no hace otra cosa que alargar la agonía de unos y saborear mejor la victoria a los otros. La hazaña griega todavía la recordamos hoy, no sólo por extraordinaria, sinó por la manera como se logró el triunfo, jugando maravillosamente bien al baloncesto.

Para Estados Unidos aquello supuso un antes y un después. Desde entonces, y ya han pasado 10 años, no han perdido en partido oficial. Grecia tocó el cielo con las manos. Mantener el nivel era imposible y llevamos 10 años en franca decadencia. Costará mucho volver a vivir algo similar.


Acabamos con el uno por uno de aquellos héroes.

Dimitris Diamantidis estuvo excelente, tanto en defensa como en ataque. Jugó 39 minutos en los que anotó 12 puntos con muy buenos porcentajes, cogió 3 rebotes, dio 5 asistencias, metió un tapón y robó 2 bolas. 3D fue el que más jugó, pero no el que más brilló. Sin embargo, su trabajo defensivo en la zona fue fundamental, con esa actividad de brazos y manos.

Nikos Chatzivrettas salió de titular pero acabó jugando sólo 12 minutos. Un robo y un mate fueron su escasa aportación aquel día, aunque su labor defensiva siempre fue encomiable.

Vasilis Spanoulis anotó 22 puntos en 30 minutos, con 6/10 en tiros de campo. Su importancia en ataque fue creciendo a medida que avanzaba el partido. Nunca rehusó de la responsabilidad y supo escoger el momento preciso para lanzar. Un valiente que demostró a los americanos que podía jugar en la NBA. Una pena que los Rockets no lo supieran ver.


Theodorís Papaloukás nos regaló un clínic. En 33 minutos anotó 8 puntos, cogió 5 rebotes y dio 12 asistencias. Repartió juego de forma magistral sin perder nunca de vista el aro. Supo qué hacer en cada momento, corriendo cuando había que correr y frenando cuando había que frenar. Dio una lección a los bases americanos. Su visión del juego y la manera de manejar los tiempos hacen de aquel uno de sus mejores partidos de siempre.

Nikos Zisis no jugó por lesión, pero Nikos también juega. “Sentí como si hubiera jugado”, dice. Estuvo en el banquillo con su ojo morado y su rodilla chunga secando el sudor de sus compañeros. Un fenómeno.


Michalis Kakiouzis hizo un partidazo. Brilló más hacia el final del choque, cuando Sofo y Papadopoulos ya no estaban, sin embargo tuvo su papel desde el principio. Salió de titular y su trabajo fue importantísimo para cerrar el rebote. Su experiencia se notó en los minutos finales, cuando no le tembló el pulso en los tiros libres (6/7). Metió 15 puntos y cogió 6 rebotes en 27 minutos. 

Panagiotis Vasilopoulos jugó sólo unos segundos. No tuvo más oportunidades porque el partido fue rodado. Una pena porque el Vasilopoulos de entonces, el de antes de las lesiones graves, era una pasada.

Antonis Fotsis tuvo que trabajar en defensa como un perro para evitar que le cogieran los rebotes. Salió a tirar desde fuera cuando hizo falta e hizo daño. Metió 9 puntos en 13 minutos.

Kostas Tsartsarís sólo jugó 8 minutos en los que anotó un triple y cometió 4 faltas personales. El buen partido de los interiores y las faltas rápidas condicionaron su juego.

Dimos Dikoudis tuvo un papel estelar. Anotó 8 puntos y cogió 4 rebotes en 12 minutos intensísimos de juego. Su aparición en la semifinal del Eurobasket 2005 había cambiado por completo el curso de los acontecimientos y algo parecido buscaba Giannakis con su aparición. En 12 minutos desmontó a los interiores americanos, que debían estar pensando “de dónde diablos ha salido éste”. Brutal Dimosthenis.
 

Sofoklís Schortsanitis jugó el mejor partido de su carrera. Llegó al campeonato en el mejor estado de forma posible y lo demostró. Nunca más veríamos a un Sofoklís tan hábil, ni siquiera cuando ganó la Euroliga. Hizo un partido colosal, sobretodo en ataque, donde por momentos estuvo imparable. Anotó 14 puntos en 17 minutos de éxtasis, pero además sacó faltas y se mostró rápido. ¿Qué hubiera sido de Schortsanitis de no haberse parado allí?

