Grecia en 1983 con Fasoulas, Kokolakis y Katsoulis.
Voy a hacer un breve repaso de los pívots que han pasado por la Selección. Me parece curioso y necesario hablar de aquellos centers maravillosos que a veces parecían seleccionados por el mero hecho de ser altos, porque entonces eran muy pocos los profesionales que pasaban de 2,10.
Ante la escasez de hombres altos, los pívots
gozaban de muchísimos minutos en sus clubes, con lo que con los años mejoraban
sus fundamentos extraordinariamente. Sólo una lesión inoportuna o las faltas
personales condenaban a aquellos largiruchos al banquillo. Un cinco “dominante”
podía pasarse perfectamente 10 años en la Selección.
Nadie renunciaba porque jugar en el equipo nacional era un honor. No había muchos
que pasasen de 2,10, pero eran los más fieles.
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Grecia ha ganado dos Eurobaskets en su historia, uno con la
pareja de cincos Fasoulas/Kambouris y otro con Lázaros Papadopoulos/Bourousis.
Dos parejas de lo más curiosas.
Para muchos, tanto Fasoulas como Kambouris
eran dos pívots “limitados”, mientras que de Papadopoulos mejor ni hablamos. Uno de los mayores fiascos de la
historia de la ACB. En Grecia, sin
embargo, siempre han sido considerados buenos jugadores.
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Grecia debutó en
partido oficial en el Eurobasket de
Egipto de 1949. El pívot de la Selección
era el mítico Faidonas Mathiaeu, el Patriarca del baloncesto heleno, que
sólo medía 1,90.
Mathiaeu jugó con la Selección 44 partidos en los que anotó
539 puntos. Logró colgarse el bronce en el Eurobasket
de Egipto y el bronce en los Juegos del Mediterráneo de 1955.
Además, participó en el Eurobasket de París de 1951 y en los Juegos Olímpicos de Helsinki de 1952.
A nivel de clubes, como jugador Mathiaeu ganó 3 ligas, todas con el Panathinaikós. Su último torneo con el
equipo nacional fue el Preolímpico
de 1956. Se retiró en un amistoso contra Polonia
en 1957.
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Un pequeño apunte antes de continuar: Grecia, tras participar en Helsinki, desaparece de los Juegos Olímpicos hasta 1996 (!!!).
También se pierde bastantes Eurobaskets
por no lograr superar las fases de clasificación (está ausente 10 años entre
1951 y 1961). Tanto los Juegos de los
Balcanes, que ya no existen, como los Juegos
del Mediterráneo, muy venidos a menos, fueron durante años los torneos que
le sirvieron a Grecia para rodarse
como equipo, salir fuera y competir.
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La década de los 60, como he explicado muchas
veces, es la década del AEK de Atenas.
Giorgos Trontzos, pívot de 2,17 y
grandes fundamentos, tuvo mucho que ver en el éxito del club amarillo. El AEK y Grecia disfrutaban de un center
que marcaría época en el país. Se formó en Estados Unidos y jugó partidos con
la Selección de Europa, que no es
moco de pavo. Sin duda, Trontzos fue
el primer pívot puro que hubo en
Grecia. Un interior que jugaba de interior. Además, no era torpe como otros
hombres altos de la época.
Con Trontzos,
Grecia finalizaba su particular
travesía en el desierto y volvía a competir en el Campeonato de Europa. El pívot participó en los Eurobaskets de 1965, 1967, 1969 y 1973,
y en los Juegos de los Balcanes un
par de veces (en los de 1963 debutó). Su último partido con la Selección lo jugó el 22 de mayo de
1974. Su balance, 136 partidos y 1.543 puntos.
Para disputar la hegemonía del AEK, el Olympiacós fichó a varios americanos y los nacionalizó. El pívot griego-americano
fue Giorgos Kastrinakis, de “sólo” 2,04,
con quien Trontzos tuvo mil y una
disputas a pesar de la diferencia de altura. Brillante en el uno contra uno,
zurdo y fuerte, era más técnico que el del AEK.
Kastrinakis tardó en debutar con la Selección por temas de papeleo y casi
no coincidió en el equipo con Trontzos.
Su primer partido lo disputó contra Austria el 15 de abril de 1973 y su
último el 29 de octubre de 1982. Jugó un total de 158 partidos en los que anotó
1.612 puntos. Ganó dos oros con la Selección
(Juegos del Mediterráneo de 1979 y Juegos de los Balcanes en 1979) y 4
bronces en Juegos de los Balcanes (1975,
1976, 1977 y 1981). Jugó 4 Eurobaskets:
1973, 1975, 1979 y 1981.
