martes, 10 de mayo de 2016

El Peristeri de Alphonso Ford.


Alphonso Ford se graduó en la Universidad Estatal de Missisipi Valley, donde jugó con los Delta Devils cuatro fantásticas temporadas. En sus dos primeros años fue el máximo anotador del campeonato con una media de 29,9 y de 32,7 puntos respectivamente. El tercer año se fue hasta los 27,5 y el cuarto hasta los 26. Una auténtica barbaridad. En su periplo universitario, Ford había superado los 25 puntos por partido todos los años.

Sin embargo, sus actuaciones no le valieron para ser elegido en la primera ronda de un Draft que acabó siendo bastante flojo. Los Philadelphia 76ers lo escogieron en el número 32. Apenas disputaría 11 partidos en la NBA, defendiendo la camiseta de los 76ers y de los Seatle Supersonics, que alternó con encuentros en la CBA.

En vista del éxito, Ford decidió hacer las maletas y marcharse a jugar a Europa. El AGB Huesca de la ACB se hizo con sus servicios en la campaña 1995-1996. Algunas de sus grandes actuaciones se recuerdan todavía en Huesca. Ford le endosó 41 puntos al Joventut, 38 al Orense, 36 al TAU de Vitoria y 32 al Estudiantes. Aunque en líneas generales el equipo hizo una campaña discreta, logró salvar la categoría tras derrotar al Festina Andorra por 3-1.

Los problemas económicos que atravesaba la entidad aragonesa le obligaron a vender la plaza y Ford se marchó a un equipo muy humilde de Atenas, el Papagou.

Cuando Kostas Missas trajó a Alphonso al Papagou no las tenía todas consigo. Aunque desde el principio cuajó grandes partidos, muchos decían que no era jugador de equipo grande.

Dicen que verlo entrenar era un auténtico espectáculo. En pretemporada, cuando Ford se ponía a levantar los 150 kilos en la barra, el entrenamiento se detenía y los compañeros empezaban a contar las veces que podía levantar aquello.


En su primer año en Grecia formó una pareja letal con Georgios Diamantópoulos, el jugador franquicia de la entidad, alcanzando una muy meritoria séptima plaza en la liga, que condujo al equipo a la Copa KoracFord se coronó como máximo encestador del campeonato con una media de 24,6 puntos por partido.  Era bajito, chaparro, como deforme, pero pegaba unos saltos espectaculares. Destacaban sus anchos hombros y su velocidad. Sólo estuvo un año en el Papagou, pero dejó una profundísima huella allí. A su fallecimiento le retiraron la camiseta y le hicieron un homenaje póstumo.

En unas pruebas rutinarias realizadas durante el verano de 1997 le fue detectada leucemia. El Papagou decidió rescindirle el contrato porque debía estar una año parado. Ford intentó jugar en Turquía, pero el tratamiento contra la enfermedad le obligó a parar. El jugón se perdía la temporada 97-98 completa. Cómo volvería, en caso de poder volver, era toda una incógnita. Entonces no se filtró el motivo por el cual Alphonso rescindía el contrato con el Papagou.


El Sporting, otro equipo humilde del centro de Atenas, se hizo con sus servicios la temporada 1998-1999. Ford parecía recuperado y, aunque el equipo no pasó de la undécima plaza, de nuevo se coronó máximo anotador de la liga con una media de 22,7 puntos.

Por lo tanto, Alfonso Ford ya había hecho dos grandes años en Grecia antes de firmar por el Peristeri. ¿Podía el americano jugar en un equipo con aspiraciones?

El equipo de Argyris Pedoulakis, una institución en la casa, había acabado la temporada 98-99 en una discreta octava posición. Se requería trabajar bien en los despachos durante el verano.