Lázaros Papadopoulos anotó 8 puntos en 9 minutos. Hizo bien su trabajo el poco tiempo que estuvo en pista, poniendo en aprietos a los interiroes americanos cerca del cristal y generando espacios en el lado débil. Cuando Grecia se puso a correr, tuvo que dejar paso a Sofo porque no era capaz de jugar a ese ritmo. Un buen partido del de Krasnodar al que Giannakis siempre supo sacarle rendimiento.


Panagiotis Giannakis estuvo soberbio. Desde que plantó la zonita 2-3 el equipo fue claramente hacia arriba. Acertó plenamente en los cambios. Jugador que salía, aportaba de manera rompedora. Alternó el juego de dos e incluso tres bases, y llegó a jugar sin center puro. Siempre fue por delante de Krzyzewsky en todas sus decisiones. El baño táctico del griego fue épico.


miércoles, 2 de diciembre de 2015

El Aris de los récords (II).

Plantilla que repitió el doblete y se metió en la primera Final Four (1987-1988).

La temporada 1987-1988 siguió el guión de la anterior. El Aris terminó la fase regular con pleno de victorias, 18. Nikos Galis fue de nuevo el máximo anotador con 650 puntos y un promedio de 36,1. Tres victorias más en los play off nos dan un total de 21.

No he podido encontrar todos los resultados. Algunos son los siguientes: Aris-AEK 87-103 y 124-90; Aris-PAOK 66-78 y 86-80.

Play offs:
Aris-Apollonas Patras 114-73 (2-0)
Aris-AEK 104-73 (3-0)
Aris-PAOK 100-85 (3-0)

Los de Ioannidis repitieron doblete. En total sumaron 25 victorias y 0 derrotas en Grecia.

Victoria contra el Pau Orthez (92-86).

En Europa, el Aris se metió en la primera Final Four de la historia. Fue el Barcelona el que rompió la imbatibilidad en casa del equipo griego. Aunque los de Salónica vencieron en el Palau (88-89), los de Aíto García Reneses ganaron con autoridad en el Alexandrio (93-107). Era la primera derrota amarilla en casa en tres años. Aquel año mordieron el polvo rivales de la entidad del Partizán (96-87), del Tracer (120-95) y del Maccabbi (93-77), que fueron los equipos clasificados junto al Aris para la Final Four de Gante.

De nuevo el Tracer de Milán dejó fuera de la máxima competición europea al equipo de Salónica (82-87), que también perdió el partido por el tercer puesto. 

Quinteto final de Copa contra el AEK en el SEF: Subotic, Misounov, Galis, Giannakis, Filipou.

En la temporada 1988-1989 el Aris volvió a ganar el doblete, pero se cortó la racha en la liga. En la cuarta jornada, el 5 de noviembre de 1988, el PAOK se impuso por 81-78 en un derby liguero que no jugó Giannakis por mantener una disputa con la directiva. Más de tres años y medio sin perder en liga quedaban rotos. Sin embargo, el Imperio Amarillo estaba lejos de deshacerse.

En la fase regular de la liga, el Aris acabó con 17 victorias y una sola derrota. Nikos Galis de nuevo se proclamó máximo anotador del campeonato (37,1 puntos de media).

Algunos de los reusltados fueron: Aris-Olympiacós 73-92 y 114-79; Aris-Panionios 74-82 y 98-83; Aris-PAOK 78-81 y 87-88.

Play offs:
Aris-Olympiacós 94-74 (3-0)
Aris-Panionios 86-69 (3-0)
Aris-PAOK 89-84 y 75-87 (3-1)

Total: 21 victorias y 1 derrota. En la Copa, el Aris perdió en Atenas contra el Panathinaikós por 92-89 el primer año en el que había eliminatorias de ida y vuelta. Los del trébol se negaron a jugar en Salónica y el Aris se metió en la final sin jugar, puesto que le dieron por ganado el partido por 20-0. Por lo tanto, si contamos el 20-0 como victoria, el balance en Grecia de los amarillos fue de 26 victorias y 2 derrotas.


En Europa, el Aris no hizo una buena campaña, aunque logró meterse nuevamente en la Final Four. Ganó 8 partidos y perdió 6. En Salónica sólo logró ganar el Maccabi. Cayeron tanto el Barça como la Jugoplástika. Fuera de casa el equipo bajaba muchos enteros. Los únicos triunfos se consiguieron en Moscú contra el CSKA y en los Países Bajos contra el Nashua Den Bosch.

