martes, 28 de junio de 2011

El barco se hunde (2). Resumen de la temporada 2010-2011.



La temporada ya ha terminado y creo que ha llegado el momento de hacer balance. Antes de empezar, podéis leer si os interesa lo que escribí sobre la liga antes de empezar la temporada aquí. 

El barco, que más que barco era barca de remos, se hunde irremediablemente. Los dos capitanes que intentaban todavía manejar el timón no han podido más y han abandonado la embarcación.  El futuro de la temporada que viene es negro.

Pero primero vayamos con el resumen. 

Como no podía ser de otra manera, el Panathinaikós y el Olimpiakós han dominado las competiciones domésticas de cabo a rabo. Los del Pireo llegaron imbatidos a la final de la liga; sin derrotas en la regular con un balance de 26-0 y sin derrotas en la Copa Griega. Los verdes, por su parte, se presentaron en el momento clave de la temporada con 3 derrotas: las 2 de liga contra el Olimpiakós y la final de la Copa Griega. 

Como ya comenté en el post al que os he remitido antes, la diferencia de presupuesto es tan grande que, cualquier otro resultado sería poco menos que un milagro. Por detrás, los equipos de Salónica han recuperado el nivel y han conseguido la tercera y la cuarta plaza. Conviene decir, con todo, que los problemas económicos del Maroussi, del Panionios y del Peristeri también han influido. 

Rawle Marshall ha llevado al PAOK al tercer puesto de la liga.

Por debajo, el Iraklís perdió la categoría tras una temporada nefasta cargada de problemas de todo tipo, y el AEK, finalista de la Euroliga hace unos 10 años, ha quedado el penúltimo. Ahora que todo el mundo habla de River Plate por su sorprendente descenso, conviene decir que el AEK de Atenas tampoco había bajado nunca en toda la historia. Ahora sólo el Panathinaikós y el Aris son las escuadras que han jugado siempre en la primera división. Sin embargo, ahora pretende mantener la categoría en los despachos. Un problema legal -un peldaño al que agarrarse además de su historia y de sus siglas- pueden hacer todo lo demás. El Ilisiakós, que ganó su permanencia en las canchas tras vencer en la última jornada en Rodas, puede irse al pozo. Al parecer, el presidente es a la vez representante de jugadores, algo que es ilegal en Grecia, con lo que la sanción podría ser el descenso a la segunda categoría. No hay resolución todavía.

La temporada del Olimpiakós puede considerarse de bastante buena hasta la llegada de los play off de la Euroliga. A partir de ahí, un desastre. Las lesiones de Nesterovic y Nielsen han marcado el final de la temporada. Ni las buenas actuaciones de Glynniadakis ni la vuelta de Printzesis han podido evitar el hundimiento. Además, Teodosic ha tenido graves problemas de cintura los últimos meses y tanto Papaloukás como Spanoulis se han perdido algún partido por dolores en la rodilla. Este panorama unido a la irregularidad que siempre muestra y la inestabilidad de un vestuario poco unido han hecho el resto. No se explica. 

La Copa de Grecia se volvió a celebrar como si se hubiera ganado la Euroliga. Demasiado poco para un equipo que maneja año tras año uno de los presupuestos más altos de Europa.

El cruce de cuartos en la Euroliga marcó el principio del fin. Tras una victoria de 40 puntos en el primer partido de la serie, nada podía esperar un descalabro semejante; derrota en los siguientes tres partidos y a la calle. Además, siempre dio la impresión de que el equipo no podía más. Coincidió con los problemas físicos de Teodosic, que no pudo ayudar demasiado. Fue una serie que resume bastante bien lo que ha sido el Olimpiakós estos últimos años, capaz de lo mejor y de lo peor. Se decía que a Giannakis lo toreaban un poquito, pero ¿a Ivkovic?

En la liga las cosas no fueron mucho mejor. A pesar de llegar imbatido, el PAO superó el factor cancha ganando el primer partido en el Pireo. A partir de ahí, a remolque, que es algo que no suele saber hacer. La final no estuvo exenta de polémica. Siempre lo mismo. Lo que pierden intentan agarrarse a un clavo ardiendo, en este caso al arbitraje. 

El PAO llegó al momento clave de la temporada en el mejor momento. Obradovic siempre lo consigue. Jugadores que se habían mostrado irregulares durante la temporada, llegaron a las finales en plena forma y con mucha confianza. 