Llegaron Erick Meek, máximo reboteador de la liga la temporada anterior con el Marousi y que ficharía un año después por el Real MadridKostas Tsartsarís, joven pívot procedente del Near East, el base español José Lasa, ex del Madrid y del AEK de Atenas, el alero zurdo Michalis Pelekanos, el joven Manolis Papamakarios y nuestro Santi Abad, ala pívot muy recordado en Barcelona y Vitoria. Pedoulakis optaba por jóvenes valores nacionales y dos americanos contrastados, además del dúo español Lasa-Abad.  

El Peristeri realizó una excelente campaña, terminando en quinta posición con 20 victorias y 14 derrotas. El PAOK de Bazarevich y Mulaumerovic se cruzó en el camino amarillo y lo eliminó en los play off (2-1). Alphonso repitió como máximo anotador del torneo con 22,7 puntos de media. En la Copa Korac, el Adecco Estudiantes eliminó a los atenienses en la segunda ronda. Con todo, económicamente hablando fue un año difícil, con impagos a jugadores y demás.

Gracias a la aportación económica de Andreas Korasidis, el Peristeri se inscribió en la Euroliga 2000-2001 aquel año raro del cisma. En ella también estaban el PAOK, el AEK y el Olympiacós. El Panathinaikós y el Iraklís optaron por jugar la Suproliga.


Por segundo año consecutivo, el club acertó con los refuerzos. El base Byron Dinkins llevaba desde 1995 en Grecia, donde había vestido las camisetas del Panionios, del Panathinaikós y del Iraklís. Una garantía que había justificado el sueldo año tras año. Para sustituir a la pareja Meek-Abad, llegaron el danés Michael Andersen, pívot de 2,13 que había jugado en el AEK, y Aleksey Savrasenko, eterno pívot ruso de 2,18 que llegó jovencísimo al Olympiacós y jugaba como cedido. Otros jugadores menos conocidos completaban el roster, como el portugués Fabio RibeiroAlexis Papadakos, medalla de oro en el Mundial Júnior de Atenas de 1995, se unía a la causa en el puesto de base.

La temporada 2000-01 fue la mejor de Alphonso Ford y del Peristeri de Pedoulakis.


En la Euroliga el equipo debutó en Madrid ganando por todo lo alto al Estudiantes de Pepu HernándezCarlos Jiménez y Alfonso Reyes (86-91). Ford metió 35 puntos con 7 de 11 en tiros de dos y 5 de 7 en triples. Tsartsarís anotó 16 puntos y Dinkins 13.

En la segunda jornada derrotó con grandes problemas al Lugano suizo, días después de haber ganado al PAOK en la liga. Quizás el mérito más grande de aquella temporada fue la de aguantar con opciones hasta el final en las dos competiciones.

El Zalgiris derrotó al Peristeri en la tercera jornada en Atenas (74-92), pero los de Pedoulakis se rehicieron la semana siguiente ganando al Zadar fuera de casa (79-92).

De nuevo con Ford -23 puntos- y Dinkins -19 puntos- dominantes, el Peristeri sorprendió a la Fortitudo de Fucka y Meneghin –aquel día no jugaron ni Myers ni Vrankovic-.

En la segunda vuelta, el Peristeri logró una nueva victoria contra el Estu y contra el Lugano, y otra nueva derrota contra el Zalgiris (92-73).

La primera plaza del grupo se la jugaron el Peristeri y la Fortitudo en Bologna. Los italianos ganaron 71-69 con 14 puntos de Basile y otros 14 de Fucka –Ford metió 24 y Dinkins 21-. Las dos derrotas contra el Zalgiris pesaron como una losa en la clasificación.


El Peristeri acabó segundo de grupo por detrás del PAF de Bologna con 7 victorias y 3 derrotas. Quedó por delante del Zalgiris y del Estudiantes. Pero el cruce contra el TAU, tercero del grupo B, resultó fatídico. Los de Dusko Ivanovic se impusieron en Atenas por 79-81 con una gran actuación de Strombergas y de Fabricio ObertoFord anotó 41 puntos y cogió 9 rebotes en el primer partido, pero un triple del llituano a falta de 4 segundos decidió el choque. El TAU definió la eliminatoria en Vitoria y no dio opción (81-68). Un sobresaliente para los de Pedoulakis a pesar de la derrota. Aquel año el equipo vitoriano echó a tres de los cuatro equipos griegos, siempre con desventaja de campo (PeristeriOlympiacós y AEK).