El Maccabi ganó a los griegos en Múnich en la primera semifinal de la Copa de Europa y estos derrotaron al Barcelona en el partido por el tercer puesto.

El total de toda la temporada fue de 35 victorias y 9 derrotas, 7 fuera de casa y 2 en el Alexandrio.

En 5 temporadas el Aris logró en la liga 114 victorias y 2 derrotas, una auténtica barbaridad. Pero no nos detengamos aquí. Sigamos y sumemos.

El Aris siguió con su dinastía particular la temporada 1989-1990, aunque ya no machacó a sus rivales como en los años anteriores. Es más, el PAOK terminó la fase regular en primer lugar con 20 victorias y 2 derrotas. El Aris acabó segundo con 19 y 3.

Celebración del triunfo de Copa contra el PAOK (75-62). Cuarto doblete consecutivo.

El nuevo formato de play off benefició ligeramente a los amarillos de Salónica, que acabaron por llevarse el título de manera ajustada (balance de 10-2 en la liguilla final). Galis fue el máximo anotador por décima vez consecutiva, anotando 893 puntos en los 22 partidos de la fase regular. En la liga el Aris acabó con 24 victorias y 4 derrotas, mientras que el PAOK se quedó en segunda posición con 22 y 6.

Giannakis y Epi en Zaragoza.

En la Copa de Europa, el equipo se volvió a clasificar para la Final Four. Como en la temporada anterior, el Aris ganó los dos partidos de la previa y luego 8 en la fase regular. Sumó 6 derrotas, 2 en casa y 4 fuera. A pesar de seguir siendo una de las pistas más calientes de Europa, el Alexandrio vio los triunfos del Barça (94-100) y de la Jugoplástika (79-80). Los amarillos compensaron estos tropiezos con un triunfo vital en Split (85-89). El Barcelona se deshizo de los griegos en la semifinal de Zaragoza (104-83) y luego el Limoges ganó el partido por el tercer puesto (103-91). El balance total de victorias derrotas en la Copa de Europa fue de 10-8.

Plantilla que consiguió la última liga del Imperio (1990-1991).

El Aris ganó la última liga del Imperio en la temporada 1990-1991. Dominó la fase regular junto al PAOK y ambos terminaron con un balance de 20 victorias y 2 derrotas. No obstante, los de Ioannidis fueron primeros porque ganaron los dos partidos “fratricidas”.

Las dos derrotas fueron contra el Panionios (89-84) y contra el AEK (92-90). Galis fue el máximo encestador por undécima temporada consecutiva. Metió 813 puntos, con un promedio de 36,95.

Play off:

Aris-Iraklís 112-92 (2-0)
Aris-PAOK 79-84, 65-74, 86-85, 81-80.

El PAOK le infligió al Aris dos nuevas derrotas antes de que los amarillos ganasen los dos últimos choques. En total, el Aris terminó la liga con 23 victorias y 4 derrotas (137 victorias y 9 derrotas entre 1984 y 1991).

En Europa, el Aris siguió con la preocupante dinámica descendente de la temporada anterior. Aunque en Salónica sólo perdió contra el Barcelona en el famoso partido del apagón (93-110), fuera de Grecia sumó una única victoria en la pista del Limoges. Además de caer en Inglaterra contra el Kingston y en Alemania contra el Bayer 04, fue apalizado en Barcelona (90-56) y en Split (93-63). También perdió en Tel Aviv contra el Maccabi y en Pésaro contra el Scavolini. Acabó a una victoria del Maccabi, que marcaba el pase a la Final Four.

El Imperio prácticamente concluía el 8 de mayo de 1991 con las dos remontadas finales contra el PAOK. Todavía llegaría la Copa de 1992, pero ya no habría más ligas. Fueron 7 ligas, 3 de las cuales sin conocer la derrota y 2 con una sola.

La liga de la temporada 1991-1992 la ganó el PAOK de Ivkovic. El Aris acabó en tercera posición con un balance de 18 victorias y 4 derrotas. Perdió en El Pireo 65-59, contra el PAOK 96-99, contra el AEK 71-68 y contra el Iraklís 99-89. En el play off perdió otro partido en El Pireo y dos enfrentamientos contra el PAOK.

