sábado, 20 de abril de 2013

Operación Antetokounmpo.



La Operación Antetokounmpo consistía simple y llanamente en ir a ver jugar a Giannis Antetokounmpo antes de que se marche de Grecia.

Un comentario de un compañero del www.theflagrants.com me puso en alerta: en el intermedio de un partido del CAI habían puesto un vídeo de Giannis Antetokounmpo, con quien el club había firmado un contrato de cuatro años. Cuando vi el vídeo me quedé alucinado. 

Empecé a recopilar información para saber quién era y dónde jugaba. ¿Cabría la posibilidad de verlo antes de su marcha?


Lo primero fue localizar al Filathlitikós en el mapa: equipo ateniense de la A1. Me vine un poco abajo cuando comprobé que no había ni un puñetero equipo de Salónica en la categoría: todos estaban en el grupo norte de la B. Si realmente quería verlo, tendría que desplazarme.

Una vez localizadas las ciudades o pueblos que conocía, debía tener en cuenta que quedaban muy pocas jornadas, así que las opciones se verían reducidas. Pero hubo suerte.

Sabía del pueblo de Langadá por un alumno que me recomendó ir allí a tomar las aguas un día que estaba dolorido de la espalda. Allí acuden los fines de semana muchos estresados de la gran ciudad. Cuando leí el nombre de los equipos fue el primero que me vino a la cabeza, porque tanto Serres como Volos sabía que quedaban a más de 200 kilómetros. 

Afortunadamente, el calendario me guiñaba el ojo: jornada 26, Langadá-Filathlitikós. La decisión estaba tomada.


Sin embargo, el director de mi academia hizo que me echara un poco para atrás: antaño había jugado allí. Cuando le comenté que iba a coger el coche para ir a ver a Antetokoumpo, me dijo que no lo hiciera. Fue tan tajante que me dejó seco. Luego lo suavizó diciendo que “si ya estuviera salvado el Langadá, a lo mejor…”, pero… “cuando yo jugué, hubo gente que acabó en la comisaría” y me hacía el gesto de ir esposado. Así que aunque la posibilidad de asistir al partido seguía rondando mi cabeza, me frenaban las palabras de mi jefe. Llevo varios años en Grecia pero tengo la sana costumbre de seguir siempre las recomendaciones de los nativos. No descubro nada si digo que los aficionados griegos en las pistas se comportan como animales.

A partir de entonces me convertí en un fiel seguidor del Langadá, claro. Aunque se encontraba en zona de peligro, tenía seis o siete equipos detrás. El Filathlitikós, por otro lado, encabezaba la clasificación y cabía la posibilidad de que llegase a Langadá ya como campeón, cosa que tampoco me convenía, no fuera a ser que dejasen a Antetokounmpo en Atenas. 

Se dieron los resultados deseados y, pese a que matemáticamente ninguno de los dos equipos había logrado todavía sus objetivos, muy mal se tendrían que dar las cosas para que el Langadá bajase y el Filathlitikós no subiera.


El empujón definitivo llegó cuando me empezaron a llegar informaciones vía Twitter sobre el salto que había dado el jugador en las previsiones del Draft. Seguía las crónicas y veía que sus números estaban asombrando a los ojeadores. Incluso Danny Ainge vino desde Boston para verle jugar a Volos, una ciudad que está a más de 300 kilómetros de la capital. Evidentemente, si Ainge hizo el esfuerzo de venir a verle desde Boston, yo no podía ser menos, teniéndolo a menos de media hora. Además, los hermanos Antetokounmpo fueron invitados al All Star de Patras con los jugadores de la A1, destacando ambos por su desparpajo y calidad. Fue su presentación en sociedad, aunque muchos ya los conocíamos.

La secuencia de los hechos y mis elucubraciones puede seguirse aquí.

Como ninguno de los objetivos de los equipos se habían cumplido matemáticamente, tenía miedo de quedarme sin entradas. Imaginaba un pabellón de aforo reducido al que iba a jugar nada menos que el líder de la competición. Debía ser precavido y salir con tiempo a pesar de la cercanía. Nunca había estado en Langadá y por éso estuve mirando el mapa un buen rato para estudiar la ruta a seguir: cogería la circunvalación a Kavala y me desviaría donde fuese necesario. A priori era imposible perderse, pero tratándose de mí y de Grecia, cualquier precaución es poca.


