jueves, 3 de septiembre de 2015

Aquellos hombres altos.

Grecia en 1983 con Fasoulas, Kokolakis y Katsoulis.

Voy a hacer un breve repaso de los pívots que han pasado por la Selección. Me parece curioso y necesario hablar de aquellos centers maravillosos que a veces parecían seleccionados por el mero hecho de ser altos, porque entonces eran muy pocos los profesionales que pasaban de 2,10.

Ante la escasez de hombres altos, los pívots gozaban de muchísimos minutos en sus clubes, con lo que con los años mejoraban sus fundamentos extraordinariamente. Sólo una lesión inoportuna o las faltas personales condenaban a aquellos largiruchos al banquillo. Un cinco “dominante” podía pasarse perfectamente 10 años en la Selección. Nadie renunciaba porque jugar en el equipo nacional era un honor. No había muchos que pasasen de 2,10, pero eran los más fieles.

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Grecia ha ganado dos Eurobaskets en su historia, uno con la pareja de cincos Fasoulas/Kambouris y otro con Lázaros Papadopoulos/Bourousis. Dos parejas de lo más curiosas.

Para muchos, tanto Fasoulas como Kambouris eran dos pívots “limitados”, mientras que de Papadopoulos mejor ni hablamos. Uno de los mayores fiascos de la historia de la ACB. En Grecia, sin embargo, siempre han sido considerados buenos jugadores.

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Grecia debutó en partido oficial en el Eurobasket de Egipto de 1949. El pívot de la Selección era el mítico Faidonas Mathiaeu, el Patriarca del baloncesto heleno, que sólo medía 1,90.

Mathiaeu jugó con la Selección 44 partidos en los que anotó 539 puntos. Logró colgarse el bronce en el Eurobasket de Egipto y el bronce en los Juegos del Mediterráneo de 1955. Además, participó en el Eurobasket de París de 1951 y en los Juegos Olímpicos de Helsinki de 1952.

A nivel de clubes, como jugador Mathiaeu ganó 3 ligas, todas con el Panathinaikós. Su último torneo con el equipo nacional fue el Preolímpico de 1956. Se retiró en un amistoso contra Polonia en 1957.

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Un pequeño apunte antes de continuar: Grecia, tras participar en Helsinki, desaparece de los Juegos Olímpicos hasta 1996 (!!!). También se pierde bastantes Eurobaskets por no lograr superar las fases de clasificación (está ausente 10 años entre 1951 y 1961). Tanto los Juegos de los Balcanes, que ya no existen, como los Juegos del Mediterráneo, muy venidos a menos, fueron durante años los torneos que le sirvieron a Grecia para rodarse como equipo, salir fuera y competir.

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Giorgos Trontzos.

La década de los 60, como he explicado muchas veces, es la década del AEK de Atenas. Giorgos Trontzos, pívot de 2,17 y grandes fundamentos, tuvo mucho que ver en el éxito del club amarillo. El AEK y Grecia disfrutaban de un center que marcaría época en el país. Se formó en Estados Unidos y jugó partidos con la Selección de Europa, que no es moco de pavo. Sin duda, Trontzos fue el primer pívot puro que hubo en Grecia. Un interior que jugaba de interior. Además, no era torpe como otros hombres altos de la época.

Con Trontzos, Grecia finalizaba su particular travesía en el desierto y volvía a competir en el Campeonato de Europa. El pívot participó en los Eurobaskets de 1965, 1967, 1969 y 1973, y en los Juegos de los Balcanes un par de veces (en los de 1963 debutó). Su último partido con la Selección lo jugó el 22 de mayo de 1974. Su balance, 136 partidos y 1.543 puntos.

Para disputar la hegemonía del AEK, el Olympiacós fichó a varios americanos y los nacionalizó. El pívot griego-americano fue Giorgos Kastrinakis, de “sólo” 2,04, con quien Trontzos tuvo mil y una disputas a pesar de la diferencia de altura. Brillante en el uno contra uno, zurdo y fuerte, era más técnico que el del AEK. Kastrinakis tardó en debutar con la Selección por temas de papeleo y casi no coincidió en el equipo con Trontzos.

Su primer partido lo disputó contra Austria el 15 de abril de 1973 y su último el 29 de octubre de 1982. Jugó un total de 158 partidos en los que anotó 1.612 puntos. Ganó dos oros con la Selección (Juegos del Mediterráneo de 1979 y Juegos de los Balcanes en 1979) y 4 bronces en Juegos de los Balcanes (1975, 1976, 1977 y 1981). Jugó 4 Eurobaskets: 1973, 1975, 1979 y 1981.