En la Copa de Europa quedó muy lejos de la clasificación, terminando con un triste balance de 3 victorias y 11 derrotas. Su grupo fue dominado por el Joventut y por el Estudiantes, que ganaron en Grecia como también lo hicieron otros.

Por último, veamos las Copas del Imperio Amarillo.

Copa 1984-1985 (Campeón).


Apollon Kalamaria–Aris 44-86
Aris-Olympiacós 86-67
Aris-Panionios 97-83
Aris-Sporting 124-81
Final: Aris-Panathinaikós 86-70

Copa 1985-1986 (eliminado en la semifinal).

Larisa-Aris 67-95
Aris-Komotiní 135-45
Aris-Ionikós 119-74
Semifinal: Panathinaikós-Aris 87-84

Copa 1986-1987 (Campeón).


Iraklís-Aris 95-109
Aris-MENT 123-84
Peristeri-Aris 83-100
Olympiacós-Aris 71-95
Final: Aris-Panellinios 110-70

Copa 1987-1988 (Campeón).


Aris-Iraklís 98-74
Aris-PAOK 102-93
Aris-Panionios 90-75
Final: Aris-AEK 84-71

Copa 1988-1989 (Campeón).


Apolonas Patras-Aris 85-92
Ionikos Nicea-Aris 80-121 y 120-66
Panathinaikos-Aris 92-89 y 20-0
Final: Aris-PAOK 91-86

Copa 1989-1990 (Campeón).


Aris-Olympiacós 110-80
Aris-Peristeri 99-84
Aris-Papagou 103-76
Aris-PAOK 75-62

Copa 1990-1991 (eliminado en cuartos de final).

Aris-Pakgrati 20-0
Cuartos de final: AEK-Aris 89-79

El AEK de Atenas derrotó al Aris en los cuartos de final de la Copa de aquella temporada, evitando así un posible quinto triunfo consecutivo.

Copa 1991-1992 (Campeón).




Étnicos Pireaus – Aris 94-124
Aris-Olympiacós 121-95
Panathinaikós-Aris 76-86
Final: Aris-AEK 74-62 


El Aris acabó ganando 7 ligas y 6 Copas entre 1984 y 1992.

El Aris de los récords (I).

Quinteto de la temporada 1984-1985: Filipou, Kokkolakis, Giannakis, Galis y Romanidis.

La tarde del 24 de noviembre de 1984 el Aris y el Panionios se enfrentan en Nea Smirni en uno de los duelos más interesantes del campeonato. A los de Salónica se les atraganta la zona mixta planteada por Makis Dentrinos, que trata de cansar a Galis cambiando de defensor. Sin embargo, el pívot Dimitris Kokolakis pone por delante a los amarillos (65-67) y Galis sentencia con dos tiros libres (65-69).

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No obstante, una concatenación de errores arbitrales de lo más sorprendente, provoca el enfado de los locales y de la afición. El Panionios presenta un recurso para impugnar el resultado. Dicen que Ioannidis era consciente, pese a haber ganado el choque, que posiblemente el partido se tendría que repetir.

El festival de los árbitros había comenzado cuando quedaban 7 minutos para el final. Con 54-57 le señalaron una falta a Giannakis sobre Missas, que acabó siendo anotada a Filipou. El pívot, que había taponado el tiro de Missas tras la falta de Giannakis, fue expulsado porque los colegiados se equivocaron de hombre. Además, los árbitros, que en principio habían dado dos tiros libres a Missas, acabaron concediéndole sólo uno. Cosas verdes...

Intercambio de opiniones entre Makis Dentrinos y Ioannidis.

Se produjo una trifulca en la mesa y los árbitros creyeron que Missas había fallado el primer tiro libre, cuando ni siquiera lo había tirado. El lío padre. Los jueces mandaron seguir pese a las protestas locales y al pollo que había organizado en la mesa.

El Panionios tenía toda la razón en sus protestas. Deberían haberle dado dos tiros libres o un dos más uno, en caso de considerar que el tapón de Filipou era ilegal. Para más inri, uno de los colegiados apuntó en la llave de los tiros libres de Missas que había fallado ambos. Asombroso, puesto que el crack del Panionios sólo había tirado uno y lo había metido. No dieron ni una. Sin el instant replay, ni cámaras, ni nada que se le parezca, imaginaos lo que debía ser aquello.