El partido era a las cinco de la tarde, hora taurina de sol y moscas. Hacía un calor de narices cuando salimos de casa poco después de comer. Llegar al pueblo fue más sencillo de lo que yo esperaba e hizo que, a pesar del sofocante calor, me relajara un poco. Sin embargo, una cosa era llegar al pueblo y otra encontrar el pabellón. Las señales que seguimos nos indicaban el camino … del spa. La carretera terminaba allí, así que tuvimos que dar marcha atrás. Preguntamos en un bar del pueblo y nos indicaron el camino. Intuí que el autobús que teníamos a unos 300 metros de nosotros era el del Filathlitikós y así fue. Sólo tuve que seguirlo para acabar aparcando en la puerta misma del pabellón.

El primero en bajar fue nuestro protagonista, que aceptó sonriente hacerse una foto conmigo. Luego el resto de la comitiva entró en el pabellón, que estaba prácticamente vacío. Al entrar me sentí como un forastero en Wichita. Nos miraban a mí y a mi mujer como si fuéramos bichos raros. Debían pensar que veníamos con el autobús rival y por eso no nos hacían mucho caso en el bar.

Nos tomamos un frappé y esperamos pacientemente a que abriese la taquilla. El joven que atendía me preguntó si era del Filathlitikós, pero como le dije que no era de ninguno de los dos equipos, me dejó entrar gratis. Decir que eres español a veces funciona.

Nos dirigimos hacia el centro del campo para coger el mejor sitio ya que éramos los primeros, pero el taquillero se acercó y nos aconsejó ponernos debajo de la canasta, en uno de los fondos, para alejarse de la zona caliente. Sin duda, me había tomado por un inocente turista. También me preguntó si venía desde Zaragoza, porque al parecer estaba esperando a alguien de allí. 


Al cabo de un rato apareció por la puerta el entrenador del Panionios acompañado por Danny Ferry, ojeador de los Atlanta Hawks. A ellos les llevaron los cafés hasta el centro del campo.     

El scouting.

Pese a alternar con el equipo junior, Giannis estaba perfectamente adaptado a la categoría. No fue su mejor partido, pero hizo dos o tres jugadas que hicieron las delicias de Ferry.

Cruzaba la pista en pocas zancadas y no le hacía ascos a subir la bola. Ligero, ágil y muy coordinado, Giannis es tan polivalente que puede jugar en casi todas las posiciones. No anduvo fino desde el exterior, pero posee una buena mecánica de tiro. Es muy versátil y a pesar de su falta de kilos, puede emparejarse con hombres más poderosos. Tuvo problemas en defensa porque le tocó pelear contra el mejor jugador local, que además era veterano y se las sabía todas. Sus tobillos y sus piernas son excesivamente delgados. Su tronco inferior no es tan poderoso como el superior y por éso sufre en el cuerpo a cuerpo de espaldas. Debe ganar musculatura.

Tiene muy buena visión de juego y lee bien las situaciones. Suple su falta de kilos colocándose bien en los rebotes y saltando mucho. Ligero como una pluma y tierno como un cordero lechal, tiene unos brazos larguísimos y una anchura de hombros espectacular. Sus grandes manos le permiten manejar el balón con suficiencia. 


Giannis Antetokounmpo tiene técnica, calidad y buena preparación física, pero en mi opinión es demasiado pronto para ir a la NBA. Pasar de jugar en Langadá, Serres o Creta al Boston Garden en menos de un año sería saltarse etapas. No me refiero sólo a la diferencia evidente entre la A2 griega y la NBA, sinó también entre la vida familiar/amateur y la profesional americana. 

Soy de la opinión que la opción CAI Zaragoza es perfecta para él: un club histórico en alza que cuida la cantera y  da oportunidades a los jóvenes. Entidad seria, afición fiel y preparadores profesionales, al margen de ser una ciudad más pequeña que Atenas y menos loca.

Es un diamante que el CAI debe cuidar y mimar. Mostrar interés viniéndolo a ver regularmente es el primer paso. El segundo debería ser llevarlo a Zaragoza de visita y enseñarle las instalaciones y la ciudad. A los griegos les encanta que les hagan sentirse como en casa.

Es raro que el CAI se haya adelantado al Panathinaikos y al Olympiacos, teniéndolo al lado. Un gol por toda la escuadra del equipo maño. Thanassis, dos años mayor que Giannis, está en la órbita del Panathinaikós, aunque es un jugador más hecho. 

Giannis Antetokounmpo es todavía un proyecto, por eso creo que lo ideal para él sería ir a España antes que a Estados Unidos. Seguiremos su historia. 

2 comentarios:

  1. Interesantísma experiencia, gracias por compartirla! Por mucho que nos cuenten y veamos videos en YouTube, tu punto de vista (imparcial, fresco...) es una referencia para los aficionados al CAI Zaragoza. Esperamos que Giannis acabe el año que viene en la Liga Endesa, antes de su salto a la NBA... ;)

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  2. Excelente post. Saludos desde Salou.

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