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1979 es un año importante: Grecia gana el oro en los Juegos de los Balcanes y en los Juegos del Mediterráneo. Nunca habían coincidido en el tiempo tres pívots de tanta calidad: Giorgos Kastrinakis, Dimitris Kokolakis y Manthos Katsoulis. Su trabajo e implicación fueron fundamentales para conseguir los títulos. En aquellos tiempos, Grecia iba a los Juegos de los Balcanes y a los del Mediterráneo con el equipo fuerte, no con el “b”. Podían coincidir los torneos el mismo año, que no había problema. En 1979, por ejemplo, Grecia acabó su participación en los Juegos de los Balcanes el 18 de septiembre (4 partidos) y empezó su andadura en los Juegos del Mediterráneo el 23 de septiembre (5 partidos). Un par de meses antes de los Juegos de los Balcanes, la Selección había participado en el Campeonato de Europa de Turín (7 partidos). Tres campeonatos en un verano.

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Kastrinakis y Kokolakis en 1981.

Un poco más joven que Trontzos y Kastrinakis, el siguiente de la lista es Dimitris Kokolakis, el hombre alto que necesitaba el Panathinaikós para plantar cara a los otros equipos de Atenas. Internacional en todas las categorías, Kokolakis dominó la zona hasta la llegada de los largos del norte. Jugó en el Panathinaikós desde 1969 hasta 1983 y en el Aris desde 1983 hasta 1987.

Kokolakis era un 2,15 que conocía muy bien el juego y sabía de sus limitaciones. No era rápido, pero dentro de la zona era una garantía porque tenía un decente movimiento de pies. Nuestro gigante, inconfundible por su bigotito, ganó nada menos que 12 ligas y 5 Copas en los dos clubes que jugó.

Fue un fijo de la Selección entre diciembre de 1973 y 1986. Participó en 4 Campeonatos de Europa: 1975, 1979, 1981 y 1983, y ganó 6 medallas en los Juegos de los Balcanes (4 bronces, 1 plata y 1 oro), además del oro de los Juegos del Mediterráneo de 1979. Vistió la zamarra nacional en 178 ocasiones, siendo su último partido uno de preparación para el Mundobasket contra Polonia el 13 de febrero de 1986. Se quedó a las puertas de poder jugar el Mundial de España. La baja de Fasoulas a última hora debería haberle permitido entrar, sin embargo Politis no opinaba lo mismo.

El dominio sureño se vio roto en el país con la aparición de Nikos Galis. Sin embargo, nunca tuvo en su equipo un pívot nacional de garantías hasta la llegada de Kokolakis, ya veterano, en 1983. En cambio, en el PAOK sí que surgieron dos figuras de altura: Manthos Katsoulis y Panagiotis Fasoulas.

Katsoulis en los USA.

Katsoulis era un pívot de 2,12 que tuvo la oportunidad de formarse un tiempo en Estados Unidos. De buenos fundamentos y con un tiro decente de cuatro metros, estaba llamado a ser el jugador franquicia del PAOK hasta que irrumpió Fasoulas. Manthos era un gran pívot en una plantilla que no podía pelear contra los grandes. Su tremenda calidad le llevó a la Selección en 1976 (debutó contra Checoslovaquia el 6 de junio de 1976).

Fue el capitán de Grecia en los Eurobaskets de 1979, 1981 y 1983. Ganó el oro en los Juegos del Mediterráneo de 1979 y 4 bronces en Juegos de los Balcanes, además del oro de 1979. Se retiró en los Juegos de los Balcanes de 1984. A Katsoulis lo contemplan 165 partidos y 1.371 puntos.


¿Era Panagiotis Fasoulas un petardo? ¿Ha sido el mejor pívot de la historia del baloncesto griego? ¿En qué quedamos?

Las sensaciones que despierta Fasoulas son contradictorias. Sin embargo, si analizamos su rendimiento global, tanto en la Selección como en los clubes en los que jugó, llegaremos a la conclusión de que ha sido el mejor hombre alto que ha dado el país. Ni enormes figuras anteriores como Trontzos o Kokolakis, ni posteriores, más incostantes, como Rentziás o Schotsanitis han tenido mejor rendimiento ni más prolongado que el espigado de la melenilla.

A Fasoulas todos lo tenemos más o menos controlado, porque con él, Galis, Giannakis y compañía Grecia entró en nuestros televisores. Medía 2,13 aunque a veces parecía más alto porque era delgado como un fideo. Desgarbado, lento y a veces torpe, de repente sorprendía poniendo un tapón o colgándose del aro. Fue un poco niño prodigio y desde muy pronto recibió la llamada de la Selección, con la que jugó en todas las categorías. Eso no quiere decir que Fasoulas no se lo tuviese que currar. En el PAOK era donde más le exigían y donde más palos recibió.