Cayó derrotado en liga en la primera vuelta contra el Olimpiakós. Las piezas no estaban todavía engrasadas. En la segunda vuelta perdió en la prórroga y se presentó a la final con un balance de 24-2 y desventaja de campo. 

Se dejó ir en la competición doméstica y se preparó 100% para la Euroliga. Un par de derrotas inoportunas les colocó detrás del Caja Laboral. El cruce con el Barcelona marcaría el final de la temporada para unos y para otros. Fue la final anticipada. Los de Obradovic maniataron a Navarro y aprovecharon la baja forma de Ricky Rubio para dominar los 4 partidos de la serie. En Barcelona ganaron el segundo partido y en el OAKA no perdonaron. Vivimos, a pesar de la baja anotación, la mejor serie de los últimos años. Hubo igualdad, momentos trepidantes y muchos nervios. Lo que necesita la Euroliga con más regularidad.


El PAO se presentó en la final four de Barcelona como el gran favorito y no falló. A decir verdad, ganó con cierta comodidad los dos partidos. La pareja Diamantidis-Batiste apoyada por un gran Calathes brilló aquel fin de semana y dio la enésima Euroliga a Obradovic, que estaba eufórico. ¿Quién se lo iba a decir un año antes cuando fue eliminado en la fase de grupos tras caer contra el Maroussi?

Con la resaca del título en todo lo alto, llegó la final de Copa a la semana siguiente. La igualdad se mantuvo hasta el último cuarto. Apareció el cansancio en el peor momento y el Olimpiakós lo aprovechó para llevarse el partido.

Lejos de desanimarse y a pesar de no tener ventaja de campo, remontaron el vuelo y ganaron el primer partido en el Palacio de la Paz y de la Amistad. Los pilares del equipo volvieron a funcionar. El equipo volvió a demostrar ese carácter ganador que no falla en los momentos de la verdad. Un extraordinario Fotsis desde fuera del triple, un gran Calathes en la dirección, Batiste, Nicholas… Incluso ganaron el sexto sin Diamantidis, que se lesionó en el primer minuto. Fue el mejor partido de la temporada. Acabó con empate a 81 y con una prórroga fantástica del PAO (anotó 18 puntos) y un Fostis y un Batiste colosales.

Diamantidis dominó en Grecia y en Europa.

El resumen de las finales podéis verlo aquí.  

A nivel europeo, Diamantidis se llevó el MVP del campeonato. En el quinteto ideal estaban Batiste  y Diamantidis, además de Scorchanitis, al que echaron de menos todo el año en el Pireo. En el segundo quinteto entró Spanoulis.

A un segundo nivel, el Aris, el PAOK, el Maroussi, el Panionios, el Peristeri, el Panellinios y el Coloso de Rodas estuvieron peleando por la tercera plaza y la entrada en los play off. 

Todos los equipos están con el agua al cuello y apenas pueden pagar a sus jugadores. Sorprendentemente, el PAOK consiguió la tercera plaza. Markópoulos, un clásico de los banquillos griegos, formó un equipo sólido a pesar de la venta de Papadopoulos al Khimki ruso a mitad de temporada. Jóvenes talentos unidos a dos o tres americanos que han dado el nivel, han obrado el milagro. Por detrás, el Aris ocupó la cuarta plaza. La irregularidad ha sido la constante en el equipo, que por presupuesto debería quedar siempre tercero. Problemas con los aficionados han hecho que el Alexandrio no se haya llenado nunca. Por detrás, los equipos de los barrios de Atenas han mantenido el tipo como el año pasado, pero siguen estando unos escalones por debajo. Al Panellinios no le ha sentado bien el cambio de sede y ha bajado posiciones respecto al año pasado. Ha habido pelea por entrar en Europa, aunque veremos qué pasa porque no creo que todos cumplan los requisitos que se requieren.

Soulis Markópoulos, un grande de los banquillos.

Por debajo, Iraklís se descolgó enseguida y quedaron Ilisiakós, Kalitheas y AEK peleando. El AEK de Dikoudis se pegó el trompazo. Los impagos están al orden del día. No va nadie al campo y fallan los patrocinadores. Desde hace diez años para acá, se ha desmontado un equipo campeón que disputaba la liga a los grandes. Una pena. Veremos si consigue mantener la categoría en los despachos.

Resumiendo podemos decir que se ha repetido el guión de los últimos años, con la impotencia de unos, el desastre de otros y la irregularidad de muchos. Pero sorpresas, salvo la del AEK, ninguna.  

Obradovic sigue siendo el Rey.

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