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1979 es un año importante: Grecia gana el oro en los Juegos
de los Balcanes y en los Juegos del Mediterráneo. Nunca habían
coincidido en el tiempo tres pívots de tanta calidad: Giorgos Kastrinakis, Dimitris Kokolakis y Manthos Katsoulis. Su trabajo e
implicación fueron fundamentales para conseguir los títulos. En aquellos
tiempos, Grecia iba a los Juegos de los Balcanes y a los del Mediterráneo
con el equipo fuerte, no con el “b”. Podían coincidir los torneos el mismo año,
que no había problema. En 1979, por ejemplo, Grecia acabó su participación en los Juegos de los Balcanes el 18 de septiembre (4 partidos) y empezó su
andadura en los Juegos del Mediterráneo
el 23 de septiembre (5 partidos). Un par de meses antes de los Juegos de los Balcanes, la Selección había participado en el Campeonato de Europa de Turín (7
partidos). Tres campeonatos en un verano.
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Un poco más joven que Trontzos y Kastrinakis,
el siguiente de la lista es Dimitris
Kokolakis, el hombre alto que necesitaba el Panathinaikós para plantar cara a los otros equipos de Atenas.
Internacional en todas las categorías, Kokolakis
dominó la zona hasta la llegada de los largos del norte. Jugó en el Panathinaikós desde 1969 hasta 1983 y
en el Aris desde 1983 hasta 1987.
Kokolakis era un 2,15
que conocía muy bien el juego y sabía de sus limitaciones. No era rápido, pero
dentro de la zona era una garantía porque tenía un decente movimiento de pies.
Nuestro gigante, inconfundible por su bigotito, ganó nada menos que 12 ligas y
5 Copas en los dos clubes que jugó.
Fue un fijo de la Selección entre diciembre de 1973 y 1986. Participó en 4 Campeonatos de Europa: 1975, 1979, 1981 y 1983, y ganó 6 medallas en los Juegos de los Balcanes (4 bronces, 1
plata y 1 oro), además del oro de los Juegos
del Mediterráneo de 1979. Vistió la zamarra nacional en 178 ocasiones,
siendo su último partido uno de preparación para el Mundobasket contra Polonia
el 13 de febrero de 1986. Se quedó a las puertas de poder jugar el Mundial de España. La baja de Fasoulas a última hora debería haberle
permitido entrar, sin embargo Politis
no opinaba lo mismo.
El dominio sureño se vio roto en el país con la
aparición de Nikos Galis. Sin
embargo, nunca tuvo en su equipo un pívot nacional de garantías hasta la
llegada de Kokolakis, ya veterano,
en 1983. En cambio, en el PAOK sí
que surgieron dos figuras de altura: Manthos
Katsoulis y Panagiotis Fasoulas.
Katsoulis era un
pívot de 2,12 que tuvo la oportunidad de formarse un tiempo en Estados Unidos.
De buenos fundamentos y con un tiro decente de cuatro metros, estaba llamado a
ser el jugador franquicia del PAOK
hasta que irrumpió Fasoulas. Manthos era un gran pívot en una
plantilla que no podía pelear contra los grandes. Su tremenda calidad le llevó
a la Selección en 1976 (debutó
contra Checoslovaquia el 6 de junio
de 1976).
Fue el capitán de Grecia en los Eurobaskets
de 1979, 1981 y 1983. Ganó el oro en los Juegos
del Mediterráneo de 1979 y 4 bronces
en Juegos de los Balcanes, además
del oro de 1979. Se retiró en los Juegos
de los Balcanes de 1984. A Katsoulis
lo contemplan 165 partidos y 1.371 puntos.
¿Era Panagiotis
Fasoulas un petardo? ¿Ha sido el mejor pívot de la historia del baloncesto
griego? ¿En qué quedamos?
Las sensaciones que despierta Fasoulas son contradictorias. Sin embargo, si analizamos su
rendimiento global, tanto en la Selección
como en los clubes en los que jugó, llegaremos a la conclusión de que ha sido
el mejor hombre alto que ha dado el país. Ni enormes figuras anteriores como Trontzos o Kokolakis, ni posteriores, más incostantes, como Rentziás o Schotsanitis han tenido mejor rendimiento ni más prolongado que el
espigado de la melenilla.
A Fasoulas
todos lo tenemos más o menos controlado, porque con él, Galis, Giannakis y
compañía Grecia entró en nuestros
televisores. Medía 2,13 aunque a veces parecía más alto porque era delgado como
un fideo. Desgarbado, lento y a veces torpe, de repente sorprendía poniendo un
tapón o colgándose del aro. Fue un poco niño prodigio y desde muy pronto recibió
la llamada de la Selección, con la
que jugó en todas las categorías. Eso no quiere decir que Fasoulas no se lo tuviese que currar. En el PAOK era donde más le exigían y donde más palos recibió.
