Grecia cayó en cuartos de final del Eurobasket 2015 contra España.
Negar que fue una gran decepción sería mentir. El objetivo era la medalla.
Los griegos se fueron con la sensación de haber
hecho muy bien los exámenes parciales, pero no haber estudiado lo suficiente
para la prueba final. Grecia se llevó un capón, un baño de realidad, una
sonora colleja. No se puede fallar el Día D.
Tras una primera parte de torneo prometedora y un
cruce asequible en octavos, Grecia volvió a tropezar como en 2014. En el
Mundobasket el verdugo fue Serbia y en el Eurobasket ha
sido España. No consuela saber que Grecia acabase invicta tanto
en Sevilla como en Zagreb, ni tampoco que se perdiese
contra la Serbia subcampeona del mundo ni contra la España
campeona de Europa.
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Lo curioso es que Grecia sólo perdió por un
cesto contra España, pero se fue con la sensación de haber perdido por
paliza. ¿Por qué esa sensación si incluso tuvo un útlimo tiro –de más de medio
campo, eso sí- para ganar?
Se ha analizado muchísimo la derrota, que va más
allá de un simple partido. Los españoles les bajamos a la tierra de un tortazo
porque las expectativas eran máximas. Pensaban que tenían el mejor equipo de su
historia.
Los griegos no esperaban perder como se perdió. España le echó más garra, más lucha. Como si lo quisiera más que Grecia, y eso escoció. Ese plus de agresividad sumado a la experiencia española, definió el choque.
Los griegos no esperaban perder como se perdió. España le echó más garra, más lucha. Como si lo quisiera más que Grecia, y eso escoció. Ese plus de agresividad sumado a la experiencia española, definió el choque.
Tratemos de buscar los motivos del batacazo.
El periodista Vasilis Skountís dio tres
claves:
1. 1. Grecia no salió al parquet psicológicamente preparada.
Mentalmente, el partido le pasó por encima. España, en cambio, salió a
morder. Dos triples de Llull sin oposición, dos tapones de Pau y
un par de pérdidas estúpidas fueron el primer toque de atención. Grecia
remó a contracorriente más de 30 minutos.
2. 2. Pau Gasol acabó el partido sin faltas personales. ¿Cómo es
posible? Los interiores griegos no percutieron en la zona lo suficiente. En
cambio, Bourousis cometió 5 faltas personales en 9 minutos.
3. 3. Grecia no aprovechó las segundas opciones. ¿De qué sirve
coger rebotes ofensivos si luego se malgastan los ataques extra? Además, los
blanquiazules se hartaron de agotar el tiempo de posesión y de tirar
presionados por el reloj. La defensa española iba por delante del ataque
griego.
Me toca añadir unas cuantas cosas más.
Vasilis Spanoulis no anduvo fino. No se le vio cómodo en ningún
momento, ni en el tiro, ni en la dirección. No hay que dudar de Spanoulis,
porque estos son los partidos que le van, pero contra España sigue
gafado en los cruces. Fue bien defendido por Llull y no consiguió hacer
un pick and roll en condiciones. Leyó mal la defensa española y se
empeñó en jugar como siempre, cuando el partido pedía otra cosa.
Los periodistas, como he dicho, han escrito muchos
párrafos tratando de explicar lo que pasó aquella noche, pero además han
abierto un debate que tarde o temprano se tenía que plantear:
¿Somos los griegos tan buenos cómo creemos? ¿Debemos cambiar
nuestra forma de jugar? ¿Es un “sacrilegio” romper con la manera griega clásica
de jugar? ¿Deben los jugadores adaptarse al método o el método a los jugadores?
¿Puden jugar los clubes un tipo de baloncesto y la Selección otro? ¿Cómo
aceptaría el cambio el aficionado?
El partido contra España abrió este
interesantísimo debate que puede marcar el futuro. La “Grecia de las dos
velocidades” de la que hablé aquí, en lugar de beneficiar, perjudicó al equipo.
Katsikaris, que es un entrenador que me gusta, creo que aquí no supo
manejar la situación.
La discusión sobre si Grecia debería jugar
corriendo o controlando el juego se trasladó a la pista y acabó descolocando a los propios
jugadores. Era como estar chocando contra un espejo. España pasó apuros
en el tercer cuarto porque Grecia corrió el contraataque y se lanzó.
Aceptó el reto de responder con las mismas armas. Con velocidad, agresividad y
físico, los helenos se pusieron por delante y parecían haber encontrado la llave. Sin embargo, las
vacas sagradas y el entrenador optaron por volver a la esencia, al ADN
que siempre ha caracterizado a esta generación. Fotis, en una de las
decisiones más peliagudas de su carrera, dejó que mandasen los veteranos.
Respetando los galones, ordenó parar, jugar con ataques más largos y ralentizar el partido. Se equivocó. La Selección se puso a jugar en modo Olympiacós cuando no tocaba.