El excelente rendimiento del equipo no era casual. En la liga, el torneo de la regularidad, el Peristeri alcanzó la segunda plaza. Igualó a victorias al PAO (22-4), pero los verdes lograron el primer puesto por la diferencia de puntos (83-74 en el OAKA y 66-61 en la pista del Peristeri).


En semis el Peristeri se enfrentó al Olympiacós de Ilías Zouros. En el primer partido, Ford anotó 43 puntos y superó a Rivers (29), pero se lió parda cuando un empleado del club saltó a la cancha y fue directamente a por Milan Tomic. Los rojiblancos acabaron imponiéndose por 83-85 en medio de un gran follón. Pedoulakis cargó contra los árbitros de mala manera pero no hubo nada que hacer. Los de Zouros se imponían también en el SEF por 73-65 y dejaban al Peristeri fuera de la final.

Lamentablemente, los de Argyris Pedoulakis fallaron también en la liga el día clave, como contra el TAU. A la gran temporada amarilla le faltó algún triunfo de campanillas al final. Quedan los dos triunfos contra el Estudiantes y la victoria en casa contra el PAF de Bologna (83-70).

Alphonso Ford se proclamó máximo anotador de la liga con 23,7 puntos de media y de la Euroliga con 26. Además, ganó el premio MVP de la competición doméstica.

La tercera plaza supo a poco, pero con los años podemos hablar de temporada histórica.

Pedoulakis ganó el premio a entrenador del año que luego repetiría en 2003. Ford fichó por el Olympiacós, con el que volvería a proclamarse máximo anotador de la liga y de la Euroliga. El Peristeri volvería a la Euroliga, pero sin Alphonso no haría un buen torneo a pesar de ganar en el Palau Blaugrana por 73-77.


El americano fue el máximo anotador de la liga griega las cuatro veces que la jugó, una con el Papagou, una con el Sporting, dos con el Peristeri y una con el Olympiacós. Ganó el MVP en la temporada 2000-2001 y fue el máximo encestador de la Euroliga en los cursos 2000-2001 y 2001-2002. Con el equipo marinero ganó la Copa de Grecia, pero no la liga. En el cuarto partido de la serie contra el AEKSubotic dejó a Ford fuera del equipo en una decisión que todavía hoy nadie se explica. Los de Sakota remontaron la eliminatoria en uno de los finales ligueros más increibles de la historia. Vídeo de Ford el día que metió 34 puntos en Málaga.

Ford todavía jugaría dos grandes años en Italia antes de dejar el baloncesto definitivamente. La enfermedad avanzaba inexorablemente. Bonito video de homenaje. 

La Euroliga decidió homenajearle tras su muerte, a los 33 años –en 2004-, concediendo el premio Alfonso Ford al máximo anotador de la misma.


Para saber cómo jugaba Ford, lo mejor es ver alguno de sus vídeos. Las imágenes hablan por sí mismas y los comentarios de los periodistas ilustran perfectamente las sensaciones que transmitía al espectador. Era rapídisimo, tenía una suspensión privilegiada y una mano que era “pura seda” (Ramón Trecet dixit). Incluso nos quedaríamos corto si sólo dijéramos que Alphonso era una máquina anotadora, porque además daba asistencias y entendía el juego como pocos. Intuía donde iban a ir esos balones sin dueño y se anticipaba en defensa porque sabía perfectamente que la bola acabaría ahí. Un portento físico capaz de jugar también cerca del aro de espaldas. Un atleta. Pensar por lo que tuvo que pasar, tratarse, parar, reengancharse, etcétera, emociona. ¿Dónde hubiera llegado Alphonso Ford de no haber sido por la enfermedad? 

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