Suerte que en la grada se hallaba el Secretario General de la Federación y algún otro jefazo de la competición y pudieron dar fe de lo ocurrido. Uno de los árbitros reconoció su error garrafal y la reclamación de los locales fue atendida. El partido se tendría que repetir.

Como en Grecia los recursos tardaban mucho en resolverse, la Federación fechó la repetición del partido tres meses y medio después de aquel “combate nulo”. Con la liga ya resuelta, nada hacía pensar que el partido acabaría siendo histórico.

Así, el 2 de marzo de 1985, los dos equipos se volvieron a enfrentar en el mismo escenario, esta vez con otros árbitros y sin Filipou, lesionado. El Aris seguía invicto y apiraba a hacer el pleno.

Los primeros 40 minutos terminaron con empate a 68 y la primera prórroga con empate a 74, tras una canasta de Romanidis. En la segunda prórroga, un triple de Gásparis y una canasta en suspensión de Missas volteaban el marcador y colocaban el 84-82 definitivo. El Panionios salía victorioso de un partido épico que marcaba el inicio de una increíble racha del Aris de 80 partidos sin perder en liga.

Por el Panionios anotaron Missas (26), Gásparis (7), Fanis Christodoulou (10), Linardos (8), Fossés (25) y Karaiskos (8), mientras que por el Aris lo hicieron Giannakis (14), Galis (31), Romanidis (15), Stamatis (4), Kokalis (10), Doxakis (10) y Paramanidis (2).

Una semana después, el Aris derrotó al Panionios con claridad en el Alexandrio por 97-80, en lo que sería la primera de las 80 victorias consecutivas en liga. La armada de Ioannidis estaría sin perder en el campeonato desde el 2 de marzo de 1985 hasta el 5 de noviembre de 1988.

No convendría olvidar que la derrota en Nea Smirni fue la única de los de Salónica en Grecia aquella temporada, puesto que hicieron el doblete. En la Copa Korac ganó todos los partidos que disputó en el Alexandrio, pero sufrió cuatro derrotas fuera del país. Cayó en las pistas del Zadar, del Livorno, del Cajamadrid y del Varese.

Nikos Galis acabó como máximo anotador en la liga con 891 puntos y un promedio de 34,2.

El Aris de la temporada 1985-1986 ganó la liga pasando por encima de todos sus rivales. Loa amarillos sumaban una exhibición tras otra. De los 26 triunfos conseguidos, en 16 pasó de 100 puntos. Las palizas más destacadas fueron un 153-62 al Near Est y un 128-42 al Kalamariá. No he logrado encontrar todos los resultados. A parte de los dos marcadores citados, el Aris ganó al Panionios 91-67 en Salónica y 82-92 en Nea Smirni, mientras que en el derby tesalonicense derrotó al PAOK por 77-71 y por 58-69.

Plantilla de la temporada 1985-1986 con extranjeros.
  
A pesar de la notable superioridad y de que los partidos quedaban decididos pronto, Galis y Giannakis jugaban y jugaban. Los de Ioannidis llegaron a abusar de algunos rivales sin compasión.

El Aris llegó a tener más popularidad que los equipos de fútbol de entonces. Cuando bajaba a Atenas, se acumulaban los reporteros en las puertas del hotel para conseguir algunas palabras de los protagonistas, aunque fueran pocas. Se habían convertido en verdaderas estrellas.

Se empezaron a conocer las famosas manías de Ioannidis y sus neuras, que no hacían otra cosa que engrandecer el mito. Que si todo el mundo debía sentarse siempre en el mismo sitio en el autobús, que si fumaba una marca de cigarrillos concreta y no podía ser otra, que si tenía un mechero de la suerte…

En una de sus muchas entrevistas, Ioannidis cogió al periodista Vasilis Skountís, que seguía al PAO de balompié, y le recomendó que dejara de seguir al fútbol por el baloncesto. El Rubio sabía que el baloncesto iría hacia arriba con aquel equipo y que toda Grecia hablaría del mismo al poco tiempo, como así fue.

Aquella temporada el Olympiacós acabó segundo con 20 victorias y 6 derrotas. El Aris terminó invicto, repitiendo la hazaña del Olympiacós de 1976. Nikos Galis fue el máximo anotador con 936 puntos (jugó 24 partidos) y un promedio escandaloso de 39 tantos.