Spanoulis y Zisis esperaban la llegada de Bourousis para jugar lento,
mientras Antetokounmpo llevaba ya varios segundos en la zona de ataque
esperando un pase. Como digo, Katsikaris optó por respetar los roles y
mantener a los veteranos. Claro que si los hubiera sentado y Grecia
hubiera perdido, lo matan. No era una decisión fácil.
Los tres veteranos del equipo fueron señalados por
la prensa y por los aficionados, y como a Bourousis le cuesta poco
calentarse, se despachó a gusto después del partido contra Letonia.
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Katsikaris falló en las rotaciones. Tanto hablar de que Grecia tenía la
plantilla más amplia del torneo y se limitó a jugar con 9 o 10 hombres. Papanikolaou,
Perpéroglou y Mántzaris dispusieron de muy pocos minutos a lo
largo del campeonato, algo que todavía no se explica nadie. Kaimakoglou,
que si tuvo oportunidades, anduvo muy perdido y no ayudó nada.
Giannis Antetokounmpo fue la sensación. Mostró su progresión y brilló a gran altura. Empezó dubitativo desde el
tiro exterior, que nunca ha sido su fuerte, pero fue ganando confianza a
medida que avanzaba el Europeo. Grecia nunca ha tenido un jugador
así. Su presencia acentúa el debate, porque es el futuro y no está acostumbrado a jugar como juegan los griegos.
¿Tiene que cambiar Grecia su manera de jugar?
Contra España se vio que Grecia tenía un problema de identidad. Si no es capaz de
encontrar el equilibrio necesario entre jugar desde la defensa y correr, volverá a tropezar.
Yo lo tengo claro: Grecia debe adaptarse a
los jugadores que tiene. Si eso supone tener que cambiar, adelante.
Me baso en lo que veo y ahora mismo España
es el espejo en el que Grecia debe mirarse. Y Serbia, y Francia.
Porque el equipo nacional tiene ya 3 jugadores de la NBA y va camino de
tener más. La Selección tiene que construir alrededor de Antetokouonmpo.
España es el ejemplo a seguir. Por fin –les ha costado- he leído opiniones de expertos poniendo por las nubes a nuestro equipo y hablando de una verdadera dinastía. Lo que olvidan, pero no deberían, es que antes de tantos años de éxitos, España tropezó en los cruces como Grecia. Creíamos que nunca llegaría nuestro momento. Para ganar partidos como el del otro día, hay que perder primero unos cuantos.
España es el ejemplo a seguir. Por fin –les ha costado- he leído opiniones de expertos poniendo por las nubes a nuestro equipo y hablando de una verdadera dinastía. Lo que olvidan, pero no deberían, es que antes de tantos años de éxitos, España tropezó en los cruces como Grecia. Creíamos que nunca llegaría nuestro momento. Para ganar partidos como el del otro día, hay que perder primero unos cuantos.
Dentro del gran debate, hay “subdebates” que se
desprenden:
¿Ha sido casual que los mejores de la Selección
hayan sido "los americanos" Calathes, Antetokounmpo y Koufós? ¿Qué diablos pasa contra España
que no hay manera? ¿Se mete demasiada presión a los jugadores por lo que
significa el Eurobasket en Grecia?
Los palos a Katsikaris.
Hace un par de años todos querían a Fotis
Katsikaris. Lo hizo bien en Valencia y en Bilbao, estuvo a
punto de firmar por la Selección de Rusia y llegó a sonar para el
Real Madrid. Tanto en el Mundobasket 2014 como en el Eurobasket
2015 ha
ganado todos los partidos en la fase de grupos y se la ha pegado en el cruce.
¿Suficientes motivos para que no siga?
Yo seguiría con él, pero parece que la Federación y los aficionados no están porla labor. Ahora preferirían un entrenador griego que
se dedicase a la Selección a tiempo completo. El banquillo se ha
convertido en una silla eléctrica desde que se fue Panagiotis Giannakis,
que ahora vuelve a sonar con fuerza para sustituir a Katsikaris. En mi
opinión, Fotis ha insinuado cosas, pero no ha concluido su obra. ¿Traer
un nuevo entrenador ahora sería “tirar el Preolímpico”?
Yo seguiría con él, pero parece que la Federación y los aficionados no están por
Para mí, el entrenador ideal que debe dirigir esta
hornada de nuevos jugadores es Katsikaris, Itoudis o Sfairopoulos.
Incluso Bartzokas. Los cuatro están “ocupados” y eso parece que ahora no
gusta, cosa que no entiendo.
Si lo que se pretende es una especie de vuelta al
pasado, Pedoulakis y Giannakis podrían ser las opciones. Lo que
parece claro es que la Federación no quiere un entrenador extranjero.
Después de lo de Trincheri, salieron escarmentados.
¿Cómo influye la situación que se vive en Grecia
en todo esto?
La decepción se acentúa cuando acaba el torneo y
el griego se da cuenta que hay elecciones el fin de semana. El bajonazo y la
vuelta a la cruda realidad, hieren. Encima, ha coincidido con el comienzo de
curso. Aunque no estoy allí, me lo puedo imaginar.
