sábado, 18 de octubre de 2014

La Segunda Dinastía Roja II (Olympiacós 1991-1997).



Temporada 1993-1994: un doblete amargo. La marcha de Zarko Paspalj.

Roy Tarpley a su llegada al aeropuerto.

El Olympiacós fichó a Roy Tarpley para afrontar el asalto a la Euroliga. El americano, que todavía no podía volver a la NBA, había hecho un temporadón en el Aris, con el que había ganado la Recopa de Europa. Para cubrirse las espaldas con el polémico jugador, el club llenó el contrato de cláusulas. Sus excesos eran vox populi. Quizás no haría olvidar a The Truth, jugador mucho más espectacular y ofensivo, pero su presencia bajo los aros debía notarse.

Efthimis Bakatsiás.

Efthimis Bakatsiás fichó procedente del Pagrati, al que se fue Elliniadis. Internacional en todas las categorías, Efthimis era alto, buen defensor y más rápido que Tomic. Sin duda, Bakatsiás era el base griego con más proyección de entonces y no tardaría en ser convocado con la selección absoluta.

Panagiotis Fasoulas firmando por los rojiblancos.

Junto a él y a Tarpley, el fichaje estrella de la temporada fue Panagiotis Fasoulas, que llegó envuelto en polémica. Los aficionados del PAOK lo acusaron de traidor y de tener apalabrado el fichaje desde la temporada anterior. La Araña era el pívot titular de la selección y una garantía debajo de los aros, sobretodo en defensa. Con Roy, Panagiotis, Tarlac y Papadakos, el Olympiacós tenía el mejor juego interior de Europa. Ioannidis no sólo fichaba jugadores importantes para el equipo sino que además debilitaba a rivales directos (el Aris sin Tarpley y el PAOK sin Fasoulas).
Poco antes de empezar la temporada, en un amistoso en el Pireo contra el Minsk, Dragan Tarlac se rompió el cruzado. Estaría 6 meses de baja. Un bajonazo. Aunque se recuperó para el momento importante de la temporada, no pudo ayudar mucho al equipo.
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La gente acudió en masa al debut en liga frente al Mylonas, equipo recién ascendido (casi 9000 personas). La plantilla, a pesar de la baja del serbio, era la más completa de Grecia y de las mejores de Europa, con Tomic, Bakatsiás, Karatziás, Limniatis, Sigalas, Stamatis, Nakic, Paspalj, Papadakis, Tarpley, Kambouris, Papadakos, Tarlac y Fasoulas.  

En la fase de grupos de la Euroliga, el Olympiacós empezó como un tiro. Ganó en Madrid y en Treviso, y se puso primero con 5 victorias y 0 derrotas. La primera derrota fue en Barcelona, y luego cayó en el Pireo contra el Limoges. Los tropiezos no evitaron que los de Ioannidis acabasen primeros de grupo. El rival en el cruce sería la Kinder de Bologna. 

En Italia, los locales vencieron por 77-64. Los griegos empataron en el Pireo tras una holgada victoria (89-69), pero sufrieron de lo lindo en el tercero y definitivo (65-62). Un tapón de Fasoulas a Moretti a escasos segundos para acabar hizo estallar el SEF. El Olympiacós se clasificaba por primera vez para la Final Four, y era el claro favorito.

Más preocupado por Europa, se dejó ir en partidos alejados del Pireo. Sufrió dolorosas derrotas contra el Panionios, el PAOK y el Panathinaikós. Sin embargo, logró recuperar los averages. Una semana antes de la Final Four que le enfrentaría a los verdes de Galis, el Olympiacós ganó al PAO en el último partido de la fase regular.

Paspalj y Ferran Martínez en Tel Aviv.

En el partido contra el PAO, un parcial de 15-0 en la segunda parte acompañado del gran marcaje de Sigalas sobre Galis (sólo 8 puntos), llevaron al equipo colchonero a la final. Ya le dediqué un post a la final de la Final Four de Tel Aviv, que podéis leer pinchando aquí.
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En la Copa, el Olympiacós eliminó al Peristeri (90-71), al Aris en Salónica (56-68) y al Panionios en Nea Smirni (76-88). El rival en la final fue el Iraklís de Salónica de Jure Zdovc y James Donaldson. Los de Ioannidis no se dejaron sorprender y superaron con claridad a los azules (63-51), logrando así el primer título de la temporada.

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En los play off de la liga, no tuvo problemas hasta la final. Eliminó por la vía rápida el AEK (2-0) y al Panionios (3-0), mientras por el otro lado del cuadro los bicéfalos se deshacían del PAO

Contra el PAOK de la pareja Prelevic-Berry, que acababa de ganar la Copa Korac, el Olympiacós hizo valer el factor cancha. Ganó el primer encuentro con claridad (81-66), perdió el segundo (81-68), se impuso en el tercero (80-73), cayó en el cuarto (68-62) y sentenció en el quinto (70-65).
El último partido fue muy polémico y el PAOK estuvo a punto de retirarse a falta de escasos segundos para el final. Fue obligado a salir de los vestuarios y a regresar a la pista, donde apareció un quinteto con los calcetines bajados y las botas descordadas. 