El Limoges se cruzó en el camino europeo del Aris y lo eliminó en la segunda ronda de la Copa de Europa a pesar de que en Salónica los griegos se impusieron por 89-81 (105-87 en la vuelta). Tampoco las cosas fueron bien en la Copa. El Panathinaikós eliminó al Aris en la semifinal (87-84) y evitó el doblete.

En resumen, el Aris acabó la temporada 85-86 con una derrota en Francia y otra en Atenas. El resto fueron todo victorias. El Emperador sumaba su segunda temporada seguida sin perder en Salónica.

Plantilla del doblete que no conoció la derrota (1986-1987).

La temporada 1986-1987, primera con play off, terminó con un balance de 21 victorias y 0 derrotas (18 en liga regular y 3 en play off). Seguramente hubieran sido más, pero como los enfrentamientos de la fase regular del campeonato contaban en los play off, la competición “se quedó corta”.

Estos fueron los resultados de la liga regular.

Aris-PAOK 81-67 y 77-86
Aris-Panionios 133-78 y 80-100
Aris-Iraklís 90-66 y 80-121
Aris-Panathinaikós 94-73 y 73-74
Aris-Olympiacós 112-89 y 68-83
Aris-AEK 128-84 y 94-104
Aris-Apolonas Patras 135-84 y 91-121
Aris-Ilysiakós 117-77 y 80-118
Aris-Ionikós Nikea 153-64 y 107-124

Y estos fueron los de los play offs.
Aris-Ilysiakós 135-63 (3-0)
Aris-Panathinaikós 68-67 (3-0)
Aris-Panionios 129-81 (3-0)

Total: 21-0. El Aris pasó de 100 en 14 partidos y de 120 en 9. El Panathinaikós fue el equipo que más difícil se lo puso a los de Salónica (73-74 en el Tafos tou Indoú y 68-67 en el play off). Con todo, el PAO acabó la temporada en cuarta posición con más derrotas que victorias. Galis se proclamó máximo anotador por séptima temporada consecutiva. En los 18 partidos de la liga regular metió 718 puntos (39,9 de media).

Los tesalonicenses ganaron también la Copa. Por primera vez en la historia, un equipo hacía el pleno en las dos competiciones.

En la Copa de Europa, el Aris escribió aquel año la página más negra de su historia. En el Alexandrio humilló al Tracer de Milán por 98-67, pero en la vuelta los italianos trituraron a los de Ioannidis (83-49). Una de las victorias más brillantes de su historia combinada con la peor y más lamentable derrota. Para colmo, el equipo de Milán acabaría proclamándose campeón de Europa.

Galis y Barlow.

La temporada 86-87 acabó con 21 victorias en liga, 5 en Copa y 3 en Europa. La derrota en Milán fue la única de toda la temporada. Era la tercera campaña consecutiva sin perder en Salónica.

lunes, 5 de mayo de 2014

La década prodigiosa del baloncesto en Salónica (El Imperio Amarillo IV).

Nombres, cifras, fechas y títulos.



Entre 1982 y 1993 el Aris ganó 8 ligas (82/83, 84/85, 85/86, 86/87, 87/88, 88/89, 89/90, 90/91), 6 Copas (84/85, 86/87, 87/88, 88/89, 89/90, 91/92) y 1 Recopa de Europa (92/93).

Se clasificó para las 3 primeras Final Four de la historia (87/88, 88-89, 89-90), pero no consiguió llegar a ninguna final.

Logró 5 dobletes, 4 de ellos seguidos. Enlazó 80 victorias seguidas en Grecia, sumando liga y Copa entre las temporadas 85/86 y 88/89.

Nikos Galis fue el máximo anotador de la liga 11 temporadas seguidas, desde 1981 hasta 1991.

Además, entre 1982 y 1993 el Aris perdió dos finales de Copa (1984 y 1993) y quedó segundo en la liga la temporada 83/84.

Personalidades del Imperio Amarillo.

Akis Michailidis, el presidente del Imperio Amarillo (1983-1992).

Sin duda, 4 son los nombres fundamentales del Imperio: Akis Michailidis, Giannis Ioannids, Nikos Galis y Panagiotis Giannakis. De todos modos, conviene no olvidarse de otros personajes menos conocidos sin los cuales nada hubiera sido posible.

El Patriarca del Aris, Anestis Petalidis, junto a Giannis Ioannidis.