Panagiotis Fasoulas
debutó con la Selección absoluta en
un partido contra Hungría en 1981
cuando todavía era un pipiolo. Ese mismo año, en verano, jugó los Juegos de los Balcanes con el equipo
junior. En diciembre hizo lo propio con la Selección
absoluta. Doblar competiciones lo haría también años después Efthimis Rentziás ante la escasez y
falta de calidad de los pívots.
A nivel de clubes, Fasoulas ganó 5 ligas, 3 Copas,
1 Recopa, 1 Copa de Europa (1 triplete) con el PAOK y el Olympiacós.
Con el equipo nacional, el pívot jugó un total de 244 partidos en los que anotó
2.384 puntos (9,77 puntos por partido). Ganó el oro en el Eurobasket de 1987 y la plata en el Eurobasket de 1989. Además, en los Juegos de los Balcanes se colgó un oro (1984), 2 bronces y una
plata. Se perdió el Mundobasket de
España de 1986 por encontrarse en North
Carolina State, pero participó en los Mundobaskets
de 1990 y 1994, y en los Juegos Olímpicos de Atlanta de 1996. Dejó la Selección en el Mundobasket de Atenas de 1998 tras 17 años luciendo la blanquiazul.
En cualquier otro país del mundo, Fasoulas
sería idolatrado y aplaudido cada vez que entrase en un pabellón. En Grecia,
sin embargo, eso es imposible.
El caso de Argyris
Kambouris es de lo más curioso. Su carrera profesional siempre irá unida al
Olympiacós, donde jugó 16 temporadas
entre 1978 y 1995 (la 1980-1981 la jugó cedido en el Glyfada).
Kambouris debutó en
un amistoso contra Israel en 1985.
La baja de Fasoulas en el Mundobasket de 1986 le abrió las
puertas de la Selección y no
desaprovechó la oportunidad. Argyris
era un pívot torpón de 2,07 muy trabajador. En ataque aportaba más bien poco,
al margen de su incansable capacidad de lucha. Era en defensa donde Kambouris se crecía, cerrando el rebote
y colocando tapones. Verlo pelear contra los pívots soviéticos en el 87, pura
poesía.
Argyrs Kambouris fue el “Héroe por accidente” de aquella final del Eurobasket de 1987, cuando le robó el rebote a Goborov y anotó los tiros libres, pero sería injusto recordarle
sólo por eso.
Con su club ganó 3 ligas, 1 Copa y perdió 2 finales de la Copa
de Europa. Con la Selección, se
colgó el oro en el Eurobasket de 87
y la plata en el Eurobasket de 89.
Además, participó en el Mundobasket de 1990. Disputó un total
de 126 partidos en los que anotó de media 4,15 puntos. El último partido de Kambouris fue uno de preparación para
el Mundobasket de 1994 contra Rumanía en noviembre de 1993. La
explosión de Rentziás y la
sorprendente inclusión de Christos Tzekos
en la plantilla dejaron fuera de Toronto al veterano jugador.
Por problemas de papeles, David “Nelson” Stergakos debutó tarde con la Selección. Stergakos,
pívot zurdo de 2,07 de inmensa calidad, fue otro de tantos americanos
helinizados por la gracia de Vasilakopoulos.
En Europa le pararon los pies y frenaron tanta nacionalización sospechosa.
El pívot marcó una época en el Panathinaikós, club con el que ganó 4
ligas y 4 Copas. Había llegado a Grecia en 1978 y debutado con la Selección en 1981 en un amistoso. Sin
embargo, no fue hasta 1989 cuando pudo disputar su primer partido oficial. Ganó
la plata en el Eurobasket de Zagreb
de 1989 y jugó el Mundobasket de
1990. Stergakos acabó jugando sólo
65 partidos con Grecia.
Efthimis Rentziás
estaba llamado a ser el pívot griego y europeo de la década. Debutó con
la Selección absoluta en 1992, cuando tenía 16 años.
Sobre Rentziás prepararé un post
porque es un caso único. Sus veranos doblando competiciones acabarían pasándole
factura.
Rentziás era fuerte,
tenía clase y dominaba en la pintura con sus 2,12. El pívot más completo que ha
visto Grecia, sin duda. Un jugador moderno, preparado y listo. El polo opuesto
a los pívots anteriores.
Jugó el Mundobasket de Toronto de 1994 con 18 años, un verano antes de ganar el oro en el Mundobasket Junior de Atenas (1995), donde literalmente se salió. También disputó el Mundobasket de Atenas de 1998 y los Juegos Olímpicos de Atlanta de 1996. 4 Eurobaskets (1995, 1997, 2001 y 2003) completan su currículum. Abandonó la Selección en 2003 lastrado por las lesiones. En total disputó 127 partidos con la zamarra nacional. Jugó en España, en Italia, en Turquía e incluso en Estados Unidos, pero la verdad es que desde que se marchó del Barcelona en 2002 su carrera fue hacia abajo. Ni siquiera en Barcelona el bueno de Efthimis dio todo lo que se esperaba de él.
