jueves, 22 de mayo de 2014

La década prodigiosa del baloncesto en Salónica (Iraklís IV).

Plantilla de la temporada 1993-1994.

Cifras y personalidades de la Dinastía azul.

Es complicado encontrar datos sobre algunos de los jugadores del Iraklís. Como en los otros dos equipos de la ciudad, hubieron varios hombres que estuvieron en el club casi una década pero que vivían apartados de los focos. Sin embargo, de las figuras claves de aquella época sí se pueden encontrar cositas.

Era tiempos en los que los titulares pisaban el parqué casi los 40 minutos y lo suplentes envejecían en el banquillo. Con la inclusión de extranjeros en las plantillas, prácticamente desaparecieron de las pistas. Con todo, debe reconocerse su labor de equipo, su profesionalidad y su paciencia.

En mi opinión, seis son los nombres fundamentales de la dinastía. No incluyo  a ningún entrenador, aunque destacaría el trabajo de Soulis Markopoulos (1987-1990) y de Slobodan Subotic (1993-1995), primero como asistente y luego como coach. Hubo otros entrenadores como Dragan Sakota, Theodoros Rodopoulos o Steve Giatzoglou, pero sólo estuvieron una temporada en el banquillo.

El sexteto lo formarían: Kostas Chaitoglou, Dimitris Papadopoulos, Lefteris Kakiousis, David Ancrum, Christos Tsekos y Jure Zdovc.

Kostas Chaitoglou y Giannis Ioannidis a pie de pista.

El primer nombre de la Dinastía azul es Kostas Chaitoglou, el mecenas. El empresario no dudó en apoyar económicamente al club y hacerlo crecer. Fue el presidente más joven de la liga (35 años) y en cuanto se marchó, el club se resintió enormemente. En diciembre de 1995, pocos meses después de haber abandonado el club, secuestraron a su hermano. Pagó un rescate de 260.000.000 dracmas y fue liberado. Desde entonces, aunque sigue teniendo una de las empresas más rentables de alimentación del país (famosa por el Chalvás), vive retirado del mundanal ruido.

Dimitris Papadopoulos en un derby contra el Aris.

Apodado el “Doctor”, por ser estudiante de Medicina cuando llegó, el tesalonicense Dimitris Papadopoulos (1986-1995 y 1996-1997) es otro de los hombres clave de la dinastía.

Aunque se metió en el Aris cuando todavía iba al colegio, no fue inscrito en ningún equipo. Entonces se marchó al Melitea, que jugaba en una categoría profesional, pero de poco nivel. Al poco tiempo fichó gratis por el Iraklís sin ni siquiera preguntar al Aris.

Formó parte de la primera plantilla desde los 19 años, aunque estuvo a punto de dejarlo porque entró en Medicina y tuvo que hacer la mili.

En su primera temporada mostró su talento a cuentagotas, pero a partir de la siguiente empezó a destacar. Desde el principio contó con la confianza de Markopoulos porque ponía mucha pasión en todo lo que hacía. Era un tres muy fuerte y un gran defensor. Si había que anotar, lo hacía sin problemas.

Su talento no pasó desapercibido. Papadopoulos fue preseleccionado para el Eurobasket de 1987 y formó parte de la primera lista de 16 jugadores. Poco antes del campeonato fueron descartados 2, con lo que quedaban 13 (el alero del Iraklís estaba entre los elegidos).

A la vuelta de un partido de preparación en Roma, Kostas Politis le comunicó a Dimitris que él era su último descarte. El pobre rookie se quedaba fuera por los pelos y tenía que ver el éxito de la selección por la televisión.

Papadopoulos y Drazen Petrovic en el Eurobasket de 1989.

Papadopoulos no se desanimó y siguió trabajando duro, mejorando año tras año sus prestanciones. A partir de 1988 fue fijo en todas las convocatorias.

Se marchó un año al AEK -en 1995- para regresar la temporada siguiente y volverse a ir, también al equipo de Atenas, donde jugó hasta 1999.

Papadopoulos es el segundo máximo anotador de la historia del club (3.313 puntos), el máximo reboteador, el mejor triplista y el  tercer jugador que más veces ha vestido la camiseta del Iraklís (198 partidos, 4.958 minutos). Fue internacional con Grecia en 67 ocasiones, se colgó el bronce en el Eurobasket de Zagreb de 1989 y participó en el Mundobasket de Argentina de 1990 y en el Eurobasket de 1991.