Era la segunda liga consecutiva de la Dinastía, y el primer doblete, que pudo ser triplete de no ser por el Joventut. Estaba claro que la línea seguida era la correcta, a pesar de los métodos casi paramilitares del Rubio y de su carácter conflictivo.

Tarpley vs Savic.

Sorprendentemente, Zarko Paspalj, el jugador franquicia de la Segunda Dinastía Roja, abandonó la entidad al terminar la temporada. Tampoco Roy Tarpley siguió de rojiblanco, con lo que dos de las piezas claves de la temporada pagaban la derrota de Tel Aviv.

Volkov y Paspalj ficharían por el eterno rival la temporada siguiente.


Temporada 1994-1995: la maldición de Ioannidis en Europa continúa.

Tarpley quería volver a la NBA, o en caso de no poder hacerlo, cobrar más en el Olympiacós. Su comportamiento durante la Final Four, dentro y fuera de la pista, había sido de todo menos ejemplar, y el club no le quiso mejorar el contrato. Regresó a Dallas y todos contentos. Allí Roy volvería a las andadas.


La noticia bomba de aquel verano fue el fichaje de Zarko Paspalj por el Panathinaikós. Al montenegrino no le renovaron el contrato y acabó en el eterno rival. Por contra, Kókkalis se la devolvió a los verdes llevándose a Alexander Volkov, que en principio parecía que regresaba a la NBA. Además, firmó a Eddie Johnson, veterano alero que llegó para hacer olvidar a Zarko. Es decir, de la temporada anterior sólo fueron cambiados los dos jugadores extranjeros. 

Eddie Johnson y Sokratis Kókkalis.

Con Eddie Johnson, Kókkalis acertó plenamente. A pesar de sus 35 años, el americano parecía ser la pieza del puzzle que faltaba. El equipo necesitaba tiro exterior y con Eddie la efectividad estaba asegurada. Demostró una gran profesionalidad y aportó muchas más cosas, no sólo lanzamiento.

Alexandr Volkov.

Volkov llegó del PAO vía New Jersey Nets y era conocido por todos. Calidad en la zona y pelea a pesar de sus problemas físicos. Faltaba un pívot poderoso como Tarpley, pero con Volkov, Fasoulas, Tarlac -plenamente recuperado-, Papadakos y Kambouris, el juego interior era bastante nutrido.
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En la Copa de Grecia llegó el jarro de agua fría de la temporada. En un insoportable partido, el Olympiacós perdió en el pabellón del Sporting –se jugó allí por la sanción que arrastraban los pireotas por los incidentes de la final liguera del año anterior- por 40-42 contra el Panathinaikós y quedó eliminado en la primera ronda. El peor debut posible de Eddie Johnson, que ni había hecho pretemporada con el equipo ni había jugado amistosos. La alegría de los verdes duraría poco, puesto que caería en la ronda siguiente contra el Peristeri (70-74).
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El debut en liga, tras aquel golpe, se preveía complicado. Jugar en el Alexandrio contra el Aris no era tarea fácil, pero los rojos acabaron imponiéndose por poco. A Johnson le cayó un objeto en el pómulo, que si llega a ir un poco más arriba lo deja sin ojo.

A partir de ahí, el Olympiacós enlazó 4 victorias seguidas en Europa y 8 en liga, conquistando las pistas del Aris, del PAOK y del PAO, nada menos. Tenía que ser el Limoges de Maljkovic, la bestia negra rojiblanca, el que rompiera la racha. 

A continuación, el Olympiacós perdió en Bologna, ganó al Barça y fue humillado en el SEF por el Efes Pilsen, que dio la sorpresa ganando de 23 (en Estambul los griegos lo habían hecho por 35). Dragan Tarlac (23 puntos) impuso su ley bajo los aros en Zagreb y los griegos sumaron otro triunfo por 60-69 ante la Cibona, dejando casi decidida la clasificación, con ventaja de campo en el cruce. Sin embargo, otra vez Boza se cruzó en el camino, esta vez en el Palacio de la Paz, que obligó a los de Ioannidis a lograr una sufrida victoria en Bologna. El equipo se repuso a una inoportuna lesión de Sigalas y acabó segundo de grupo.
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En Grecia es el Iraklís el equipo que suele atragantársele a Ioannidis. Los azules de Walter Berry ganan en un gran partido, y el Olympiacós-Panathinaikós decidirá muchas cosas. El derby, esta vez sí, lo tiene todo. Por el PAO ya no están ni Galis ni Politis, pero los verdes dan la campanada (72-74) merced a una canasta de Zarko Paspalj -no podía ser otro- con la derecha. Un error en el tiro libre deja el basket average particular empatado. El Olympiacós suma una derrota más, pero en el average general va por delante. El Iraklís se cruza en el camino, esta vez del Panathinaikós, al que derrota en Salónica a falta de tres jornadas para el final, dejándole en bandeja de plata la primera plaza a los rojiblancos.
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Sobre el enfrentamiento contra el CSKA en los octavos de final de la Euroliga, os remito a este post. Nadie vio nada, nadie investigó, nadie dijo. El Olympiacós se metía en la Final Four por segundo año consecutivo.