Aunque no formó parte directamente del Imperio Amarillo, el coach Antestis Petalidis (1952-1973 y 1974-1975) es una personalidad fundamental en la historia del club (falleció en 2012). Como entrenador, tuvo a sus órdenes a Giannis Ioannidis casi desde que empezó a jugar. Vio en el Rubio a su futuro sustituto y le recomendó que abandonase la práctica activa del baloncesto para sentarse en el banquillo. Se mantuvo en la directiva y dio su visto bueno al fichaje de Nikos Galis.

Petalidis en un tiempo muerto. Ioannidis es el rubio de la izquierda.

Giannis Ioanidis jugó en el Aris desde 1960 hasta 1978 y dirigió la nave como entrenador la temporada 1978-1979 y entre 1982 y 1990. Fue el Arquitecto de la Dinastía. Una personalidad única sin la cual no hubieran sido posibles tantos triunfos. Su mayor éxito fue el de conseguir que Galis y Giannakis jugasen juntos tantos años sin que se peleasen. Un entrenador más psicólogo que técnico al que muchas veces le perdían las formas. Tras dejar el Aris estuvo un año sin entrenar hasta que aceptó la oferta del Olympiacós. Con los del Pireo creó una nueva dinastía también plagada de éxitos.

El Imperio Amarillo fue dirigido desde los despachos por Akis Michailidis (1983-1992). Aunque no fue él quien trajo a Galis, sí echó el resto por Giannakis o Subotic. Probablemente la gestión económica de los éxitos no fue la mejor, pero en cuanto él dejó el club, el barco se hundió.

Nikos Galis.

Nikos Galis (1979-1992) se convirtió en la piedra angular del proyecto. Llegó con 19 años procedente de los Seaton Hall Pirates con la intención de jugar una temporada y regresar a Estados Unidos, pero acabó quedándose. Puso a Salónica en el mapa y condujo al Aris a las tres primeras Final Four. Un líder tanto dentro como fuera del campo. Un ejemplo para los jóvenes, un ídolo, un mito. Él trajo el profesionalismo a Grecia. Sin duda, su llegada marcó un antes y un después en la historia el deporte griego. Su figura va más allá de una gran estrella de un equipo de baloncesto.

Panagiotis Giannakis.

Con Panagiotis Giannakis (1984-1993) el Aris pasó de ser un buen equipo a un ejército invencible dentro de las fronteras. Fue fichado del Ionikós Nicea a golpe de talonario, pero el esfuerzo económico mereció la pena. Panagiotis volvía loco a los rivales para luego aparecer Galis y arrancarles la cabeza. Una personalidad única que acabó haciendo carrera también en los banquillos. Un jugador de raza que contagiaba a los compañeros y que sabía conectar con la grada. Después del Aris jugó una gran temporada en el Panionios y otras dos en el Panathinaikós, donde logró ganar la Copa de Europa.

A los dos jugadores citados debemos añadir los siguientes:

Nikos Filipou.

Nikos Filipou (1982-1991) era el niño mimado de Giannis Ioannidis. El 4 titular del equipo durante casi una década y fijo en la selección nacional. No había muchos jugadores de sus características en Grecia. Era delgado, muy técnico y solía jugar por dentro. Dusan Ivkovic, que era quien lo había traído al Aris a principios de los 80 cuando sólo era un chaval, lo convenció para firmar por el PAOK. Allí jugó dos temporadas en las que ganó una liga y llegó a una final de la Recopa. Se retiró en el Papagou de Atenas y luego trabajó muchos años para la Federación como técnico asistente.

Charis Papageorgiou.

Charis Papageorgiou (1973-1980, 1981-1983 y 1985-1987) era el anotador del Aris antes de la llegada del griego-americano. Un jugador de perímetro, físicamente fuerte y anotador compulsivo. Letal desde la media distancia, fue la figura del equipo en la época pre-Galis. Su papel fue testimonial las últimas temporadas, aunque después de dejar el Aris todavía jugó un año en el Ilysiakós. Directivo del club (2014).

Michalis Romanidis.

Michalis Romanidis (1980-1992) fue otro de los jugadores importantes del Imperio. Formado en la cantera e internacional en todas las categorías, era un 3 fuerte que solía salir desde el banquillo como sexto hombre. Un tipo duro capaz de correr, anotar y defender. Después del Aris jugó un tiempo en el Pangrati.

Vasilis Lipiridis.