Panagiotis Fasoulas debutó con la Selección absoluta en un partido contra Hungría en 1981 cuando todavía era un pipiolo. Ese mismo año, en verano, jugó los Juegos de los Balcanes con el equipo junior. En diciembre hizo lo propio con la Selección absoluta. Doblar competiciones lo haría también años después Efthimis Rentziás ante la escasez y falta de calidad de los pívots.

A nivel de clubes, Fasoulas ganó 5 ligas, 3 Copas, 1 Recopa, 1 Copa de Europa (1 triplete) con el PAOK y el Olympiacós. Con el equipo nacional, el pívot jugó un total de 244 partidos en los que anotó 2.384 puntos (9,77 puntos por partido). Ganó el oro en el Eurobasket de 1987 y la plata en el Eurobasket de 1989. Además, en los Juegos de los Balcanes se colgó un oro (1984), 2 bronces y una plata. Se perdió el Mundobasket de España de 1986 por encontrarse en North Carolina State, pero participó en los Mundobaskets de 1990 y 1994, y en los Juegos Olímpicos de Atlanta de 1996. Dejó la Selección en el Mundobasket de Atenas de 1998 tras 17 años luciendo la blanquiazul. En cualquier otro país del mundo, Fasoulas sería idolatrado y aplaudido cada vez que entrase en un pabellón. En Grecia, sin embargo, eso es imposible.

Argyris Kambouris.

El caso de Argyris Kambouris es de lo más curioso. Su carrera profesional siempre irá unida al Olympiacós, donde jugó 16 temporadas entre 1978 y 1995 (la 1980-1981 la jugó cedido en el Glyfada).

Kambouris debutó en un amistoso contra Israel en 1985. La baja de Fasoulas en el Mundobasket de 1986 le abrió las puertas de la Selección y no desaprovechó la oportunidad. Argyris era un pívot torpón de 2,07 muy trabajador. En ataque aportaba más bien poco, al margen de su incansable capacidad de lucha. Era en defensa donde Kambouris se crecía, cerrando el rebote y colocando tapones. Verlo pelear contra los pívots soviéticos en el 87, pura poesía.

Argyrs Kambouris fue el “Héroe por accidente” de aquella final del Eurobasket de 1987, cuando le robó el rebote a Goborov y anotó los tiros libres, pero sería injusto recordarle sólo por eso.

Con su club ganó 3 ligas, 1 Copa y perdió 2 finales de la Copa de Europa. Con la Selección, se colgó el oro en el Eurobasket de 87 y la plata en el Eurobasket de 89. Además, participó en el  Mundobasket de 1990. Disputó un total de 126 partidos en los que anotó de media 4,15 puntos. El último partido de Kambouris fue uno de preparación para el Mundobasket de 1994 contra Rumanía en noviembre de 1993. La explosión de Rentziás y la sorprendente inclusión de Christos Tzekos en la plantilla dejaron fuera de Toronto al veterano jugador.

Stergakos en Zagreb 1989.

Por problemas de papeles, David “Nelson” Stergakos debutó tarde con la Selección. Stergakos, pívot zurdo de 2,07 de inmensa calidad, fue otro de tantos americanos helinizados por la gracia de Vasilakopoulos. En Europa le pararon los pies y frenaron tanta nacionalización sospechosa.

El pívot marcó una época en el Panathinaikós, club con el que ganó 4 ligas y 4 Copas. Había llegado a Grecia en 1978 y debutado con la Selección en 1981 en un amistoso. Sin embargo, no fue hasta 1989 cuando pudo disputar su primer partido oficial. Ganó la plata en el Eurobasket de Zagreb de 1989 y jugó el Mundobasket de 1990. Stergakos acabó jugando sólo 65 partidos con Grecia.


Efthimis Rentziás estaba llamado a ser el pívot griego y europeo de la década. Debutó con la Selección absoluta en 1992, cuando tenía 16 años. Sobre Rentziás prepararé un post porque es un caso único. Sus veranos doblando competiciones acabarían pasándole factura.

Rentziás era fuerte, tenía clase y dominaba en la pintura con sus 2,12. El pívot más completo que ha visto Grecia, sin duda. Un jugador moderno, preparado y listo. El polo opuesto a los pívots anteriores.

Jugó el Mundobasket de Toronto de 1994 con 18 años, un verano antes de ganar el oro en el Mundobasket Junior de Atenas (1995), donde literalmente se salió. También disputó el Mundobasket de Atenas de 1998 y los Juegos Olímpicos de Atlanta de 1996. 4 Eurobaskets (1995, 1997, 2001 y 2003) completan su currículum. Abandonó la Selección en 2003 lastrado por las lesiones. En total disputó 127 partidos con la zamarra nacional. Jugó en España, en Italia, en Turquía e incluso en Estados Unidos, pero la verdad es que desde que se marchó del Barcelona en 2002 su carrera fue hacia abajo. Ni siquiera en Barcelona el bueno de Efthimis dio todo lo que se esperaba de él.