Patavoukas no pudo con Johnson.

En Zaragoza, el equipo del Pireo volvió a ganar al Panathinaikós (58-52), que llegaba convencido y en buena forma. Pero el Olympiacós gozaba de la experiencia suficiente. Eddie Johnson hizo uno de los mejores partidos que se le recuerdan, tanto en ataque como en defensa. Anotó 27 puntos con 4 triples y cogió 10 rebotes. El choque se mantuvo igualado, con ventajas mínimas para los verdes, pero en el momento de la verdad, los rojillos demostraron estar más preparados. Un triple de Tomic sentenciaba el pase a la final. De nada sirvieron los 17 puntos de Paspalj y los 12 con 17 rebotes de un gran Stojko Vrankovic.


Contra el Real Madrid no hubo opción (73-61) a pesar de que la presión era menor que el año anterior. El Madrid era el favorito y se cumplieron los pronósticos. Sabonis (23) y Arlauckas (16) dominaron bajo los aros, y los blancos siempre llevaron la iniciativa. Volkov, mermado, hizo lo que pudo y metió 15 puntos. A los aficionados griegos, sin duda, les dolió mucho más la derrota de Tel Aviv que la de Zaragoza.
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El Olympiacós se desquitó en la liga, derrotando sin problemas al AEK (2-0) y dejándose un partido en el Ivanofeio, para variar (2-1). Debió ser curiosa la serie, porque en el SEF destrozó al Iraklís en el primer choque por 84-46 y en el tercero por 81-47. Sin embargo, en Salónica los azules ganaron por 89-77.
Los problemas de cintura de Sasha Volkov lo dejaron fuera de la final. Además, sus relaciones con Ioannidis eran pésimas.


La serie contra el PAO fue de las más reñidas que se recuerdan. Decidió el factor cancha, puesto que ninguna de las escuadras logró hacer el break. El Olympiacós ganó el primero (82-66), el tercero (66-56) y el quinto (45-44) y el PAO el segundo (71-55) y el cuarto (65-57).

El resultado del quinto partido es bastante elocuente. Sokk estuvo 33 minutos en pista e hizo un espeluznante 1/10 en el tiro, Paspalj acabó con un terrorífico 5/29 (17%) si sumamos los tres partidos jugados en el SEF. En cambio Johnson enchufó 34, 30 y 16. Los de Ioannidis se cerraron bajo el aro, concediendo tiros lejanos a los verdes que no aprovecharon. Fasoulas y Tarlac hicieron un buen trabajo, y no se notó la baja de Volkov

A los Giannakopoulos se les acababa la paciencia. Necesitaban dar un golpe de efecto para destronar a los pireotas. 

La temporada había empezado con un lamentable 40-42 y había terminado con un deplorable 45-44.

Temporada 1995-1996: paso atrás en Europa. El 73-38 que evitó el triplete verde y el polémico adiós de Ioannidis.

Dos hechos marcan el verano baloncestístico de 1995: Grecia gana el Mundobasket junior metiendo a 20.000 almas en el Palacio de la Paz y el Panathinaikós ficha a Dominique Wilkins y Bozidar Maljkovic. Boza, la auténtica bestia negra del Olympiacós, había derrotado a los marineros seis veces en tres años.

David Rivers.

Kókkalis tarda en reaccionar. Se barajan algunos nombres potentes (Scott Skiles, Terry Porter…), pero no llegan. Al final es David Rivers el elegido, ex de los Lakers y MVP de la liga francesa. Jugador muy rápido, buen pasador, gran suspensión y experto en robar bolas, pero no era Eddie Johnson, que había calado muy hondo entre los aficionados.  Además, al lado del fichaje de Wilkins, quedó totalmente eclipsado.

Al margen de los americanos, la principal novedad en el roster es que Franko Nakic pasa a ocupar puesto de titular. Llega el internacional Nasos Galakteros, alero alto procedente del PAOK, y Dimitris Papanikolaou, uno de los juniors de oro de ese verano, procedente del Sporting.

El regreso de Walter Berry.