Formado en las categorías inferiores, Vasilis Lipiridis (1985-1996) era un jugador parecido a Nikos Filipou. Fue ganando confianza y creció su protagonismo con el paso de los años. Era menos técnico que Filipou, pero más pesado. Fundamentalmente se dedicaba a coger rebotes, defender y dar descanso a los americanos de turno. Fue internacional entre 1989 y 1994. Después del Aris jugó en el OFI de Creta. Hoy (2014) forma parte de la directiva del club.

Giorgos Doxakis.

Pocos fuera de Grecia conocerán el nombre de Giorgos Doxakis (1981-1991). Entre 1981 y 1984 solía salir de titular en la posición de base. Con la llegada de Giannakis al equipo, despareció de las canchas. Aguantó 7 temporadas en el banquillo sin hacer ruido. Vivió todos los triunfos desde muy cerca, pero participó muy poco porque tanto Galis como Giannakis solían jugar los 40 minutos. Ioannidis no los sentaba ni en los minutos de la basura. Doxakis se marchó al Panionios en 1991, pero a pesar de contar con la confianza del entrenador no cuajó.

Slobodan Subotic.

El esloveno de “raíces griegas” Slobodan Subotic (1986-1993) llegó para jugar en la posición de Charis Papageorgiou. Eran jugadores de similares características. Subotic tenía muy buena mano y anotaba de tres con facilidad. Aunque llegó ya con una cierta edad, rindió a muy buen nivel e hizo carrera en el país como entrenador años después. Se retiró en 1993 y pasó a ser ayudante de Sakota en el Iraklís.

Vasilis Paramanidis es el de la izquierda de la imagen.

Vasilis Paramanidis (1977-1985) era uno de los jugadores de la época anterior a Galis que se mantuvo en el equipo hasta 1985. Un pívot fuerte de cuando los hombres altos medían poco más de dos metros. Fue una pieza importante en la consecución de la liga 78-79. Fue perdiendo protagonismo a medida que otros jóvenes con más talento subían al equipo (Filipou, Lipiridis...).

Temporada 86/87. Petros Stamatis con el 10.

Petros Stamatis (1981-1988) fue otro de los pívots que formó parte de la plantilla que protagonizó el Imperio. Fue importante en la rotación, sobre todo los primeros años.

Michail Missunov o Michalis Misounov.

Aunque Michail Missunov (1987-1997) llegó al Aris procedente del Sibenka, se adaptó perfectamente a la ciudad y aguantó 10 años en el equipo. Uno de tantos rusos sospechosos “origen griego” que conseguían el pasaporte para jugar en Grecia. Fue un jugador importante dentro de la zona, principalmente en las competiciones domésticas. Duro, fuerte y no exento de cierta calidad. Vivió la segunda parte del Imperio, el principio del declive y la consecución de la Copa Korac en Bursa (1997). 

Dimitris Kokkolakis y su inconfundible bigote.

Aunque el nombre de Dimitris Kokkolakis siempre irá unido al Panathinaikós, donde jugó desde 1969 hasta 1983, conviene recordar que también aportó su granito de arena en la pintura durante 4 temporadas (1983-1987). Una de las torres griegas de la época a las que por edad el Eurobasket 87 le llegó tarde. Su veteranía fue clave en momentos importantes.

Vangelis Vourtzoumis y JJ Anderson con la Recopa de 1993.

Vangelis Vourtzoumis (1988-1995) debutó con el primer equipo con 19 años y se mantuvo en el club amarillo 7 temporadas. Se marchó al Panathinaikós en plena madurez y consiguió ganar la Copa de Europa. En el Aris empezó a destacar con la marcha de Galis, puesto que jugaba en la misma posición.

Jurovic, Dinos Angelidis y Miroslav Pecarski.


Dinos Angelidis (1990-1999) es otro de los jugadores históricos del Aris que, aunque le pilló joven, pudo disfrutar de aquella generación. Llegó con 21 años procedente del Sporting y, como Misounov y Vourtzoumis, enlazó dos épocas bien distintas.

Hasta aquí la historeta del Imperio Amarillo. Juntaré a los extranjeros de la década prodigiosa de los 3 equipos de Salónica y haré un post sobre los mismos, pero primero me dedicaré a escribir sobre el PAOK y el Iraklís. También merece hablarse del ambiente de aquella época y del estilo de juego de los equipos. Todo se andará.