Otro pívot que estaba llamado a hacer cosas
grandes fue Lázaros Papadopoulos, center
de 2,13 que empezó a despuntar en el Iraklís
de Salónica. Aunque no dominaba tanto el juego como Rentziás, compartió el hecho de jugar desde muy joven tanto en su
club como en las categorías inferiores de la Selección.
Lázaros se quedó a
medio camino. Iba para estrella pero acabó en “pívot resultón”. Empezó a ganar
peso y perdió agilidad. Sus movimientos rápidos y eficaces se volvieron cada
vez más lentos y previsibles. Su carrera fue hacia arriba al principio y ganó
un triplete con el PAO y una Copa Uleb con el Dynamo de Moscú. Sin embargo, desde que fichó por el Real Madrid, todo fue hacia abajo, principalmente porque el físico no
daba más de sí.
Papadopoulos jugó 8
años en la Selección, entre 1999 y 2007. Ganó el Eurobasket de 2005 y participó en el de 2007. Además, se colgó la
plata en el Mundobasket de 2006. Podríamos
decir que Lázaros iba camino de ser
uno de los cincos más imprtantes de siempre con Grecia, pero no pudo por distintas circunstancias. Acabó
recordándonos más a pívots torpones de otras épocas que a jugadores modernos.
Incluyo a Kostas
Tsartsaris entre los pívots nacionales que han dejado huella, aunque no era
un cinco puro. Kostas se convirtió
en el hombre para todo. Jugó en la Selección
9 años, desde 2000 hasta 2009, y se colgó el oro del Eurobasket de 2005 y la plata del Mundobasket de 2006. El de Veria era un pívot griego atípico,
porque con sus 2,09 podía tanto anotar de tres como machacar en la zona. Nuca
brilló pero siempre estuvo ahí. Una garantía en el equipo que solía tapar
agujeros cuando los hombres altos se cargaban de faltas personales. Era fuerte
y noble, aunque repartía lo suyo. Quizás uno de los hombres más infravalorados
junto con Chatzivrettas, pero
fundamental para Obradovic en el PAO y para Giannakis en la Selección.
Quizás no debería incluir a Sofoklis Schortsanitis en la lista, básicamente porque sólo jugó 4
años con la Selección, de 2006 a 2010.
Debutó en partido oficial con Grecia en el Mundobasket
de 2006 y disputó su último partido en el Mundobasket
de 2010 contra España. Se colgó la
plata de Pekín y el bronce del Eurobasket
de 2009. Además, formó parte de la Selección
en el Eurobasket de 2007 y en los Juegos Olímpicos de 2008.
Anteriormente, con el equipo junior, habíá ganado dos bronces, uno en el Eurobasket de 2002 y otro en el Mundobasket de 2003.
Lo incluyo, sin embargo, por no haber habido otro
como él. Con sus 2,06 centímetros desintegró a los americanos en Japón e hizo
cosas que jamás se habían visto. Todo fuerza y bravura, no exentos de calidad.
Una pena ver que año tras año Sofo renunciaba a la Selección
desde 2010. Siempre fue a la suya y sólo cuando decidió cuidarse o cuando
el entrenador de turno lo puso en vereda, espabiló. Los eternos problemas de
sobrepeso y su indisciplina estuvieron a punto de tirar al traste un carrera
que, siendo brillante, podría haber sido mucho mejor.
54 partidos en total y 439 puntos fueron el
balance de Schortsanitis con la Selección.
El último hombre grande que considero que merece
estar aquí es Giannis Bourousis. A
pesar de sus salidas de pata de banco, siempre ha sido fiel a los colores del
equipo nacional. Lleva 10 años acudiendo a las citas y ha sido el pívot titular
los últimos campeonatos.
Sin ser un pívot dominante, a sus 2,13 hay que
sumarle su capacidad técnica y su experiencia. Su presencia en la pista se nota
y en Grecia, ante las bajas de Schortsanitis
y otros, manda debajo. Ni Glyniadakis,
ni Bougioukas, ni Kavvadás, ni Koufos han discutido nunca su titularidad.
Bourousis se siente
cómodo en la Selección y juega
bastante mejor que en los clubes que le pagan. De momento lleva 125 partidos y
1.167 puntos. Ganó el oro en el Eurobasket
de 2005 y el bronce de 2009.
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Han sido muchos otros los centers de Grecia, pero
no han tenido continuidad. A los citados anteriormente como Bougioukas o Glyanadakis quizás habría
que sumar a Iakobos Tsakalidis (1998-2003), a Dikoudis, que no era un cinco puro, o algún otro. Sin embargo, creo que la muestra es suficientemente
representativa.
Fasoulas y Trontzos.
Trontzos, Fasoulas, Kontos y Kokolakis.
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