El segundo extranjero en llegar, sustituto de Sasha Volkov, fue Walter Berry, que venía de hacer una magnífica temporada en el Iraklís. Sin embargo, las cosas no fueron bien desde el principio. Berry sabía de las duras pretemporadas e hizo todo lo posible para retrasar su llegada. ¡Ioannidis lo quería echar en agosto! Sin embargo, pudo más la presión de la gente que la opinión del coach.

Anatoly Zourpenko.

Argyris Kambouris dejó el equipo, acabando su carrera en el Peristeri, aunque fue el Olympiacós el que pagó su ficha aquel año. En su lugar subió al primer equipo Anatoly Zourpenko, uno de los caprichos de Ioannidis

Además de todos estos movimientos veraniegos, Dragan Tarlac fue elegido en el Draft.
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La temporada comenzó con un tropiezo inesperado en casa contra el PAOK (76-77). Al siguiente partido, se lesionó Galakterós. La segunda derrota no tardó en llegar (66-61 contra el PAO), como tampoco la segunda lesión (Tarlac, por un mes). 

En Salónica, el Olympiacós venció al Aris con un Walter Berry “griposo”, pero los análisis confirmaron que la supuesta gripe era en realidad Hepatitis B. Al margen de la gravedad de la enfermedad, Ioannidis ya no podía sustituir al americano en Europa. Sonó Tarpley de nuevo para sustituirlo en la liga, pero al final nada.

Papadakos y Papanikolaou adquirieron un protagonismo inesperado en la Euroliga debido a las bajas.


En el campeonato de liga, el equipo se recuperó, no así en Europa. Cayó en Treviso, contra el CSKA en el SEF, etc… Berry volvió a las canchas relativamente pronto, un mes y medio después, en la victoria contra el Málaga en España, aunque se le vio claramente fuera de ritmo.

Ganando al Panionios y al Panathinaikós, el Olympiacós se garantizó la primera plaza con 24 victorias y 2 derrotas. A pesar de los constantes problemas en forma de lesiones y enfermedad, fue la mejor fase regular de la Dinastía. La segunda unidad y los hombres menos protagonistas demostraron su calidad.

En cuartos de la Copa, el Panathinaikós eliminó al Olympiacós, derrotándolo con claridad por 85-72. Los de Boza acabarían ganando el título. 

En Europa, tenía casi asegurada la segunda plaza tras cinco victorias consecutivas. Sin embargo, una inesperada derrota del CSKA en Antibes lo cambia todo. Hay quien dice que los rusos se dejaron perder como venganza por el suceso del envenenamiento del año anterior. Se produjo un triple empate en cabeza (CSKA-Olympiacós-Benetton) que condenó a los griegos a la tercera plaza. Esperaba el actual campeón, nada menos.

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Aunque los rojiblancos se impusieron en el SEF por paliza (68-49), el Real Madrid aprovechó el factor cancha, ganando los dos partidos siguientes (80-77 y 80-65). Después del segundo partido, se produjo una conversación subida de tono entre Kókkalis y Ioannidis en los vestuarios. Presidente y entrenador no volverían a hablarse en toda la temporada. El equipo debía reponerse al golpe de no haber llegado a la Final Four y de ver como el Panathinaikós levantaba el trofeo en París. Los verdes amenazaban con el triplete y el clima en El Pireo no era el mejor. El Rubio, pasase lo que pasase, parecía sentenciado.

La serie prometía emoción e igualdad. En el SEF, los locales se adelantaron (67-63), pero el PAO empató en el OAKA (65-63).

Wilkins estaba tocado del tendón de Aquiles y Maljkovic decidió no forzarlo en el tercero a pesar de la importancia del duelo. Dominique jugó sólo 8 minutos en la derrota verde por 72-65. Se dispararon los rumores. Podría forzar, pero ya tenía contrato firmado para el año siguiente en la NBA. Nadie sabe hasta qué punto es cierto, pero la realidad es que el americano se largó. Ya no se sentó en el banquillo en el cuarto partido. Además, su manager presentó una hoja de gastos que se le adeudaban y la reclamaba al club. A pesar de este clima enrarecido, el PAO logró empatar de nuevo la serie y se impuso en el OAKA por 79-74.

Si el quinto partido de la serie del año anterior había pasado a la historia por el tanteo y la igualdad (45-44), el de la temporada 95/96 todavía escuece hoy a los verdes.


El choque entrará en los anales de la historia. El Olympiacós humilla a los de Bozidar Maljkovic (73-38) y se proclama campeón de liga por cuarta vez consecutiva. 35 puntos de diferencia contra el campeón de Europa. Desde luego, si los árbitros no hubieran regalado el triunfo a los del trébol en París, la temporada habría acabado en fracaso.


A pesar de la victoria, las diferencias entre Ioannidis y Kókkalis son demasiadas y el Rubio abandona. El presidente opta por Dusan Ivkovic para sustituirle.

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