Como entrenador, formó parte del staff técnico del Panathinaikós de Obradovic entre el 2000 y el 2007. Luego dirigió varios equipos como primer entrenador.

Dimitris Papadopoulos acabó convirtiéndose en el fiel escudero de Lefteris Kakiouzis (1987-1997 y entrenador 2004-2005 y 2009-2010).

Kakiousis y Giannakis en la temporada 95/96.

Lefteris Kakiousis ha sido el jugador más importante de la historia del club. Fue el buque insignia durante 10 años y se convirtió en uno de los mejores bases de la liga. Lo raro es que se mantuviera tantos años en el club y no fichase por otro equipo más grande.

Ha sido el jugador que más veces ha vestido la camiseta azul, el primero en asistencias, el tercero en anotación, el cuarto en triples y el quinto en rebotes. En la temporada 94-95 fue el máximo asistente de la liga.

Su personalidad y su trabajo lo llevaron a la selección en cuanto Galis la abandonó. Fue internacional en 44 partidos, y participó en los Eurobaskets del 93 y del 95, además de lograr el quinto puesto de los Juegos Olímpicos de Atlanta de 1996.

Lefteris Kakiousis también fue entrenador del Iraklís.

Fichó por el PAOK en 1997 donde jugó 2 temporadas y ganó el único título de su carrera como jugador, la Copa de 1999. Se retiró en el Makedonikós de Neápoli (Salónica), donde jugó entre 2000 y 2002.
Fue entrenador del Iraklís en las temporadas 2004-2005 y 2009-2010. En el Eurobasket 2005 (oro) y en el Mundobasket 2006 (plata) era uno de los asistentes de Giannakis.

El tercer jugador clave de la dinastía fue el americano David Ancrum (1987-1992), que acabó convirtiéndose en un hombre de la casa.

David Ancrum.

Ancrum procedía de los Albani Patrouns de la CBA, donde había jugado a las órdenes de Phil Jackson. Makis Kalantaridis, ayudante de Soulis Markopoulos, le había echado el ojo. “Será como nuestro Galis”, le dijo al coach. La operación se cerró por 50.000 dólares.

Aterrizó el 7 de septiembre de 1987 y firmó para ocupar la plaza de extranjero en la Copa Korac. Se sintió muy a gusto en la ciudad desde el primer día.

Aunque en su primer año sólo pudo jugar 4 partidos, enamoró al público del Ivanofio. Destacó su actucaión contra el Estudiantes, al que le metió 42 puntos (100-98).

Volvieron a contratarlo para ocupar la plaza de extranjero la primera temporada en la que se admitían en la liga (1988-1989).

Debutó en competición doméstica el 15 de octubre de 1988, anotando 35 puntos contra el Filipos de Salónica (90-69). David Ancrum era puro espectáculo. Sus cambios de ritmo y su zurda hicieron enloquecer a los aficionados. Merecía pagar la entrada sólo para verlo a él. En las cinco temporadas que estuvo en el país, promedió más de 30 puntos por partido.

Su récord de anotación lo consiguió en el curso 1990-1991, cuando anotó 59 puntos contra el Peristeri. Un año antes, en un partido de Copa contra el Expresso, llegó a 58 puntos. En Europa, su récord fue de 53 puntos que le enchufó al Riga en la Copa Korac.

La temporada 90/91 fue la mejor de su carrera (acabó con 36,1 puntos de media, 59% de dos puntos y 87% en tiros libres). A parte de los 59 puntos que materializó contra el Peristeri, anotó 57 puntos (14/21 y 4/8 en triples) contra el Panionios, uno de los cocos del campeonato. Cuando los periodistas le preguntaron si era mejor él o Galis, respondió: “Galis y yo somos buenos, pero el mejor es Jordan”.

Ancrum a hombros tras un derby contra el Aris.

En la temporada 91/92, en un partido histórico, el IRA se impuso al Aris en el Ivanofio y Ancrum salió a hombros del pabellón (metió 51 puntos).

El americano se sentía todavía en forma para seguir a sus 34 años. Además, en verano había empezado su proceso de nacionalización. Con dos extranjeros y Ancrum “griego”, el IRA prometía emociones fuertes. Sin embargo, la nacionalización fue imposible. “ Si fuéramos un equipo de Atenas, todo sería más fácil”, llegó a decir.