Otro pívot que estaba llamado a hacer cosas grandes fue Lázaros Papadopoulos, center de 2,13 que empezó a despuntar en el Iraklís de Salónica. Aunque no dominaba tanto el juego como Rentziás, compartió el hecho de jugar desde muy joven tanto en su club como en las categorías inferiores de la Selección.

Lázaros se quedó a medio camino. Iba para estrella pero acabó en “pívot resultón”. Empezó a ganar peso y perdió agilidad. Sus movimientos rápidos y eficaces se volvieron cada vez más lentos y previsibles. Su carrera fue hacia arriba al principio y ganó un triplete con el PAO y una Copa Uleb con el Dynamo de Moscú. Sin embargo, desde que fichó por el Real Madrid, todo fue hacia abajo, principalmente porque el físico no daba más de sí.

Papadopoulos jugó 8 años en la Selección, entre 1999 y 2007. Ganó el Eurobasket de 2005 y participó en el de 2007. Además, se colgó la plata en el Mundobasket de 2006. Podríamos decir que Lázaros iba camino de ser uno de los cincos más imprtantes de siempre con Grecia, pero no pudo por distintas circunstancias. Acabó recordándonos más a pívots torpones de otras épocas que a jugadores modernos.


Incluyo a Kostas Tsartsaris entre los pívots nacionales que han dejado huella, aunque no era un cinco puro. Kostas se convirtió en el hombre para todo. Jugó en la Selección 9 años, desde 2000 hasta 2009, y se colgó el oro del Eurobasket de 2005 y la plata del Mundobasket de 2006. El de Veria era un pívot griego atípico, porque con sus 2,09 podía tanto anotar de tres como machacar en la zona. Nuca brilló pero siempre estuvo ahí. Una garantía en el equipo que solía tapar agujeros cuando los hombres altos se cargaban de faltas personales. Era fuerte y noble, aunque repartía lo suyo. Quizás uno de los hombres más infravalorados junto con Chatzivrettas, pero fundamental para Obradovic en el PAO y para Giannakis en la Selección.


Quizás no debería incluir a Sofoklis Schortsanitis en la lista, básicamente porque sólo jugó 4 años con la Selección, de 2006 a 2010. Debutó en partido oficial con Grecia en el Mundobasket de 2006 y disputó su último partido en el Mundobasket de 2010 contra España. Se colgó la plata de Pekín y el bronce del Eurobasket de 2009. Además, formó parte de la Selección en el Eurobasket de 2007 y en los Juegos Olímpicos de 2008. Anteriormente, con el equipo junior, habíá ganado dos bronces, uno en el Eurobasket de 2002 y otro en el Mundobasket de 2003.

Lo incluyo, sin embargo, por no haber habido otro como él. Con sus 2,06 centímetros desintegró a los americanos en Japón e hizo cosas que jamás se habían visto. Todo fuerza y bravura, no exentos de calidad.

Una pena ver que año tras año Sofo renunciaba a la Selección desde 2010. Siempre fue a la suya y sólo cuando decidió cuidarse o cuando el entrenador de turno lo puso en vereda, espabiló. Los eternos problemas de sobrepeso y su indisciplina estuvieron a punto de tirar al traste un carrera que, siendo brillante, podría haber sido mucho mejor.

54 partidos en total y 439 puntos fueron el balance de Schortsanitis con la Selección.


El último hombre grande que considero que merece estar aquí es Giannis Bourousis. A pesar de sus salidas de pata de banco, siempre ha sido fiel a los colores del equipo nacional. Lleva 10 años acudiendo a las citas y ha sido el pívot titular los últimos campeonatos.

Sin ser un pívot dominante, a sus 2,13 hay que sumarle su capacidad técnica y su experiencia. Su presencia en la pista se nota y en Grecia, ante las bajas de Schortsanitis y otros, manda debajo. Ni Glyniadakis, ni Bougioukas, ni Kavvadás, ni Koufos han discutido nunca su titularidad.

Bourousis se siente cómodo en la Selección y juega bastante mejor que en los clubes que le pagan. De momento lleva 125 partidos y 1.167 puntos. Ganó el oro en el Eurobasket de 2005 y el bronce de 2009.

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Han sido muchos otros los centers de Grecia, pero no han tenido continuidad. A los citados anteriormente como Bougioukas o Glyanadakis quizás habría que sumar a Iakobos Tsakalidis (1998-2003), a Dikoudis, que no era un cinco puro, o algún otro. Sin embargo, creo que la muestra es suficientemente representativa.


Fasoulas y Trontzos.

Trontzos, Fasoulas, Kontos y Kokolakis.


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