El baloncesto, que debía ser una vía de escape, ha
sido otro motivo de estrés. En lugar de alegrías, más frustraciones. A los
periodistas griegos se les han multiplicado las canas con el Eurobasket.
Tal y como está la situación, quizás el discurso
debería ser más patriótico y pasional que técnico. En este caso, un coach
como Giannakis sí que funcionaría. Cuatro gritos bien dados para
intentar levantar el ánimo y a repartir.
El triste adiós de Spanoulis.
Al acabar el partido contra Letonia, Spanoulis
anunció que dejaba la
Selección. Durante el himno, Bourousis abrazó a
Vasilis y a Nikos Zisis, los más veteranos del equipo, en un
gesto que adquirió significado completo al final del choque. Ni Bourousis
ni Zisis anunciaron su marcha del equipo, pero todo el mundo lo entendió
así. Personalmente, dudo mucho que vuelvan al equipo nacional. Tampoco que creo
que Perpéroglou y Kaimakoglou tengan más oportunidades.
La puesta en escena, la remontada, las
declaraciones, el rebote de Bourousis... Todo fue muy griego. También Diamantidis
abandonó en circunstancias similares después de caer contra España en 2010, a los pocos días de que Grecia se hubiera dejado perder contra Rusia. Desde entonces, tampoco vimos más a Schortsanitis, que apenas pudo disfrutar del Mundobasket por arrastrar la sanción del día del sillazo de Krstic. Por cosas como estas, Grecia lleva varios años
encallada.
Salvo este año, en el que fallaron casi todos, los
españoles que están en la NBA acuden a la llamada del seleccionador
porque se lo pasan bien. Es así de sencillo. Supone reunirse con amigos con los
que disfrutan haciendo lo que más les gusta. En cambio, a veces parece que los griegos vayan obligados. Tanto emocionarse con el himno, para luego dejarlo
pronto.
Ver que Nowitzki ha jugado hasta los 37,
que Gasol y Felipe siguen a los 35, Parker... Es duro. La
gente les agradece los servicios prestados, los periodistas les escriben cartas
emocionadas, pero nadie se pregunta por el porqué de las deserciones.
¿Está afectando el mal rollo entre el
Panathinaikós y el Olympiacós?
Recordemos que del bloque verde del PAO de Obradovic
ya no queda nadie. Se pasó de una mayoría de jugadores verdes a una de
rojiblancos, justo coincidiendo con la marcha de Spanoulis de un equipo
a otro, y con la marcha de Diamantidis y Tsartsaris de la Selección.
Los aficionados del PAO cargan contra Spanoulis,
claro. Para ellos, aunque vista la camiseta nacional, sigue siendo un traidor.
A Bourousis no lo tragan muchos aficionados del Olympiacós, su ex equipo, por encontronazos del pasado, y así podríamos seguir.
Desde luego, la relación entre los dos colosos griegos ha sido pésima los últimos años, pero eso parecía que no afectaba al equipo nacional, o por lo menos, si era así, se tapaba.
A Bourousis no lo tragan muchos aficionados del Olympiacós, su ex equipo, por encontronazos del pasado, y así podríamos seguir.
Desde luego, la relación entre los dos colosos griegos ha sido pésima los últimos años, pero eso parecía que no afectaba al equipo nacional, o por lo menos, si era así, se tapaba.
La Selección del futuro.
La generación del 90 puede cambiar las cosas y es
la que debería formar el grueso de la Selección a partir de ya. Es un
grupo parecido a nuestros júniors de oro (ganaron el Eurobasket y la plata
del Mundobasket). Se llevan bien a pesar de jugar en clubes rivales y
mantienen la amistad fuera de la cancha. Además , ya están siendo importantes en
sus equipos. Son Mántzaris, Papanikolaou, Sloukas, Pappás,
Giankovits, Sarikopoulos y Bogris.
Sumemos a Calathes y a Koufós, que tienen un año más, a Thanassis Antetokounmpo (23) y a los del 94: Papapetrou, Giannis Antetokounmpo y Dimitris Agravannis. Queda un equipo chulo para el futuro, aunque no sé si suficiente para superar el Preolímpico. Posiblemente Printezis vaya a la siguiente convocatoria como nuevo capitán, porque no creo que todos los NBA’ers puedan asistir. Será difícil, porque el nivel de los equipos es alto.
Sumemos a Calathes y a Koufós, que tienen un año más, a Thanassis Antetokounmpo (23) y a los del 94: Papapetrou, Giannis Antetokounmpo y Dimitris Agravannis. Queda un equipo chulo para el futuro, aunque no sé si suficiente para superar el Preolímpico. Posiblemente Printezis vaya a la siguiente convocatoria como nuevo capitán, porque no creo que todos los NBA’ers puedan asistir. Será difícil, porque el nivel de los equipos es alto.
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