El coach Theodoros Rodópoulos cogió el equipo en 1992 y optó por Ancrum y Butler como extranjeros. Sin embargo, pocas horas antes del inicio del campeonato, cambió sorprendentemente y eligió a Steve Burt y a John Saski. Rodópoulos actuó a traición, porque Ancrum se enteró que no entraba en sus planes a través de Ken Barlow, amigo y jugador del PAOK con el que solía hablar. El americano llegó a decir: “Vuelo en pocas horas hacia allí y nadie me ha dicho nada”.

Aquel fue el final de la carrera de David Ancrum en Grecia, después de 5 años increibles. Terminó con 3.502 puntos anotados en 104 partidos de liga, con un promedio de 33,7. En Europa logró 1000 puntos en 33 partidos (30,3). Lamentablemente, no pudo despedirse de la afición como le hubiera gustado.

El alero no fue nunca el máximo anotador de la liga, porque coincidió en el tiempo con Nikos Galis y con Zarko Paspalj, pero siempre fue de los mejores artilleros del cameponato.

Christos Tsekos en el Mundobasket de Toronto 1994.

El pívot Christos Tsekos jugó en el Iraklís entre 1987 y 1992. Procedía del Panellinios, que había sorprendido a todo el mundo colándose en la final de la Copa la temporada anterior jugando el segunda división.

Tsekos era ex atleta. Era corpulento y fuerte, aunque técnicamente limitado porque empezó tarde a jugar. Se fue al PAOK en 1992 a cambio de 3 jugadores, aunque nunca llegó a explotar. Fue internacional con Grecia y participó en el Eurobasket de 1993 y en el Mundobasket de Toronto de 1994, en los cuales logró la 4ª plaza. En el PAOK jugó 5 temporadas y ganó varios títulos, pero siempre saliendo desde el banquillo .

Jure Zdovc.

Aunque sólo estuvo tres temporadas (1993-1996), Jure Zdovc merece un puesto entre los elegidos porque dejó huella. Fue el protagonista de la última etapa de la Dinastía azul.

Llegó procedente del Limoges, con el que había ganado la Euroliga, y siempre mostró su compromiso con el club y con la gente. No iba de estrella.

Compartió la dirección de juego con Lefteris Kakiousis con éxito, pero era de esos bases que jugaba y hacía jugar.

En 2005 fichó por el Iraklís como entrenador, pero los problemas económicos provocaron su marcha.

Otros jugadores.

Hubo jugadores que estuvieron muchos años en el club, de los cuales sólo he podido encontrar el nombre.

El tesalonicense Nikos Kouvelas empezó a jugar en el Iraklís a los 14 años (1987) y llegó al primer equipo años después. En su primera etapa, la de la Dinastía, se mantuvo en el club hasta 1996. Volvió años después, tras haber jugado en el Lárisa y el Papagou. Regresó en la temporada 2005-2006 para retirarse. Fue internacional con Grecia en categorías inferiores.

Aris Cholopoulos llegó en 1986 procedente del Kozani y jugó 10 temporadas en el Iraklís. De los azules pasó al Aris, con el que ganó la Copa Korac. Luego jugó en el Filipos y en el Expreso de Kalithea. Fue el sexto hombre a partir de la llegada de David Ancrum al equipo y quizás por ello se frenó su progresión. Formó parte de las categorías inferiores de la selección, ganando unos Juegos de los Balcanes y quedando cuarto en un Eurobasket junior. Jugó 12 partidos con la selección absoluta, destacando la medalla de plata en los Juegos del Mediterráneo de 1989.

Nikos Papagiotidis.

Giorgos Farmakis, Vasilis Mantis, Stelios Giouzelis, Sotiris Nikolaidis o Nikos Panagiotidis fuero otros de los jugadores que formaron parte de la Dinastía azul del Iraklís de Salónica.

Una década a la que le faltó un título.


Entre 1986 y 1996 el Iraklís no ganó ningún título. Perdió la oportunidad de conseguir la Copa de Grecia en dos ocasiones, en 1994 (Olympiacós-Iraklís: 63-51) y en 1996 (Panathinaikós-Iraklís: 85-74). En competiciones europeas, llegó a la semifinal de la Recopa en la temporada 94/95, el mismo año en que consiguió la tercera plaza en la liga. Esa ha sido la mejor clasificación en toda la historia del club. Cabe destacar también dos cuartas plazas.

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